Formosa

Reserva Natural Nacional - Formosa
 

Fauna

Desde el punto de vista faunístico nos encontramos dentro del Subdistrito Chaqueño del Distrito Subtropical. Además de los vertebrados que se reseñan, como es de suponer, la fauna de invertebrados que pueblan los diversos ambientes de la Reserva es muy variada y rica. Mamíferos.-

Los mamíferos característicos del área protegida son los siguientes (Heinonen Fortabat y Chebez, 1997):

Quirópteros.- Viven aquí numerosas especies, entre ellos el murciélago pescador grande (Noctilio leporinus), observado en vuelos rasantes sobre los madrejones, mientras captura peces con sus garras y uropatagio (membrana posterior) especializados; el vampiro común (Desmodus rotundus), especie hematófaga y transmisora de la rabia paresiante del ganado; el murciélago tostado mediano (Eptesicus furinalis), que caza insectos en grupos volando lento en círculos a mediana altura; los murciélagos oreja de ratón (Myotis spp.), de unos 10 cm de largo, con orejas grandes y hocico agudo, que frecuentan lugares cercanos al agua, sobre la cual salen a cazar insectos; el moloso orejón gris (Eumops bonariensis), de vuelo pesado y que se refugia en huecos de árboles; el moloso pigmeo (Molossops temminckii), que suele formar grupos numerosos y los molosos castaños (Molossus spp.), crepusculares y bastante comunes.

Edentados.- Mataco o tatú-bola (Tolypeutes matacus); tatú-carreta o tatú-guazú (Priodontes maximus), el mayor representante de la familia de los dasipódidos, cuyo peso alcanza los 50 kg; tatú-piche (Cabassous chacoensis), de hábitos marcadamente cavícolas y difícil de ver; tatú-poyú (Euphractus sexcinctus); piche llorón (Chaetophractus vellerosus), cuyo grito semeja el llanto de un niño; mulita grande (Dasypus novemcinctus); oso hormiguero grande, oso bandera o yurumí (Myrmecophaga tridactyla), que alcanza los 2 m de longitud incluida su peluda cola; tamanduá-í, caaguaré (voz guaraní que significa “hediondo del bosque” en alusión a su mal olor) u oso melero (Tamandua tetradactyla). Altolaguirre (informe inédito) ha observado cuevas y rastros antiguos del tatú carreta, siempre en zonas de abundante palo santo y suelo muy arcilloso, por lo cual considera probable la existencia de esta especie dentro de la Reserva, que es una de las pocas áreas protegidas que lo amparan. Los termiteros y hormigueros que abundan en el área constituyen el alimento del oso hormiguero grande. Tanto esta especie como el tatú carreta están en peligro de extinción dentro de nuestro país y se las considera vulnerables a nivel internacional (Chebez, 1994). El pichiciego mayor (Calyptofractus retusus) podría encontrarse en la zona, aunque su presencia es difícil de registrar por ser de hábitos casi exclusivamente subterráneos.

Roedores.- Las especies son muy numerosas. Se destacan el pericote amarillento o común (Graomys griseoflavus chacoensis), nocturno, arborícola, que habita en troncos huecos, nidos y matorrales; el colilargo chaqueño (Oligoryzomys chacoensis); la vizcacha (Lagostomus maximus); el cuis moro (Galea musteloides) y el conejo de los palos (Pediolagus salinicola), poco común. El coypo (Myocastor coypus) y el carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris) frecuentan las orillas de los ríos, arroyos y madrejones.

Lagomorfos.- El tapití o tapetí (Sylvilagus brasiliensis) semeja una liebre juvenil, pero tiene orejas cortas y redondeadas.

Carnívoros.- Zorro de monte o aguará-í (Cerdocyon thous), de unos 70 cm de largo más 30 cm de cola, cazador de pequeños animales del monte; zorro gris chico (Dusicyon griseus); mayuato, aguará popé u osito lavador (Procyon cancrivorus), animal nocturno y arborícola que vive cerca de las corrientes de agua; coatí (Nasua nasua); hurón menor (Galictis cuja); zorrino (Conepatus chinga); lobito de río (Lontra longicaudis); yaguarundí o gato moro (Felis yagouaroundi), de color casi negro; puma o león (Puma concolor) y gato montés (Oncifelis geoffroyi). El yaguareté (Leo onça), que ha sido citado para el Departamento Bermejo, hace años que se encuentra extinguido en esta zona.

Perisodáctilos.- Tapir, anta o gran bestia (Tapirus terrestris). Artiodáctilos.- Pecarí de collar, chancho rosillo o morito (Pecari tajacu), pecarí labiado o majano (Tayassu pecari). Es posible la presencia del chancho quimilero (Parachoerus wagneri), y de la corzuela parda o guazuncho (Mazama gouazoubira).

Marsupiales.- Comadreja picaza u overa (Didelphis albiventris), colicorto gris (Monodelphis domestica), que no habitaría en ninguna otra área protegida, y posiblemente la comadreja colorada (Lutreolina crassicaudata) y las marmosas (Thylamys sp.).

Los mamíferos exóticos presentes en la Reserva son la vaca cimarrona (Bos taurus) y el jabalí (Sus scrofa). Tanto en ella como en sus alrededores, son comunes los burros asilvestrados (Equus asinus), que se han reproducido libremente, ya que para el puma son una presa muy difícil y a los pobladores no les resulta fácil capturarlos en medio de la espesura del bosque, donde se los oye rebuznar por las noches.

Aves.- Según la clasificación de Nores (1987), la Reserva pertenece al Distrito Occidental de la Provincia Chaqueña. La lista original del guardaparque Altolaguirre registraba 57 especies, pero las observaciones de Heinonen Fortabat y Bosso (inéditas) elevaron la cantidad a 199, más otras dos de presencia dudosa (Chebez et al., 1998). Posteriormente, trabajaron sobre la avifauna del lugar H. Povedano y J. Mazar Barnett. Pero se requieren más estudios para llegar a una lista completa que, por supuesto, siempre quedará abierta a nuevas incorporaciones debido a la presencia de especies que son visitantes ocasionales.

Las especies más características en los ambientes acuáticos (lagunas, esteros y madrejones) son las garzas: la garza mora (Ardea cocoi), la garza blanca (Casmerodius albus), la garcita blanca (Egretta thula), la garcita azulada (Butorides striatus), el chiflón (Syrigma sibilatrix), la garza bruja (Nycticorax nycticorax), el hocó colorado (Tigrisoma lineatum). También se encuentran las tres cigüeñas: el jabirú (Jabiru mycteria), el tuyuyú (Mycteria americana) y la cigüeña americana (Euxenura maguari), y las bandurrias mora (Harpiprion caerulescens) y boreal (Theristicus caudatus), además del cuervillo de cañada (Plegadis chihi) y de la bella espátula rosada (Ajaia ajaja). El chajá (Chauna torquata) frecuenta tanto ambientes acuáticos de aguas someras como pastizales, al igual que la africana garcita bueyera (Bubulcus ibis), adaptada a convivir con los grandes ungulados, en nuestro caso, el ganado doméstico.

Los patos constituyen un grupo muy bien representado. Se destacan los tres sirirís (Dendrocygna spp.), el pato real (Cairina moschata), el pato cutirí (Amazonetta brasiliensis) y el pato de collar (Callonetta leucophrys). El carau (Aramus guarauna) frecuenta los ambientes lénticos en busca de los grandes caracoles de agua dulce que constituyen su dieta. Su desapacible grito es uno de los sonidos inconfundibles de estos lugares. Entre los rálidos, la gallineta común (Pardirallus sanguinolentus) permanece bastante oculta, aunque suele salir a los caminos y senderos para cruzar de un bañado a otro, mientras el burrito común (Laterallus melanophaius) es mucho más sigiloso. A la jacana (Jacana jacana) se la podrá ver caminando sobre la vegetación flotante de los esteros en busca de alimento. El tero real (Himantopus melanurus) y los pitotoy (Tringa spp.), en cambio, vadean las zonas de aguas bajas gracias a sus largas y finas patas.

Los grandes pescadores de lagunas, ríos y arroyos son el biguá (Phalacrocorax brasilianus) y la aninga (Anhinga anhinga). Algunos playeros y chorlos recorren las playas del río Teuco: el playerito unicolor (Calidris bairdii), el playerito pectoral (Calidris melanotos) y el chorlito de collar (Charadrius collaris). Una presencia interesante es la de las rapaces (Orden Accipitriformes). Dentro de este orden encontramos cuatro jotes: el de cabeza negra (Coragyps atratus), el de cabeza colorada (Cathartes aura), el de cabeza amarilla chico (Cathartes burrovianus) y el hermoso jote real (Sarcoramphus papa). Se trata de aves comedoras de carroña que se congregan junto a los cadáveres de grandes animales (ganado doméstico), acompañados por el carancho (Polyborus plancus).

Entre las aves que cazan presas vivas en espacios abiertos se destacan el águila negra (Buteogallus urubitinga), el aguilucho colorado (Buteogallus meridionalis), el aguilucho pampa (Busarellus nigrico11is), el milano de corbata (Harpagus diodon), el milano boreal (Ictinia mississippiensis) y el gavilán patas largas (Geranospiza caerulescens). En áreas más cerradas tenemos al taguató común (Buteo magnirostris), al esparvero variado (Accipiter bicolor), al esparvero común (Accipiter erythronemius), al halconcito colorado (Falco sparverius) y al halconcito gris (Spiziapteryx circumcinctus).

El suelo del bosque es transitado por las mal llamadas perdices: el tataupá común (Crypturellus tataupa), el inambú montaraz (Nothoprocta cinerascens), y la escasa martineta chaqueña (Eudromia formosa). También debe agregarse la chuña patas negras (Chunga burmeisteri), más fácil de oír que de ver. El ñandú (Rhea americana) habita los lugares más abiertos, donde puede utilizar todas sus adaptaciones para la vida en el pastizal. En pleno bosque, un verdadero galliforme, la charata (Ortalis canicollis), deja oír al amanecer su ruidosa voz.

Las palomas están bien representadas, con la picazuro (Co1umba picazuro), la paloma manchada (Columba maculosa), la paloma colorada (Columba cayennensis), la torcaza (Zenaida auriculata), las torcacitas común (Co1umbina picui) y colorada (Columbina talpacoti), así como la yerutí común (Leptotila verreauxi). Entre los psitácidos cabe mencionar al calancate común (Aratinga acuticaudata), la cotorra (Myiopsitta monachus), la catita chirirí (Brotogeris versicolurus) y el conocido loro hablador (Amazona aestiva), que tiene en esta zona su lugar de nidificación, para emigrar en los meses más fríos y secos a las selvas pedemontanas del oeste.

De la familia de las lechuzas, es fácil ver de día al caburé chico (Glaucidium brasilianum), ya que las otras especies, por sus hábitos nocturnos, pasan más inadvertidas. Tal lo que sucede con el alilicucú común (Otus choliba), el imponente ñacurutú (Bubo virginianus), de profunda y misteriosa voz, y la lechuza bataraz chaqueña (Strix chacoensis). Entre los habitantes crepusculares y nocturnos también cabe mencionar a los caprimulgiformes: el atajacaminos ñañarca (Caprimulgus longirostris), el atajacaminos chico (Caprimulgus parvulus), el atajacaminos tijereta común (Hydropsalis torquata) y el urutaú (Nyctibius griseus), cuya extraña llamada tiene matices de quejido humano. A orillas de los ríos y arroyos, acechando peces, encontraremos a alguno de los tres martines pescadores: el vistoso martín pescador grande (Megacery1e torquata), el mediano (Chloroceryle amazona) y el chico (Chloroceryle americana).

Como es lógico en un ambiente boscoso, los pájaros carpinteros son una presencia ineludible: el gran carpintero lomo blanco (Campephilus 1eucopogon), el carpintero bataraz chico (Picoides mixtus), el carpintero real (Colaptes melanolaimus), el campestre (Colaptes campestris), el carpinterito común (Picumnus cirratus) y el carpinterito de los cardones (Melanerpes cactorum). También los trepadores utilizan el sustrato ofrecido por troncos y grandes ramas para revisar la corteza en busca de insectos.

Aunque sin herramientas tan contundentes como los carpinteros, estas aves tienen el instrumental adecuado para explorar las grietas de laa cortezas. Mencionamos entre ellos al trepador gigante (Xiphocolaptes major), el picapalo colorado (Campylorhamphus trochilirostris), el tarefero (Sittasomus griseicapillus), el chinchero grande (Drymornis bridgesii) y el chico (Lepidocolaptes angustirostris).

Entre los pájaros verdaderos (Orden Passeriformes) se encuentra la gran familia de los furnáridos, entre los que se destacan el conocido hornero (Furnarius rufus), el hornerito copetón (Furnarius cristatus) y el coludito copetón (Leptasthenura platensis), que aprovecha los nidos abandonados por los anteriores. Dentro de la misma familia merecen mencionarse los constructores de nidos de palitos, como el chotoy (Schoeniophylax phryganophila), los pijuíes (Synallaxis spp.), el canastero coludo (Asthenes pyrrholeuca), los espineros (Phacellodomus spp.), el cacholote castaño (Pseudoseisura lophotes) y el curutié blanco (Cranioleuca pyrrhophia).

El suelo despejado es transitado por el crestudo (Coryphistera alaudina), y por el gallito copetón (Rhinocrypta lanceolata). Entre los tamnofílidos (antes ubicados en la familia de los formicáridos), de curiosos cantos, habitan la Reserva el chororó (Taraba major), la choca listada (Thamnophilus doliatus), la choca común (Thamnophilus caerulescens) y el batará estriado (Myrmorchilus strigilatus). Otra gran familia de passeriformes, los tiránidos, está representada por numerosas especies (aproximadamente unas treinta), entre ellas el anambé verdoso (Pachyramphus viridis), la pulcra monjita blanca (Xolmis irupero), el conspicuo benteveo común (Pitangus sulphuratus), el benteveo rayado (Myiodynastes maculatus), el pitanguá (Megarhynchus pitangua) y la tijereta (Tyrannus savana). Los buenos cantores del bosque son la ratona común (Troglodytes aedon), el zorzal colorado (Turdus rufiventris), las calandrias (Mimus spp.), el cabecita negra común (Carduelis magellanica) y el jilguero dorado (Sicalis flaveola).

Entre los más bellos y llamativos habitantes alados mencionaremos al tangará común (Euphonia chlorotica), el naranjero (Thraupis bonariensis), el pepitero de collar (Saltator aurantiirostris), el cardenal común (Paroaria coronata), la cardenilla (Paroaria capitata), la reina mora grande (Cyanocompsa brissonii), el boyero ala amarilla (Cacicus chrysopterus) y la urraca común (Cyanocorax chrysops). Como en muchos otros sitios del país, el chingolo (Zonotrichia capensis) y el parásito tordo renegrido (Molothrus bonariensis) están invariablemente presentes.

Reptiles.-La herpetofauna de esta Reserva también es variada. Presenta una gran variedad de lagartijas, tanto terrestres como arborícolas (Tropidurus spp.), entre ellas el mal llamado «camaleón», de lentos movimientos, ojos saltones y coloración mimética (Polychrus acutirostris) y un gekkónido o salamanca del género Phyllopezus. Se encuentra aquí el lagarto colorado (Tupinambis rufescens) y también se han registrado rastros del yacaré ñato (Caiman latirostris), que transita las playas de los ríos y se refugia en los madrejones. Los ofidios (boas, culebras y víboras), no son fáciles de observar y rara vez el caminante se topa con ellos. Cabe mencionar, como propias de este distrito, a la espectacular boa de las vizcacheras o ampalagua (Boa constrictor), que llega a los 3 m de largo, a la hermosa boa arco iris (Epicrates cenchria), y a la bonita coral (Micrurus frontalis).

Hay asimismo una gran variedad de culebras, con adaptaciones arborícolas (Philodryas spp.), terrestres, como la ñacaniná de monte (Mastigodryas bifossatus) y acuáticas. Se destacan las falsas yarará (Waglerophis merremi, Sybinomorphus sp., Lystrophis dorbignyi, Leptodeira annulata y Drymobius bifossatus), y, entre los crotálidos, la venenosa yarará (Bothrops neuwiedii) y la más rara cascabel (Crotalus durissus).

Entre las tortugas propias de este subdistrito se encuentran la tortuga de río (Hydromedusa tectifera), la tortuga de laguna (Phrynops hilarii), la terrestre (Chelonoidis chilensis), y quizá la tortuga barrosa (Kinosternon scorpioides), de la cual se encontraron caparazones en zonas cercanas, restos de ejemplares posiblemente capturados por aborígenes (Lucio Coronel, comunicación personal).

Anfibios.- El Guardaparque Altolaguirre (inf. inéd.) menciona haber visto cuatro especies diferentes de sapos (Bufo sp.) y dos de ranas. Una de estas últimas es la conocida como "llorona", debido al lastimero canto que emite, semejante al llanto de un bebé (Physalaemus sp.). En zonas próximas de la provincia, el Sr. Lucio Coronel (comunicación personal) ha observado las siguientes especies: sapo cascabel (Lepidobatrachus laevis), escuerzo llanisto ( Lepidobatrachus llanensis), escuerzo chaqueño (Ceratophrys cranwelli), escuercito verde (Chacophrys pierotii) y rana mono chaqueña (Phyllomedusa sauvagii), de abundante secreción cutánea tóxica, que habita en los chaguares.

Peces.- Altolaguirre señala haber observado y capturado en aguas de los arroyos Teuquito y Madrejón La Palmita a las siguientes especies: pechito (Thoracocharax stellatus), palometa (Serrasalmus nattereri), piraña o palometa brava (Serrasalmus spilopleura), dorado (Salminus maxillosus), mojarra (Astyanax bimaculatus), morena (Gymnotus carapo) y armado (Rhinodoras d'orbignyi). Seguramente, la cantidad de especies existentes en la Reserva debe de ser mucho mayor que la mencionada y, al igual que con los anfibios y reptiles, se requeriría una completa prospección para establecer adecuadamente la biodiversidad de estos grupos zoológicos.

Investigación y Textos: Alejandro Mouchard

Supervisión Técnica Honoraria: Juan Carlos Chebez


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