Clima
La Reserva se ubica dentro de la zona de clima subtropical con estación seca típico del centro-norte del país. Este clima se caracteriza por lluvias predominantemente estivales y temperaturas medias anuales superiores a los 20 ºC, pero durante cinco o seis meses, la misma se coloca por debajo de dicha media y se produce una considerable amplitud térmica entre el día y la noche.
En efecto, por el oeste de Formosa pasan la isoterma media anual de 23 ºC, la isoterma media de enero de 28 ºC y la media de julio de 18 ºC. En los tres casos, los valores están dentro de los máximos para el país. En el mes de enero se registran las temperaturas más altas, que pueden llegar a los 48 °C de máxima , pero por lo común las marcas son de 42 °C.
Con respecto a la presión atmosférica, en enero se establece en la región un centro ciclónico con presiones medias inferiores a 755 mm Hg, mientras que en julio se registran presiones relativamente bajas (isobara de 762 mm Hg).
Los vientos dominantes son del NE y corresponden a los alisios originados en el centro anticiclónico del Atlántico Sur que, tras describir una enorme curva, penetran desde territorio brasileño y paraguayo aportando aire húmedo y cálido. El régimen de lluvias es estival (septiembre a abril), con un máximo después del solsticio de verano y un mínimo después del de invierno.
La Reserva se encuentra entre las isohietas de 600 y 700 mm anuales. En julio, la media es de alrededor de 20 mm. En octubre, son normales las precipitaciones de 80 a 100 mm, entre noviembre y diciembre se tornan muy variables, para llegar a un enero muy lluvioso (promedio de 80 a 100 mm), con temporales durante febrero. En marzo ingresan masas de aire del sur y refresca, lo cual prenuncia las tormentas de abril y mayo, con lloviznas y menores temperaturas, para finalmente entrar en los meses secos de invierno y reiniciar el ciclo. Se trata de lluvias de tipo convectivo -o de inestabilidad-, que caen con fuerte intensidad, corta duración y sobre superficies relativamente pequeñas.
Las heladas son prácticamente inexistentes (dos o tres días por año, generalmente entre junio y agosto, cuando soplan vientos fríos del S y SO). La región está comprendida dentro de la zona semiárida, cuyo déficit de agua puede llegar a los 600 mm anuales, con una humedad relativa anual media de aproximadamente el 70%.
La evaporación es muy alta. El cielo permanece seminublado, especialmente en verano, debido a la humedad aportada por los vientos dominantes. La existencia de una estación seca y las altas temperaturas diurnas del verano han producido en la flora adaptaciones tales como hojas pequeñas, espinas y órganos de reserva. La fauna, especialmente en los meses más cálidos, pasa el día a la sombra o en refugios subterráneos y desarrolla su actividad durante el crepúsculo y la noche.
Investigación y Textos: Alejandro Mouchard
Supervisión Técnica Honoraria: Juan Carlos Chebez
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