Bahía Bustamane

Area Privada - Chubut
 

Flora

Flora continental
A pesar de tratarse de un área que protege principalmente un amplio sector marítimo, se incluye una reseña de la flora general de la provincia del Chubut dado que la zona prospectada abarca también un pequeño sector de costa donde hay algunas representaciones florísticas de la estepa patagónica y por cuanto al Parque Marino no se lo puede considerar algo aislado, sino que está rodeado de un entorno paisajístico conformado, entre otros elementos, por la flora.

Según la clasificación propuesta por Burkart, et al.(1999) elaborada para el Programa de Desarrollo Institucional Ambiental, coordinado por la Secretaría de Recursos Naturales de la Nación y la Administración de Parques Nacionales, en la provincia del Chubut se sitúan tres biorregiones bastante bien diferenciadas. Una angosta franja al este que corre de norte a sur ocupa la biorregión de los bosques patagónicos; luego un espacio semejante a un rectángulo, que ocupa menos de un cuarto del territorio, en el extremo noreste, corresponde a la biorregión del monte de llanuras y mesetas y el resto de la Provincia- un alto porcentaje de su territorio- se incluye en la biorregión de estepa patagónica.

La primera de las regiones mencionadas está compuesta por bosques densos pero con poca variedad de especies, las que varían según las regiones. En el norte crecen bosques de pehuén o araucaria (Araucaria araucana) que puede superar los 40 m de altura y se sitúan entre los 900 y los 1.800 m.s.n.m. El maitén ( Maytenus boaria) y el ciprés de la cordillera ( Austrocedrus chilencis) ocupan zonas más secas del norte y crecen en la transición con la estepa patagónica. En el parte más oriental de la cordillera se desarrollan los bosques de cipreses y de otros árboles caducifolios, y la lenga (Nothofagus pumilio) y el ñire (Nothofagus antarctica) son conspicuos. Donde el clima es más húmedo hace su aparición el coihue (Nothofagus dombeyi). En los lugares con mucha humedad crece el alerce (Fitzroya cupressoides) y en muchos lugares estos árboles están acompañados por gran cantidad de arbustos, enredaderas, líquenes y musgos que le otorgan en verdadero aspecto selvático. La zona que ocupa la biorregión estepa patagónica, está compuesta por vegetación que posee adaptaciones para sobrevivir con fuertes vientos y escasez de agua. Predomina una vegetación muy rala y baja, con grandes superficies de suelo desnudo.

Las vegas o mallines, esas depresiones que conservan siempre un poco de agua, se ven siempre verdes con hierbas de distintas especies denominadas comúnmente junquillos. La parte esteparia presenta arbustos bajos, que crecen en forma de cojines, con hojas pequeñas y, en general, estructuras que hacen más soportable el intenso viento que azota a toda la Patagonia en general. Así vemos al neneo (Mulinum spinosus), arbusto común es la estepa, con hojas muy pequeñas, lo mismo que el coirón (Stipa sp. o Festuca sp.), nombre que se le da a varias especies de gramíneas que tienen en común la característica de desarrollarse en matas bajas, muy juntas entre sí, mayormente con hojas enrolladas y provistas de puntas agudas.

En la provincia del Chubut decíamos que una superficie de forma de rectángulo ubicada en el nordeste de la Provincia, se clasificada como ecorregión del monte. La vegetación de esta región esta caracterizada por la presencia de las jarillas de varias especies (Larrea divaricata, Larrea ameghinoi, Larrea nitida) como uno de los componentes más conspicuos dentro del estrato arbustivo. A estas las suelen acompañar especies como la chilladora (Chuquiraga hystrix), el quilembay o quilimbay (Chuquiraga avellanedae), el caballo del diablo, barba de chivo o manca caballo, entre otros nombre que se le asignan (Prosopidastrum globosum),el yaollín o yoahín (Lycium chilense), el piquillín (Condalia microphylla), la llamada en algunos lugares monte negro (Bouganvillea spinosa) y el alpataco (Prosopis alpataco). También se desarrollan algunas gramíneas similares a las que aparecen en la zona de la estepa como los denominados coirones.

Flora marítima
Las algas son las principales vegetales de las costas marinas. Algunas forman verdaderos mantos que generalmente tapizan las costas rocosas, muchas veces con hermosos colores debido a los pigmentos que se hallan en sus células. Según el tipo de pigmento o combinación de éstos son las algas de distinta coloración lo que permite su clasificación: azul-verde, verde, parda y roja o amarillo –verde.

En el sector que nos ocupa existen gran cantidad de algas pardas, denominadas “cachiyuyo” que cubren amplias extensiones en las proximidades de las costas. El territorio marino también posee una división fitogeográfica, aunque más sencilla que las divisiones continentales. Son cuatro las provincias fitogeográficas en las que se lo divide según Cabrera (1994): las Oceánicas Uruguayo-Bonaerense, Patagónica, Fueguina y la Antártica, clasificación basada en el tipo de algas que ocupan el suelo marino.

En la zona comprendida entre los límites de la alta y baja marea, llamado piso mesolitoral, habitan algas de tamaño reducido, por debajo del límite inferior, llamado piso infralitoral, se desarrollan, por el contrario, algas de gran tamaño como el mencionado cachiyuyo (Macrocystis periferia), que se extienden hasta los 30 o más metros de profundidad. Y en el límite superior del piso mesolitoral comienza el supralitoral, que incluye toda la zona costera muy próxima al comienzo del agua en pleamar y más alejada en bajamar.

Las algas se fijan generalmente en las rocas del fondo marino pero no descartan utilizar como bases de asentamiento a valvas de caracoles, de bivalvos, cangrejos u otras macroalgas (De la Vega, 2000). Los géneros de algas más comunes que habitan esta zona del Atlántico son Ulva, Enteromorfha, Lessonia, Macrocystis entre otros. En zona costeras marinas crecen pastos que se adaptaron al agua salada e incluso se ven a veces cubiertos por agua, siendo las especies de los géneros Spartina y Salicornia las más conspicuas.

Las temperaturas bajas de la costa patagónica, conjuntamente con la escasez de lluvias en sus áreas costeras semidesérticas y el gran desarrollo horizontal de los niveles intermareales y submareales costeros, proveen una variedad de ambientes muy favorables para el desarrollo de diversas asociaciones fitobentónicas.

La flora marina bentónica de la costa de Argentina comienza donde la disminución de la influencia del agua dulce del Río de La Plata y la oferta de sustrato duro hacen posible la colonización. A lo largo de la costa de Buenos Aires las asociaciones locales de algas muestran limitación en su desarrollo por falta de sustratos duros extendidos y por la baja penetración de la luz debido al exceso de sedimentos.

Existe mayor cantidad de información para Chubut sobre la composición de las asociaciones marinas bentónicas y de las algas en especial, que la que hay para Buenos Aires y Río Negro. De acuerdo a Boraso de Zaixso et al. (1996) en el submareal del Golfo San Jorge, la asociación de Dictyota dichotoma es la asociación de algas predominante, la misma cubre un área aproximada de 30% de la superficie del golfo en profundidades inferiores a 10 m, sobre sustratos duros o en fondos muebles con gránulos. La asociación de Medeiothamnion flaccidum -Polysiphonia spp. está ubicada principalmente en la costa este del golfo sobre un área aproximada de un 2% de la superficie del golfo, a profundidades entre 30 y 40 m en sustratos con dominancia de arenas muy finas a finas, y con baja transparencia del agua. La asociación de Codium vermilara- Bryopsis sp. ocupa un área del 7% de la superficie del golfo y se ubica hacia la zona SE del mismo, a 10-30 m de profundidad, sobre sustratos con dominancia de arenas finas. La asociación de Hymenena laciniata ocupa un área del 6 % de la superficie del golfo y se ubica principalmente en su costa sur, a profundidades entre 10 y 20 m y en fondos blandos con presencia de fauna, la que actúa como sustrato.

Boraso de Zaixso y Zaixso (1996) describen las asociaciones intermareales del mismo golfo: “En los niveles altos e intermedios de la zona intermareal se desarrolla en algunos sectores de la costa chubutense Cladophora falklandica, mientras que en las de los niveles inferiores del intermareal abunda Ulva rigida y Polysiphonia brodiaei. Sobre Corallina officinalis se observan Leathesia difformis, Colpomenia sinuosa y Adenocystis utricularis. Estacionalmente abundante se ha observado Myriogloia major. En la zona entre el intermareal y el submareal y en bordes de canalizos y piletas de marea de niveles bajos se observan ocasionalmente talos de Bryopsis australis. En los niveles superiores del submareal suele observarse una franja de Rhodomelaceae, dominada por Polysiphonia abcissa y Streblocladia camptoclada. En el submareal de Bahía Nueva se desarrollan comunidades de algas dominadas por Codium vermilara, y en menor medida por C. decorticatum, junto con Ulva spp. También se observa Gracilaria gracilis, fuertemente epifitada a veces, por Lomentaria clavellosa.

En la última década ha ocurrido la introducción involuntaria frente a Puerto Madryn de Undaria pinnatifida (Casas y Piriz, 1996). Dentro de Golfo Nuevo, ubicados más al norte del área prospectada, en Bahía Cracker, se desarrolla uno de los núcleos de una población de Macrocystis pyrifera, mientras que hacia el centro de la costa de Chubut, en Bahía Camarones, la comunidad fitobentónica del bosque de Macrocystis incorpora a Gigartina skottsbergii, que es parte importante del estrato medio del bosque.

En las bahías Arredondo, Melo y Bustamante ubicadas al norte del Golfo San Jorge, se desarrollan las praderas de Gracilaria, las mismas se encuentran principalmente sobre fondos muebles y son elementos de esta asociación Ulva lactuca, Desmarestia aff herbacea, y, en bajas cantidades, Desmarestia patagonica y Ulvaria obscura”. En la ya nombrada Bahía Camarones y en la Bahía Bustamante se observa una fuerte invasión de Undaria, la que es recolectada con fines comerciales.

“En el intermareal del centro del Golfo San Jorge dominan usualmente las praderas de Enteromorpha spp y las superficies cubiertas por mejillines, usualmente con parches de Porphyra columbina, Stictosiphonia hookeri, Scytosiphon, Punctaria y Nothogenia. En los niveles intermareales inferiores domina Corallina officinalis acompañada por Cladophora, Ulva, Adenocystis, Bryopsis, Codium, Chondria, Leathesia, Colpomenia, Spongomorpa y Urospora. En los niveles superiores del submareal y en piletas de mareas se encuentran elementos de la asociación de algas de los bosques de Laminariales, especialmente Lophurella, Cladostephus, Stypocaulon, Aphanocladia, Rhodymenia, Desmarestia, Bossiella, Plocamium y una gran variedad de Ceramiaceae y Ectocarpaceae epífitas. Entre las Delesseriaceae dominan Hymenena y Schizoseris. Plantas pequeñas de Macrocystis crecen no solo en el intermareal sino también en los bordes de los canalizos que cortan el sustrato del nivel intermareal, mientras que plantas más grandes se observan creciendo junto con Lessonia y coralináceas incrustantes en los canalizos más profundos”.

También en el mar patagónico hay especies endémicas como Streblonema patagonicum, Myrionena patagonicum (feolíceas), Cladophora falklandica, Spongomorpha oscilada (clorofíceas) y rodofíceas como Colacodasya incospicua y Acanthococcus antarticus (Cabrera y Willink, 1980).

Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez


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