Fauna
Invertebrados marinos
La gran área natural protegida que analizamos en este informe posee una biodiversidad faunística destacable por comprender ambientes tan distintos como la parte continental y la marítima. Esta última, a su vez, posee distintos ecosistemas: desde el punto de vista biológico el mundo marino está compuesto por dos grandes partes que corresponden a ambientes naturales diferentes: el sector pelágico – aguas más superficiales- y el que está formado por el fondo de mar o sector béntico.
La primera de las divisiones sedenomina zona nerífica, es decir donde la profundidad del fondo marino es menor de 200 metros y la siguiente sectorización se conoce como zona oceánica que incluye las aguas que se hallan donde el fondo está a más de 200 metros.
La división béntica presenta un sistema litoral que se extiende desde donde la espuma de las olas llega sobre la playa hasta donde el mar tiene una profundidad de 200 metros y un sistema de la mar profunda que corresponde a la parte del fondo oceánico de profundidad mayor de 200 metros (Caja Nacional de Ahorro y Seguro, 1975). Luego debemos considerar la zona intermareal, la costera y de acantilados y la parte continental que en este caso sólo está afectada por la Ecorregión Estepa Patagónica.
Cabrera (1994) considera una Región Oceánica que divide en varios Dominios, denominando “Oceánico Magallánico” al próximo a las costas patagónicas. Este, a su vez, se divide en tres provincias siendo la “Oceánica Patagónica” la que afecta al área tratada.
A la diversidad de fauna que presenta un área que sólo cubre zona terrestre y costera se debe agregar una importante cantidad de zooplancton, invertebrados marinos, peces, mamíferos marinos (cetáceos y pinnípedos), y aves que sólo habitan los mares como algunas especies de albatros y petreles que en muy pocas ocasiones se acercan a los continentes.
Pocas especies del zooplancton son abundantes. De las 15 especies de foraminíferos planctónicos registradas en muestras obtenidas en el Atlántico Sur, entre los 34 y 60° Sur, sólo dos representaron el 75% de los individuos totales. Otro dato que podemos consignar es que el 20% de las 7.000 especies de zooplancton marino descriptas en el mundo se registraron en las aguas de las corrientes de Malvinas y de Brasil (Fundación Patagonia Natural, 2008).
La biodiversidad de invertebrados marinos en esta región es muy rica, y resulta vital ya que cumplen un rol muy importante en los ecosistemas y en sus redes tróficas. Los grupos de invertebrados más comunes son los moluscos – conocidos como caracoles, almejas, mejillones, ostras, pulpos, y calamares-, los crustáceos – entre los que se encuentran los cangrejos, langostinos, camarones y langostas de mar-, los equinodermos que incluyen a las estrellas de mar, erizos de mar y pepinos de mar, además de diferentes grupos de gusanos marinos, medusas y pólipos (Bigatti, 2008). Continua diciendo el mencionado autor: “Los invertebrados marinos suelen reproducirse y dispersarse como larvas de vida libre, estableciéndose como juveniles y adultos de poca movilidad, aunque también existen especies que nacen de huevos y se desplazan considerablemente. Por lo general viven sobre el fondo (bentónicos) y pueden formar agregaciones de individuos denominados bancos”.
Los estudios puntuales realizados en localidades de la costa patagónica revelan detalles de la riqueza de especies de invertebrados y de su abundancia: En el intermareal rocoso de sitios expuestos al oleaje en la costa patagónica argentina, la abundancia de invertebrados sobre bancos de mejillín fue de aproximadamente 600 anémonas, 200 cirrípedios, 200 lapas, 100 quitones y 80 estrellas de mar por metro cuadrado.
En las aguas chilenas del estrecho de Magallanes se identificaron 301 especies de invertebrados. Los grupos con mayor número de especies fueron las lombrices de mar, los crustáceos y los moluscos gasterópodos. En bahía San Sebastián (Isla Grande de Tierra del Fuego, Argentina) se encontraron 113 especies de macro-invertebrados del fondo marino. (Bigatti, G., Marzinelli, E.M. y Penchaszadeh, P. E. (2008).
Algunas especies de moluscos y crustáceos son muy valoradas para la alimentación humana y se las captura para comercialización en forma significativa Algunas especies de invertebrados se encuentran solo en el Mar Patagónico (especies endémicas).–Extraído de “Síntesis del estado de conservación del Mar Patagónico y áreas de influencia “editado por Fundación Patagonia Natural en el marco del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia (2008)–.
• “Existen 44 especies de crustáceos decápodos endémicos del Atlántico Sudoccidental, entre las latitudes de Río de Janeiro y Tierra del Fuego. Nueve especies de centollas son exclusivas del extremo meridional de América del Sur.
• Unas quince especies de caracoles de la familia Volutidae se consideran endémicas del Mar Patagónico. El caracol predador Olivancillaria contortuplicata posee una distribución restringida a la costa uruguaya.
• El bivalvo gigante Panopea abbreviata es endémico de las costas desde Río de Janeiro hasta los 48º Sur. En el interior de este animal habita un gusano nemertino comensal que ha sido registrado solo en los golfos norpatagónicos.
• El Banco Burdwood, al este de la Isla de los Estados, tiene áreas con gran abundancia y diversidad de especies posiblemente endémicas y particularmente vulnerables a la pesca de arrastre. Las centollas endémicas ya mencionadas habitan en las proximidades.
• En la provincia biogeográfica Magallánica se han identificado veintiséis especies de isópodos endémicos, de las cuales veintidós se han encontrado en las cercanías del Banco Burdwood.
• Se han encontrado doce especies de moluscos bivalvos endémicas del archipiélago de las Islas Malvinas y el Banco Burdwood ”.
Entre los moluscos gasterópodos son comunes y se destacan por su embeleso el caracol violeta (Adelometon ancilla) que luce además del color que le da nombre otras tonalidades muy llamativas; el tegula (Tegula patagonica) color rosado y de pequeño tamaño, sólo unos 2 cm mide la concha; el caracol globoso (Buccinanops globulosus) de singulares forma y coloración; la vieira patagónica (Aequipecten tehuelchus) que se clasifica como molusco bivalvo y su caparazón puede alcanzar los 9 centímetros de longitud.
Las estrellas de mar y los erizos – equinodermos- son animales marinos bastantes conocidos tal vez más por la “rareza” de sus formas que su vistosidad y son conspicuas en el mar patagónico dentro de este grupo las siguientes especies: la estrella púrpura (Cycethra verrucosa) muy vistosa por su color; la curiosa estrella de seis brazos (Allostichaster capensis); el erizo de mar verde (Arbacia dufresnill) y el erizo de mar rojo (Pseudechinus magellanicus), entre muchas especies más.
Otro grupo bastante común de invertebrados marinos lo constituye el de los cangrejos – algunos se los considera artrópodos y a otros crustáceos-, siendo conspicuos en las costas chubutenses el cangrejo peludo (Peltarion spinosulum); el cangrejo nadador (Ovalipes trimaculatus) y el cangrejo araña (Leurocyclus tuberculosus). Del grupo de los cnidarios se suelen ver con asiduidad la anémona pedunculata (Metridium senile); la denominada medusa grande (Chysaora plocamia) cuyos brazos pueden llegar a medir hasta 4 metros de largo; son conspicuos los coralimorfos (Corinactys carnea) que forman grandes colonias y del grupo de los ctenóforos es habitual ver al tenóforo común (Mnemiopsis leidyi) de tono blancuzco a casi transparente.
Ictiofauna marítima patagónica.
Para el desarrollo de este tema transcribiremos parcialmente el texto del trabajo elaborado por el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero Titulado “Peces Marinos de Argentina”, cuya autoría corresponde a M.B. Cousseau y R.G. Perrotta (2004). En primer lugar se indica que para hacer referencia a la distribución de los peces es necesario señalar en que tipo de ambientes marinos desarrollan su vida. En este sentido los hay bentónicos que son los se desarrollan en los fondos y, por el contrario, se dice pelágicas a aquellas especies que habitan las aguas superficiales. A su vez se dice que una especie tiene hábitos dermesal-pelágicos cuando efectúan desplazamientos hacia aguas de menor profundidad y dermesal-bentónicos cuando se mueven hacia el fondo.
“En la Argentina, los peces pelágicos más importantes desde el punto de vista pesquero son la anchoita, la caballa, el bonito, la anchoa de banco y el pez limón…”. “Merece un comentario en especial la anchoita, por ser la más abundante. Está presente en toda la plataforma hasta los 48º S y es alimento de la mayoría de los organismos ictiófagos de la región”.
Para la otras tres categorías de ambientes citadas los autores del trabajo que seguimos hacen referencia a adoptar el criterio propuesto por Angeleusco y Preski (1987) los que distinguen cinco zonas pesqueras en las costas argentinas. De ellas afectan al área protegida dos regiones: “Conjunto de las plataformas interna y externa de los sectores bonaerense y patagónico hasta los 48º S…”.
“La especie dominante es la merluza común, cuya abundancia relativa varía de acuerdo a la profundidad y a la época del año. Le siguen, en cuanto a presencia en el área, el abadejo, el tiburón espinoso, la pintarroja, la castañeta y varias especies de lenguados y nototenias. Otras especies propias del área conforman un grupo norteño, de aguas más profundas, representados por el el rubio, una especie de congrio, la viuda y granaderos, y otro norpatagónico, de profundidades menores a los 150 m, que comprende el salmón de mar, el pez palo, el pez gallo y el pez ángel”.
“En los límites de este ecosistema aparecen especies de los conjuntos lindantes: algunas del conjunto costero bonaerense, como la pescadilla de red, y otras de los conjuntos 4 y 5, como la merluza de cola, la polaca y el bacalao criollo”.
Aves marinas y costeras
En la zona norte del golfo San Jorge donde se encuentra el área natural protegida prospectada, la que incluye unos 100 km de costa y algo más de 40 islas más o menos próximas a la costa, existe una riqueza de aves marinas y costeras muy significativa. Alberga más de 13 especies (son 16 las que lo hacen en todo el litoral argentino) las que se reproducen en 116 sitios (Gandini y Garitano, 2007). La misma fuente, haciendo referencia al trabajo de relevamiento publicado por P. Yorio y F. Quintana (2005) señala: “Estos y otros trabajos realizados anteriormente con la participación de investigadores provenientes de distintas universidades y centros regionales de investigación indican que en el norte del Golfo San Jorge se reproduce un 40 por ciento de toda la población argentina de cormoranes de cuello negro, un 25 por ciento de la pingüino de Magallanes e igual porcentaje de los cormoranes imperiales. Por otra parte, especies como la gaviota de Olrog y el petrel gigante del sur, que nidifican en el área, presentan estatus de conservación “vulnerable” y otras como el pato vapor cabeza blanca son exclusivas de este sector de costa”. Los nombrados autores también indican que un 80 por ciento de la población de petreles gigantes del sur se reproduce principalmente en las Islas Arce y Gran Robredo. También son importantes por hospedar a muchas aves las islas Melo, Tova-Tovita, Lobos, Vernacci e islas Viana (Yorio, et al., 2005).
Son varias las especies de aves migratorias que utilizan esta zona como lugar de paso para alimentarse y seguir sus prolongados viajes. Entre las mismas se destaca el grupo de los chorlos (O. Charadriformes) donde algunas especies vienen desde el Hemisferio Norte como ocurre con el chorlo pampa (Pluvialis dominica), el chorlito vuelve piedras (Arenaria interpres), el chorlo trinador (Numenius phaeopus), el chorlito unicolor (Calidris bairdii), el chorlito enano (Calidris pusilla) y el de patas amarillas (Tringa flavipes) y el chorlito de doble collar (Charadrius falklandicus) que es migrador dentro de Sudamérica.
Mamíferos marinos
La presencia de importantes apostaderos de de lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens) y de dos pelos (Arctocephalus australis) le otorgan al Parque Interjurisdiccional Marino un rol más importante aún para la conservación.
En la porción boreal del golfo San Jorge viven cerca de 9.800 lobos marinos de un pelo (12% de la población patagónica), repartidos en 20 asentamientos. y la mitad de nuestros lobos peleteros o de dos pelos fijó residencia en la isla Rasa, una de las 39 que salpican el área (Cinti, 2008). Hay otros pinnípedos cuya presencia es ocasional como ocurre con el leopardo marino (Hydrurga leptonyx), la foca cangrejera (Lobodon carcinophagus), la foca de Weddel (Leptonychotes weddelli), algunas de estas especies tienen distribución cosmopolita y otras son de regiones más meridionales, Antártica por ejemplo, y circunstancialmente puede producirse algún avistaje de las mismas (www.patrimonionatural.com, consultada julio de 2010).
Del grupo de las ballenas se destaca la presencia en un período del año - los machos, las hembras lo hacen cada tres- de la ballena franca austral (Eubalaena australis). En el año 1984 se sanciona la Ley Nacional N° 23.094 por la cual se declara a la mencionada especie Monumento Natural Nacional, con los que se garantiza su protección absoluta. De la misma forma que ocurría con los pinnípedos, en las ballenas también encontramos especies conspicuas como la ballena franca austral y otras que pueden ocasionalmente acercarse a las costas chubutenses y, por ende, al Parque Interjurisdiccional Marino. Ellas son: la ballena Bryde (Balaenoptera edeni), la ballena minke (Balaenoptera acutorostrata), la ballena azul (Balaenoptera musculus) el mamífero más grande entre los sobrevivientes, el rorcual común (Balaenoptera physalus) y la ballena jorobada (Magaptera novaengliae), estando las tres últimas especies nombradas con estatus de Vulnerables, según la UICN (1996). La ballena franca pigmea (Caparea marginata) es de muy rara aparición.
Dentro de Orden Cetácea habría un total de 22 especies, cuya probabilidad de acercarse a las costas patagónicas de muchas de ellas es remota (orcas, delfines, tonina, zifios, marsopas y cachalotes). Hay una pequeña población de orcas (Orcinus orca) que se observa desde las costas del sur de la provincia de Buenos Aires hasta el norte de Chubut, pero no lo es en forma habitual.
Decíamos que desde el punto de vista de la conservación es importante la presencia de colonias de lobos marinos de dos pelos o lobo fino (Arctocephalus australis), que difiere del un pelo por tener menor tamaño, el hocico más puntiagudo, con un pelaje tupido de doble capa (de ahí proviene el nombre común) de con color marrón oscura en la parte dorsal y algo más claro hacia lo ventral, coloración que se oscurece mucho al estar mojado. Esta especie fue la que más sufrió la persecución por su piel llegando a considerársela en riesgo de supervivencia, situación que hoy ha cambiado- en la lista de la SAREM (2000) figura “de preocupación menor”- en buena medida gracias a la protección que se le brindó legalmente y con el establecimiento de áreas protegidas (www.patrimonionatural.com, consultada en julio 2010).
Fauna continental
La culebra andina (Tachymenis peruviana), la yarará ñata (Bothrops ammodytoides) y en la zona de la estepa patagónica los lagartos y lagartijas como el geko patagónico (Homonata darwinii), la lagartija (Liolaemus fitzingeri), el matuasto o chelko (Diplolaemus darwini), son algunos integrantes de la herpetofauna de Chubut.
Entre la batracofauna se destaca el sapo andino (Bufo spinolosus), la no hace mucho descubierta por la ciencia rana gárgola (Alsohdes gargola), la ranita de Darwin (Rhinoderma darwini), la rana verde austral (Hylorina sylvatica), el sapito cuatro ojos (Pleurodema thaud), el sapo del bosque (Bufo variegatus).
Algunas aves conspicuas de la estepa son el gaucho pardo (Agriornis murina), el choique o ñandú petiso (Pterocnemia pennata) y la martineta común (Eudromia elegans), la dormilona común (Muscisaxicola macloviana), el canastero de garganta negra (Thripophaga patagonica), la monjita castaña (Neoxolmis rufiventris), el torito pico negro (Anairetes parulus), la diuca común (Diuca diuca), el cabecita negra de corbata (Spinus barbatos o Carduelis barbatos según los autores), el pecho colorado grande (Sturnella loyca) y el yal amarillo ( Phrygilus carbonarus), entre muchas otras especies.
Entre las rapaces se citan como habituales al águila mora (Geranoatus melanoleucus), el gavilán ceniciento (Circus cinereus), el aguilucho cabeza negra (Buteo albicaudatus), el halcón peregrino (Falco peregrinus)
En la nómina mamíferos continentales el grupo más numeroso es el de los roedores. Sólo se hará mención de las especies más conspicuas o por el contrario, cuyas poblaciones son escasas u ostentan algún grado de amenaza como ocurre con la comadrejita patagónica (Lestodelphis halli), el moloso gris de orejas anchas o común (Tadarida brasiliensis), el zorrino patagónico (Conepatus humboldtii), la mara (Dolichotis patagonum)-Vulnerable-, el guanaco (Lama guanicoe), considerado Potencialmente vulnerable (Canevari y Balboa, 2003). Otras especies que están en le territorio chubutense son el gato del pajonal (Lynchailurus pajeros)- Vulnerable-, el gato montés común (Oncifelis geoffroyi), el puma (Puma concolor) ,el zorro colorado o zorro patagónico (Dusicyon gymnocercus), el zorro gris (Dusicyon gymnocercus) y el hurón menor (Galictis cuja). Recursos culturales
Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez
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