Flora
La vegetación
de la
Reserva
está
distribuida
en seis
ambientes
naturales
distintos.
Por un
lado,
una
franja
de árboles
y arbustos
que se
desarrolla
a orillas
de los
ríos
Paraná
y Uruguay,
desde
el sur
de Brasil
hasta
la provincia
de Buenos
Aires,
conocida
como selva
ribereña.
Está
conformada
por árboles
de mediano
porte
que constituyen
el llamado
monte
blanco
y se la
puede
considerar
como una
versión
empobrecida
de los
bosques
chaqueños.
Las especies
más
representativas
son el
sauce
criollo
(Salix
humboldtiana),
un árbol
que crece
en todo
el país,
siempre
a orillas
de los
ríos,
el aliso
de río
(Tessaria
integrifolia),
alto y
delgado,
similar
al sauce,
y que
crece
rápidamente
sobre
los bancos
de arena,
la anacahuita
(Blepharocalyx
salicifolius),
el curupí
(Sapium
haematospermum)
y el ceibo
(Erythrina
crista-galli)
(6). Este
ultimo
pertenece
a la familia
del poroto
y es un
árbol
que difícilmente
supere
los 10
m de altura.
Posee
un tronco
bajo y
rugoso
y su amplia
copa es
desaliñada,
pero,
a pesar
de ello,
es una
especie
ornamental
muy aceptada
cuya flor
es símbolo
de nuestro
país
y del
Uruguay
(5). No
se puede
dejar
de mencionar
a la palmera
pindó
(Syagrus
romanzoffiana),
que da
nombre
al Paraná
de las
Palmas.
A
la sombra
de estos
árboles
crecen
arbustos
entre
los cuales
se encuentran
lianas
y enredaderas,
destacándose
helechos,
cactus
y claveles
del aire,
todo lo
cual confiere
al lugar
un aspecto
selvático.
Otro ambiente
diferenciable
y próximo
a la ribera
del Paraná
es el
de los
pajonales
de espadaña
(Zizaniopsis
bonariensis),
donde
aparecen
ceibos
dispersos
(1).
A continuación
se extienden
los totorales
y juncales,
donde
las especies
predominantes
son el
junco
(Schoenoplectus
californicus)
y la totora
(Typha
latifolia),
acompañadas
por otras
especies
palustres
como la
paja brava
(Scirpus
giganteus)
(3). Cabe
mencionar
también
que dentro
de este
ambiente
se encuentran
las plantas
acuáticas
que tapizan
las lagunas,
como el
helechito
de agua
(Salvinia
rotundifolia),
la lenteja
de agua
(Lemna
minima)
y el camalote
(Eichornia
spp) (3).
Hacia
el oeste,
los pastizales
y espartillares
ocupan
una extensa
llanura
aluvial
con suelos
de distinto
pH. En
esta zona
se desarrolla
uno de
los pastizales
más
extensos
de la
Reserva
(aproximadamente
1000 ha)
En los
suelos
de baja
salinidad
crece
la cortadera
(Cortaderia
selloana)
(1), en
tanto
en los
suelos
alcalinos
predominan
las gramíneas
halófilas
de escasa
altura,
la más
abundante
de las
cuales
es el
pasto
salado
o pelo
de chancho
(Distichlis
spicata).
En los
suelos
pantanosos
y arcillosos
formados
sobre
el lecho
de inundación
del río
Luján
se desarrolla
el espartillar,
donde,
como su
nombre
lo indica,
predomina
el espartillo
(Spartina
densiflora),
que en
algunas
zonas
se presenta
acompañado
por la
cortadera
y el guaycurú
(Limonium
brasiliense)
(3). Una
rareza
digna
de mencionar
es el
hunquillar,
compuesto
por manchones
de matos
esféricos
de hunco
(Juncus
acutus).
Otro
ambiente
diferenciable
es el
compuesto
por un
pastizal
característico
de la
llanura
pampeana,
donde
aparecen
distintas
especies
de árboles.
Por ultimo,
cabe mencionar
el talar,
típico
de la
barranca.
El tala
(Celtis
tala)
es un
árbol
de unos
8 m de
altura
que constituye
el 70
% de la
cobertura
total
de este
ambiente
Sus copas
albergan
numerosas
plantas
epífitas.
Debido
a que
es el
único
talar
bonaerense
protegido
por la
Administración
de Parques
Nacionales,
se encuentra
en un
aceptable
estado
de conservación.
También
se pueden
encontrar
especies
como el
ombú
(Phytolacca
dioica),
el sauco
(Sambucus
australis)
y el molle
(Schinus
longifolius).
Investigación
y Textos:
Sergio
Frusella
Supervisión
Técnica
Honoraria:
Juan Carlos
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