Problemas de Conservación
La insularización (estado de aislamiento) del área protegida es uno de los problemas de conservación importantes, dado que ocasiona la pérdida de continuidad ambiental con el entorno. Esto dificulta el intercambio genético entre poblaciones con escaso número de ejemplares o que necesitan grandes territorios para su supervivencia. Estos perjuicios aumentan para la fauna que tiene su hábitat restringido a determinados ambientes (bosques, palmares u otros hábitats específicos).
Al estar rodeado mayoritariamente de establecimientos agropecuarios, siempre existe el riesgo del ingreso de ganado de cualquier tipo. En este sentido, los límites más conflictivos son:
-Límite centro este: el sector más crítico es el ubicado en las adyacencias del área operativa, donde están radicadas varias familias, una de las cuales tiene una carbonera y extrae madera para postes, en tanto la otra recolecta leña.
En una pequeña villa aledaña a la Escuela P.N. Chaco se fabrican ladrillos. Por otra parte, las actividades forestales de tiempo atrás han eliminado gran parte del monte fuerte que acompañaba al río Negro.
-Límite norte centro: hay una notoria pérdida de continuidad de las masas boscosas debido a la utilización del sitio para actividades agropecuarias. También aquí hay una fábrica de ladrillos. Si bien debe considerarse que esta actividad es el único medio de sustento para algunas familias, el impacto sobre el ambiente es grave y debe buscarse alguna alternativa que compatibilice los intereses de los sectores involucrados.
-Extremo norte: tala indiscriminada para la fabricación de carbón y otros fines.
-Sector sudoeste: aquí existen dos carboneras abandonadas y, además de las actividades pecuarias tradicionales, también se cría ganado ovino.
Las inundaciones, especialmente las de los últimos años, condicionan seriamente el usufructo del Parque, obstaculizando a su vez las tareas de control y vigilancia. Existen obras de canalización que acentúan los efectos del fenómeno, como por ejemplo un desagüe que muere en una propiedad vecina y deriva las aguas hacia los bañados del Panza de Cabra. Por otra parte, no se conocen con precisión las secuelas que este tipo de fenómeno deja sobre la fauna, la flora y los suelos.
Otro problema de conservación común a muchas áreas naturales protegidas es el de los incendios espontáneos pero, principalmente, los ocasionados maliciosamente por la ignorancia de sectores sociales que desconocen absolutamente la trascendencia de una zona protegida. En el Parque Nacional Chaco, para prevenir las consecuencias de estos siniestros, podrían implementarse refugios para la fauna. A pesar del riesgo que implican los incendios, es necesario aclarar que en el Parque se utiliza el fuego en forma manejada para controlar la expansión de vegetación no deseada. Asimismo, es muy necesario erradicar –o al menos impedir el avance– de la mayor cantidad posible de especies de flora y fauna exóticas, ya sea con este método o con otros que los expertos decidan.
Los periódicos fuegos intencionales se originan mayoritariamente en el sector sur del Parque (lote VI b) y en las zonas conocidas con los nombres de Ibarola (con la intención de ingresar ganado al área), Guayasi, Pampa del Medio y Palma Sola.
Un problema no menos común a las zonas preservadas, cualquiera sea la jurisdicción que en ellas se ejerza, es el ingreso de ganado proveniente generalmente de los campos vecinos.
Otro factor que incide negativamente en la conservación de este espacio es la contaminación del río Negro por la descarga de efluentes cloacales provenientes de la localidad de Colonias Unidas y por los desechos que arrojan los vecinos. Se estima como muy probable que, de las zonas de cultivo ubicadas aguas arriba del río Negro, éste reciba vertido de agroquímicos.
El furtivismo es otro flagelo que soportan los parques y reservas naturales; muchas veces los cazadores provienen de zonas cercanas al área. Como se podrá observar, muchos de los problemas mencionados involucran acciones provocadas por pobladores vecinos. Por lo tanto, cabe aquí hacer propias las palabras del doctor Claude Martin, director general del WWF Internacional, cuando expresó: “… las zonas protegidas sólo serán viables si las comunidades locales se benefician con ellas y participan en formar la armonía entre la gente y la naturaleza...”.
Investigación
y Textos:
Gabriel Omar Rodríguez
Supervisión
Técnica
Honoraria:
Juan Carlos
Chebez
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