| Flora  Desde 
                                                                        el punto 
                                                                        de vista 
                                                                        biogeográfico, 
                                                                        se conoce 
                                                                        como región 
                                                                        andinopatagónica 
                                                                        a una 
                                                                        delgada 
                                                                        franja 
                                                                        encadenada 
                                                                        a lo largo 
                                                                        de las 
                                                                        laderas 
                                                                        orientales 
                                                                        de los 
                                                                        Andes 
                                                                        australes. 
                                                                        Se extiende, 
                                                                        entonces, 
                                                                        desde 
                                                                        el norte 
                                                                        de la 
                                                                        provincia 
                                                                        del Neuquén 
                                                                        hasta 
                                                                        las islas 
                                                                        de Tierra 
                                                                        del Fuego 
                                                                        y De Los 
                                                                        Estados, 
                                                                        conformando 
                                                                        un profuso 
                                                                        escenario 
                                                                        de bosques, 
                                                                        montañas, 
                                                                        ríos 
                                                                        y lagos 
                                                                        de 2.000 
                                                                        km de 
                                                                        longitud 
                                                                        (2).
 En toda 
                                                                        esta área 
                                                                        cordillerana, 
                                                                        que presenta 
                                                                        poca variación 
                                                                        en la 
                                                                        flora, 
                                                                        las tonalidades 
                                                                        de verde 
                                                                        son interrumpidas 
                                                                        de vez 
                                                                        en cuando 
                                                                        por irrupciones 
                                                                        de la 
                                                                        estepa. 
                                                                        Los fitogeógrafos 
                                                                        han decidido 
                                                                        incluir 
                                                                        a estos 
                                                                        bosques, 
                                                                        bajo la 
                                                                        denominación 
                                                                        de “bosques 
                                                                        subantárticos”, 
                                                                        en una 
                                                                        nueva 
                                                                        región 
                                                                        fitogeográfica: 
                                                                        la antártica. 
                                                                        La mayoría 
                                                                        del subcontinente 
                                                                        sudamericano 
                                                                        pertenece 
                                                                        a la gran 
                                                                        región 
                                                                        neotropical, 
                                                                        pero Nueva 
                                                                        Zelanda, 
                                                                        las islas 
                                                                        subantárticas 
                                                                        y la Antártida 
                                                                        representan, 
                                                                        junto 
                                                                        con el 
                                                                        bosque 
                                                                        subantártico, 
                                                                        a la mencionada 
                                                                        región 
                                                                        antártica 
                                                                        (2, 11). 
                                                                        El 
                                                                        bosque 
                                                                        subantártico 
                                                                        de estas 
                                                                        islas 
                                                                        conserva 
                                                                        gran parte 
                                                                        de la 
                                                                        fisonomía 
                                                                        continental, 
                                                                        pero presenta 
                                                                        sólo 
                                                                        seis de 
                                                                        sus especies 
                                                                        arbóreas: 
                                                                        el ñire 
                                                                        (Nothofagus 
                                                                        antarctica), 
                                                                        el canelo 
                                                                        (Drimys 
                                                                        winteri), 
                                                                        la leña 
                                                                        dura (Maytenus 
                                                                        magellanica), 
                                                                        el notro 
                                                                        o ciruelillo 
                                                                        (Embothrium 
                                                                        coccineum), 
                                                                        la lenga 
                                                                        (Nothofagus 
                                                                        pumilio) 
                                                                        y el guindo 
                                                                        o coihue 
                                                                        magallánico 
                                                                        (Nothofagus 
                                                                        betuloides). 
                                                                        Estas 
                                                                        dos últimas 
                                                                        especies 
                                                                        predominan 
                                                                        en los 
                                                                        bosques 
                                                                        de los 
                                                                        sectores 
                                                                        húmedos 
                                                                        y cercanos 
                                                                        a la costa 
                                                                        del canal 
                                                                        de Beagle 
                                                                        del parque. 
                                                                        Por su 
                                                                        parte, 
                                                                        el bosque 
                                                                        de lengas 
                                                                        es el 
                                                                        más 
                                                                        abundante 
                                                                        en el 
                                                                        área 
                                                                        protegida 
                                                                        y prolifera 
                                                                        hasta 
                                                                        los 600 
                                                                        m de altitud 
                                                                        en las 
                                                                        laderas 
                                                                        de las 
                                                                        sierras, 
                                                                        que es 
                                                                        el límite 
                                                                        máximo 
                                                                        de vegetación 
                                                                        que se 
                                                                        encuentra 
                                                                        en la 
                                                                        isla de 
                                                                        Tierra 
                                                                        del Fuego.
  A 
                                                                        partir 
                                                                        de los 
                                                                        500 m 
                                                                        de altura, 
                                                                        la forma 
                                                                        de los 
                                                                        árboles 
                                                                        cambia 
                                                                        para presentar 
                                                                        una fisonomía 
                                                                        más 
                                                                        parecida 
                                                                        a la de 
                                                                        un arbusto. 
                                                                        Esta forma 
                                                                        se denomina 
                                                                        “achaparrada” 
                                                                        y es una 
                                                                        adaptación 
                                                                        a los 
                                                                        vientos 
                                                                        fuertes 
                                                                        que azotan 
                                                                        en las 
                                                                        alturas.
 La lenga 
                                                                        es una 
                                                                        especie 
                                                                        arbórea 
                                                                        bien adaptada 
                                                                        a las 
                                                                        condiciones 
                                                                        rigurosas 
                                                                        que impone 
                                                                        el clima 
                                                                        frío 
                                                                        de la 
                                                                        región; 
                                                                        hasta 
                                                                        puede 
                                                                        adoptar 
                                                                        una forma 
                                                                        rastrera 
                                                                        en el 
                                                                        límite 
                                                                        de altura 
                                                                        de su 
                                                                        distribución 
                                                                        (11). 
                                                                        Como pierde 
                                                                        las hojas 
                                                                        en invierno 
                                                                        (es caducifolia), 
                                                                        durante 
                                                                        el otoño 
                                                                        el bosque 
                                                                        se pinta 
                                                                        de una 
                                                                        variedad 
                                                                        de colores 
                                                                        que va 
                                                                        de los 
                                                                        verdosos 
                                                                        a los 
                                                                        amarillos, 
                                                                        pasando 
                                                                        por toda 
                                                                        la gama 
                                                                        de rojizos. 
                                                                        El bosque 
                                                                        de lengas 
                                                                        adquiere 
                                                                        entonces 
                                                                        una calidez 
                                                                        característica, 
                                                                        pero en 
                                                                        cada estación 
                                                                        del año 
                                                                        brinda 
                                                                        un paisaje 
                                                                        diferente 
                                                                        y un motivo 
                                                                        para el 
                                                                        deleite 
                                                                        de los 
                                                                        visitantes, 
                                                                        que viven 
                                                                        sus colores 
                                                                        como un 
                                                                        regalo 
                                                                        sublime 
                                                                        de la 
                                                                        naturaleza. 
                                                                        Un árbol 
                                                                        de lenga 
                                                                        puede 
                                                                        alcanzar 
                                                                        los 30 
                                                                        m de altura 
                                                                        en las 
                                                                        zonas 
                                                                        más 
                                                                        bajas. 
                                                                        Los ejemplares 
                                                                        más 
                                                                        antiguos, 
                                                                        por su 
                                                                        parte, 
                                                                        poseen 
                                                                        diámetros 
                                                                        que rondan 
                                                                        el metro 
                                                                        y medio. 
                                                                        El 
                                                                        guindo, 
                                                                        en cambio, 
                                                                        es un 
                                                                        árbol 
                                                                        perennifolio 
                                                                        (no pierde 
                                                                        sus hojas 
                                                                        durante 
                                                                        el invierno) 
                                                                        Por lo 
                                                                        tanto, 
                                                                        mantiene 
                                                                        su verdor 
                                                                        continuamente. 
                                                                        Alcanza 
                                                                        también 
                                                                        una gran 
                                                                        altura, 
                                                                        ya que 
                                                                        llega 
                                                                        a medir 
                                                                        más 
                                                                        de 35 
                                                                        m., y 
                                                                        reemplaza 
                                                                        al coihue 
                                                                        (Nothofagus 
                                                                        dombeyi) 
                                                                        en el 
                                                                        bosque 
                                                                        subantártico 
                                                                        a partir, 
                                                                        aproximadamente, 
                                                                        de los 
                                                                        48† de 
                                                                        latitud 
                                                                        S hacia 
                                                                        el sur. 
                                                                        Aparece 
                                                                        en grupos, 
                                                                        formando 
                                                                        pequeñas 
                                                                        comunidades 
                                                                        en el 
                                                                        bosque 
                                                                        de lengas 
                                                                        hasta 
                                                                        una altitud 
                                                                        de 200 
                                                                        m y se 
                                                                        distingue 
                                                                        por ser 
                                                                        más 
                                                                        robusto 
                                                                        que los 
                                                                        que lo 
                                                                        rodean 
                                                                        (2). En 
                                                                        el parque 
                                                                        es más 
                                                                        frecuente 
                                                                        hacia 
                                                                        el este, 
                                                                        donde 
                                                                        forma 
                                                                        comunidades 
                                                                        con el 
                                                                        canelo 
                                                                        en los 
                                                                        sectores 
                                                                        más 
                                                                        lluviosos 
                                                                        del archipiélago 
                                                                        (10). Las comunidades 
                                                                        de ñire 
                                                                        son frecuentes 
                                                                        en sectores 
                                                                        anegados, 
                                                                        pero esta 
                                                                        especie 
                                                                        también 
                                                                        forma 
                                                                        bosques 
                                                                        mixtos 
                                                                        con la 
                                                                        lenga. 
                                                                        Expuesto 
                                                                        a los 
                                                                        vientos 
                                                                        y a una 
                                                                        altura 
                                                                        no superior 
                                                                        a los 
                                                                        600 m, 
                                                                        puede 
                                                                        adoptar 
                                                                        una forma 
                                                                        achaparrada. 
                                                                        Este árbol 
                                                                        pertenece 
                                                                        al mismo 
                                                                        género 
                                                                        que los 
                                                                        anteriores 
                                                                        pero tolera 
                                                                        mejor 
                                                                        el drenaje 
                                                                        pobre 
                                                                        de los 
                                                                        suelos, 
                                                                        por lo 
                                                                        cual es 
                                                                        el más 
                                                                        frecuente 
                                                                        en los 
                                                                        fondos 
                                                                        de los 
                                                                        valles. 
                                                                        Debido 
                                                                        tal vez 
                                                                        a su preferencia 
                                                                        por los 
                                                                        hábitats 
                                                                        más 
                                                                        húmedos 
                                                                        (2) es 
                                                                        común 
                                                                        que hongos, 
                                                                        líquenes 
                                                                        e insectos 
                                                                        actúen 
                                                                        sobre 
                                                                        él.
  Entre 
                                                                        los bosques 
                                                                        se extienden 
                                                                        extensos 
                                                                        turbales, 
                                                                        espacios 
                                                                        anegados 
                                                                        donde 
                                                                        se desarrollan 
                                                                        casi exclusivamente 
                                                                        musgos 
                                                                        del género 
                                                                        Sphagnum 
                                                                        (Sphagnum 
                                                                        magellanicum, 
                                                                        11). Sus 
                                                                        bajas 
                                                                        temperaturas 
                                                                        impiden 
                                                                        la descomposición 
                                                                        de la 
                                                                        vegetación 
                                                                        acumulada, 
                                                                        y su pH 
                                                                        se torna 
                                                                        ácido. 
                                                                        Las hojas 
                                                                        y tallos 
                                                                        se acumulan, 
                                                                        apilándose 
                                                                        unos sobre 
                                                                        otros, 
                                                                        y así 
                                                                        constituyen 
                                                                        un ambiente 
                                                                        en sí 
                                                                        mismo 
                                                                        donde 
                                                                        proliferan 
                                                                        hongos 
                                                                        y líquenes. 
                                                                        El terreno 
                                                                        está 
                                                                        inundado, 
                                                                        es blando 
                                                                        y resulta 
                                                                        peligroso 
                                                                        aventurarse 
                                                                        a caminar 
                                                                        sobre 
                                                                        él. 
                                                                        En los 
                                                                        bordes 
                                                                        del turbal 
                                                                        pueden 
                                                                        encontrarse 
                                                                        juncales 
                                                                        (Schoenoplectus 
                                                                        californicus), 
                                                                        y, asociada 
                                                                        a aquél, 
                                                                        una pequeña 
                                                                        planta 
                                                                        insectívora 
                                                                        de vibrante 
                                                                        colorido 
                                                                        (Drosera 
                                                                        uniflora). 
                                                                        Además, 
                                                                        alrededor 
                                                                        de estos 
                                                                        turbales 
                                                                        se disponen 
                                                                        pequeños 
                                                                        bosques 
                                                                        de ñire 
                                                                        que pueden 
                                                                        adaptarse 
                                                                        a las 
                                                                        condiciones 
                                                                        de escaso 
                                                                        drenaje 
                                                                        que los 
                                                                        circundan 
                                                                        (1, 2), 
                                                                        creándose 
                                                                        así 
                                                                        un ecosistema 
                                                                        característico 
                                                                        de la 
                                                                        zona.
 El canelo 
                                                                        se desarrolla 
                                                                        en toda 
                                                                        su plenitud 
                                                                        en las 
                                                                        costas 
                                                                        del canal 
                                                                        de Beagle, 
                                                                        porque 
                                                                        el ambiente 
                                                                        es húmedo 
                                                                        y ofrece 
                                                                        cierto 
                                                                        reparo. 
                                                                        Es un 
                                                                        árbol 
                                                                        perenne 
                                                                        que hallamos 
                                                                        frecuentemente 
                                                                        asociado 
                                                                        al guindo. 
                                                                        El notro, 
                                                                        en cambio, 
                                                                        trepa 
                                                                        por las 
                                                                        laderas, 
                                                                        embelleciendo 
                                                                        el paisaje 
                                                                        con sus 
                                                                        flores 
                                                                        rojas 
                                                                        hasta 
                                                                        los 100 
                                                                        m de altitud 
                                                                        (2).  El 
                                                                        sotobosque 
                                                                        es abierto, 
                                                                        con abundantes 
                                                                        musgos 
                                                                        y helechos. 
                                                                        En él 
                                                                        crecen 
                                                                        la mora 
                                                                        y la leña 
                                                                        dura, 
                                                                        entre 
                                                                        otros 
                                                                        arbustos 
                                                                        y plantas 
                                                                        herbáceas. 
                                                                        Durante 
                                                                        la primavera 
                                                                        puede 
                                                                        encontrarse 
                                                                        una orquídea 
                                                                        (Codonorchis 
                                                                        lessonii), 
                                                                        cuyas 
                                                                        flores 
                                                                        blancas 
                                                                        asoman 
                                                                        desde 
                                                                        el borde 
                                                                        del bosque, 
                                                                        y los 
                                                                        hongos 
                                                                        en polvera 
                                                                        (1). Los 
                                                                        colores 
                                                                        más 
                                                                        vistosos 
                                                                        los aportan 
                                                                        las mutillas 
                                                                        (Empetrum 
                                                                        rubrum), 
                                                                        las violetas 
                                                                        (Viola 
                                                                        sp.) y 
                                                                        las prímulas 
                                                                        (Primula 
                                                                        farinacea).
 La mutilla 
                                                                        o murtilla 
                                                                        de Magallanes 
                                                                        es un 
                                                                        arbusto 
                                                                        pequeño 
                                                                        y achaparrado, 
                                                                        de ramas 
                                                                        tendidas, 
                                                                        hojas 
                                                                        punzantes 
                                                                        y flores 
                                                                        rojizas 
                                                                        cubiertas 
                                                                        por brácteas 
                                                                        en forma 
                                                                        de escamas. 
                                                                        Sus frutos 
                                                                        son rojos 
                                                                        y carnosos, 
                                                                        drupas 
                                                                        de seis 
                                                                        semillas 
                                                                        que le 
                                                                        dieron 
                                                                        el nombre 
                                                                        de “uvilla 
                                                                        de perdicita”, 
                                                                        que fructifican 
                                                                        en primavera 
                                                                        y también 
                                                                        durante 
                                                                        el verano. 
                                                                        Los indios 
                                                                        ona (4) 
                                                                        solían 
                                                                        consumir 
                                                                         estos 
                                                                        frutos 
                                                                        comestibles 
                                                                        y de sabor 
                                                                        dulce 
                                                                        acidulado. 
                                                                        Las violetas, 
                                                                        a pesar 
                                                                        de su 
                                                                        nombre, 
                                                                        poseen 
                                                                        flores 
                                                                        amarillas, 
                                                                        y las 
                                                                        prímulas 
                                                                        pincelan 
                                                                        el lugar 
                                                                        con los 
                                                                        colores 
                                                                        blancos 
                                                                        de sus 
                                                                        flores. 
                                                                        En verano, 
                                                                        con la 
                                                                        floración 
                                                                        de las 
                                                                        armerias 
                                                                        (Armeria 
                                                                        maritima), 
                                                                        las costas 
                                                                        se salpican 
                                                                        de pétalos 
                                                                        rosados 
                                                                        y los 
                                                                        campos 
                                                                        lucen 
                                                                        alegres 
                                                                        grupos 
                                                                        de margaritas 
                                                                        (Chrysanthemum 
                                                                        spp.) 
                                                                        blancas 
                                                                        y amarillas. 
                                                                        Pero en 
                                                                        el parque 
                                                                        las flores 
                                                                        proliferan 
                                                                        todo el 
                                                                        año, 
                                                                        haciendo 
                                                                        que el 
                                                                        paisaje 
                                                                        cambie 
                                                                        con las 
                                                                        estaciones. 
                                                                        En invierno, 
                                                                        por ejemplo, 
                                                                        el blanco 
                                                                        de la 
                                                                        nieve 
                                                                        se interrumpe 
                                                                        cuando 
                                                                        florece 
                                                                        el michay 
                                                                        (Berberis 
                                                                        ilicifolia), 
                                                                        que abre 
                                                                        sus flores 
                                                                        de un 
                                                                        ámbar 
                                                                        fulgurante 
                                                                        en esa 
                                                                        estación 
                                                                        (2). Investigación 
                                                                        y Textos: 
                                                                        Ana Laura 
                                                                        Monserrat 
                                                                        Supervisión 
                                                                        Técnica 
                                                                        Honoraria: 
                                                                        Juan Carlos 
                                                                        Chebez
 
  Copyright 
                                                                      © Patrimonionatural.com Prohibida 
                                                                      su reproducción 
                                                                      por cualquier 
                                                                      medio para 
                                                                      fines comerciales, 
                                                                      sin la autorización 
                                                                      expresa 
                                                                      del editor.
 Las fotografías 
                                                                      son propiedad 
                                                                      de sus autores. 
                                                                      Prohibida 
                                                                      su reproducción 
                                                                      por cualquier 
                                                                      medio sin 
                                                                      autorización 
                                                                      expresa 
                                                                      de los mismos.
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