Lagunas y Palmares

Reserva de Uso Múltiple - Santa Fe
 

EDICION PROVISORIA - EN PROCESO DE DIAGRAMACION




Reserva Provincial de Uso Múltiple
Lagunas y Palmares
Provincia de Santa Fe

Categoría
Una de las principales funciones que cumplen la reservas de uso múltiple es contribuir a compensar el fenómeno de insularidad (aislamiento) que afecta a las áreas protegidas con categorías más estrictas en cuanto a la conservación se refiere.
Las reservas de usos múltiples privilegian la compatibilidad entre la explotación agropecuaria y la conservación de sectores relictuales que posea el campo. En el caso específico de la Provincia de Santa Fe las áreas son de dominio privado y surgen de convenios que realiza el propietario del predio con el estado provincial. En ellas se permite la introducción de especies exóticas con el fin de mejorar el rendimiento de la producción global del área, la explotación racional de los recursos pero no se utilizan agroquímicos y se establece una veda total de caza y pesca. Asimismo se determina que la zona protegida no debe ser inferior al 5% del total de la extensión del campo y el administrador debe establecer planes de manejo del establecimiento para armonizar el usufructo agropecuario con la conservación. El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio no tiene ingerencia en el manejo, salvo que se contravengan las normas establecidas. Estas áreas integran el Sistema Provincial de Áreas Protegidas.

Ubicación
La Reserva se encuentra ubicada en el centro-norte de la provincia de Santa Fe a algo más de 70 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Vera y dentro de la jurisdicción del Departamento del mismo nombre. Sus coordenadas son 29† 45' Lat. S y 60† 35' Long. O.

Superficie
El área analizada cuenta con 4.052 hectáreas de extensión.

Fecha e instrumento legal de creación
La Reserva Provincial de Uso Múltiple Lagunas y Palmares tuvo su origen el 28 de agosto de 1996 mediante el dictamen de la Resolución N† 307 del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio. Esta normativa ratifica el acuerdo entre el señor Norberto Romagnoni -propietario del campo- y el Gobierno Provincial.

Relieve
La superficie que ocupa el área prospectada es una zona contigua al margen sudeste de la laguna El Palmar y su fisonomía responde a las características señaladas para las distintas áreas protegidas del norte del territorio provincial. En las mismas se define al relieve de Santa Fe como una extensa llanura que se extiende desde los 28† 00‚ hasta la línea aproximada de 34† 20‚ Lat. Sur que presenta dos zonas bien diferenciadas. Una de ellas se desarrolla en el norte y se denomina baja llanura chaqueña y la otra lo hace al sur, identificándose con el nombre de llanura pampeana que presenta algo de altura aunque su cota en ningún punto supera los 150 metros, actuando el valle del río Salado como divisorio de ambas regiones.
La región del chaco santafecino es producto de una fosa de hundimiento que está enmarcada por el bloque de Brasilia al este y las sierras pampeanas al oeste y cuyo basamento cristalino está cubierto por un espeso manto de sedimentos continentales y marinos de distinto origen. Esta fosa fue afectada por los movimientos tectónicos que formaron la Cordillera de los Andes, produciendo fallas en sentido norte-sur que afectaron al subsuelo sin que ello repercuta demasiando en el relieve. Sólo se produjo que el drenaje tomara el rumbo meridiano señalado por las fallas y que el río Salado fuera el colector de las aguas luego de atravesar la zona de los Bajos Submeridionales. La región chaqueña posee dos mínimas elevaciones, una ubicada al este y la otra al oeste, en medio de las cuales se desarrollan los mencionados Bajos, que ocupan gran parte de los departamentos Vera y 9 de Julio.
Al este de la llanura chaqueña, en una ancha franja que bordea al Paraná por muchos kilómetros, se formó un gran valle aluvial que presenta una notable variedad de ambientes húmedos, con cursos de agua lóticos y lénticos como riachos, arroyos, bañados, esteros, lagunas, madrejones, albardones que bordean los espejos de agua, pastizales, pajonales, selvas en galería, bosques de sauces y palmares, entre otros.
La región de la llanuras pampeanas, con su parte norte "centro del territorio provincial" que algunos autores denominan Pampa Llana del Centro, muy plana, también sufrió efectos del movimiento andino al formarse la Pampa Ondulada, al sur de la anterior, que presenta una pronunciada barranca que en algunos sectores alcanza los 20 metros de altura frente al Paraná y un desnivel, llamado Borde de los Altos o Pampa Deprimida, en el sector sudoeste generado por los bloques hundidos de la naciente del río Salado del Sur. En esta parte de la Provincia de Santa Fe hay un sector más deprimido que se caracteriza por tener un drenaje indefinido donde se forman lagunas y bañados, como la laguna Melincué con 48.200 hectáreas de superficie.
De acuerdo al mapa de Ordenes de suelos elaborado por el INTA (1982) para la Argentina, el territorio de la provincia de Santa Fe está constituido preponderantemente por tres tipos de suelos: la mitad sur y una franja que penetra por el oeste hasta el extremo norte, posee marcadamente Molisoles; casi toda la parte restante está conformada por Alfisoles mezclados con Molisoles en algunos sectores, y estas dos grandes partes están separadas por un friso angosto de suelos de tipo Vertisoles, también con incursiones de Molisoles.

Hidrografía
El río Paraná, con una enorme subcuenca que abarca 1.510.000 kilómetros cuadrados, es el principal cauce de la Provincia– y esta entre los más extensos del mundo con sus 3.740 km. de longitud, incluyendo el tramo del Paranaiba. Para su estudio se lo divide en tres tramos con caracteres distintos. El primero, que se denomina Alto Paraná - también llamado Paraná brasileño o mesetario- goza de un clima tropical con precipitaciones concentradas en los meses de verano, que establecen el régimen del río hasta su desagüe en el Plata, con predominio de caudales importantes en verano-otoño. Las lluvias de la alta cuenca, que se producen de diciembre a abril, con un máximo en febrero, derraman los mayores montos en las nacientes del río Tieté, en la Serra do Mar, donde superan los 4.000mm. anuales. El Alto Paraná, que se extiende desde su naciente hasta las cercanías de Posadas, discurre por un lecho tortuoso y de ancho variable (Iglesias de Cuello, A. 1982).
Hasta Diamante se extiende el Paraná Medio a lo largo de aproximadamente 600 km, salpicado de islas de origen fluvial. Con diferencias estructurales en ambas márgenes, el valle es más estrecho que aguas abajo y, por ende, está sujeto con mayor intensidad a los efectos de las crecientes que invaden islas y terrazas fluviales. La profusión de islas de carácter deltaico implantadas en el lecho del río, impulsa la formación de riachos laterales denominados „saladillos‰ que acompañan al curso principal.
Al norte de la ciudad de Santa Fe se localiza una importante cuenca lacustre compuesta por las lagunas San Pedro, Leyes y Setúbal. El principal afluente en este tramo medio es el río Salado del Norte (Juramento-Salado) de una longitud de 1500 km. y una cuenca de 247.000 km2 , pero por las condiciones del relieve llega a su desembocadura con el caudal disminuido. El segundo afluente más importante es el Carcarañá, formado por los ríos Tercero y Cuarto al sur de la provincia de Santa Fe. Desde este extremo se desarrolla en forma más o menos paralela al Paraná, el cauce del río San Javier que, junto con otros como el Paraná Miní, el Amores y una gran cantidad de pequeñas lagunas, entre las que se destacan Ñatiú y la del Medio, forman un gran humedal que dio lugar a que se declarara la zona como Sitio Ramsar.
El Bajo Paraná o Déltico se caracteriza por tener escasa pendiente, la orilla izquierda (este) es elevada y no la afectan las inundaciones y la derecha (oeste), hasta aproximadamente la localidad santafesina de San Lorenzo, es baja e inundable. Su curso hacia la desembocadura transcurre entre islas que culminan en el gran Delta del Paraná. El caudal de este río está altamente influenciado por las distintas represas que se construyeron en su recorrido.
En la región de los Bajos Submeridionales (ver ítem Relieve), donde está ubicada la Reserva Lagunas y Palmares, se desarrollaron una gran cantidad de lagunas y esteros de distintas dimensiones, cuya formación se vio favorecida por la dificultad de escurrimiento de las aguas que provienen de zonas más altas -como el dorso occidental que enmarca a esta región deprimida y sectores de Santiago del Estero y Chaco - hacia el cauce del Paraná debida a la pequeña elevación que se sitúa al este de los Bajos Submeridionales. La salinidad de los suelos, la presencia de una napa freática de la misma característica y las aguas provenientes de Santiago del Estero que son también salinas, hacen que sólo algunos espejos de agua del sector noreste tengan agua dulce. Las principales lagunas del norte santafecino son La Salada, La Tigra, del Aguaro, Palo Pelado que está comunicada por el arroyo Golondrinas con la Isoati, la del Toro, del Cerrito, la Loca, Cueva del Tigre, Calchaquí, Del Cristal y Del Palmar,entre otras. En la margen de esta última está la reserva prospectada.

Clima
La provincia de Santa Fe presenta tres tipos de clima en su dilatado (latitudinalmente) territorio: al norte de la isoterma media anual de 20 † C - ubicada próxima a la ciudad de Reconquista - encontramos, en el este un clima Subtropical sin estación seca y en el oeste Subtropical con estación seca. Al sur de estos, el clima Templado Húmedo cubre el resto de la provincia.
El clima subtropical sin estación seca se caracteriza por la escasa variación térmica anual con veranos cálidos e inviernos suaves, precipitaciones que llegan a los 1.100 mm. repartidas en forma más o menos pareja durante todo el año y por la abundante humedad. El clima subtropical con estación seca presenta una marcada disminución de las precipitaciones durante los meses de invierno y la cantidad de lluvia anual es inferior a los 1.000 mm., o sea algo menor a la de la clasificación anterior. Además se caracteriza por exhibir una gran amplitud térmica, que aumenta progresivamente hacia el oeste por disminución de la influencia oceánica, y mayor frecuencia de heladas, rondando los 20† C la temperatura media de las dos categorías de climas subtropicales. Hacia el sur se insinúa el clima templado con la disminución gradual de las temperaturas y de las precipitaciones que se sitúan en los 800 mm. anuales. Los vientos predominantes provienen de los sectores noreste, norte, sur y este, estableciendo su velocidad de circulación una media anual de 12 kilómetros por hora.
El clima de Santa Fe está marcado por algunos factores que lo determinan preponderantemente, ellos son: su posición y gran extensión latitudinal que ocupa desde los 28† hasta los 34 † 20‚(aprox.) Lat. S., la distancia del mar que le otorga caracteres de continentalidad y la gran planicie del extenso territorio que permite el libre desplazamiento de las masas de aire que influyen en las variables climáticas.
Para la zona de la laguna Del Cristal, Quirós et al.(1983) señala una media máxima de 42.0† C, la mínima media de 0,0† C y la media anual de 19,0† C. La precipitación anual media es de 1.050 mm., con mayor cantidad de lluvias en los meses de marzo y abril y las menores en el de julio.

Flora
Como se ha señalado en el desarrollo de otras áreas, las clasificaciones en biorregiones del territorio argentino son muchas. Aunque en general, el resultado al que llegan los distintos autores no difiere demasiado, algunos han logrado imponer más sus criterios ante la comunidad científica. Tal es el caso de Cabrera (1958, 1976) y Cabrera y Willink (1980). En el último trabajo- en el que incluye la flora y fauna- este autor divide a la porción del continente americano conocida como América Latina en regiones, a éstas en dominios y los dominios en provincias. Hace una cuarta subdivisión que denomina distritos, basada fundamentalmente en el tipo de vegetación predominante. Para el análisis de la clasificación de la Provincia de Santa Fe sólo tomaremos en cuenta el grado de provincias. Tres son las provincias biogeográficas en que se divide el territorio santafesino:
* la más austral, denominada Pampeana, abarca desde el extremo sur hasta una línea imaginaria que iría desde la localidad de Bouquet, en el este, hasta la de Barrancas por el oeste, aproximadamente. Es esta región la vegetación dominante es la estepa o seudoestepa de gramíneas, salpicada de arbustos y algunos árboles esporádicos.
* desde el límite norte de la biorregión precedente hasta otra línea que más al norte atravesaría el territorio provincial de este a oste, tomando como puntos de referencia las localidades de San Guillermo y Romang, se extiende la provincia del Espinal. Esta se caracteriza por la abundancia de especies arbóreas del género Prosopis “en su mayoría espinosas “ junto a otras de la región chaqueña.
* por último, la provincia Chaqueña, que ocupa desde el extremo norte provincial hasta la línea imaginaria que limita por el norte a la provincia del Espinal. En esta biorregión predomina el bosque semixerófilo en su parte oeste, agregándose otras especies en la parte este.
Algo más detallada para la provincia de Santa Fe es la división en ecosistemas realizada por Manzi y Fritschy (1986) la que distingue ocho regiones. Para el estudio de las reservas santafesinas esta clasificación nos parece adecuada. Dividiremos al extendido territorio en tercios para aproximarnos a señalar la ubicación de estas ecorregiones. En el tercio superior distinguimos tres regiones principales que ocupando franjas longitudinales de distinto ancho, de oeste a este son: llanura chaqueña xerofítica “relativamente angosta -, planicie inundable del centro norte o bajos submeridionales y parque chaqueño santafesino o cuña boscosa, ambas de ancho similar y mayores a la mencionada en primer término. En la parte sur de este tercio superior también se distinguen dos lonjas angostas que se prolongan hacia el sur. La más próxima al río Paraná se la denomina valle aluvial del Paraná y la ubicada al oeste la llaman paleocauce paranaense.
El tercio central forma casi en su totalidad el espinal santafecino a excepción de las dos franjas próximas al cauce del Paraná que se mencionaron en párrafo anterior. El tercio austral se lo divide en dos mitades en el sentido de los paralelos. La mitad norte es denominada pampa ondulada y la sur planicie medanosa lagunar.
La Reserva Provincial de Uso Múltiple Lagunas y Palmares está situada en la parte sudoeste de la cuña boscosa, muy próxima a los bajos submeridionales. Está delimitada por el río Calchaquí, la Laguna El Palmar y la ruta provincial N† 37. El paisaje es realmente impactante, a lo contribuye la presencia de grandes palmares de Copernicia alba o C. australis según otros autores, vulgarmente identificada, según las regiones, como palma blanca, palma colorada, caranday, palma negra, caranda-hú, palmera del techo y queic, en lengua toba, entre otros nombres. Es una palmera elevada de unos 10 metros de altura y, excepcionalmente, puede hasta duplicar esta cifra. Su estípite, rara vez ramificado, mide entre 20 y 30 centímetros de diámetro. Es una especie que sólo se la observa en la parte austral de América del Sur, ocupando en Argentina sectores de las provincias de Santa Fe, Formosa, Chaco, el noroeste de Corrientes y en la selva de las Yungas (Salta y Jujuy). Los nombres aparentemente contradictorios se deben a que en cada etapa del crecimiento su leño adquiere colores distintos. El blanquecino en su primer período, luego se torna rojizo y por último negruzco. En el Chaco aún las poblaciones de origen indígena comen el cogollo, al que se considera en medicina popular como un buen diurético y las hojas se utilizan para hacer pantallas y otros elementos. Hay sectores de la Reserva donde los típicos árboles de la región forman montes de algarrobo blanco (Prosopis alba), el algarrobo negro (Prosopis nigra), el ñandubay (Prosopis affinis), el chañar (Geoffrea decorticans), el espinillo (Acacia caven) y el quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco), entre otros. Estos montes casi siempre están acompañados de especies de bromeliáceas, epífitas y cactáceas. Hay espacios libras de vegetación arbórea ˆabras- donde crecen de variadas especies graminosas.

Fauna
La gran cantidad de humedales que ocupan el noreste santafesino, muchas veces interconectados entre sí y su vez comunicados con el Paraná, a través de cursos de agua como el río San Javier, hace que la fauna ictícola sea muy rica, aproximándose a las 150 especies según datos del Instituto Nacional de Limnología ( Rossi y Parma de Ceoux,1996). Sólo a título de ejemplo se mencionan algunas especies comunes como el moncholo (Pimelodus albicans), la morenita (Gymnotus carapo), dorado (Salminus maxillosus), el surubí (Pseudoplatystoma coruscans), el sábalo (Prochilodus lineatus) y muchísimas especies más de familias como Aphyocharax, Astyanax “todas conocidas con el nombre de mojarras -, Pimelodus, con distintos nombres comunes y Hypostomus, llamadas viejas de agua. También los anfibios presentan mucha diversidad de especies, entre los más conspicuos se encuentran: el sapo común (Bufo arenarum), el sapo buey (Bufo paracnemis), el sapito panza amarilla ( Bufo fernandezae); varias ranas de la familia Hylidae como la ranita del zarzal (Hyla pulchella) de tan sólo 4 o 5 centímetros y siempre oculta entre la vegetación marginal de arroyos o esteros, la ranita de las totoras (Hyla nana) llamada así por poner sus huevos adheridos a los juncos y totoras. También son comunes algunas especies de la familia Leptodactylidae como la rana chaqueña (Leptodactylus chaquensis) o la coralina (Leptodatylus laticeps) de más de diez centímetros de largo y vivos colores en su dorso como amarillos, negros y rojizos y, por último, la denominada rana llorona (Physalaemus santafecinus).
Entre los reptiles encontramos las tortugas acuáticas Hidromedusa tectifera o tortuga de río o de cuello de víbora, Acanthochelys pallidipectoris o comúnmente llamada tortuga acuática chata o tortuga canaleta o simplemente tortuga le suele decir el hombre de campo sin distinguir muchas veces algunas especies. Encontramos también varias especies de saurios, entre los que se ubica el lagarto overo (Tupinambis teguixin). Entre los ofidios sobresale por su número de especies la familia Colubridae con la culebra de bañado (Liophis poecilogyrus), la culebra verde (Chironius quadricarinatus), una de las tantas llamadas falsa yarará (Tomodon ocellatus) y varias especies más. Las víboras ˆ familia Viperidae ˆ presentan a la yarará chica (Bothrops neuwiedi ) y la yarará grande (Bothrops alternatus). Respecto a la familia Boidae no se encontró ninguna especie mencionada para el área en la bibliografía utilizada.
Donde la fauna se destaca por su variedad es con la ornitofauna. La presencia de este gran espejo de agua junto a otras lagunas, esteros, ríos y arroyos que pululan en la región, hacen que se destaquen las aves vinculadas al medio acuático. Por ejemplo es oportuno mencionar algunas especies no muy comunes como la aninga (Anhinga anhinga), también apodada biguá víbora en clara referencia a su larguísimo cuello, la espátula rosada (Ajaia ajaja), el macá grande (Podiceps major), el pato de collar (Anas leucophrys), la pollona pintada (Gallinula melanops), el pitotoy grande (Tringa melanoleuca) y el atí (Phaetusa simplex). De otras familias de aves cabe mencionar al ñacurutú (Bubo virginianus) el más grande del grupo de los búhos y lechuzas con una distribución que abarca casi todo el territorio argentino pero sus poblaciones son relativamente escasas. Encontramos en las proximidades de la laguna El Palmar y de los cursos de agua al martín pescador grande (Ceryle torquata) y el chico ( Chlroceryle americana), dentro de los carpinteros ˆ familia Picidae - están presentes en la Reserva el carpintero blanco (Melanerpes candidus), el bataraz chico (Picoides mixtus), el carpintero del cardón (Melanerpes cactorum) y otras especies más conspicuas.
Entre los passeriformes las nómina es extensa, estando representadas una gran cantidad de familias. Son de presencia habitual los chincheros del género Lepidocolaptes y el chinchero grande (Drymornis platyrostris), el crestudo (Coryphistera alaudina), como su nombre común lo indica resulta inconfundible por lucir un notorio copete erecto, el cachalote castaño (Pseudoseisura lophotes) también característico por su copete y su tamaño grande dentro de los furnáridos, la viudita blanca (Fluvicola pica) asociada ambientes acuáticos, lo mismo que el sobrepuesto(Lessonia rufa), la monjita blanca (Xolmis irupeo). La urraca común (Cyanocorax chrysops) que estaría presente solamente en la Reserva analizada y en la R.P. La Loca dentro de las áreas protegidas de Santa Fe, el barrillero congo (Agelaius reficapillus) cuyo hábitat preferido es la vegetación de agua, el boyero de ala amarilla( Cacicus chrysopterus), el chopí (Gnorimopsar chopi) no muy común y de distribución restringida al noreste argentino, el tordo de pico corto (Molothrus rufoaxillaris) y la choca listada (Thamnophilus doliatus) cuya cita sería la única para toda la provincia, y otras especies cuya mención detallada haría monótona la lectura de este informe.
En la mastofauna hay especies comunes en los ambientes acuáticos de la región como el carpincho (Hidrochoerus hydrochaeris) y el coipo (Myocastor coypus), la vizcacha (Lagostomus maximus), el zorro de monte (Cerdocyon thous), el guazuncho o corzuela parda (Mazama gouazoupira), el zorrino común (Conepatus chinga), la comadreja overa o común (Didelphys albiventris), el gato montés (Oncifelis geoffroyi). Son abundantes las especies pertenecientes a las familias Vespertilionidae ˆmurciélagos -, Muridae (ratas, ratones y colilargos), Cavidae (cuises) y un par de especies de la familia Dasypodidae (peludos, mulitas). Es muy posible la presencia de otras especies de mamíferos pero ello no se ha podido constatar en la bibliografía existente.

Recursos culturales
Al acercarnos al estudio de la historia ya sea de Santa Fe, de Argentina o de América, observamos que el mismo se hace con la llegada de los europeos o en los años más inmediatos a ese acontecimiento. Si bien es poco lo que se sabe de la época prehispánica por carencia de fuentes históricas, también influye en este desconocimiento una especie de indiferencia generalizada que existe respecto al conocimiento de nuestros ancestros, fenómeno al que debe contribuir el hecho de la abundante inmigración europea que ha creado un crisol de razas tan importante que grandes mazas de población tienen sus antepasados provenientes del antiguo mundo. Las primeras pruebas sobre la presencia del hombre prehistórico en esta provincia datan de 1864, cuando se construía el puente del Ferrocarril Central Argentino sobre el río Carcarañá, mientras se practicaba el trazado ferroviario de Rosario a Córdoba (Castellanos, 1944 ). Durante la excavación que se realizaba para dicha obra se encontraron piezas esqueléticas de mucha antigüedad. Estos hallazgos fueron estudiados por Paul Gervais entre 1867/72 y luego descriptos por Ameghino en su obra "Antigüedad del Hombre en el Plata", en el año 1918.
En 1894 Juan Ambrosetti da a conocer los hallazgos de piezas cerámicas en las islas de la llanura aluvial del Paraná en la latitud aproximada a la ciudad de Reconquista. Luego Alfredo Castellanos encontró restos humanos en Esperanza, en Melincué y en las costas del río Saladillo, cerca de Rosario, pero la antigüedad de esos hallazgos fue puesta en duda por otros arqueólogos. El paleontólogo Antonio Serrano hacia 1922 publicó los estudios realizados sobre yacimientos ubicados en Coronda y Frenguelli y Aparicio hicieron lo propio, en 1.932, sobre yacimientos ubicados en Malabrigo. La estudiosa Amelia Larguia de Crouzeiller, hizo una interesante colección de vestigios colectados en distintas localidades que donó al Departamento de Estudios Etnográficas de la Universidad Nacional del Litoral.
Las investigaciones comentadas- y varias más que por no excedernos en el desarrollo del ítem se soslayan- sirvieron como base para elaborar los eslabones que permitieron conocer los tiempos precedentes a la colonización europea, pero los mayores aportes para la época posterior a ese episodio histórico los realizaron muchos sacerdotes que escribieron sobre la vida y costumbres de los pueblos que evangelizaban. Del análisis de estos documentos surge, con suficientes datos, la historia de los pueblos que encontraron los españoles hacia el siglo XVI. Estas fuentes indican que gran parte de la zona chaqueña estaba ocupada por los guaycurúes. Estos formaban una gran familia lingüística integrada por varios pueblos de procedencia patagónica, que desde tiempo remotos ocuparon la gran región chaqueña, especialmente la parte oriental y meridional, es decir el territorio que ocupa la Reserva que describimos. Esta comunidad estaba compuesta por varios pueblos, a saber: los Abipones, los Mbayaes, los Payaguaes, los Mocovíes, los Tobas y los Pilagaes (Canals Frau, 1986). Los Mbayaes y los Payaguaes estuvieron la mayor parte de su historia fuera del territorio argentino, es decir ocupaban el chaco septentrional. Los tobas ocuparon el curso medio e inferior de los ríos Pilcomayo y Bermejo y los pilagáes sólo el extremo sur del Pilcomayo. Por ende los guaycurúes que restan son los mocovíes y los abipones, establecidos en el norte santafesino, en el sector occidental los primeros y en el oriental los segundos. De los mocovíes sabemos que desarrollaron bien las artes de la caza y de la pesca. Una curiosidad digna de destacar es la predilección de éstos por comer langostas hervidas según narra con detalles el padre Canelas en sus crónicas. Respecto de la caza se sabe que sus presas preferidas eran los pecaríes, el tapir, los venados y el ñandú y utilizaban el método de quemar grandes superficies en círculo para obligar a los animales a concentrarse en el espacio del círculo que dejaban libre y allí los mataban con macanas o con flechas. También los cronistas narran que era muy adeptos a la caza del pecarí valiéndose de perros que concentraban la piara en un lugar y los cazadores, con gran coraje por cierto, ingresaban en medio de ella y a golpes de macana mataban los animales. De tanta o más importancia que la caza para la comunidad era la pesca. Se utilizaban métodos varios. Individualmente se pescaba con lanza y con arco y flecha. Pero la manera más común era aquella que se practicaban con redes (Canals Frau, 1986). Otro hecho digno de un profundo estudio es el cambio cultural que se produjo cuando conocieron el caballo, hecho que transformó fundamentalmente sus hábitos de vida (Rex González y Pérez, 1993). Probablemente a partir de este momento se hayan vuelto más belicosos y supuestamente deben haber participado junto con los abipones cuando éstos destruyeron la ciudad de Concepción del Bermejo hacia la primera mitad del siglo XVII. Los jesuitas trataron en el siglo XVIII de constituir misiones con los mocovíes y son bien conocidas las descripciones de esa experiencia que nos ha dejado el padre Paucke (Rex Gonzáles y Pérez, 1993). La más antigua del territorio santafecino parece ser la de San Bartolomé, rondaría el siglo XVII, entre la actual Barrancas y el río Carcarañá y otras de importancia fueron las de San Jerónimo del Rey (con indios abipones) en Reconquista y San Jerónimo del Sauce.
Por último se puede decir que debido a la belicosidad manifiesta de los mocovíes y sus vecinos abipones, estos pueblos fueron confinados en su mayoría a las mencionadas reducciones y otros huyeron hacia otras comarcas por lo que el territorio provincial quedó libre de su presencia en época temprana.

Alternativas turísticas
A lo largo de la costa del ríos San Javier que transcurre, desde el norte de la ciudad Santa Fe, en forma más o menos paralela al curso del Paraná, hasta las proximidades de la ciudad de Reconquista hay muchas localidades de distinta importancia que ofrecen alternativas turísticas vinculadas con el disfrute de las amplias playas del San Javier, de la práctica de deportes náuticos, la pesca deportiva y el turismo aventura, teniendo en cuenta que varias reservas naturales de la provincia se encuentran próximas a esta región. También cada pueblo o ciudad ubicado sobre la ruta provincial 1, la que acompaña el curso del mencionado río, tiene sus propios atractivos con lugares históricos, festividades, museos y todo la belleza que cada uno logre descubrir en estas pintorescas comarcas, en su mayoría ocupadas por inmigrantes europeos. Tal es el caso de Romang- una colonia suiza- que organiza la Fiesta Suiza que es la de mayor trayectoria en la localidad y se lleva a cabo el primer domingo de agosto de cada año. En el primer fin de semana de septiembre se realiza las Fiesta de las Colectividades, que anualmente congrega una gran cantidad de público.
Cerca de la localidad de Santa Rosa, hay un lugar conocido como la “La Vuelta del Pirata” que, sobre el arroyo Leyes, ofrece un sitio de pesca muy buscado por los aficionados a esta práctica. Ochenta kilómetros al norte encontramos Cayastá, famosa por mostrar las ruinas de la antigua fundación de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, un parque arqueológico que mereció ser declarado Monumento Histórico Nacional. El símbolo de la ciudad lo constituye un muelle flotante ubicado sobre el río San Javier. Cayastá posee también sus festividades como la Fiesta Nacional y Provincial de la Pesca del Amarillo que se realiza anualmente en el mes de julio.
Alejandra es otra pequeña localidad ubicada sobre la costa del San Javier. Cuenta con buenos servicios para el turista tanto en alojamiento, gastronomía como en los servicios para recorrer las islas en busca de pesca o simplemente disfrutar de la contemplación de las riquezas naturales de la zona. Provistos de binoculares y una guía de aves podemos iniciarnos en el avistaje de aves, una práctica con millones de simpatizantes en el mundo y que día a día va sumando gente a sus filas. A unos 100 kilómetros de la Reserva está la ciudad de Reconquista que congrega a un importante número de pescadores deportivos y turistas en general cuando todos los años, en el mes de junio, se realiza el Concurso Argentino de Pesca del Surubí (también se lo llama Fiesta del Surubí) con muchas actividades artísticas y las vinculadas con la pesca deportiva. También posee un corsódromo con capacidad para 15.000 espectadores donde los carnavales están tomando año a año mayor relevancia. El casco urbano cuenta con un Museo de Arqueología y a sólo 15 kilómetros se sitúa el puerto, lugar de donde parten los pescadores y sobre el río- un brazo del Paraná- hay un balneario con buenas instalaciones. También hay servicio de lanchas para cruzar a la vecina ciudad correntina de Goya que parten de la localidad de Avellaneda, muy próxima al puerto de Reconquista. En el interior de las islas hay muchos lugares que ofrecen hospedaje a pescadores durante todo el año, aunque en invierno merma un poco la afluencia de deportistas.

Cómo llegar
Los accesos al área natural protegida son de tierra tomando como punto de partida la localidad de Margarita, ubicada sobre la ruta provincial N† 1, unos 30 kilómetros al sur de la ciudad de Vera. Desde Reconquista, situada a unos 100 kilómetros de la Reserva, se deberá tomar la ruta provincial N† 11 hasta Vera y de esta ciudad hay que transitar por la ruta provincial N†1 hacia el sur hasta Margarita. Desde la ciudad de Santa Fe a esta localidad se llega tras recorrer aproximadamente 230 kilómetros hacia el norte por la ruta provincial N† 1.
Problemas de conservación
Como ya se ha señalado para otras áreas es importante continuar con el relevamiento de todos los grupos de vertebrados para poder elaborar sobre bases firmes proyectos de conservación del área. Igual prioridad tiene la elaboración de planes de manejo que contemplen la particularidad de esta área protegida donde la producción agropecuaria debe convivir con la conservación. También el permanente monitoreo para determinar el estatus de las poblaciones va a dar las bases necesarias para evaluar el resultado del plan de manejo, del funcionamiento general del área y parámetros para fijar las zonas intangibles.

Bibliografía
• Ambrosetti, J.B. 1894. Los paraderos precolombianos de Goya. Boletín del Instituto Geográfico Argentino. Vol. 14, p. 242-265. Buenos Aires.
• Cabrera, A. L. 1976. Regiones Fitogeográficas Argentinas. Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería. Tomo 2. Fasc. 1. ACME. Buenos Aires.
• Canals Frau, S. 1986. Las poblaciones indígenas de la Argentina. Hyspamérica. Buenos Aires.
• Canevari, M. y C. 2003. Fernández Balboa. Cien Mamíferos Argentinos. Albatros, Buenos Aires.
• Cappato, J. 1987. Proteger los humedales. El hombre y su Ambiente. Centro de Protección de la Naturaleza y el Ambiente Humano. Santa Fe.
• Cappato, J. 1992. Nueva Enciclopedia de la Provincia de Santa Fe. Tomo II. Ecología. Ediciones Sudamérica Santa Fe. Santa Fe.
• Castellanos, A. 1944. Punta de flecha ósea descubierta en el Pampeano Medio del arroyo Saladillo (Rosario, Santa Fe). Publicaciones del Instituto de Fisiografia y Geología, XXII, 32p. Rosario.
• Cei, J. M. 1993. Reptiles del noreste, nordeste y este de la Argentina. Herpatofauna de las Selvas Subtropicales, Puna y Pampas. Mus. Reg. Sc. Nat. Torino, Monogr. 14. 949pp.
• Cipolatti, M. O. 1996. Cuña de bosques entre depresiones. Coedición Diario El Litoral y Dirección de Ecología y Protección de la fauna del MAGIC. Santa Fe.
• De la Peña, M. 1998. Guía de peces, anfibios, reptiles y mamíferos del Litoral Argentino. Fundación Hábitat & Desarrollo. Santa Fe.
• De La Peña, M. R. 1997. Lista y distribución de las aves de Santa Fe y Entre Ríos. L.O.L.A. Buenos Aires.
• Franceschi, E. y J. Lewis. 1980. La vegetación del valle santafesino del río Paraná. Ciencia y Tecnología Agropecuaria. Ministerio de Agricultura y Ganadería . Santa Fe.
• García, N. y K. Ishikawa. Los palmares (norte santafecino).Coedición Diario El Litoral y Dirección de Ecología y Protección de la Fauna del M.A.G.I.C.
• Giraudo, A. 2001. Serpientes de la selva Paranaense y del Chaco Húmedo. L.O.L.A. Buenos Aires.
• Haene, E., y G. Aparicio. 2001. Cien Árboles Argentinos. Albatros. Buenos Aires.
• Iglesias de Cuello, A. 1981. Hidrografía: Cuenca del Plata. En Atlas total de la República Argentina. Atlas Físico, Vol. 2. Chiozza y Figueiras, Directores. CEAL. Buenos Aires, Argentina.
• Giraudo, R. Y R.O.Quaini 1997. Anexo I. Lista de Reptiles de la provincia de Santa Fe. En: „Sistema provincial de áreas naturales protegidas‰. Santa Fe.
• Lewis, J. P. y E. F. Pire, 1981. Reseña sobre la vegetación del Chaco santafesino. Buenos Aires.
• Moggia, L. 1996. Mamíferos de los esteros subtropicales. Coedición Diario El Litoral y Dirección de Ecología y Protección de la Fauna del MAGIC. Santa Fe.
• Mosso, E. y D. Del Barco. 1994. Las Regiones Naturales de Santa Fe. Mainumbí. Año 1, N† 1, 2 y 3. Santa Fe.
• Narosky, T y D. Izurieta. 2003. Aves de Argentina y Uruguay: guía para la identificación. Vazquez Mazzini. Buenos Aires.
• Nueva Enciclopedia de la Provincia de Santa Fe. 1992. Tomos I, II y IV. Coordinación general : Valli, R. O. y J. Rinaldi. Ediciones Sudamérica Santa Fe. Santa Fe.
• Parera, A. 2002. Los mamíferos de la Argentina y la región austral de Sudamérica. El Ateneo. Buenos Aires.
• Paucke, Fl. Hacia allá y para acá (Una estada entre los indios Mocobíes), 1749-1767. 4 Vol. Tucumán. 1942/44.
• Quiros, R., Delfino R., Cuch, S. y R. Merello. 1983. Diccionario geográfico de ambientes acuáticos continentales de la República Argentina. Partes I y II. Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero. Buenos Aires.
• Rex Gonzáles, A. y J. A. Pérez. 1993. Historia Argentina. Argentina Indígena. Paidós. Buenos Aires.
• Rozatti, J. C. 1996. Reservas de la provincia en la región de los bosques y esteros del Chaco húmedo. Coedición Diario El Litoral y Dirección de Ecología y Protección de la Fauna del MAGIC. Santa Fe.
• Rozatti, J.C. 1996. Nueva Reserva Provincial de Uso Múltiple Lagunas y Palmares. Coed. Diario El Litoral y Dirección de Ecología y Protección de la Fauna del M.A.G.I.C. Santa Fe.
• Rozatti, J.C. y E. Mosso. 1997. Áreas Naturales Protegidas Creadas. Reserva de Uso Múltiple Lagunas y Palmares. 71-72 pp. Sistema Provincial de Äreas Naturales Protegidas. Gobierno de la Provincia de Santa Fe y A.P.N. Ed. Asociación Cooperadora Estación Zoológica Experimental. Santa Fe.
• Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas. 1997. Gobierno de la Provincia de Santa Fe, Administración de Parques Nacionales. Pub. De la Asociación Coop. de la E.Z.E. Santa Fe. Argentina.
• Tarragó, M.N. 2000 . Nueva Historia Argentina. Los pueblos originarios y la conquista. Sudamericana. Madrid.
• Virasoro, C. Inventario Ictiofaunístico de la Provincia de Santa Fe. Museo Florentino Ameghino. Santa Fe.

Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodríguez


Copyright © Patrimonionatural.com
Prohibida su reproducción por cualquier medio para fines comerciales, sin la autorización expresa del editor.
Las fotografías son propiedad de sus autores. Prohibida su reproducción por cualquier medio sin autorización expresa de los mismos.