EDICION
PROVISORIA
- EN PROCESO
DE DIAGRAMACION
Reserva
de Recursos
El
Rico
Provincia
de Santa
Fe
Categoría
El área
protegida
Reserva
Provincial
El Rico
se le
asignó
la categoría
de reserva
de recursos.
Son zonas
de difícil
acceso,
donde
aún
no se
ha evaluado
el impacto
ambiental
en el
caso de
implementarse
algún
tipo de
actividad
productora,
fundamentalmente
agropecuaria.
La protección,
los estudios
y la planificación
son los
objetivos
prioritarios
que requiere
esta categoría
de reservas.UbicaciónEstá
situada
en el
sureste
santafesino,
en el
departamento
de San
Jerónimo,
siendo
sus coordenadas
32º 25’
Lat. S
y 60º
47’
Long.
O. La
pequeña
localidad
de Gaboto
es la
más
cercana
y San
Lorenzo
–
ciudad
de mayor
importancia-
está
a algo
más
de 25
kilómetros
al sur
de la
Reserva.SuperficieLa
Reserva
Provincial
El Rico
ocupa
2.600
hectáreas.Fecha
e instrumento
legal
de creación
El 14
de julio
de 1968
mediante
la sanción
del decreto
Nº 04070/68
se crea
esta área
protegida.
Posteriormente
esta legislación
fue modificada
por los
decretos
números
00899/70
y 4269/76,
que desafectaron
una parte
de las
islas
y su superficie
se redujo
a la que
posee
en la
actualidad.
Relieve
La Reserva
Provincial
El Rico
ocupa
las islas
situadas
en el
cauce
del río
Paraná
que llevan
por nombre
Campo
Rico-
la de
mayor
superficie
-, La
Gallina
y El Conscripto.
El brazo
del Paraná
que las
bordea
por el
oeste
de denomina
Riacho
Los Reyes.
Esto islotes
poseen
amplias
superficie
cubiertas
de bancos
de arena
y albardones
que se
desarrollan
mayormente
paralelos
a las
márgenes
de los
cursos
de agua
El relieve
de la
provincia
de Santa
Fe, como
se menciona
en el
desarrollo
de otras
áreas,
presenta
dos zonas
bien diferenciadas:
la que
se extiende
en el
norte
denominada
baja llanura
chaqueña
y la que
ocupa
gran parte
del sur,
que se
conoce
con el
nombre
de llanura
pampeana.
Esta presenta
algo de
altura
aunque
su cota
en ningún
punto
supera
los 150
metros,
actuando
el valle
del río
Salado
como divisorio
de ambas
regiones.
La región
del chaco
santafecino
es producto
de una
fosa de
hundimiento
que está
enmarcada
por el
bloque
de Brasilia
al este
y las
sierras
pampeanas
al oeste
y cuyo
basamento
cristalino
está
cubierto
por un
espeso
manto
de sedimentos
continentales
y marinos
de distinto
origen.
Esta fosa
fue afectada
por los
movimientos
tectónicos
que formaron
la Cordillera
de los
Andes,
produciendo
fallas
en sentido
norte-sur
que afectaron
al subsuelo
sin que
ello repercuta
demasiando
en el
relieve.
Sólo
se produjo
que el
drenaje
tomara
el rumbo
meridiano
señalado
por las
fallas
y que
el río
Salado
fuera
el colector
de las
aguas
luego
de atravesar
la zona
de los
Bajos
Submeridionales.
La región
chaqueña
posee
dos mínimas
elevaciones,
una ubicada
al este
y la otra
al oeste,
en medio
de las
cuales
se desarrollan
los mencionados
Bajos,
que ocupan
gran parte
de los
departamentos
Vera y
9 de Julio.
Al este
de la
llanura
chaqueña,
en una
ancha
franja
que bordea
al Paraná
por muchos
kilómetros,
se formó
un gran
valle
aluvial
que presenta
una notable
variedad
de ambientes
húmedos,
con cursos
de agua
de distinta
clase
como riachos,
arroyos,
bañados,
esteros,
lagunas,
madrejones
y albardones
que bordean
los espejos
de agua
además
de pastizales,
pajonales,
selvas
en galería,
bosques
de sauces
y palmares,
entre
otros.
La región
de la
llanuras
pampeanas,
con su
parte
norte
–
centro
del territorio
provincial
–
que algunos
autores
denominan
Pampa
Llana
del Centro,
muy plana,
también
sufrió
efectos
del movimiento
andino
al formarse
la Pampa
Ondulada,
al sur
de la
anterior,
que presenta
una pronunciada
barranca
que en
algunos
sectores
alcanza
los 20
metros
de altura
frente
al Paraná
y un desnivel,
llamado
Borde
de los
Altos
o Pampa
Deprimida,
en el
sector
sudoeste
generado
por los
bloques
hundidos
de la
naciente
del río
Salado
del Sur.
En esta
parte
de la
Provincia
de Santa
Fe hay
un sector
más
deprimido
que se
caracteriza
por tener
un drenaje
indefinido
donde
se forman
lagunas
y bañados.
De acuerdo
al mapa
de Ordenes
de suelos
elaborado
por el
INTA (1982)
para la
Argentina,
el territorio
de la
provincia
de Santa
Fe está
constituido
preponderantemente
por tres
tipos
de suelos:
la mitad
sur y
una franja
que penetra
por el
oeste
hasta
el extremo
norte,
posee
marcadamente
Molisoles;
casi toda
la parte
restante
está
conformada
por Alfisoles
mezclados
con Molisoles
en algunos
sectores,
y estas
dos grandes
partes
están
separadas
por un
friso
angosto
de suelos
de tipo
Vertisoles,
también
con incursiones
de Molisoles.
Hidrografía
La Reserva
Provincial
El Rico
está
bajo la
influencia
directa
del río
Paraná,
dado que
la conforman
un grupo
de islas
que emergen
de su
cauce
a los
32º 25’
de latitud
sur. El
lecho
del gran
río
se angosta
al bordear
a las
mencionadas
islas
por el
oeste,
tramo
que se
de denomina
Riacho
Los Reyes.
El Paraná
no sólo
es el
principal
río
que afecta
al territorio
santafecino
sino que
forma
una subcuenca
de 1.510.000
de km2-
y está
entre
los más
extensos
del mundo
con sus
3.740
kilómetros
de longitud,
incluyendo
el tramo
del Paranaiba.
Para su
estudio
se lo
divide
en tres
tramos
con caracteres
distintos.
El primero,
que se
denomina
Alto Paraná
- también
llamado
Paraná
brasileño
o mesetario-
goza de
un clima
tropical
con precipitaciones
concentradas
en los
meses
de verano,
que establecen
el régimen
del río
hasta
su desagüe
en el
Plata,
con predominio
de caudales
importantes
en verano-otoño.
Las lluvias
de la
alta cuenca,
que se
producen
de diciembre
a abril,
con un
máximo
en febrero,
derraman
los mayores
montos
en las
nacientes
del río
Tieté,
en la
Serra
do Mar,
donde
superan
los 4.000
mm. anuales.
El Alto
Paraná,
que se
extiende
desde
su naciente
hasta
las cercanías
de Posadas,
discurre
por un
lecho
tortuoso
y de ancho
variable
(Iglesias
de Cuello,
A. 1982).
Hasta
Diamante
se extiende
el Paraná
Medio
a lo largo
de aproximadamente
600 km,
salpicado
de islas
de origen
fluvial.
Con diferencias
estructurales
en ambas
márgenes,
el valle
es más
estrecho
que aguas
abajo
y, por
ende,
está
sujeto
con mayor
intensidad
a los
efectos
de las
crecientes
que invaden
islas
y terrazas
fluviales.
La profusión
de islas
de carácter
deltaico
implantadas
en el
lecho
del río,
impulsa
la formación
de riachos
laterales
denominados
“saladillos”
que acompañan
al curso
principal.
Al norte
de la
ciudad
de Santa
Fe se
localiza
una importante
cuenca
lacustre
compuesta
por las
lagunas
San Pedro,
Leyes
y Setúbal.
El principal
afluente
en este
tramo
medio
es el
río
Salado
del Norte
(Juramento-Salado)
de una
longitud
de 1500
kilómetros
y una
cuenca
de 247.000
km2, pero
por las
condiciones
del relieve
llega
a su desembocadura
con el
caudal
disminuido.
El segundo
afluente
más
importante
es el
Carcarañá,
formado
por lo
ríos
Tercero
y Cuarto
al sur
de la
provincia
de Santa
Fe. Desde
este extremo
se desarrolla
en forma
más
o menos
paralela
al Paraná,
el cauce
del río
San Javier
que, junto
con otros
como el
Paraná
Miní,
el Amores
y una
gran cantidad
de pequeñas
lagunas,
entre
las que
se destacan
Ñatiú
y la del
Medio,
forman
un gran
humedal
que dio
lugar
a que
se declarara
la zona
Sitio
Ramsar.
El Bajo
Paraná
o Déltico
se caracteriza
por tener
escasa
pendiente,
la orilla
izquierda
(este)
es elevada
y no la
afectan
las inundaciones
y la derecha
(oeste),
hasta
aproximadamente
la localidad
santafesina
de San
Lorenzo,
es baja
e inundable.
Su curso
hacia
la desembocadura
transcurre
entre
islas
que culminan
en el
gran Delta
del Paraná.
El caudal
del río
Paraná
está
altamente
influenciado
por las
distintas
represas
que se
construyeron
en su
recorrido.
En la
región
de los
Bajos
Submeridionales
(ver ítem
Relieve)
se desarrollaron
una gran
cantidad
de lagunas
y esteros
de distintas
dimensiones,
cuya formación
se vio
favorecida
por la
dificultad
de escurrimiento
de las
aguas
que provienen
de zonas
más
altas
-como
el dorso
occidental
que enmarca
a esta
región
deprimida
y sectores
de Santiago
del Estero
y Chaco
- hacia
el cauce
del Paraná
debida
a la pequeña
elevación
que se
sitúa
al este
de los
Bajos
Submeridionales.
La salinidad
de los
suelos,
la presencia
de una
napa freática
de la
misma
característica
y las
aguas
provenientes
de Santiago
del Estero
que son
también
salinas,
hacen
que sólo
algunos
espejos
de agua
del sector
noreste
tengan
agua dulce.
Las principales
lagunas
del norte
santafecino
son La
Salada,
La Tigra,
del Aguaro,
Palo Pelado
que está
comunicada
por el
arroyo
Golondrinas
con la
Isoati,
la del
Toro,
del Cerrito,
la Loca,
Cueva
del Tigre,
del Palmar,
Calchaquí
y Del
Cristal,
entre
otras.
Clima
La provincia
de Santa
Fe presenta
tres tipos
de clima
en su
dilato
(latitudinalmente)
territorio:
al norte
de la
isoterma
media
anual
de 20
º C -
ubicada
próxima
a la ciudad
de Reconquista
- encontramos,
en el
este un
clima
Subtropical
sin estación
seca y
en el
oeste
otro Subtropical
con estación
seca.
Al sur
de estos,
el clima
Templado
húmedo
cubre
el resto
de la
provincia.
El clima
subtropical
sin estación
seca se
caracteriza
por la
escasa
variación
térmica
anual
con veranos
cálidos
e inviernos
suaves,
precipitaciones
que llegan
a los
1.100
mm. repartidas
en forma
más
o menos
pareja
durante
todo el
año
y abundante
humedad.
Por otra
parte
el clima
subtropical
con estación
seca presenta
una marcada
disminución
de las
precipitaciones
durante
los meses
de invierno
y la cantidad
de lluvia
anual
es inferior
a los
1.000
mm., o
sea algo
menor
a la de
la clasificación
anterior.
Además
se caracteriza
por exhibir
una gran
amplitud
térmica,
que aumenta
progresivamente
hacia
el oeste
por disminución
de la
influencia
oceánica,
y mayor
frecuencia
de heladas,
rondando
los 20º
C la temperatura
media
de las
dos categorías
de clima
subtropical.
Hacia
el sur
se insinúa
el clima
templado
con la
disminución
gradual
de las
temperaturas
y de las
precipitaciones
que se
sitúan
en los
800 mm.
anuales.
Los vientos
predominantes
provienen
de los
sectores
noreste,
norte,
sur y
este,
estableciendo
su velocidad
de circulación
una media
anual
de 12
kilómetros
por hora.
El clima
de Santa
Fe está
marcado
por algunos
factores
que lo
determinan
preponderantemente,
ellos
son: su
posición
y gran
extensión
latitudinal
que ocupa
desde
los 28º
hasta
los 34
º 20’(aprox.)
Lat. S.,
su distancia
del mar
que le
otorga
caracteres
de continentalidad
y la gran
planicie
del extenso
territorio
que permite
el libre
desplazamiento
de las
masas
de aire
que determinan
algunas
las variables
climáticas.
Flora
El doctor
Angel
Cabrera
(1976)
publicó
una división
del territorio
argentino
en regiones
naturales
que pasó
a ser
una de
las categorizaciones
más
utilizadas
por científicos
e investigadores.
En ella
divide
al territorio
argentino
en Dominios,
estos
a su vez
en Provincias
fitogeográficas
y luego
una tercera
subdivisión
en Distritos.
Muchas
veces,
de acuerdo
al tipo
de trabajo
que se
realice,
se utilizan
sólo
las divisiones
en provincias.
De acuerdo
a esta
clasificación
el territorio
de Santa
Fe de
divide
en tres
unidades:
desde
su límite
norte
hasta,
aproximadamente,
una línea
imaginaria
que va
desde
los 30º
30’
Lat.S.
en el
oeste
hasta
los 29º
20’
en el
este,
forma
parte
de la
Provincia
chaqueña;
de esta
línea
hasta
la que
demarca
el paralelo
de los
33º 00’
corresponde
a la Provincia
del espinal
y el resto
de la
provincia
hasta
su extremo
sur se
denomina
Provincia
pampeana.
Coincidente
en sus
grandes
rasgos
con la
clasificación
de Cabrera,
pero con
algunas
divisiones
más
detalladas,
se elaboró
dentro
del Programa
Institucional
Ambiental
(PRODIA)
el trabajo
Eco-regiones
de la
República
Argentina
(Burkart,
el al.
1999),
que se
está
imponiendo
gradualmente.
Según
el mismo
Santa
Fe se
clasifica
en las
siguientes
eco-regiones:
Chaco
Húmedo:
que afecta
el tercio
superior,
es decir
los departamentos
de General
Obligado,
Vera,
San Javier
a excepción
de una
fracción
extrema
austral
y la parte
norte
de San
Justo.
Chaco
Seco:
una franja
angosta
en el
sector
noroeste,
que ocupa
gran parte
del departamento
9 de Julio
y el extremo
norte
del de
San Cristóbal.
Pampa:
aproximadamente
desde
el paralelo
32º hacia
el límite
sur de
la Provincia.
Espinal:
en el
sector
central,
ubicado
entre
la superficie
que ocupan
las eco-regiones
Chaco
húmedo
y Chaco
seco al
norte
y la Pampeana
al sur.
Es decir
todo el
departamento
Castellanos,
norte
del San
Martín,
Las Colonias
íntegramente,
Garay,
La Capital
y sur
de los
departamentos
San Javier
y San
Cristóbal.
Delta
e Islas
de Paraná:
abarca
una lonja
que margina
el río
Paraná
que en
el sur
se ensancha
un poco
incluyendo
las islas
que forma
el mencionado
río.
En la
parte
sur de
esta eco-región
se sitúa
la Reserva
Provincial
El Rico.
Para referirnos
a las
clasificaciones
biogeográficas
de la
provincia
de Santa
Fe no
se puede
dejar
de mencionar
la realizada
por Manzi
y Fritschy
(1986)
en la
que se
distinguen
ocho regiones.
Dividiremos
al extendido
territorio
en tercios
para aproximarnos
a señalar
la ubicación
de estas
ecorregiones.
En el
tercio
superior
distinguimos
tres regiones
principales
que ocupando
franjas
longitudinales
de distinto
ancho,
de oeste
a este
son: llanura
chaqueña
xerofítica
–
relativamente
angosta
-, planicie
inundable
del centro
norte
o bajos
submeridionales
y parque
chaqueño
santafesino
o cuña
boscosa,
ambas
de ancho
similar
y mayores
a la mencionada
en primer
término.
En la
parte
sur de
este tercio
superior
también
se distinguen
dos lonjas
angostas
que se
prolongan
hacia
el sur.
La más
próxima
al río
Paraná
se la
denomina
valle
aluvial
del Paraná
–
en cuyo
extremo
sur se
sitúa
la Reserva
Provincial
El Rico-
y la ubicada
al oeste
la llaman
paleocauce
paranaense.
El tercio
central
forma
casi en
su totalidad
el espinal
santafecino
a excepción
de las
dos franjas
próximas
al cauce
del Paraná
que se
mencionaron
en párrafo
anterior.
El tercio
austral
se lo
divide
en dos
mitades
en el
sentido
de los
paralelos.
La mitad
norte
es denominada
pampa
ondulada
y la sur
planicie
medanosa
lagunar.
Si bien
en lo
esencial
son coincidentes
todas
las divisiones
nombradas,
hay categorizaciones
detalladas
en las
dos últimas
que nos
permiten
interpretar
mejor
la realidad
local.
Toda la
región
que margina
el curso
del Paraná
desde
el norte
hasta
aproximadamente
el paralelo
32º tiene
características
similares
desde
el punto
de vista
geomorfológico
lo que
origina
también
una similitud
en la
vegetación
aunque
haciendo
la salvedad,
que la
parte
sur de
esta franja
está
empobrecida,
respecto
de la
norte,
en variedad
de especies.
Este valle
aluvial
por el
oeste
y norte
se encuentra
limitado
por el
cauce
del río
San Javier
y por
el Coronda
en la
porción
sur, para
desarrollar
luego
un ancho
albardón
de varios
kilómetros
en algunos
tramos,
donde
se desarrollan
las llamadas
selvas
en galería
o monte
blanco.
En el
caso de
las islas
generalmente
presentan
su perímetro
rodeado
de un
albardón
y la zona
central
más
deprimida.
En la
reserva
prospectada
se encuentran
comunidades
boscosas
formadas
principalmente
por alisales
(Tessaria
integrifolia)
que es
una de
las primeras
especies
que ocupa
lugares
como bancos
de arena,
de limo
o islas
de reciente
formación,
sauzales
del llamado
sauce
criollo
(Salix
humboldtiana),
formación
boscosa
que es
muy característica
de las
islas
del Paraná,
desde
el norte
de Santa
Fe hasta
el delta
bonaerense
y la ribera
del Río
de la
Plata.
Si bien
el sauce
se asocia
con distintas
hierbas
y arbustos,
en general
no se
observan
enredaderas
y epífitas,
o sea,
dicho
en otras
palabras
forma
un bosque
poco enmarañado.
También
hay vastas
zonas
del bosque
isleño
con especies
como el
laurel
amarillo
(Nectandra
falcifolia
o N.microcrpa,
según
otros
autores),
el ceibo
(Erytrina
crista-galli),
el infaltable
curupí
(Sapium
haematospermun),
el canelón
(Myrsine
parvula)
, el timbó
blanco
(Cathormion
polyanthum)
y el ubajay
(Hexachlamys
edulis)
entre
los más
comunes.
Amplias
superficies
de la
Reserva
están
ocupadas
por comunidades
herbáceas
como la
llamada
paja de
techar
(Panicum
prionitis)
o Baccharis
sp. Son
muchas
también
las especies
que circundan
los espejos
de agua
como los
camalotes
(Eicchornia
azurea),
el canutillo
(Hymanache
amplexicaudis),
el catay
o caá-tí
(Polugonum
punctatum),
el duraznillo
blanco
(Solanum
malacoxylon)
y varias
más.
Fauna
La ictiofauna
del Paraná,
posee
una variedad
de especies
que se
estima
en unas
300, de
las cuales
un alto
porcentaje
habitan
el sector
norte
del Paraná
inferior
y por
ende las
islas
que conforman
la Reserva
El Rico.
Enunciaremos
algunas
especies
más
conspicuas
como el
dorado
(Salminus
maxillosus),
las mojarras
de los
géneros
Astyanax
y Aphyocharax,
el surubí
(Pseudoplatystoma
coruscans),
el sábalo
(Prochilodus
lineatus),
la rayas
de río
( Potamotrygon
sp.),
el dientudo
(Oligosarcus
sp.),
la piraña
o palometa
(Serrasalmus
sp.),
la boga
( Leporimus
sp.),
el bagre
(Rhamdia
sp.),
el armado
(Pterodoras
gramulosus),
viejas
de agua
del género
Hypostamus
y muchas
otras
especies.
En la
bibliografía
consultada
no se
encontró
ninguna
lista
específica
de batracios
y reptiles
del área
prospectada.
Se tomará
como base
para su
comentario
la Lista
de Anfibios
de la
Provincia
de Santa
Fe presentada
en el
Anexo
II del
trabajo
Sistema
Provincial
de Áreas
Naturales
Protegidas.
La familia
Bufonidae
está
representada
por el
sapo buey
o cururú
(Bufo
paracnemis)
y el sapo
común
(Bufo
arenarum).
Varias
ranas
de la
familia
Hylidae
se pueden
observar,
como la
ranita
del zarzal
(Hyla
pulchela
pulchela),
la ranita
trepadora
(Hyla
nana),
que pone
huevos
en racimos
adheridos
a plantas
acuáticas,
generalmente
en las
totoras,
la rana
criolla
(Leopdactylus
ocellatus),
varias
de la
familia
Leptodactylidae
como la
rana chaqueña
(Leptodactylus
chaquensis),
la rana
llorona
(Physalaemus
santafecinus),
entre
otras
especies.
Los reptiles
están
bien representados
en esta
zona meridional
de la
eco-región
Delta
e Islas
del Paraná.
Es común
la iguana
o lagarto
overo
(Tupinambis
teguixin),
incluido
en el
apéndice
II de
CITES,
que integra
la herpetofauna
junto
a varias
especies
de lagartijas,
de pequeño
tamaño,
que también
forman
parte
de la
familia
Tiidae.
La tortugas
presentan
dos especies
más
conspicuas:
la tortuga
de arroyo
(Phrynops
hilarii)
y la tortuga
de río
o acuática
(Hidromedusa
tectifera).
Pertenecientes
al suborden
Serpentes
son muchos
las especies
que se
encuentran
en esta
región:
la boa
llamada
curiyú
(Eunectes
notaeus)
- integra
apéndice
II de
CITES-
que supera
los tres
metros
de longitud
e ingiere
y mata
a sus
presas
por constricción,
la conocida
ñacaniná
(Hydrodynastes
gigas)
de dos
o más
metros
de largo,
también
con hábitos
de vida
acuáticos,
cuyo estatus
está
comprometido
e integra
el apéndice
II de
CITES.
Varias
especies
más
de la
familia
Colubridae
son conspicuas
en la
eco-región
donde
se ubica
la reserva
analizada,
como la
falsa
coral
(Lystrophis
pulcher)
y la llamada
falsa
yarará
ñata
(Lystrophis
dorbignyi).
Entre
los ofidios
con potentes
venenos-
familia
Viperidae-
están
la yarará
grande
(Bothrops
alternatus)
o víbora
de la
cruz y
la yarará
chica
(Bothrops
neuwiedi
diporus).Refiriéndonos
a la ornitofauna
es el
grupo
de vertebrados
más
representado
en el
área.
Patos
de variadas
especies
como el
pato cutirí
(Amazonetta
brasiliensis,
el de
collar
(Anas
leucophrys),
el pato
picazo
(Netta
peposaca)
y el fierro
(Oxyura
dominica)
son comunes.
Las garzas
–
familia
Ardeidae-
cuentan
con más
de una
especie,
destacándose
la garcita
azulada
(Butorides
striatus),
la garza
bruja
(Nycticorax
nyctycorax)
y otras
igualmente
comunes.
El cuervillo
de cañada
(Plegadis
chihi)
y la aninga
(Anhinga
anhinga)
son también
comunes.
Otras
familias
que tienen
representantes
en la
región
de las
que aún
no se
ha hecho
referencia
son la
Rallidae
(gallaretas,
pollas,
burritos)
y Aramidae
con una
sola especie,
Columbidae
con tres
especies,
una de
la Psittacidae,
tres de
la Cuculidae,
y entre
la familia
Caprimulgidae
hay que
destacar
la presencia
de un
ave algo
escasa
como lo
es el
atajacaminos
ñañarca
(Caprimulgus
longirostris).
Las rapaces
presentan
pocos
integrantes
entre
los que
mencionaremos
al taguató
común
(Buteo
magnirostris),
al gavilán
planeador
(Circus
buffoni)
y al folklórico
chimango
(Milvago
chimango).
Entre
los picaflores
se destaca
la presencia
del picaflor
de barbijo
(Heliomaster
furcifer)
que está
registrado
en el
apéndice
II de
CITES
y entre
los martín
pescador-
familia
Alcedinidae-
se observan
las tres
especies
más
conspicuas
de Argentina
y el mismo
número
de Picidae
(carpinteros)
Dentro
del orden
de los
Passeriformes
, el que
incluye
familias
con centenares
de ejemplares,
nombraremos
algunas
especies
como el
vistoso
federal
( Amblyramplus
holosericeus),
al boyero
negro
( Cacicus
solitarius)
y el varillero
negro
(Agelaius
cyanopus),
el corbatita
dominó
(Sporophila
collaris),
la monterita
cabeza
negra
( Poospiza
cinerea),
la cardenilla
( Paroaria
capitata),
el celestino
( Thraupis
sayaca)
. Entre
las familias
más
numerosas
se censaron
11 especies
de tiránidos
y 10 de
los furnáridos.
.De los
mamíferos
que desarrollan
su vida
muy vinculados
con el
agua está
el carpincho
(Hydrochaeris
hidrochaeris)
y el coipo
(Myocastor
coypus)
y se detectaron
ejemplares
de lobito
de río
( Lontra
longicaudis)
con estatus
Vulnerable
en el
orden
internacional
y En peligro
en la
categorización
nacional.
Entre
los marsupiales
vemos
a la comadreja
overa
o común
(Didelphys
albiventris)
y la colorada
(Lutreolina
crassicaudata).
Los murciélagos
de la
familias
Vespertilionidae
y Phyllostomatidae
presentan
varias
especies
de igual
manera
que los
roedores
de las
familia
Muridae
o Cricetidae.
Entre
los mustélidos
están
presentes
el zorrino
común
(Conepatus
chinga)
y el hurón
menor
(Galictis
cuja).
Respecto
a los
felinos
hay que
mencionar
al gato
montés
común
(Oncifelis
geoffroyi)
y probablemente
al gato
moro o
yaguarundí
(Herpailurus
yaguarondi)
y de la
familia
Dasypodidae
(mulitas,
piches,
peludos)
es probable
la presencia
de más
de una
especie
entre
las que
estaría
la mulita
chica
(Dasypus
sptemcinctus).
Recursos
culturales
Al momento
de la
conquista
española
la parte
central
- aproximadamente
desde
la ciudad
de San
Justo
hasta
la de
Rosario
- estaba
integrada
por cuatro
entidades
que son:
los timbúes
y carcaraes,
en la
desembocadura
del río
Carcarañá,
en la
laguna
de Setúbal
se asientan
los quiloazas,
en la
zona de
la ciudad
de Santa
Fe se
ubican
los calcines
y los
corondas
sobre
el riacho
del mismo
nombre,
todos
ellos
fueron
influenciados
por culturas
del Amazonas,
primero
por los
Arauc
y después
por los
Guaraníes,
poco antes
de la
conquista
española.
Un rasgo
destacable
de estos
pueblos
fue su
gran altura
y su porte
bien constituido,
caracteres
que destacan
varios
cronistas
de la
época.
Estudios
realizados
nos muestran
que el
promedio
de las
estaturas
era de
1,68 m.
para los
hombres
y 1.65
m. las
mujeres.
Estos
datos
se obtuvieron
del estudio
de los
restos
de 17
hombres
y 2 mujeres
hallados
en distintos
lugares
de la
región,
entre
los que
se cuentan
varios
esqueletos
hallados
en un
cerrito
en la
ciudad
de Rosario.
Una parte
importante
de su
economía
fue la
pesca.
A esta
se dedicaban
todos
los núcleos.
Se ignora
con exactitud
como la
practicaban
aunque
hay indicios
de que
lo hacían
con el
empleo
de redes
y de canoas
monóxilas
–labradas
de un
solo tronco-.
Nuestros
indios
también
vivían
de la
recolección,
especialmente
de la
miel silvestre
en tanto
que para
la caza
tenían
como objetivos
preferidos
a las
nutrias,
venados
y ñandúes.
Como vestimenta
los indios
del Litoral
se cubrían
con un
manto
de pieles,
utilizando
mayormente
la de
nutria
y también
llegaron
a usar
taparrabos
o delantalillos
de tela,
probablemente
producto
del intercambio
con sus
pueblos
vecinos,
los aruac
y guaraníes.
Lucían
adornos
como estrellitas
de piedra
de distinto
color
que llevaban
puestas
en sus
narices.
También
se perforaban
las aletas
nasales
para colocarse
adornos
y tampoco
faltaron
el tatuaje
y las
pinturas
corporales.
Las viviendas
de los
pueblos
del Litoral
se levantaban
sobre
los albardones
vecinos
de ríos
y lagunas
y consistían
en chozas
rectangulares
de paredes
hechas
con esteras
de juncos.
Las de
los timbúes
tenían
subdivisiones
internas
y las
de los
mocoretaes
eran muy
alargadas.
Como armas
usaban
el arco
y la flecha
con punta
de piedra
o de hueso.
La principal
artesanía
que la
arqueología
ha puesto
al descubierto
es la
cerámica.
Aquí,
en el
Litoral,
es donde
la alfarería
adquiere
relevancia,
con verdadera
personalidad,
no por
sus formas
sino que
debemos
distinguir
la decoración
incisa
que se
presenta
de manera
muy especial
en guardas
y figuras
geométricas
y la modelada
que toma
la forma
de apéndices
zoomorfos,
conocidos
como “representaciones
plásticas”.
Muy probablemente
estas
culturas
litoraleñas
que desarrollaron
su mayor
actividad
sobre
las márgenes
del río
Paraná,
han tenido
contacto
con sus
congéneres
del interior
del territorio
provincial
como los
abipones
y mocovíes.
Según
las instrucciones
recibidas,
Juan de
Garay
debía
fundar
una ciudad
respetando
el modelo
de una
cuadrícula
dividida
en manzanas
cuadradas
y éstas
a su vez
en solares
donde
los propios
expedicionarios
construyeron
sus casas.
La materia
prima
utilizada
para las
construcciones
fue la
madera
y el barro.
En los
primeros
ochenta
años
de vida
se habían
erigido
seis templos
de los
cuales
sólo
tres se
conservan.
También
se construyeron
reducciones
para controlar
a los
nativos,
que estaban
bajo el
sometimiento
de curas
pertenecientes
a la orden
Franciscana.
En 1.649
el Cabildo
pide al
Procurador
el traslado
de la
ciudad
según
ya estaba
previsto
por Garay
en el
acta fundacional.
Las razones
eran los
ataques
continuos
por parte
de los
indígenas
y la mala
ubicación
en cuanto
a que
los alrededores
de la
ciudad
se inundaban
y se hacía
dificultosa
la comunicación
con otros
centros
poblados.
A mediados
del siglo
XVII se
trasladó
la primera
ciudad
de Santa
Fe. Con
el paso
del tiempo
las construcciones
se fueron
deteriorando
y gradualmente
desaparecieron.
Hoy se
conserva
estos
restos
bien cuidados
y cercados
habiendo
sido declarados
en 1.957
Monumento
Histórico
Nacional,
mediante
el decreto
Nº 3.129,
considerándose
el conjunto
edilicio
como único
en Hispanoamérica
por reflejar
con bastante
claridad
las características
edilicias
de aquella
época.
Don Agustín
Zapata
Gollán
comenzó
las obras
para dejar
expuestas
estas
ruinas
donde
se encontraron
muchísimos
elementos
de gran
valor
arqueológico
como centenares
de sepulcros
de vecinos
entre
los que
se encontraban
los de
Hernandarias
de Saavedra
y su mujer
Jerónima,
hija de
Juan de
Garay.
Una gran
cantidad
de objetos
exhumados
hoy se
exhiben
en el
Museo
Etnográfico
y Colonial
“Juan
de Garay
“.Y
en el
Museo
del Sitio
de Santa
Fe la
Vieja.
Alternativas
turísticas
Dada la
proximidad
del área
prospectada
con la
Reserva
Fundación
Federico
Wildermuth
se trascribe
el mismo
texto
referido
a las
alternativas
turísticas.
Cayastá
fue el
lugar
donde
se fundó
la originaria
ciudad
de Santa
Fe y es
conocida
más
allá
de nuestras
fronteras
por las
ruinas
del asentamiento
primitivo.
Estas
constituyen
un inigualable
parque
arqueológico
declarado
Monumento
Histórico
Nacional
por tratarse
de la
única
ciudad
hispana
del siglo
XVI que
quedó
prácticamente
intacta,
sin modificaciones
ni agregados
posteriores,
debido
a que
fue abandonada
súbitamente
para trasladarse
sus habitantes
al lugar
donde
se emplaza
hoy la
pujante
Santa
Fe de
la Vera
Cruz..
En 1949,
don Agustín
Zapata
Gollán,
un prestigioso
profesional
santafesino,
exhumó
lo que
quedaba
de aquella
antigua
ciudad
y puso
en evidencia
una reliquia
arqueológica
al hallar
el poblado
con sus
trazas
originales,
sus primitivas
calles,
manzanas
y viviendas
destacándose
la plaza
central,
con el
cabildo,
sus iglesias,
con especial
interés
la Iglesia
de la
Orden
Franciscana
donde
yacían
los restos
de los
habitantes
muertos.
También
pueden
observarse
restos
encontrados
durante
las excavación
en el
Museo
del Sitio
y todo
el parque
cuenta
con óptimas
instalaciones
para que
el turista
disfrute
a pleno
esta maravilla
histórica.
El lugar
cuenta
con buenos
alojamientos
y lugares
para comer.
Todos
los años
se celebran
dos acontecimientos:
en el
mes de
julio,
la Fiesta
de la
Yerra,
en la
cual se
conmemora
la primera
marcación
de ganado
en el
Río
de la
Plata
ocurrida
en el
año
1.576
y en noviembre
la Fiesta
de la
Doma,
festejando
la fundación
de Santa
Fe.
A pocos
kilómetros
de Cayastá,
transitando
por la
ruta provincial
Nº 1,
se encuentra
la localidad
de Helvecia
a orillas
del río
San Javier,
lugar
que se
considera
un excelente
pesquero,
especialmente
del afamado
“amarillo”.
La villa
está
ubicada
en un
lugar
pintoresco
y ofrece
al turista
una excelente
oferta
hotelera
y gastronómica,
basada
en pescado.
Continuando
por la
ruta 1
hacia
el norte
aparece
la ciudad
de San
Javier,
importante
centro
de turismo
aventura,
caza,
pesca
y safaris
fotográficos.
Estas
actividades
tienen
lugar
en las
incomparables
islas,
lagunas
y bañados
que se
hallan
diseminados
por sus
alrededores.
También
cuenta
con un
rico pasado
cargado
de historia
que puede
apreciarse
en el
Museo
Parroquial.
Y viajando
80 kilómetros
hacia
el sur
encontramos
la capital
provincial,
ciudad
que ofrece
una variada
gama de
posibilidades
al turista
que van
desde
el rubro
espectáculos,
como cine
y teatro,
hasta
la visita
a uno
de los
principales
zoológicos
de fauna
autóctona
que existen
en el
país.
La peatonal
permite
realizar
un interesante
paseo
de compras
que se
puede
combinar
con la
concurrencia
a alguno
de los
muchos
ligares
históricos
que pueden
visitarse
como museos,
iglesias
o construcciones
de valor
por su
arquitectura
y por
haber
sido la
vivienda
de algún
personaje
de nuestra
historia.
La costanera
es un
paseo
obligado
por las
vistosas
construcciones
que se
erigieron
en su
trayecto
y en varias
pequeñas
localidades
muy cercanas
hay balnearios
y otras
alternativas
para el
que busca
tranquilidad.
Cómo
llegar
Tomando
como punto
de acercamiento
a la Reserva
la ciudad
de Rosario,
desde
esta se
circula
hacia
el norte
por la
autopista
que la
une con
la ciudad
de Santa
Fe y tras
recorrer
unos 70
kilómetros
se deberá
prestar
atención
a los
carteles
que indiquen
la localidad
de Gaboto.
A partir
de aquí
se habrá
que embarcarse
para llegar
a las
islas
que forman
la Reserva
El Rico.
Los que
provengan
del norte
del país
deberán
pasar
primero
por Santa
Fe capital,
y luego
dirigirse
hacia
el sur
cumpliendo
la misma
observación
señalada
par los
que se
acercan
desde
el sur.
Problemas
de conservación
La caza
y la pesca
furtivas
son dos
flagelos
que soporta
la Reserva
desde
siempre.
Para ello
resulta
totalmente
imprescindible
contar
con personal
de vigilancia
debidamente
preparado
y provisto
de una
embarcación
sin la
cual sería
muy difícil
ejercer
bien la
función.
Si bien
la superficie
de la
unidad
de conservación
no es
mucha,
su formato
alargado
hace que
entre
el extremo
norte
y el sur
haya unos
8 o más
kilómetros
y a esto
se suma
que al
ser islas
y por
ende estar
separadas
por agua,
se hace
más
dificultoso
el recorrido.
Hasta
no nace
mucho
tiempo
no se
habían
realizado
inventarios
de fauna
detallados
a excepción
de la
ornitofauna
que fue
relevada
por el
doctor
Martín
de la
Peña.
La flora
también
fue inventariada
por Franceschi
en la
década
de 1980.
La isla
Campo
El Rico
fue utilizada
para intentar
establecer
un ámbito
adecuado
para la
reproducción
del ciervo
de los
pantanos
(Blastocerus
dichotomus)
en el
año
1968 a
instancias
de la
Asociación
Natura.
Primero
habían
sido capturados
10 ejemplares
y confinados
a una
isla del
delta
bonaerense
hasta
que las
autoridades
santafesinas
proponen
su traslado
a la isla
Campo
El Rico.
Pero lamentablemente
el proyecto
fracasó
luego
que una
gran inundación
mató
algunos
ejemplares
y otros
se desperdigaron.
Es conveniente
establecer
una continuidad
de áreas
protegidas
aprovechando
la cercanía
del Parque
Nacional
Pre Delta,
pero para
ello se
requeriría
como primera
medida
el cambio
de categoría,
dado que
la le
fue asignada
no garantiza
la conservación
a perpetuidad.
También
aún
subsiste
ganado
vacuno
cuya permanencia
atenta
seriamente
cualquier
proyecto
de conservación.
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C. Inventario
Ictiofaunístico
de la
Provincia
de Santa
Fe. Museo
Florentino
Ameghino.
Santa
Fe.
Investigación
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