Conservación
Las áreas naturales áridas o semiáridas, por su fragilidad, son muy susceptibles a los procesos de desertización, como consecuencia de la disminución del potencial productivo del lugar. En el caso del Las Quijadas, se da la concurrencia de dos zonas con características de aridez: el Monte y el Chaco Seco, por lo que puede estar expuesta al riesgo.
Se detectó un evidente proceso de desmonte en los bosques abiertos de quebracho y algarrobo. En la actualidad, este problema parece estar controlado, pero en los primeros tiempos de creada el área, era notorio.
Entre las especies exóticas que perjudican el inestable equilibrio biológico del Parque está el tamarindo (Tamarix gallica), una planta muy arraigada alrededor de los ambientes acuáticos de Guanacache. Entre la fauna exótica se constató la presencia del jabalí (Sus scrofa), que causa grandes perjuicios al socavar raíces y comer huevos de aves, entre otros males.
La concurrencia de turistas aún no parece afectar al ambiente, algo que sí sucede, cada vez más, en varias áreas protegidas.
Los lugares habilitados para los visitantes tendrían que estar limitados, dado que la superficie es muy grande y la dispersión de personas, además del impacto ambiental que ocasiona, atenta contra su propia seguridad.
La conservación de los restos arqueológicos debe ser atendida con la rigurosidad que merece. Los errores del pasado no pueden volver a cometerse, como ocurrió cuando las topadoras que abrían el camino de acceso destruyeron buena parte de los hornillos que se encontraban en el lugar.
Investigación
y Textos:
Gabriel Omar Rodríguez
Supervisión
Técnica
Honoraria:
Juan Carlos
Chebez
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