El Rey

Parque Nacional - Salta
 

Flora

Lo que distingue a la flora del Parque Nacional El Rey de otros parques nacionales yungueños es la combinación con especies pertenecientes a una formación muy distinta, los bosques chaqueños.

La provincia de Yungas, como la denomina Cabrera (4), está compuesta por tres distritos: la selva pedemontana o de transición, entre los 350 y los 550 msnm; la selva montana, cuyo límite altitudinal ronda entre los 1300 y 1800 msnm y los bosques montanos, que surgen entre los 1500 y 2500 msnm. En el estrato más alto de la selva montana, a partir de los 800 msnm, se encuentran especies características como el palo blanco (Calycophyllum multiflorum) y el palo amarillo (Phyllostylon rhamnoides), cuyos fustes de 20 a 30 metros de altura quedan entrelazados por numerosas lianas y epífitas, en  un sotobosque denso de hierbas y arbustos, casi impenetrable.

En lo que denominamos selva de transición dominan árboles como el guayaibí (Patagonula americana), el cebil colorado (Anadenanthera macrocarpa), tipas (Tipuana tipu) y pacaráes (Enterolobium contortisilicum). A medida que se asciende, aparecen especies con ejemplares descomunales como el cedro (Cedrella sp.), el tarco (Jacaranda mimosifolia), la tipa nuevamente, el nogal criollo (Juglans australis) y muchas otras, que forman la denominada “nuboselva”, por permanecer casi permanentemente cubierta por nubes durante el verano. En su interior el ambiente es húmedo y sombrío y, si pudiéramos traspasar su muralla verde, encontraríamos especies como el horco molle (Blepharocalyx gigantea), el laurel (Phoebe porphyria), el güili (Pseudocaryophyllus güili), el mato (Eugenia pungens), el horco cebil (Parapiptadenia excelsa), cuyas hermosas flores lila aparecen a fines del invierno, el roble criollo (Ilex argentina), el palo San Antonio (Rapanea laetevirens) y el lapacho yungueño (Tabebuia avellanedae), entre otros.

El segundo estrato de la vegetación está constituido por especies que rara vez sobrepasan los 10 metros, como por ejemplo el palo luz (Prunus tucumanensis), el cochucho (Fagara coco) y la tala blanca (Crinodendron tucumanum).

En el tercer estrato aparecen los arbustos, que aquí, en la selva, adquieren dimensiones gigantescas que alcanzan entere dos y tres metros de altura. Se destacan Chusquea lorentziana, la única bambúsea de la selva montana, y Urera baccifera,  dotada de terribles pelos urticantes.

El cuarto estrato se caracteriza por la presencia muy frecuente de un helecho que suele cubrir el suelo completamente: Pteris deflexa. Como dijimos anteriormente, uno de los aspectos más llamativos de la vegetación de estas selvas es la enorme variedad de epífitas que a menudo cubren por completo los troncos y las ramas de los árboles, como la bromelia tanque (Tillandsia maxima), los claveles del aire (Tillandsia spp.) y varias especies de orquídeas. Las epífitas son plantas que crecen sobre otras, sin parasitarlas. En el interior de las bromeliáceas epífitas de mayor porte se acumula agua de lluvia que sirve de hábitat para diferentes tipos de insectos y crustáceos (2). Cabe señalar que varias de las especies de orquídeas que crecen en este lugar están en peligro de extinción.

Por encima de los 1500 metros sobre el nivel del mar aparecen los bosques montanos, entre los que predominan los de pino del cerro (Podocarpus parlatorei), única conífera del noroeste argentino, aliso (Alnus acuminata) y, finalmente, queñoa (Polylepis australis), especies que pueden formar comunidades puras. Los bosques de pino del cerro prosperan en las quebradas, entre los 1000 y los 1700 metros de altura. Se los explota intensamente, sobre todo para fabricar maderas compensadas, y este es el principal motivo por el que hoy figuran en el listado de especies nativas en peligro de extinción.  En cuanto a los bosques de aliso, son muy frecuentes entre los 1400 y los 2100 msnm. Durante el invierno, cuando pierden las hojas, se ven desde lejos como una franja oscura, por sobre la masa siempre verde de la selva. Los bosques de queñoa, por su parte, suelen formarse sobre suelos rocosos, entre los 1900 y los 2300 msnm; cuando crecen a mayor altura, rozando los 3000 metros, su forma se vuelve más achaparrada y arbustiforme.

Las zonas más altas de la selva de El Rey están conformadas por pastizales de altura, caracterizados por combinar una vegetación de bosques de queñoa y alisales con gramíneas como Festuca hieronymi y varias especies de flores llamativas, como Amicia medicaginea.

El ecotono (zona de transición), entre el ecosistema selvático y el bosque chaqueño serrano se sitúa en las zonas de menor altura del Parque. Quizá esta sea la región más curiosa en cuanto a diversidad de especies. El bosque chaqueño serrano se caracteriza por una vegetación xerófila (tala –Celtis chichape-, sombra de toro –Jodina rhombifolia-, chañar -Geoffroea decorticans-, etc.) y otras especies como el horco quebracho (Schinopsis haenkeana), el cochucho (Fagara coco), el atamisque y los cardones (4).

Sitios Relacionados:
Administración de Parques Nacionales

Fuente: SIAN - APN
Investigación y Textos: Maria del Mar Beaumont
Supervisión Técnica Honoraria: Juan Carlos Chebez
Fotos: Michel H. Thibaud

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