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Llao Llao

Parque Municipal -Río Negro
 

EDICION PROVISORIA - EN PROCESO DE DIAGRAMACION

Parque Llao Llao

El Parque Municipal Llao Llao es un área protegida que se encuentra a unos 23 kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche,  limita con los Lagos Nahuel Huapi y Moreno. Se trata de 1226 hectáreas de pleno Bosque Andino-patagónico en óptimo estado de conservación que aloja a algunas especies animales con estatus comprometido, endemismos y gran parte de la riqueza florística y faunística que posee el Parque Nacional Nahuel Huapi dado que está dentro de su perímetro. Contribuye con este a la conservación por la circunstancia que en este relicto las normas para el visitante son muy estrictas, a punto que sólo de permite caminar por el predio y no se autorizó la instalación de ningún tipo de actividad comercial.

Categoría

Parque Municipal, dependiente del Municipio de San Carlos de Bariloche.

Ubicación

El Parque Municipal Llao Llao está en el sudoeste de la Provincia de Río Negro, en el Departamento Bariloche, a sólo 23 kilómetros hacia el oeste de la ciudad de San Carlos de Bariloche. Sus coordenadas geográficas aproximadas son 41º  03’ Lat. S  y  71º 30’ Long O.

Superficie

El área natural protegida que se analiza cuenta con 1226 hectáreas de superficie. Tiene como fin específico la creación de este Parque,  brindar protección a varias especies endémicas y con estatus de conservación amenazado. Como causa menos específica su creación tuvo lugar para reforzar la preservación que sobre el bosque andino-patagónico y su fauna ejerce el Parque Nacional Nahuel Huapi, por ser un área más estricta.

Fecha e instrumento legal de creación

Varias Ordenanzas Municipales se sancionaron. Para crear el área primero, la Ordenanza 394 de 1989; para modificar esta última luego, las Ordenanzas 469/90, 901/98 y 966/99; y  para crear un Consejo Técnico Asesor  que confeccione el Plan de manejo se sancionó la Ordenanza 1011/00. Además la Carta Orgánica del Municipio de 1986 ya hacía mención a la zona declarándola inalterable.

Relieve

La zona del Parque Municipal Llao Llao presenta un relieve escarpado de la Península Llao Llao, rodeada por el Lago Nahuel Huapi y Moreno, y teniendo a sus “espaldas” al Cerro López. En esta zona predominan las manifestaciones volcánicas y glaciarias. Entre las numerosas geoformas de origen glaciario predominan las de erosión, como cuencas lacustres, valles en U, circos glaciarios, valles colgantes, entre otras. Pero también hay geoformas glaciarias de acumulación, como los depósitos morénicos y los llanos de inundación de los lagos Nahuel Huapi y Traful. Las alturas promedio de los cerros de los alrededores oscilan entre los 700 y 2500 m.s.n.m. Los picos de mayor altura son los cerros Tronador, de 3.478 metros, que debe su nombre al estruendo que provocan las masas de hielo al desprenderse y caer; Falkner, de 2350 metros y  el Catedral con 2388 metros, ubicado en la zona centro-sur, en la provincia de Río Negro. Además, se distinguen en la zona los cerros Crespo, Bueno, Campana, Colorado, Millaqueo, López, Punta Negra y Cuyín Manzano entre otros, todos de aproximadamente  2000 metros de altura. Los suelos de la región evolucionaron a partir de cenizas volcánicas y se caracterizan por su poca diferenciación en sus horizontes.

Hidrografía

La mayoría de las  cuencas de la región pertenecen a la vertiente del Atlántico, excepto la del lago Queñi y la del río Manso, que son de vertiente del Pacífico. La principal cuenca es la del Río Limay, la más compleja de las patagónicas y está compuesta además de los cursos de agua por una  gran cantidad de lagos - todos de origen glaciario-, algunos de extensión y profundidad notables, que se alinean al pie de la cordillera  desde el Aluminé al norte, hasta el inmenso Nahuel Huapi, al sur, del cual el Limay es su principal emisario (Palese de Torres, 1958). Este gran lago se extiende en sentido noroeste-sudeste, presentando una serie de ramificaciones que son el Correntoso, Rincón, Machete, los brazos Puerto Blest y Tristeza, donde se  ubica la reserva prospectada, Moreno, Campanario y el brazo Huemul. El lago Nahuel Huapi tiene su lecho  formado por la acción erosiva de las grandes glaciaciones del Cuaternario y su borde oriental está indicado por morenas frontales (Palese de Torres, 1958). Ocupa una superficie de 557 km2,  con  357 km de costas y la profundidad media es de 157 m con una máxima de 464 m. Los importantes Brazos Puerto Blest y de la Tristeza son amplios espejos de aguas muy próximos a la unidad de conservación que  se describe. Su estado trófico es ultraoligotrófico u oligotrófico en la mayor parte del lago. Sin embargo, debido a las aguas residuales que recibe de las ciudades de San Carlos de Bariloche y Villa La Angostura, existen zonas costeras con en estado mesotrófico o eurotrófico (Pedrozo  y  Vigliano, 1993). Una gran isla, La Victoria, ocupa un sector central del espejo de agua siguiendo el alargamiento noroeste- sudeste  del mismo y se destaca por poseer un bosque casi único en el mundo de arrayanes  (Luma apiculata), por  lo que se constituyó en un Parque Nacional separado del Nahuel Huapi, pese a estar dentro de su perímetro.

Clima
La zona de San Carlos de Bariloche posee un clima templado-húmedo, con precipitaciones superiores a los 1500 mm anuales que se concentran en invierno. Las temperaturas medias anuales son generalmente inferiores a los 10° C y en invierno rondan los 2° C . No obstante, en cuanto a las precipitaciones hay variantes entre lugares próximos en función de la altura y  otros factores como  la presencia de la Cordillera de los Andes, que intercepta las masas de aire húmedo que avanzan desde el oeste hacia el este.  El fenómeno resultante es la condensación de la humedad en forma de abundantes precipitaciones que se concentran en el área próxima a la cordillera.  Esto determina un marcado gradiente de humedad en sentido oeste-este. Los vientos del oeste y noroeste son los dominantes con  un 85%  de los días del año ventosos. Para dar una idea más certera respecto a las precipitaciones la Estación Bariloche del Servicio Metereológico Nacional, durante el largo período transcurrido entre los años 1941 a 1975, registró una media de 949.4 mm anuales (Pedrozo y  Vigliano, 1995).

Flora

El área protegida que tratamos se encuentra situada fitogeográficamente, según la clasificación de Cabrera (1976), en la Provincia Subantártica, con muestras de tres Distritos: el Valdiviano,  del Bosque Caducifolio y  del Pehuén, en menor medida. El género Nothofaguses el predominante en el estrato arbóreo a nivel regional, y dentro del Parque Municipal hay varias especies que lo representan. Se trata de un género perteneciente a la familia de las Fagáceas, exclusiva de Sudamérica y Oceanía. El  Parque prospectado concentra una gran diversidad florística, con cifras elocuentes que lo demuestran: la unidad de conservación posee 202 especies de plantas vasculares, 77 hongos  y  61 líquenes (Arosteguy y Caracoche, 2005). Los grandes árboles perennes y caducifolios típicos de estos bosques, pertenecientes muchos de ellos al género precedentemente mencionado, hacen gala de su majestuosidad como el  insigne coihue (Nothogagus dombeyi), árbol de gran porte que puede alcanzar los 45 m de altura y los 2 m de diámetro en su tronco (Dimitri, 1997) y que es exclusivo de la Argentina y Chile. Muy habitualmente está acompañado por la caña coligue (Chasquea coleou), la que suele formar un denso sotobosque. En las partes más altas pueden verse ejemplares de  lenga (Nothofagus pumilio), que también desarrolla una notable altura, pero en estas latitudes del  bosque andino-patagónico despliega mucho menor tamaño y, a veces, adopta una forma algo achaparrada en tupidos bosques que  dan poca posibilidad para el avance del sotobosque. Cuando se aproxima el otoño las lengas agregan al magnífico paisaje, el cambiante colorido de su follaje, que pasa del típico verde a tonalidades tan disímiles como el amarillo, el anaranjado y el rojizo. También se observan ejemplares de otro coloso de este bosque, el alerce (Fitzroya cupressoides), el ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis), conífera muy vistosa y emblemática de San Carlos de Bariloche, con su típica copa piramidal que puede alcanzar los 30 m de, aunque comúnmente presenta menor altura. Es el árbol cordillerano que más se aproxima  a la zona esteparia (Dimitri, 1997), donde las condiciones climáticas ya cambian notoriamente, especialmente en cuanto a la humedad reinante y es común verlo acompañado por el ñire (Nothofagus antarctica), que se asemeja a un arbusto por su pequeño porte. Otros árboles conspicuos son el maniú macho (Podocarpus nubigenus) y hembra (Saxegothea conspicua), el popular maitén (Maytenus boaria), que crece adaptándose a distintas condiciones y se lo ve diseminado entre arbustos y herbáceas no formando bosques monoespecíficos. Otra especie emblemática es el radal (Lomatia hirsuta) que puede adoptar forma de árbol o de arbusto según las condiciones ambientales y es una especie típica de la Selva Valdiviana, por lo que tiene mayor distribución en Chile, donde esta comunidad vegetal alcanza mayor desarrollo. Entre los arbustos de destaca el neneo (Mulinum spinosum), el michay (Berberis darwini), el corcalén (Azara lanceolada), la botellita (Mitraria coccinea) de vistosas flores acampanadas rojas, el chilco (Fuchsia magellanica), de flores colgantes rojas y violetas; el pañil (Buddleja globosa), un arbusto de flores amarillas con propiedades medicinales, y otras muchas especies. Entre las trepadoras se destaca por su belleza la virreina (Mustisia decurrens), con inflorescencia anaranjada, el amancay (Alstroemeria aurantiaca) que, por su floración, llena de amarillo los espacios donde abunda y la  pahueldín (Hydrangea integerrima), que trepa sobre los árboles de gran altura. Los helechos- el género Blechnum es el más abundante-, hepáticas, musgos, líquenes  y hongos que acompañan a los colosos árboles ya descritos, otorgan a estos bosques auténtico aspecto de selva subtropical. Entre los hongos no podemos omitir la mención  del que da nombre al lugar, el llao-llao (Cyttaría darwinii), que parasita las ramas y troncos de los árboles del género Nothofagus y les produce un enquistamiento rugoso que llaman “nudo de coíhue”, muy utilizado en la confección de artesanías (Bisheimer y Fernández, 2003). El llao-llao posee un cuerpo globoso de color marfil  o amarillento anaranjado que es comestible y muy utilizado por las comunidades mapuches.

Fauna
El Parque Municipal Llao Llao se sitúa dentro del la superficie que abarca el Parque Nacional Nahuel Huapi, y si bien sus extensiones no son comparables, se puede dar una aproximación de la riqueza faunística del primero mencionando cifras de fauna del Nahuel Huapi. En este se han registrado aproximadamente 180 especies de vertebrados, de las cuales las más numerosas son las aves (alrededor de 90 especies) de permanencia constante  o estacional dentro del área. Le siguen, en orden de riqueza específica, los mamíferos con alrededor de 40 especies autóctonas de presencia confirmada, una probablemente extinta y 10 exóticas, luego los anfibios  con 13 especies registradas y, por último, los reptiles con 11 especies. Los peces presentan sólo 6 especies nativas y otras 4 aproximadamente, exóticas. Los medios de desplazamiento aéreo y acuático, tal vez, sea lo que haga que la fauna que los utiliza pueda estar en ambas unidades de conservación. Generalmente el medio terrestre es el que presenta más obstáculos. En el Parque Municipal prospectado se observa, entre los mamíferos –14 especies según Aosteguy y Caracotche, (2005)-  al huillín (Lontra provocax), especie muy importante para la conservación por poseer estatus En Peligro (SAREM , 2000) e integra el Apédice I de la CITES. Distintos factores como la caza excesiva, la competencia ejercida por el introducido visón y la probable incidencia en su dieta de la siembra indiscriminada de salmónidos exóticos en toda la región, serían los factores principales de su escasez. Otro mamífero que potencialmente  podría albergar el área es al huemul (Hippocamelus bisulcus), una especie seriamente amenazada  de estos bosques, categorizado a nivel nacional En Peligro (SAREM, 2000) y ocupa en Apéndie I de la CITES.  Fue declarado Monumento Natural por las provincias de Río Negro, Chubut y Santa Cruz y por ley del Congreso Nacional; por lo tanto, su caza está absolutamente prohibida. Su distribución natural se restringe a los valles y laderas de los bosques andino-patagónicos, donde habita durante la época invernal  y  en la zona altoandina donde se desplaza durante el verano. Otro de los cérvidos nativos  de la región -que habita mayormente en el P. N. Los Arrayanes - es el pudú (Pudu puda), exclusivo de los bosques valdivianos y  es uno de los ciervos más pequeños del mundo con poblaciones exiguas pese a ser considerado de Riesgo Bajo, pero su presencia en este parque municipal es poco probable y si ocurriera sería muy circunstancial. Entre los felinos esta el puma (Puma concolor), el gato huiña (Oncifelis guigna) y el gato montés (Oncifelis geoffroyi), que están citados para el P.N. Nahuel Huapi. Cabe señalar que, entre los mamíferos, los más abundantes son los roedores, especialmente los de la familia Cricetidae.  Merecen una mención especial el tuco-tuco colonial (Ctenomys sociabilis), descubierto durante la realización del inventario faunístico del nombrado parque nacional,  el ratón peludo acanelado (Euneomys chinchilloides) y la rata de los pinares (Aconaemys fuscus). El monito de monte (Dromiciops gliroides), es un marsupial  presente en el área cuya distribución es restringida a  los bosques andinos de Neuquén, Río Negro y Chubut (Massoia, et al, 2000) y la comadrejita trompuda o ratón runcho (Rhyncholestes raphanurus) que sólo se la ha citado para el P.N. Nahuel Huapi (Massoia, et al, 2000). Las aves presentes en el área analizada son 87 de acuerdo a los señalado por los autores ya citados al referirnos a los mamíferos, algunas endémicas, y a modo de ejemplo, se puede nombrar al zorzal (Turdus falklandii), el chucao (Scelorchilus rubecula), la paloma araucana (Columba araucana), el carpintero gigante (Campephilus magellanicus), el pitío (Colaptes pitius), el huet huet (Pterptochos tarnii) y el tordo patagónico (Curaeus curaeus) entre muchos más. En cuanto a los  anfibios y reptiles, Arosteguy y Caracotche (2005), indican para el Parque Municipal, seis especies del primero de los grupos mencionados y cuatro representando a la fauna reptiliana. Es de destacar que en el Lago Escondido se descubrió una especie nueva para la ciencia de medusa (Craspedacusta sp.), que muy probablemente sea endémica de la región.

Recursos culturales
Cuando nos referimos a los recursos de carácter cultural de un área en la que no hay manifiestas expresiones de la actividad humana, como construcciones, templos o la simple evocación de un hecho histórico de trascendencia ocurrido en el lugar, debemos centrar el desarrollo de estos recursos  evocando a los primeros pobladores del lugar, que la etnología y la arqueología hayan determinado.
Los primitivos habitantes del territorio que hoy ocupa la provincia de Río Negro fueron los puelches-guénaken o también llamados patagones del norte. Los primeros datos fidedignos sobre estos habitantes los tenemos gracias al relato del gran naturalista francés Alcides D’Orbigny, que estando en Carmen de Patagones, en el año 1830, entró en contacto con estas poblaciones y le dijeron llamarse puelches, palabra que en lengua araucana significa “hombres del este” –  respecto al otro lado de los Andes-. Luego, el Perito Moreno, nos dice que los habitantes de esas latitudes se llamaban a si mismos guénekan, de ahí que para distinguirlos de otros grupos patagónicos se los llama con ambas denominaciones (Canals Frau, 1986).
Respecto a estos pueblos que ocupaban la parte septentrional de la Patagonia, se puede señalar que tenían una economía basada esencialmente en la caza, como las de las otras culturas que habitaron la región. La vivienda es el toldo, tan generalizado entre las tribus pampas, siendo diferentes en su formato, dado que algunos eran cuadrangulares, cupuliniformes o piramidales. Según testimonios de Sánchez Labrador, en el siglo XVIII ya se veía el uso de cuero de caballo en las tolderías. Referencias de distintas épocas coinciden en que se pintaban el cuerpo y la cara y que a semejanza de los patagones del sur o chónik, su vestimenta estaba compuesta por una manta cuadrangular hecha con cuero de guanaco, y por debajo de él, los hombres usaban el taparrabo y las mujeres el delantalcito que llegaba hasta las rodillas (Serrano, 2000). Algunas referencias históricas dicen que las tribus del actual territorio de Río Negro conocían la alfarería. Tomaron de los araucanos la costumbre de fumar y hacían una bebida fermentada, pero supuestamente no conocían sustancias narcotizantes. La mayoría de los autores coincide en afirmar que los guénaken eran de gran estatura. D’Orbigny, que los estudia con criterios más científicos, dice que los varones tenían una estatura media de 1,70 metros y las mujeres de 1,62. Un  cambio significativo se produjo con la introducción del caballo por los españoles, ya que este animal se utilizó para la caza, adoptando las boleadores como elemento para ese fin y diversas formas de vida cambiaron a partir de ese momento.
 Es un hecho conocido que los pueblos patagónicos y de más al norte aún, recibieron una gran influencia de habitantes que vivían al oeste de la cordillera. Estos eran los araucanos – llamados a si mismos mapuches- y fueron el último asentamiento indígena que se produce en territorio argentino. Provenientes de Chile, su inmigración ha sido relativamente reciente y  ha ocasionado grandes cambios culturales en los pueblos que habitaban las llanuras pampeanas, partes de las patagónicas (noroeste) y  también un amplio sector ocupado por los Andes, teniendo aproximadamente como límite sur, el norte de la actual provincia de Santa Cruz. Al pasar al este de los andes los araucanos abandonaron el hábito del cultivo y se dedicaron a la caza, la recolección y a la rapiña (Canals Frau, 1986). Sus armas fueron las boleadoras, una especie de honda y lanzas muy largas. La alfarería estaba poco desarrollada y las mujeres practicaban el tejido. La lengua fue la misma que se utilizaba al oste de la cordillera y es muy empleada en la toponimia de Argentina como en la de Chile. Entre 1875 y 1879 se llevaron a cabo numerosas incursiones militares al territorio de los puelches-guénaken – conocidas históricamente como la Conquista del Desierto- encabezadas las últimas por el General julio A. Roca, quien luego fuera por dos períodos Presidente de la República. Estas luchas prácticamente exterminaron a una gran cantidad de aborígenes y son motivo de polémica hasta nuestros días. La mayoría de las tierras fueron repartidas por el gobierno central entre los combatientes de la conquista del desierto y empezó así la historia de la colonización europea en estas latitudes. El primer intento por parte del gobierno colonial para explorar la región  se llevó a cabo en 1778, cuando el virrey Vértiz envió una expedición para levantar varios fuertes al mando de Francisco de Viedma quien funda Carmen de Patagones  y luego Mercedes de Patagones, al afectar las crecidas del río Negro a la primera población. En 1879, Mercedes cambió su nombre por Viedma en homenaje a su fundador. Luego fueron importantes por los relevamientos obtenidos las expediciones de Ambrosio Crámer en 1822, en 1830 la de Alcides D’Orbigny, la de Juan Manuel de Rozas en 1833, tiempo más tarde Musters – en 1869- deja un interesantísimo relato titulado “Vida entre los patagones”, recorriendo desde el Río Negro hasta el estrecho de Magallanes,  y muchas otras más.  En julio de 1865 desembarcaron en Golfo Nuevo un centenar y medio de galeses y se diseminaron en pequeños poblados agrícolas como Trelew, Bryn Crwn, Puerto Madryn y Gaiman, entre otros. En 1893 el número de colonos ya superaba los dos millares y luego se sumaron inmigrantes españoles,  italianos y alemanes. Entre 1895 y 1903, el naturalista Francisco P. Moreno realizó varios viajes a la zona del lago Nahuel Huapi, estudiándola y promocionando sus bellezas y recursos naturales.
San Carlos de Bariloche, en la margen del Nahuel Huapi, fue fundada en 1895 por iniciativa de Carlos Wiederhold, quien inició las primeras construcciones en la localidad. Años más tarde el Perito Moreno dona – en 1903- las tierras que le habían sido asignadas en retribución a su arduo trabajo de fijar los límites con la República de Chile, y con ellas se crea, en 1934, el primer Parque Nacional de Argentina.

Alternativas turísticas

San Carlos de Bariloche puede considerarse la “Meca” de todo aquel que por primera vez  decide conocer los “lagos del sur”, nombre genérico con el que designamos al gran complejo lacustre montañoso que se extiende desde Neuquén hasta el extremo sur patagónico. La arquitectura peculiar, sea tal vez, el rasgo que más llame la atención al visitante. Su Centro Cívico, con construcciones que recuerdan a las aldeas alpinas y perviven aún casas de madera, con techos de gran pendiente y también lucen construcciones de impecable estilo moderno. El Hotel Llao Llao también se destaca por la arquitectura muy vistosa y es valuarte de la región, desde el cual hay una excelente vista del Lago Nahuel Huapi, sobre el que se construyó la ciudad. Los lugares a visitar dentro de la ciudad  y  sus alrededores en cuanto a museos e instituciones en general son los que se enuncian a continuación: el  Museo de la Patagonia, ubicado en el  Centro Cívico; el Museo de Ciencias Naturales; el Museo Paleontológico, sito en 12 de Octubre y Sarmiento, con interesantes colecciones de restos fósiles de dinosaurios, huesos, garras y replicas; el Museo Ictícola, también en la calle  12 de Octubre, pero esta vez esquina  Onelli , muy interesante para los amantes de las pesca por la colección de peces embalsamados que se exhibe; el Museo Geológico y Paleontológico "Rosendo Pascual" con la colección de invertebrados más importante de la Patagonia, aves patagónicas, huesos de dinosaurios y otras curiosidades; la  Casa Museo de los Viejos Colonos, en Colonia Suiza, con muestras relacionadas con historia de Colonia Suiza, el  único poblado histórico que queda en Bariloche; el Salón Cultural de Usos Múltiples, situado en Moreno y Villegas, donde se presentan distintas  exposiciones de artistas y productores locales, donde también funciona la  Feria Artesanal Municipal; el Instituto Balseiro, Av. Bustillo Km 10, uno de las instituciones dedicadas a la investigación y enseñanza de distintas ramas de la ciencia y la tecnología más importantes de la Argentina. Por último se recomienda visitar el Centro de Salmonicultura, en el  Camino Cerro Catedral (Km 11), donde se aprecia el proceso de cría las truchas y salmones que luego son sembrados en distintos lugares de los alrededores.
Son muchas las excursiones que tienen como punto de partida Bariloche, que recorren distintos puntos del Parque Nacional Nahuel Huapi, donde  incluimos al Parque Municipal Llao Llao, el más antiguo del país y cuyo nombre trasciende las fronteras de Argentina. Muchos turistas extranjeros llegan al Aeropuerto de Bariloche para disfrutar de paisajes realmente sorprendentes, la pesca deportiva de salmónidos y el esquí. Los típicos recorridos que parten de esta prestigiosa ciudad son el Cerro Catedral, el Cerro Otto, el Cerro Tronador, los Circuitos Grande y Chico, Villa La Angostura, Isla Victoria y el Parque Nacional Los Arrayanes, entre muchísimos paseos más. La ciudad de Bariloche está a 830 kilómetros de Viedma.
El Parque Municipal Llao Llao, nos permite recorrer, cerca de la ciudad (23 km), senderos para apreciar la majestuosidad de los bosques andino-patagónicos bordeando las aguas del lago Nahuel Huapi, cuyas características son comentadas en detalle en el ítem “Hidrografía”. Es destacable el esmero que se tuvo para que el visitante se encuentre en un lugar auténticamente natural, para lo cual se prohíbe el uso de cualquier medio de locomoción. Sólo es posible el recorrido caminado e incluso fue suprimido el embarcadero que existía en el lugar. La reserva natural cuenta con guardaparques, un centro de información, señalización, folletos, zonas de pic-nic y fogones.

Cómo llegar

A  San Carlos de Bariloche se puede arribar partiendo de la ciudad de Buenos Aires por más de un itinerario. Una de las posibilidades es tomar la RN Nº 5 hasta la ciudad de Santa Rosa, capital de la Pampa. Luego se continúa unos pocos kilómetros hacia el sur por la RN Nº 35 hasta que es interceptada por la RN Nº 152, que parte a nuestra derecha - rumbo oeste- y, en el Paraje El Carancho, toma un marcado rumbo sur, pasando por el Parque Nacional Lihué Calel y luego por la ciudad de Puelches. En la localidad de Chelforó, provincia de Río Negro, es interceptada por la RN Nº 22. Se circula por ésta última hacia la derecha nuevamente – rumbo oeste- y nos conduce a la capital neuquina. Desde esta nos une con San Carlos de Bariloche la RN 237 que luego se une a la RN 40. Otro itinerario es circular por la RN 3 desde Buenos Aires hasta Bahía Blanca. Luego la RN 22 hasta Neuquén capital  y  después la RN 237 que se trasforma en la RN 40.
Desde la ciudad de Córdoba, punto intermedio para acceder desde Salta, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero por la RN Nº 9, se circula hacia el sur por la RN Nº 36 hasta la ciudad de Río Cuarto. En este punto hay que hacer un muy breve recorrido hacia el sudoeste- 10 kilómetros aproximadamente- por la RN  Nº 8, desde donde parte con rumbo definido hacia el sur la  RN Nº 35 que nos traslada a la capital de La Pampa y de acá se  sigue como se señaló en  párrafos anteriores.
Desde la ciudad de Santa Fe hay más de un recorrido, pero se sugiere tomar por la autopista hacia Rosario y luego seguir hasta San Nicolás. En esta ciudad sale con sentido sur la RP Nº 65, que deberá tomarse hasta la localidad de 9 de Julio, lugar en el que este camino es interceptado por la RN Nº 5 que nos lleva a Santa Rosa. De ahí se sigue como se indica en el primer párrafo. Otra posibilidad es hacer el recorrido Santa Fe – Córdoba  por la RN Nº 19 y seguir desde esta última ciudad como ya se comentó.
Los que parten de Corrientes y Paraná tienen que llegar a Santa Fe como primer paso, para luego seguir el camino ya  descrito.
Desde el sur se puede provenir desde las ciudades sobre la costa marítima, en cuyo caso hay que tomar con rumbo norte la RN Nº 3 hasta San Antonio Oeste y desde aquí parte la RP  Nº 304, siempre hacia el norte, que luego de transitar 90 kilómetros se “funde” en la RN Nº 250; esta corta en Choel-Choel a la RN Nº 22. En este cruce habrá que transitar hacia el oeste –izquierda- dirigiéndose en forma casi rectilínea a Neuquén capital. Desde las localidades que están sobre la Cordillera hay que arribar por la RN Nº 40 hasta que la corta la RN Nº 258 que va a El Bolsón y sigue hasta San Carlos de Bariloche. A continuación se indican las distancias en kilómetros desde el lugar de destino hasta algunas localidades importantes:
Bahia Blanca 1076 km ; Buenos Aires 1640 km ; Cipolletti 421 km; Comodoro Rivadavia  868 km; El Bolson 131 km; Esquel 300 km; General Roca 416 km; Neuquén 416 km; Piedra del Aguila 185 km; Puerto Montt 390 km; Rawson 894 km; Rio Gallegos 1667 km; San Martin de los Andes 158 km ( por Paso de Córdoba); San Martin de los Andes 190 km (por siete lagos); Santa Rosa 1011 km ;Trelew 860 km: Viedma 845 km  y  Villa La Angostura 83 km.

Problemas de conservación
Un problema que puede calificarse de regional, es el de las especies exóticas que han invadido la tierra y los lagos. En efecto, la siembre de salmones en estas latitudes sucede desde hace mucho tiempo y continúa hasta la actualidad, al punto que este es un hecho aceptado casi mayoritariamente y pocos se cuestionan el tema del impacto ecológico negativo que produce. La fauna terrestre cuenta con mamíferos como el ciervo colorado (Cervus elaphus), el ciervo dama (Dama dama) y el axis (Axis axis), la liebre europea (Lepus europaeus), dos ratas del género Rattus, la laucha o ratón (Mus musculus), el visón (Mustela vison) y  algunas especies de aves del grupo de los faisanes.
El Parque Municipal Llao Llao también posee flora exótica además de la posible existencia de las especies animales nombradas. Un problema bastante serio es la existencia de perros ya casi cimarrones. Esto ya sucedió en varias lugares y si no se actúa a tiempo  el problema se complica porque los canes, a medida que se asilvestran, se hacen más agresivos y pueden tomar como presas a animales autóctonos, domésticos e incluso ser una amenaza al para las personas. También se consigna que en el Ao. Angostura se pesca truchas en épocas de desove y que se dan casos de tala furtiva que bien podría ser controlada al ser un área relativamente chica. No obstante estos aspectos negativos señalados, hay que dejar bien claro que la unidad de conservación está  bien manejada por el ente creado a tal fin y que puestos en la balanza ambos problemas,  seguramente van a pesar más los temas positivos como la aceptación y apoyo, en términos generales, por parte de la comunidad y del sector político, asunto que no es de poca importancia. También es de destacar que el área casi no presenta espacios alterados por actividades antrópicas, lo que equivale a decir que su estado de conservación es bueno.

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Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodríguez


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