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Carri Laufquen

Parque Público Provincial -Río Negro
 

EDICION PROVISORIA - EN PROCESO DE DIAGRAMACION

Carri Laufquen

Esta reserva – Carrilaufquen significa Laguna verde en lengua Mapuche- está situada en el suroeste rionegrino, a pocos kilómetros de la ciudad de Ingeniero Jacobacci  y  no muy lejos de San Carlos de Bariloche. La bio-región que ocupa corresponde a la estepa patagónica, en una zona próxima al linde con los bosques andino-patagónicos y  ocupa, en gran parte, un espejo de agua que lleva por nombre laguna Carrilaufquen Chica. Esta laguna posee una significativa fauna avícola, fauna ictícola que está sufriendo las consecuencias de una substancial eutrofización y  es importante la población de algas verdeazules que integran el fitoplancton, como también los es el zooplancton, formado principalmente por Bosmina sp. El área protegida fue creada para preservar los ecosistemas que la integran y brindar a la población un lugar de recreación y descanso. Ya en 1959 la provincia de Río Negro daba cobertura legal a este Parque, que fue el primero de jurisdicción provincial creado en esa provincia.

Categoría

Parque  público provincial.

Ubicación

El Parque  Carri Laufquen se sitúa en el  suroeste de la provincia de Río Negro, a unos quince kilómetros al norte de la localidad de Ingeniero  Jacobacci, en jurisdicción del Departamento Veinticinco de Mayo.  Sus coordenadas geográficas son: 41º  09’ de Lat. S  y  69º 30’ de Long. O.

Superficie

La unidad de conservación prospectada posee una superficie próxima a las 700  hectáreas, dado que la Ley de creación no establece límites con precisión. El objetivo general de su creación es la preservación de especies, de la diversidad genética y restos fósiles (SIFAP), El objetivo específico es crear un ámbito natural protegido para el solaz y la recreación.

Fecha e instrumento legal de creación

Fue creada por la Ley Nº 82, promulgada en septiembre de 1959 y luego ratificada por el Decreto Nº 1187. Actualmente es administrada por  la Municipalidad de Ingeniero Jacobacci, pero el dominio de la tierra sigue siendo fiscal provincial.

Relieve

Al oeste provincial está de la Cordillera de los Andes – límite con la República de Chile-  donde la altitud de los cerros es inferior a la de la Cordillera Central – otra formación orográfica contigua-, siendo la máxima altura del territorio rionegrino el Cerro Tronador de 3.554 m.s.n.m. Entre las montañas se extienden distintos lagos de gran tamaño como el  renombrado Nahuel Huapi o el Mascardi. Hacia el este la altura decrece hasta formarse un relieve de  forma de meseta, interrumpido por depresiones denominadas bajos - como el Gran Bajo del Gualicho-, mesetas de altura -Sopmuncurá- y  serranías, como las Sierras de Queupunyeo .  Esta gran meseta finaliza en la costa marítima con altos acantilados de hasta 70 metros de altura y las formas asociadas como barras, playas, cordones litorales y planicies de marea, producto de la acumulación.
La cadena de los Andes está separada de la zona mesetaria por una serie de sierras bajas, algunas formadas simultáneamente con el plegamiento andino y otras más antiguas llamadas sierras de los Patagónides y ninguno de los dos bloques se suceden sin interrupción, sino que ambos forman bloques aislados.
La zona que ocupan las Lagunas de Carrilaufquen se encuentran dentro de lo que se llama “la gran depresión central”, que incluye la antigua cuenca de un lago y las llanuras adyacentes (Paz Barreto, 1993).
Siguiendo la clasificación y descripción del Atlas de suelos de la República Argentina (SAGyP-INTA 1990), en la Región Patagónica encontramos siete de los 10 órdenes que reconoce el sistema de clasificación del "Soil Taxonomy". Éstos son Alfisoles, Aridisoles, Entisoles, Inceptisoles, Molisoles y en menor proporción Histosoles y Vertisoles (Canevari, et al, 1998).

Hidrografía

La provincia de Río Negro presenta dos ríos  principales: el Colorado que es el límite norte de la provincia y la separa de La Pampa,  y el río Negro que corre en forma más o menos paralela un poco más al sur que el primero. Ambos vierten sus aguas en el Atlántico y se nutren del deshielo de los Andes, lugar de sus nacientes.  Su  sentido de circulación es noroeste a sudeste. Al atravesar la zona mesetaria pierden parte de su caudal por evaporación, sin recibir afluentes de importancia en su recorrido. El río Negro recibe las aguas de los ríos Limay y Neuquén que confluyen a la altura de la capital neuquina y recorre unos 600 kilómetros – con ancho variable- hasta desembocar en el mar con un caudal medio de aproximadamente 1.000 m3/seg. Los bordes del cauce – localmente llamadas bardas – son muy altos en el Alto Valle y en el medio, lo que influye sobre el clima al frenar el viento, fenómeno que sumado a la gran amplitud del valle hacen de la zona una de las mejores del país para el cultivo de frutales bajo riego. El río Neuquén circula por la frontera entre Río Negro y Neuquén y  sobre el mismo se construyó el dique Ingeniero Ballester a partir del cual, mediante un canal, se derivan las aguas de este curso  hacia el Lago Pellerini. El caudal de este último río es de unos 300 m3/seg., aunque en épocas de grandes deshielos y lluvias puede aumentar muchísimo ese guarismo. El Limay, que aporta cerca de un 70% del agua que posee el río Negro (Chiozza y Figueira, 1982), es un afluente del Lago Nahuel Huapi y corre en un valle muy encajonado con bardas altas. En la provincia de Río Negro el Limay recibe aguas de varios cursos pequeños, siendo los mayores el Pichí Leufú y el Comallo, y desde Neuquén recibe las aguas del río Collón Curá. En el territorio rionegrino nacen el río Chubut y el Azul, que vierten sus aguas en el Lago Puelo.

Las lagunas

Son dos los espejos de agua que están en la zona donde se declaró el área protegida que nos ocupa: las lagunas Carrilaufquen Grande y Chica. Ésta última está, al menos parcialmente, incluida dentro de los límites de la Reserva, debiendo tener presente que los mismos no están identificados detalladamente en el instrumento legal que le dio origen. Ambos humedales integran y reciben las aguas de una gran cuenca hídrica sin salida al mar, siendo sus principales tributarios el río Maquinchao y los arroyos Quetrequile y Huahuel Niyeu; el primero de los nombrados es un curso de real importancia dada la aridez de la zona (Paz Barreto, 1993). Según los datos de Quirós, et al, (1983) la laguna Carrilaufquen Chica es permanente, tiene una superficie de 700 hectáreas, una profundidad media de 3 metros y la Carrilaufquen Grande, tendría períodos de sequía, es de aguas salobres, posee 6000 hectáreas de extensión y la profundidad media rodaría los 4 metros. La altura donde se ubican rondaría los 1.000 m.s.n.m. Hay mediciones posteriores de otro autor que arrojan valores disímiles a los mencionados.

Clima

La provincia de Río Negro se encuentra en una posición donde se da la transición entre el clima frío de gran parte de la Patagonia y templado al norte del río Colorado. Las precipitaciones pasan de muy abundantes en la zona cordillerana a muy escasas en la región de la meseta patagónica. . La gradiente de precipitaciones queda bien de manifiesto con los siguientes registros: en la Isla Victoria precipitan casi 1.700 mm. de lluvia al año, en el Aeródromo Bariloche, sólo 35 kilómetros al este, se registran menos de 800 mm. y en la localidad de Maquinchao, unos 220 kilómetros hacia el este apenas llegan a caer aproximadamente 200 mm. al año.  También se produce en su territorio la transición de la zona con mayores lluvias estivales - en el norte – y la de mayor pluviosidad durante los meses de abril a agosto como sucede en sectores patagónicos. Las precipitaciones nivales son comunes en toda la provincia durante el invierno, a excepción del margen de la costa donde este fenómeno es ocasional. Las temperaturas medias de enero, exceptuando la parte de la cordillera, oscilan entre los 20 y 24 °C  y  en la zona andina esa cifra se sitúa en los 15° C , dependiendo de la altura.
Los fuertes vientos que caracterizan a toda la Patagonia, no son excepción en Río Negro. Este agente metereológico es responsable, en buena medida, de la aridez, por favorecer notoriamente la evaporación en lugares de escasas precipitaciones y también otorga característica peculiares a la flora que crece con adaptaciones para resistir el embate del viento que predominantemente sopla del oste, sudoeste y noroeste. La mayor cantidad de días nublados se da en la zona cordillerana con un porcentaje que ronda entre el 50 y 60 % de las jornadas, disminuyendo a un 40 % en la costa marítima. En el centro de la provincia es aún mayor el porcentaje de días soleados que en la costa.
La zona donde está emplazada la represa es de clima árido, con pricipitaciones que apenas alcanzan los 200 mm. y la temperatura máxima media es de 42.5° C,  la media anual de 14,5 ° C  y la mínima media es de –16° C. El me más lluvioso es octubre – 0,63 mm - y el de menos precipitaciones es junio con 0,9 mm.(Quirós et al. 1983).

Flora

El área prospectada  ocupa la Eco-región Estepa Patagónica,  caracterizada por estar compuesta de una serie de mesetas y terrazas planas, cubiertas por arbustos bajos y gramíneas, vegetación que desarrolló  óptimos mecanismos de adaptación para resistir la inclemencia climática, representada, fundamentalmente, por la aridez y los fuertes vientos. Entre la flora más conspicua se observan algunos de estos sofisticados mecanismos como ocurre con el neneo ( Poa ligularis),  con  la hierva negra (Mulinum spinosum) y mamuel choique (Adesmia campestris), que poseen hojas con cutículas gruesas y  con  el limbo pequeño para reducir al máximo la pérdida de agua, la yareta ( Azorella ssp.) crece en cojines hemisféricos para reducir el impacto del viento y su efecto desecante,  y las distintas especies de pastos que reciben el nombre de coirones crecen  en matas y presentas hojas duras  que desalientan a los herbívoros; tal es el caso, en la zona analizada, de los coirones amargos Stipa speciosa, Stipa chrysophyla  y Stipa humilis.
Hay zonas donde aparecen vegas, donde se dan cita ciperáceas, juncáceas y algunas especies halófilas. En general, se trata de una zona con gran impacto, desde tiempo remoto, del pastoreo ovino (Paz, 1993).

Fauna

La fauna patagónica sin bien no es abundante tiene mucho valor biológico por poseer algunos endemismos y, fundamentalmente, en el caso de las Lagunas Carrilaufquen  Grande  y  Chica - como también ocurre en muchos otros espejos de agua que se hallan diseminados por esta gran superficie - por la avifauna acuática, al albergar especies de distribución restringida, muchas de las cuales nidifican en la región; especies exclusivas de  humedales altoandinos y que extienden su ocupación hasta las lagunas  de la meseta patagónica  y por la presencia de aves migratorias que provienen del hemisferio norte. En las lagunas aquí tratadas se han realizado al menos dos trabajos de relevamiento de aves: uno de Casas, E. (1992) – cita 61 especies- y el otro de Galain (1993), que menciona unas 70 especies incluyendo un tramo del río Maquinchao. De los mismos se extraen las menciones de las principales especies. Hay una importante población de cisne de cuello negro (Cygnus melancoryphus), de amplia distribución en gran parte del territorio argentino exceptuando el noroeste;  el flamenco austral (Phoenicopterux  chilensis), como la especie anterior es de amplia distribución en todo el territorio nacional;  el macá plateado (Podiceps occipitalis);  la gallareta chica (Fulica leucoptera);  el pato maicero (Anas georgica),  el pato barcino (Anas flavirostris);  el chorlo doble collar (Charadius falklandicus), el biguá (Phalacrocorax olivaceus)  y la garza bruja (Nycticorax nicticorax), entre muchas otras especies.
En cuanto a la ictiofauna puede encontrarse la madresitas de agua (Jenynsia multidentata y Cnesterodon decemmaculatus), el pejerrey bonaerense  o blanco (Odontesthes bonariensis), el puyén (Galaxias maculatus), el pejerrey patagónico (Odontesthes hetcheri) y  algunas especies del género Percichthys. Hay también trucha arco iris  (Oncorhynchus mykiss) sembradas a fines de la década de 1970 por la Dirección de Pesca Continental. También, en ese momento, se decidió hacer una siembra de pejerreyes juveniles en ambos espejos de agua para brindar más alimento a las truchas. La experiencia no tuvo los resultados esperados ya que las lagunas se superpoblaron de pejerreyes y disminuyeron las truchas. Nuevas siembras de truchas están siendo evaluados por expertos de la Universidad Nacional del Comahue.
Los principales mamíferos de la zona esteparia que pueden encontrarse en el área prospectada son  la mara (Dolichotis patagona),  el piche (Zaedyus pichiy),  el puma (Puma concolor), el zorro colorado (Lycalopex culpaeus), el zorro gris chico ( Lycalopex  gymnocercus), el zorrino patagónico (Conepatus humboldtii), entre otras especies. Los anfibios están escasamente representados y entre los reptiles se destacan los gekos y lagartijas.

Recursos culturales

Cuando nos referimos a los recursos de carácter cultural de un área en la que no hay manifiestas expresiones de la actividad humana, como construcciones, templos o la simple evocación de un hecho histórico de trascendencia ocurrido en el lugar, debemos centrar el desarrollo de estos recursos  evocando a los primeros pobladores del lugar, que la etnología y la arqueología hayan determinado.
Los primitivos habitantes del territorio que hoy ocupa la provincia de Río Negro fueron los puelches-guénaken o también llamados patagones del norte. Los primeros datos fidedignos sobre estos habitantes los tenemos gracias al relato del gran naturalista francés Alcides D’Orbigny, que estando en Carmen de Patagones, en el año 1830, entró en contacto con estas poblaciones y le dijeron llamarse puelches, palabra que en lengua araucana significa “hombres del este” –  respecto al otro lado de los Andes-. Luego, el Perito Moreno, nos dice que los habitantes de esas latitudes se llamaban a si mismos guénekan, de ahí que para distinguirlos de otros grupos patagónicos se los llama con ambas denominaciones (Canals Frau, 1986).
Respecto a estos pueblos que ocupaban la parte septentrional de la Patagonia, se puede señalar que tenían una economía basada esencialmente en la caza, como las de las otras culturas que habitaron la región. La vivienda es el toldo, tan generalizado entre las tribus pampas, siendo diferentes en su formato, dado que algunos eran cuadrangulares, cupuliniformes o piramidales. Según testimonios de Sánchez Labrador, en el siglo XVIII ya se veía el uso de cuero de caballo en las tolderías. Referencias de distintas épocas coinciden en que se pintaban el cuerpo y la cara y que a semejanza de los patagones del sur o chónik, su vestimenta estaba compuesta por una manta cuadrangular hecha con cuero de guanaco, y por debajo de él, los hombres usaban el taparrabo y las mujeres el delantalcito que llegaba hasta las rodillas (Serrano, 2000). Algunas referencias históricas dicen que las tribus del actual territorio de Río Negro conocían la alfarería. Tomaron de los araucanos la costumbre de fumar y hacían una bebida fermentada, pero supuestamente no conocían sustancias narcotizantes. La mayoría de los autores coincide en afirmar que los guénaken eran de gran estatura. D’Orbigny, que los estudia con criterios más científicos, dice que los varones tenían una estatura media de 1,70 metros y las mujeres de 1,62. Un  cambio significativo se produjo con la introducción del caballo por los españoles, ya que este animal se utilizó para la caza, adoptando las boleadores como elemento para ese fin y diversas formas de vida cambiaron a partir de ese momento.
 Es un hecho conocido que los pueblos patagónicos y de más al norte aún, recibieron una gran influencia de habitantes que vivían al oeste de la cordillera. Estos eran los araucanos – llamados a si mismos mapuches- y fueron el último asentamiento indígena que se produce en territorio argentino. Provenientes de Chile, su inmigración ha sido relativamente reciente y  ha ocasionado grandes cambios culturales en los pueblos que habitaban las llanuras pampeanas, partes de las patagónicas (noroeste) y  también un amplio sector ocupado por los Andes, teniendo aproximadamente como límite sur, el norte de la actual provincia de Santa Cruz. Al pasar al este de los andes los araucanos abandonaron el hábito del cultivo y se dedicaron a la caza, la recolección y a la rapiña (Canals Frau, 1986). Sus armas fueron las boleadoras, una especie de honda y lanzas muy largas. La alfarería estaba poco desarrollada y las mujeres practicaban el tejido. La lengua fue la misma que se utilizaba al oste de la cordillera y es muy empleada en la toponimia de Argentina como en la de Chile. Entre 1875 y 1879 se llevaron a cabo numerosas incursiones militares al territorio de los puelches-guénaken – conocidas históricamente como la Conquista del Desierto- encabezadas las últimas por el General julio A. Roca, quien luego fuera por dos períodos Presidente de la República. Estas luchas prácticamente exterminaron a una gran cantidad de aborígenes y son motivo de polémica hasta nuestros días. La mayoría de las tierras fueron repartidas por el gobierno central entre los combatientes de la conquista del desierto y empezó así la historia de la colonización europea en estas latitudes. El primer intento por parte del gobierno colonial para explorar la región  se llevó a cabo en 1778, cuando el virrey Vértiz envió una expedición para levantar varios fuertes al mando de Francisco de Viedma quien funda Carmen de Patagones  y luego Mercedes de Patagones, al afectar las crecidas del río Negro a la primera población. En 1879, Mercedes cambió su nombre por Viedma en homenaje a su fundador. Luego fueron importantes por los relevamientos obtenidos las expediciones de Ambrosio Crámer en 1822, en 1830 la de Alcides D’Orbigny, la de Juan Manuel de Rozas en 1833, tiempo más tarde Musters – en 1869- deja un interesantísimo relato titulado “Vida entre los patagones”, recorriendo desde el Río Negro hasta el estrecho de Magallanes,  y muchas otras más.  En julio de 1865 desembarcaron en Golfo Nuevo un centenar y medio de galeses y se diseminaron en pequeños poblados agrícolas como Trelew, Bryn Crwn, Puerto Madryn y Gaiman, entre otros. En 1893 el número de colonos ya superaba los dos millares y luego se sumaron inmigrantes españoles,  italianos y alemanes. Entre 1895 y 1903, el naturalista Francisco P. Moreno realizó varios viajes a la zona del lago Nahuel Huapi, estudiándola y promocionando sus bellezas y recursos naturales.
San Carlos de Bariloche, en la margen del Nahuel Huapi, fue fundada en 1895 por iniciativa de Carlos Wiederhold, quien inició las primeras construcciones en la localidad. Años más tarde el Perito Moreno dona – en 1903- las tierras que le habían sido asignadas en retribución a su arduo trabajo de fijar los límites con la República de Chile, y con ellas se crea, en 1934, el primer Parque Nacional de Argentina. En el área del Parque Laguna Carrilaufquen se encontraron importantes restos fósiles lo que se sumó a las motivaciones para preservar el área.

Alternativas turísticas

El Parque Laguna Carrilaufquen ofrece óptimas posibilidades para la practica del trekking,  para la observación de aves, la fotografía de las mismas, es decir, safari fotográfico, que en este caso particular se señala como principal objetivo de dicha práctica a las aves acuáticas por la facilidad que ofrecen a la observación y   su abundancia . También se destaca como lugar de pesca, donde abunda el pejerrey blanco o bonaerense y truchas arco iris, aunque la población de ésta últimas esta en retroceso numérico. Por el contrario, el pejerrey es abundante y es importante destacar para los pescadores deportivos  que son de tamaños considerables e incluso bastante mayores que los de su lugar de origen, las lagunas bonaerenses y otros lugares. No se permite el uso de botes  con  motor.
Por otra parte, la multiplicidad de atractivos que ofrece la provincia de Río Negro la convierte en uno de los destinos preferidos de la Patagonia. Otras provincias de este recóndito lugar del planeta ofrecen también inmejorables paisajes de lagos y montañas nevadas, pero la única que a ello puede agregar playas sobre el Atlántico con aguas templadas es la de Río Negro. En efecto, el Balneario Las Grutas ofrece absolutamente todo lo que poseen los centros de este tipo ubicados más al norte. Una corriente marina hace las aguas más templadas y el viento no es superior al que presenta cualquier zona de nuestra costa marítima. Se trata de una villa  turística con confortables hoteles, departamentos y casas en alquiler, bungalows y camping. No faltan las discotecas, buena gastronomía en restaurantes, un hermoso casino y centros de compras. La práctica de deportes acuáticos como la pesca, el submarinismo, el surf  y la vela son el complemento ideal para una zona balnearia. Continuando por la Ruta Nacional 3 hacia el sur a menos de 100 kilómetros está la localidad de Sierra Grande donde se pueden visitar las deslumbrantes minas de hierro y apreciar lo que pocas veces se puede ver: el interior de una mina, con sus historias, con la posibilidad de percibir la rudeza de ese trabajo, conocer y ver de cerca aspectos de la geología, métodos de extracción del mineral y una exhibición de fotos que contribuye al conocimiento de este misterioso mundo subterráneo. La visita a estas minas se puede realizar todo el año y todos los días en el horario de 8.00 a 17 horas aproximadamente. De San Antonio Oeste podemos recorrer unos 170 kilómetros hacia la costa (este) por la ya mencionada ruta 3 y llegar a Viedma, la capital provincial. Aquí comenzó, realmente, la historia de la Patagonia. Se encuentra situada en la margen del río homónimo – enfrente de Carmen de Patagones- y tiene un legado histórico de los más interesantes de la Patagonia. Ambas ciudades forman una sola unidad turística con sitios de interés dentro del casco urbano:  la Manzana Histórica de Viedma, el Casco Histórico de Patagones, el Museo Gobernador Tello en Viedma, el Museo Salesiano Cardenal Cagliero, el Cerro de la Caballada, el Museo Tecnológico del Agua y el Suelo y la casona La Carlota. En sus proximidades, existen diversos balnearios y un apostadero con una colonia permanente de lobos marinos en la Reserva Provincial Punta Bermeja. Ambas ciudades cuentan con hotelería y todos los servicios que requiere un turista exigente y circuitos para recorrer los alrededores con interesantes puntos de interés, cuyo detalle escapa al tenor de este texto. En la zona centro-sur de la provincia esta la Meseta de Somuncurá, que fue convertida en una Reserva Provincial por el atractivo paisaje que muestra y por hospedar una fauna muy particular. La Ruta Nacional 23 desde San Antonio Oeste nos lleva a Ingeniero Jacobacci, una bonita ciudad donde se puede realizar el recorrido en el tren La Trochita desde esta última localidad hasta el Maitén en la provincia del Chubut, con paradas en la localidad rionegrina de Fitalancao y en la  chubutense de El Maitén. En Ing. Jacobacci estamos ya acercándonos a San Carlos de Bariloche – unos 170 kilómetros entre ambas localidades – la “Meca” de todo aquel que por primera vez se decide a conocer los “lagos del sur”, nombre genérico con el que designamos al gran complejo lacustre montañoso que se extiende desde Neuquén hasta el extremo sur patagónico. La arquitectura peculiar, sea tal vez, el rasgo que más llame la atención al visitante. Su Centro Cívico, con construcciones que recuerdan a las aldeas alpinas y perviven aún casas de madera, con techos de gran pendiente y también lucen construcciones de impecable estilo moderno. El Hotel Llao Llao también se destaca por la arquitectura muy vistosa y es valuarte de la región, desde el cual hay una excelente vista del Lago Nahuel Huapi, sobre el que se construyó la ciudad. Son muchas la excursiones que tienen como punto de partida Bariloche, que recorren distintos puntos del Parque Nacional Nahuel Huapi, el más antiguo del país y cuyo nombre trasciende las fronteras de Argentina. Muchos turistas extranjeros llegan al Aeropuerto de Bariloche para disfrutar de paisajes realmente sorprendentes, la pesca deportiva de salmónidos y el esquí. Los típicos recorridos que parten de esta prestigiosa ciudad son el Cerro Catedral, el Cerro Otto, el Cerro Tronador, los Circuitos Grande y Chico, Villa La Angostura, Isla Victoria y el Parque Nacional Los Arrayanes, entre muchísimos paseos más. La ciudad de Bariloche está a 830 kilómetros de Viedma.
Otro punto de interés turístico es El Bolsón cuya ruta de acceso atraviesa un espectacular escenario natural, ya que se bordean los lagos Gutiérrez, Mascardi y Guillelmo.  Esta Villa cuenta con una buena infraestructura que le permite ser  un punto de apoyo turístico importante de la llamada Comarca Andina del paralelo 42º, que incluye el territorio rionegrino y chubutense. Sus primeros habitantes se asentaron hacia fines del siglo XIX, procedentes de Chile en su mayoría. La ciudad está asentada sobre una depresión ubicada entre los cerros,  a sólo 300 m sobre el nivel del mar, mientras que al Este las elevaciones alcanzan los 2.200 m de altura. Es un lugar ideal para el descanso con hoteles y restaurantes que ofrecen comidas regionales de fina elaboración, granjas en las que se puede observar la elaboración y adquirir dulces, quesos, yogurt, helados y otras variedades artesanales de origen europeo muchas veces. Hay una Feria Regional que funciona los días martes, jueves y sábados de 10 a 14 horas, donde se pueden adquirir los productos de mayor calidad de la región. Esta reseña sólo pretende dar una semblanza general sobre la oferta turística de la provincia pero está muy lejos de mencionar todos los lugares de enorme belleza paisajística y de atracción para el visitante, como es el caso de las pistas de esquí del Cerro Catedral – el primer centro de esquí del hemisferio sur con 74 elevadores y 250 instructores- y del Cerro Perito Moreno en El Bolsón y el de la pesca de truchas que es motivo de viajes para ese fin por parte de turistas del Hemisferio Norte.

Cómo llegar

Tomando como punto de referencia la ciudad de Viedma se indican a continuación los itinerarios para llegar a la capital de Río Negro. Desde las ciudades ubicadas más al sur, sobre la costa atlántica o próximas a ella, la RN N° 3 es la más adecuada para acercarse al lugar propuesto.
Desde las provincias litoraleñas deberán aproximarse primero a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y desde ésta  parte la mencionada RN  N° 3, que nos lleva al destino luego de pasar por Bahía Blanca, Carmen de Patagones y, el río Negro de por medio, está Viedma.
Desde la ciudad de San Juan habrá que pasar previamente por la capital mendocina a la que la comunica la RN N° 40. De Mendoza hay que tomar la  RN N° 143 hasta su intersección, ya en territorio pampeano, con la RN N° 35 hasta Bahía Blanca y luego seguir por la RN N°3, que como se ha indicó, es camino obligado para buena parte de los que provengan del este de Argentina.
Desde las ciudades de San Luis, Córdoba, La Rioja, Santiago del Estero y otras localidades próximas a las mismas, deberán pasar previamente por Santa Rosa, la capital de La Pampa, y dirigirse hacia el sur por la RN N°35 hasta la ciudad de Bahía Blanca desde donde ya se indicó como arribar a Viedma.
Para llegar a Ingeniero Jacobacci se circula por la RN Nº 3 desde Viedma en sentido oeste hasta la localidad de Las Grutas. De aquí parte, nuevamente hacia el oeste, la RN 23 que nos conduce a Ingeniero Jacobacci y desde esta localidad la RP Nº 6 no lleva a las lagunas Carrilaufquen.

Problemas de conservación

En primer lugar habría que señalar como problema que afecta el buen manejo del área protegida es la falta de definición clara de los límites de la misma, cosa que no se había corregido hasta la fecha de la confección de este trabajo. La zona sufrió una fuerte presión modificadora del ambiente, al ser lugar de pastores durante mucho tiempo de ganado ovino y caprino, a lo que se suma el consumo vegetal que realiza una importante población de liebres europeas (Lepus eropaeus). También la laguna Carrilaufquen Chica sufre un marcado proceso de eutrofización. En términos generales,  la Municipalidad de Ingeniero Jacobacci, no ha desatendido el área, sino que por el contrario, la tomó bajo su control por producirse, en un momento, un vacío respecto a quien se hacía cargo de su administración, pero  tal vez, sería conveniente involucrar a otros sectores como el Gobierno Provincial, ONGs y Universidades.

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Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodríguez


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