Fauna
La Selva Paranaense es la Ecorregión de mayor biodiversidad de la Argentina.
Algunas cifras elocuentes dan idea de esta gran variedad: del total de
mamíferos citados para el país se hayan presentes aproximadamente un 33 %, un
55% de las aves, igual porcentaje de peces, los reptiles representan el 31% y
los anfibios casi el 35%.
De la bibliografía consultada no se obtuvo un
inventario faunístico detallado del Parque, por lo que se hace mención de las
especies que rescata Bosso (1994), en su trabajo sobre el área, que según dice
textualmente parte “por información surgida de algunas salidas de campo y
encuestas a operarios del establecimiento”. Por tal motivo se excluyen las
referencias a la ictiofauna, batracofauna, herpetofauna e invertebrados.
Aún se observan en este parque provincial
ejemplares del tamandúa u oso melero (Tamandua
tetradactyla), antes de 2000, se lo consideraba vulnerable, y partir de ese
año se lo incluyó en la categoría de Potencialmente vulnerable (SAREM, 2000),
pero su área de distribución en territorio argentino no es muy extensa: además
de la provincia de Misiones ocupa el norte de la Eco-región chaqueña, tanto húmeda como la zonas más seca, y la Selva de las Yungas. Es trepador
hábil, lo que le permite llegar a lugares donde sus competidores no pueden hacerlo
y ahí alcanza nidos de algunos artrópodos que son una importante fuente de su
alimento. Lo acompaña su pariente, el oso hormiguero (Mymercophaga tridactyla) considerado localmente En Peligro (SAREM,
2000). Su dieta muy específica (termitas
y hormigas, predominantemente) lo
perjudica en su supervivencia y más aún al restringirse aceleradamente su hábitat en la región chaqueña (donde
abundan los enormes termiteros), y es una víctima común de atropellamiento por automóviles ( Parera (2002),
cita que en una ruta del Brasil en un año hubo 54 animales atropellados). Otro
dasipódido que se observa en la unidad de conservación es el tatú negro, mulita
grande o tatú hú (Dasypus novencinctus),
con Riesgo bajo como estatus, uno de los pocos “acorazados” que habitan la
selva misionera; se ve también al mono caí (Cebus
apella), que antes de 2000 tenía estatus de Vulnerable y en ese año pasó a
la categoría de Potencialmente vulnerable, siendo su área de dispersión acotada
al norte de Misiones y norte de la
selva yungueña; el agará popé o mayuato (Procyon
cancrivorus), de estatus Vulnerable, también es habitante de este relicto
selvático.
La nómina continúa con especies emblemáticas para la conservación
como el yaguareté (Leo onca)
– estatus En Peligro- con
registros en algunos departamentos desde la mitad hacia el norte, imaginado una
línea trasversal en la provincia; el
puma (Puma concolor), el ocelote o gato onza (Leopardus pardalis) – Vulnerable
(SAREM, 2000); el gato tigre, tirica o gato
pintado, entre otros apodos vulgares (Margay tigrina) y además el llamado gato tigre, tiricao gato onza chico (Margay
wiedii) - a las dos últimas especies mencionadas también se le asignan los
géneros Leopardus, Noctifelis o Felis -; el tapir o anta (Tapirus terrestris), cuyo tamaño lo convierte
en el mamífero más grande de Sudamérica y se lo califica como En Peligro,
siempre refiriéndonos a la categorización realizada por la Sociedad Argentina
para el Estudio de los Mamíferos; el pecarí labiado o maján (Tayassu pecari); el tateto o pecarí de collar (Pecari tajacu), la corzuela parda (Mazama gouazoubira). Y además son
relativamente conspicuos el acuti o agutí bayo (Dasyprocta azarae), restringida su distribución, en
territorio argentino, a la
provincia de Misiones y la ardilla misionera o coatí serelepe
-en guaraní- (Sciurus aestuans),
entre otras especies más de micromamíferos y murciélagos que no han sido
registrados en esta somera prospección de la fauna. Sí, ente los roedores, es
destacable la presencia del ratón espinoso (Abrawayaomys
ruschii), siendo el ejemplar obtenido en Puerto Península el segundo
conocido para la ciencia y el primero para la Argentina (Bosso, 1994).
Las aves de Puerto Península son muy abundantes,
como ocurre con toda la selva misionera, por lo que una nómina detallada haría
muy tediosa la lectura de este informe. Se hará mención de las especies que
figuran como ”raras” para el área, en base a la lista que se presenta al final del nombrado
informe, realizada por Mazar, López Lanús y Rodríguez Goñi en 1994.
El tataupá rojizo (Crypturellus
obsoletus), el aninga o biguá
víbora (Anhinga anhinga), la garcita azulada (Butorides striatus), el esparvero variado ( Accipeter bicolor), la
paloma yerutí (Leptotila verreauxi), la
yerutí colorada (Leptotila rufaxilla), el batará colorado (Hypoedaleus guttatus), el batará copetón (Mackenziaena
severa), la mosqueta corona
parda (Leptopogon amaurocephalus), el chalchalero ( Turdus amauchalinus), el pitiayumí ( Parula pitiayumi), el picochato grande (Tolmomyias sulphurescens), la mosqueta
media luna (Phylloscartes eximius), la
mosqueta parda (Lathrotriccus euleri), el mosquitero (Corythopis dedalandi), pepitero verdoso (Saltador similis), el tordo gigante, (Scaphidura oryzivora), y otros más. Se censaron 144 especies en 6
días de recorrido lo que evidencia que el número de aves de esta reserva es
mucho mayor y seguramente en la actualidad ya se debe haber incrementado
notoriamente esa nómina. En todo el territorio misionero se registraron unas de
550 especies.
Fueron declaradas Monumentos Naturales Provinciales, las siguientes
especies animales:
- el yaguareté (Leo
onca), por la Ley Nº 2.589.
- el yetapá de collar (Alectrurus risora), por Ley Nº 4.138
- anta o tapir (Tapirus terrestris), a este gran mamífero le fue asignada tal
categoría mediante la Ley Nº 2.589 del año 1998.
- el águila harpía (Harpía harpyja), por Ley Nº 3.320.
- el lobo
gargantilla o airaí (Pteronura brasiliensis), bajo la Ley Nº 3.320
- el loro denominado
maracaná de lomo rojo o afeitado (Primolius maracana) – Ley Nº
3.455
- el tordo amarillo (Xanthopsar flavus) – Ley Nº 4.148
- y al oso hormiguero o yurumí (Myrmecophaga tridfatyla), la Ley Nº 2.589
- se mencionan cinco
últimas designaciones, el loro llamado churao (Amazona petrei), al mono carayá-pitá o carayá rojo (Alouatta guarida), el zorro pitoco (Speothus venaticus), charao (Amazona petrei) y el pato serrucho (Mergus octosetaceus)
Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez
Copyright
© Patrimonionatural.com
Prohibida
su reproducción
por cualquier
medio para
fines comerciales,
sin la autorización
expresa
del editor.
Las fotografías
son propiedad
de sus autores.
Prohibida
su reproducción
por cualquier
medio sin
autorización
expresa
de los mismos. |