,
Volver a HOME




































Volver a HOME

Ñacuñán

Reserva Ecológica y de la Biosfera - Mendoza
 

EDICION PROVISORIA - EN PROCESO DE DIAGRAMACION

Ñacuñán

Como área protegida provincial se le asignó la categoría de reserva ecológica. Entre las de ámbito nacional le cabe la categorización en dos tipos: I- reserva natural estricta – la mayor parte- y una pequeña porción corresponde a la categoría VI, área protegida con recursos manejados.
Internacionalmente se lo declaró Reserva de la Biosfera en 1986. En el marco del Programa de la UNESCO sobre el Hombre y la Biosfera (MAB), las reservas de biosfera han sido establecidas para promover y demostrar una relación equilibrada entre los seres humanos y la biosfera. Las reservas de esta categoría son designadas por el Consejo Internacional de Coordinación del Programa MAB a petición del Estado interesado. Las reservas de biosfera, cada una de las cuales está sujeta a la soberanía exclusiva del Estado en la que está situada y por lo tanto sometida únicamente a la legislación nacional, forman una Red Mundial en la cual los Estados participan de manera voluntaria. El artículo 1° de los estatutos del MAB define a estas áreas como: “Las reservas de biosfera son zonas de ecosistemas terrestres o costeros/marinos, o una combinación de los mismos, reconocidas en el plano internacional como tales en el marco del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la UNESCO, de acuerdo con el presente Marco Estatutario”.
Si principal objetivo de creación ha sido la protección de distintos ecosistemas que forman los bosques abiertos, muy especialmente algarrobales, la fauna y la flora del lugar y proteger este relicto de zona árida para su estudio con fin de obtener recursos y utilizarlos sustentablemente.

Ubicación

La Reserva Ecológica Ñacuñán y Reserva de la Biosfera de Ñacuñán – que de ahora en más designaremos como Reserva Ñacuñán para referirnos a ambas categorizaciones -  está en la Provincia de Mendoza, en el Departamento de Santa Rosa, a 200 kilómetros hacia noreste de la ciudad capital de la provincia. Sus coordenadas geográficas son 34° 03’ de Lat.S  y  67° 58’ de Long O. La localidad más cercana es el pueblo de Ñacuñán que está a 4 km de distancia.

Superficie

La unidad de conservación prospectada tiene una extensión de 12.300 hectáreas.

Fecha e instrumento legal de creación

La Ley Provincial N° 2827/61 crea la reserva Ñacuñán en el año 1961, designándose en aquel momento como reserva forestal, estando bajo la administración de la Dirección Provincial de Bosques y, a  partir de 1969 pasa a depender del IADIZA.  Luego, en 1986, se la incorpora como Reserva de la Biosfera. La administra el Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas- IADIZA- perteneciente al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.

Relieve

La constitución geológica-estructural de la cordillera es compleja y está asociada estrechamente a su agitado pasado geológico, que originó distintas unidades de relieve sobre las que actuaron intensamente los agentes climáticos dando forma al actual paisaje. Para su análisis, el sector montañoso – oeste - permite ser dividida en tres partes en el territorio mendocino. La cordillera principal,que en la Argentina comienza aproximadamente en el paralelo de los 32° Lat. S. y  cuyo límite oriental está conformado por el valle del río Blanco, los faldeos orientales de los cerros Mercenario, Aconcagua y Puente del Inca;  y  al sur del río Diamante está directamente en contacto con los llanos de los ríos Atuel y Malargüe. El límite continúa por el valle del río Grande, la sierra de Vaca Muerta, girando hacia el oeste hasta alcanzar los 39° de Lat. S.(Lorenzini y Rey Balmaceda,1993). El cordón principal - o del Límite como también se lo llama- posee  unos 70 kilómetros de ancho al sur del río Diamante y va estrechándose hacia el norte, donde sólo alcanza los 30 kilómetros en la parte media de la provincia de Mendoza. Geológicamente, en el sector oeste de los macizos montañosos, se reconoce el ambiente del geosinclinal mesozoico, producto de una invasión marina de origen pacífico, en el cual ocurrieron dos ciclos completos de sedimentación que, junto con mantos de rocas eruptivas, fueron plegados y elevados durante la orogenia andina formando la Cordillera Principal (Atlas Físico, 1982).
La otra formación se denomina Cordillera Frontal , y se extiende entre la precordillera y la Cordillera Principal. Una gran parte del recorrido de este  alineamiento orográfico de desarrolla en territorio chileno. Esta formado por cordones que en su mayoría presentan una orientación noroeste-sudeste   y  noreste-sudoeste,  separados por los valles de los ríos que forman el sistema del Desaguadero . Esta cadena de cordones separados y con distintas orientaciones se formó por la grandes presiones ejercidas al elevarse la Cordillera Principal. El punto de anulación de ambas fuerzas es lo que produjo la máximas elevaciones. De esta cadena montañosa se destaca el cerro Bonete con 6872 m.
Es significativo aclarar que estas dos cadenas no poseen una división bien definida entre ellas, a excepción de unos pequeños trechos, y que ambas secciones están perfectamente unidas entre si. La principal diferencia que existe entre ellas es el tipo de rocas que la componen. La Cordillera Principal está formada por capas de sedimentos marinos con fósiles de edad jurásica y cretácica y del lado occidental rocas piroclásicas (González Bonorino, 1958). A la vez la separan de la Precordillera – una formación montañosa distinta-  varios valles  que reciben distintos nombres, siendo el de Uspallata uno de los más renombrados.
El cerro Aconcagua está situado en extremo sur de la cadena denominada los Penitentes y con sus 6.959 m.s.n.m. se lleva el atributo del ser la mayor elevación del continente americano y su gran altura, como la de otros cerros próximos, no corresponde a estructuras volcánicas activas como el Tupungato, sino que su altitud actual resulta del levantamiento tectónico de la cordillera. Existen otros cerros de gran altura como el cerro Catedral  con 5.200 m.s.n.m , el Cuerno (5.450), el Juncal (6.060), el San Juan (6.111), el Tupungato (6.800), el Nevado del Plomo (6.120), el Maipo (5.323) y varios más cuyas alturas superan los 5.000 metros. Entre los 27º y los 33º 30’ no se observa vulcanismo cuaternario y la actividad sísmica se concentra en una franja delgada a lo largo del borde occidental, que coincide con la zona geotectónica más activa donde ocurren los grandes terremotos.
Una característica destacable es que sólo las cumbres muy altas están cubiertas por glaciares, que tuvieron lugar durante una serie de avances ocurridos durante el Cuaternario, dado que el límite inferior de las nieves eternas es muy elevado debido a la aridez y la fuerte insolación. Esto da lugar a que se erijan los penitentes, formación muy característica de los Andes, consistente en  montículos de nieve de unos 3 metros de alto con aspecto de monjes, ocasionados por la fusión de las capas superficiales de nieve debida a la fuerte insolación que al  formar surcos que se van ahondando con el paso del tiempo, queda la zona  cubierta de esos agudos montículos alineados. Estas formaciones dan nombre por su aspecto a la cadena de elevaciones Los Penitentes.
El avenamiento se produce en las altas cimas por una vasta red a la que se agrega la fusión del hielo y la nieve, lo que hace un material muy denso   lo que origina los taludes de escombros  - piedra desintegrada por factores exógenos – son muy frecuentes.
La Precordillera, producto de la orogenia andina, es la tercera de las formaciones antedichas y está constituida por un macizo compuesto principalmente de metamorfitas y sedimentos paleozoicos, período en el cual se formó- aunque hacia el Pérmico- esta unidad orográfica , para ser luego reactivada y elevada durante el Terciario y Cuaternario.  Toda la zona presenta  alta sismicidad  y  fallamientos activos que ocasionan movimientos frecuentes. La Precordillera forma las sierras de Villavicencio y Uspallata y finaliza sobre la margen derecha del río Mendoza cerca de Cacheuta. Su relieve muestra signos de mucha acción erosiva  por la desagregación mecánica de las rocas provocada por efecto del clima árido y de las grandes amplitudes térmicas.

La acción glaciaria fue mucho mayor en el pasado y la geomorfología que se aprecia en la actualidad está modificada por la acción de procesos ulteriores como la remoción en masa y la acción fluvial. Los glaciares actuales de la zona cordillerana en general se los clasifica como glaciares de valle, glaciares de montaña y manchones de nieve y estos, a su vez, pueden presentarse como descubiertos, cubiertos por detritos y glaciares de escombros.

Por último encontramos en lo que sería, longitudinalmente, la mitad este, una zona de llanos cuya superficie está cubierta por depósitos terciarios y cuaternarios de gran espesor, que recubren, en buena parte, rocas precámbricas. Estas planicies y depresiones que dominan el oriente mendocino, desde el piedemonte hasta el río Desaguadero - que actúa como demarcador del límite con la provincia de San Luis- están
interrumpidas por las denominadas huayquerías  y guayquerías, que son zonas áridas con suelo de sedimentos rocosos en las que se forman canaletas o surcos. En la parte norte de esta llanura hay una extensa zona conocida como La Travesía, muy árida en la que se forman médanos y no hay casi drenaje superficial, estando salpicado por las lagunas de Guanacache, hoy reducidas enormemente por el uso para riego del agua y convertidas en salitrales.
En la zona sur, como transición al ambiente patagónico, se encuentra el dominio volcánico de la Payunia.

La región donde se ubica la Reserva de Ñacuñán es un gran bolsón, rodeado al noroeste por el piedemonte de la Precordillera de La Rioja, San Juan y Mendoza, al oeste y suroeste por la Meseta del Guadal y el Macizo de San Rafael, al sur por la meseta de La Payunia y al este, están las Sierras de las Quijadas, de Guayaguas y Varela. La parte sur se comunica con la región pampeana. Así se comprende que el relleno por sedimentos producto de la meteorización que posee el aludido bolsón, proviene las la elevaciones que los circundan. Los ríos que descienden de los Andes y que sus cursos rondan por estas planicies son los responsables, junto con la acción eólica, del acarreo de sedimentos, modelando el relieve con depresiones, cursos temporarios, salitrales y médanos. La porción de la llanura oriental donde predominan los médanos fijos, los torrentes que descienden de la Meseta del Guadal con sus hayquerías, han formado una planicie aluvial denominada “Playa de Ñacuñán”, en la que se ubica la Reserva de la Biósfera (Abraham, 2001). La planicie donde se sitúa el área prospectada tiene ondulaciones que oscilan entre los 500 y 600 m.s.n.m. con una suave pendiente hacia el sureste. Los médanos forman largos cordones, que en algunos casos llegan a tener 30 metros de altura, que poseen, en general, una orientación noreste- sudeste. La morfología del área es bastante dinámica por la acción del viento que transporta las partículas de arena de los médanos, las que a su vez, inciden en la distribución de las aguas superficiales.

Hidrografía
Casi toda la red fluvial de Mendoza corresponde a la cuenca del Desaguadero formada por los ríos Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel. Sólo en la parte sur, los ríos Barrancas y Grande que forman el Colorado, no integran la mencionada cuenca.
Todos estos cursos de agua nacen en la zona montañosa y descienden hasta las llanuras donde interrumpen sus cuencas debido al intenso aprovechamiento que se hace de los mismos para el riego. Son ríos antecedentes (que conservaron sus cursos desde antes de las formaciones orográficas) que atraviesan las montañas por medio de enormes gargantas erosionadas durante los movimientos terciarios y prácticamente muchos de ellos carecen de agua durante buena parte del año y con el deshielo primaveral sus cauces se hacen muy torrentosos.
El río Mendoza se forma de la unión de los ríos Tupungato y de las Cuevas y recibe las aguas de los arroyos Horcones, Santa María y del río Vacas que desciende del Aconcagua. Nótese la diferencia del caudal de un río que se alimenta de los deshielos como lo es el Mendoza, comparando su caudal medio, calculado en aproximadamente 55 m3/ seg., con los 750 m3/ seg. que alcanza en el verano.
El río Diamante nace al pie del Maipú, en la gran laguna del mismo nombre, aumenta su caudal en su tramo medio por el aporte de las aguas de varios pequeños afluentes y atraviesa la zona árida llegando al Desaguadero con menor cauce. El río Atuel  presenta en una parte estrecha de su cauce unas pequeña cascada, llamada Saltos del Nihuil, aguas arriba de las cuales se erigió la represa del mismo nombre y varias usinas hidroeléctricas que aprovechan su cauce. Los dos grandes lagos artificiales que hoy posee la Provincia son El Nihuil y el Carrizal, y hay otros de menor tamaño.
En la parte norte del río Desaguadero perviven  dos espejos de aguas permanentes de considerable tamaño que son la Laguna Silverio y la Grande o del Quebrachito. En la parte centro-sur hay otra laguna, Llancanelo, que posee una diversidad muy importante de aves acuáticas que dio lugar a que se le otorgue jerarquía internacional como reserva natural.
La zona que afecta la Reserva Ñacuñán no posee cursos de agua permanentes, la obtención de humedad se produce por las precipitaciones y por las aguas subterráneas. Sí  encontramos una red de cursos de agua que sólo actúan como tales en la época de mayores lluvias. La composición de las capas subterráneas – rocas sedimentarias modernas, estratos de de arenas finas, limos  y arcilla , principalmente - dan lugar a la formación de un acuífero que  influye en el suministro de agua para la  vegetación y que luego de descender hasta encontrar una zona arcillosa  que contiene al agua desde la cual puede ser extraída por bombeo, es utilizada para consumo humano.

Clima
A pesar de la gran distancia que la separa del Atlántico, la parte cordillerana recibe de ese sector la escasa humedad que se precipita generalmente en forma de grandes nevadas en las partes más elevadas, durante los meses de mayo a agosto mayoritariamente. Su frecuencia y magnitud decrecen hacia el este.
Desde el Pacífico el clima recibe la mayor influencia por la acción del anticiclón del Pacífico que genera vientos del oeste. Estos vientos se elevan y al chocar con los cerros de la cordillera se enfrían y precipitan su humedad en forma de nieve. En la cordillera la ascensión del aire se hace marcadamente a través de los valles y los faldeos de los cerros y por la baja presión que hay en las cumbres este aire asciende durante las tardes generalmente y forma cúmulos pero no llegan a producirse. De noche ocurre el fenómeno contrario y el viento sopla desde la cima hacia los valles.
Como todas las regiones con marcadas variaciones altitudinales, la temperatura es un factor climático totalmente dependiente de las mismas.
En toda la cordillera cuyana ocurren en invierno fuertes vientos fríos provenientes del sector oeste y sudoeste, que cuando soplan conjuntamente con nevadas se forma el tan temido viento blanco. Estos mismos vientos, bajo condiciones atmosféricas particulares, cruzan los Antes sufriendo bruscos cambios que los transforman al llegar a las zonas bajas en cálidos y secos, como ocurre con el folklórico viento zonda.
Las precipitaciones varían con la altura pero en sentido inverso al de la temperatura, como ejemplo se menciona la localidad de San Martín a 650 m.s.n.m. que recibe lluvias cercanas a los 200 mm anuales y  en Puente del Inca a 3.700 m, cae en forma de lluvia o nieve más de 300 mm.
La Reserva Ñacuñánposee una temperatura media anual- registrada en la estación metereológica del lugar-  de 15,6 ° C.; la máxima media es de 23,8 ° C.  y  la mínima media llega a los 7,6° C. (registros tomados durante el período 1972-1990). Las precipitaciones tienen la característica notable de presentan una gran variabilidad  de un año a otro, registrándose en el período aludido en el párrafo anterior, una año con algo más de 500 mm y otro con  menos de 200 mm.; del promedio de estos altibajos surge un valor de 329,4 mm. Las lluvias se producen mayormente en los meses de verano.

Flora
Por su ubicación, la Reserva Ñacuñán se encuentra, según Cabrera (1976), en lo que él denomina Provincia del Monte, que se extiende en una franja longitudinal desde el este del Chubut hasta el oeste de Catamarca - con una pequeña cuña que entre en Salta-. La clasificación realizada por PRODIA (1999) no difiere demasiado de la mencionada anteriormente, sólo que esta última denomina bio-región de Monte de Llanuras y Mesetas, a una superficie equivalente a la presentada por Cabrera, pero que es interrumpida en el sur de San Juan, a partir de donde la denomina – siempre casi superponiéndose con la Provincia del Monte- bio-región de Monte de Sierras y Bolsones. En cuando a la vegetación se refiere se observa un predominio de plantas xerófilas y sólo en las márgenes de los ríos o espejos de agua en general se hallan especies mesófilas o hidrófilas (Cabrera, 1976).
En la Reserva Ñacuñán, según Roig, (1980), se registraron 136 especies de fanerógamas, pertenecientes a 31 familias, destacándose por su cantidad de especies, las gramíneas y las compuestas. Dentro de las Criptógamas – poco relevadas- abundan los hongos.
Para el desarrollo de la flora de esta Reserva de Biófera, seguiremos los lineamientos efectuados por Roig (1971), Roig y Tanquilevich, 1974) y la actualización de los mismos realizada por Rossi, (inédito). El área prospectada es dividida en tres unidades ambientales. La primera de ellas es la  llanura suavemente ondulada donde se desarrollan importantes bosques de algarrobo dulce o chico (Prosopis flexuosa), la comunidad florística más extendida de la reserva que presenta tres estratos fácilmente diferenciables. Uno de ellos es el superior donde predomina notablemente el algarrobal con ejemplares de mediano a bajo porte, “salpicado” de ejemplares de chañar (Geoffroea decorticans) y de retamo (Bulnesia retama) que, al contrario del chañar que puede hallarse aislado, éste siempre está asociado al algarrobo. En el estrato arbustivo encontramos principalmente jarilla (Larrea divaricata), el atamisque (Capparis atamisquea), el llaullín, yauyín o chalcañar (Lycium tenuispinosum), Jumelia aspera, sin nombre vulgar conocido, el piquillín (Condalia microphyla),  Verbena aspera y Lycium chilense, entre algunas especies más. El estrato siguiente, el inferior, es muy rico es especies herbáceas como los pastos perennes Digitaria californica, Sporobolus cryptandrus y Pappophrum caespitosum. También son abundantes en este estrato las especies del género Setaria, mayoritariamente conocidas como cola de zorro o plumerillo. Igualmente encontramos en este estrato algunas plantas  leñosas de muy pequeño porte como el tomillo (Acantholippia seriphioides) y el girasolcito, flor de Santa María y muchos otros nombre comunes que recibe (Verbina encelioides), de vistosa inflorescencia. También encontramos cactáceas como el quisco ( Echinopsis intricatissima  o E. leucantha, según los autores)  y la tuna colorada (Cereus aethiops).
Otro de los ambientes florísticos que se caracterizan en la zona es la vegetación de las depresiones, en la que se observan abundantes jarillas (Larrea cuneifolia), muchas veces marginados por pastizales de plumerito (Trichloris crinita); también abundante es la miel de vaca o vara de San José, entre otros nombres vulgares (Pitraea cuneato-ovata), muy apetecida por el exótico jabalí, el abrojillo (Kallstroemia tucumanensis), planta de la región chaqueña que extiende su distribución hasta estas latitudes. En las zonas donde hay suelos más ricos en partículas finas de arcillas, limo, u otros elementos, algo salinos y con baja permeabilidad, lo que garantiza una buena dosis de humedad, es donde el bosque adquiere mayor desarrollo y se forman como galerías de vegetación que sigue el curso de los desagües mantiformes. Estas zonas umbrosas y húmedas favorecen el desarrollo de la denominada comúnmente acacia de campo o crucecilla (Eupatorium  patens) y Conyza apurensis. Y, el tercer ambiente que presenta la fisonomía vegetal es la vegetación de los médanos .Que al tener suelos sueltos sólo de ven dos estratos, uno arbustivo y otro herbáceo. El primero es dominio de la jarilla (Larrea divaricata) , con ejemplares de albaricoque (Ximemia americana) en menor proporción, monte negro (Bouganvillea spinosa) y el tomillo macho ( Junellia seriphioides). Otros arbustos que en Ñacuñán sólo se ven en este ambiente son Glandularia flava  y Fabiana peckii, esta última formando colonias en la cima de los médanos (Boshoven y Tognelli, 2001).Es notable el fenómeno de comprobar la distinta vegetación que presentan los médanos según el punto cardinal hacia el cual está expuesta la ladera, dado que de esto depende que tengan vegetación anual o estacionaria e incluso hay momentos del año – primavera y verano- en que el médano está cubierto por una densa vegetación arbustiva como la verdolaga (Portuluca grandiflora) , cuerno del diablo (Ibicella parodii), distinguida por su hermosa floración;   la  Amaranthus standleyanus y la Gomphrena boliviana, entre otras, y en invierno, el mismo médano, se ve casi desprovisto de vegetación. Entre los pastos son conspicuos el olivillo (Hyalis argentea) y el tupe (Panicum urvilleanum) y entrelas enredaderas Cucurbitella asperata  y  Philibertia gilliesii.

Fauna
De acuerdo a la clasificación  en biorregiones que presenta Cabrera y Willink (1980) la zona en estudio está comprendida dentro de la Región Neotropical, Dominio Chaqueño, Provincia del Monte,  en concordancia con la división Fitogeográfica. En la Reserva Ñacuñán se registró la presencia aproximada de 170 especies de vertebrados que son habitantes permanentes u ocasionales del área. Distinto autores han censado los grupos de vertebrados según se indica a continuación: 4 anfibios y 20 reptiles (Cei 1980; 1986 y 1987), 103 especies de aves (Contreras 1979) – aunque la ornitofauna llegaría a más de 130 especies según estudios más recientes-  y 32 de mamíferos (Contreras, 1979, Ojeda et al.,1989). La cifra es altamente significativa porque se acerca al 50% de la fauna presente en toda la provincia.
A continuación se hará mención de las principales especies de cada grupo sin pretender hacer una lista exhaustiva de todos ellos. Comenzando por los anfibios, dada la escasez de agua en la región hace que estos estén poco representados: se observa la ranita de monte (Pleurodema nebulosa), la rana (Leptodactylus bufonius), el escuerzo de la región chaqueña (Ceratophrus cranwelli) y el conspicuo sapo común (Bufo arenarum).
Ofidios y lagartos ocupan altos niveles dentro de la estructura trófica de la comunidad biótica de Ñacañán, como suele ocurrir en los ecosistemas desérticos ( Pianka, 1986). Las veinte especies de reptiles antes señalada se distribuyen así: 1 quelonio, 9 lagartos y 10 ofidios. Se hará mención de las especies más conspicuas de cada uno de estos grupos. La tortuga terrestre (Chelonoidis chilensis), muy perseguida por los cazadores para comercializarla como mascota y con estatus de Vulnerable (UICN, 2000), la lagartija (Liolaemus darwini), la también denominada vulgarmente lagartija, dado que es común que el lugareño no distinga dos especies muy similares, (Lilaemus gracilis) y el lagarto  (Cnemidophorus longicaudus), y otras especies más que también habitan Ñacuñán. Del grupo de los ofidios cabe destacarse la presencia de  la ofiófaga culebra (Boiruna maculata); y la falsa yarará (Pseudotomodon trigonatus), que se alimenta de lagartijas; la falsa coral (Lystrophis semicinctus), que también se alimenta de lagartijas como la especie anterior pero esta incluye batracios; la yarará ñata (Bothrops ammodytoides) y la yarará chica (Bothrops neuwiedi) son parte de las 10 especies citadas para el área.
La ornitofauna está muy bien representada, con las 136 especies que registraron Pescetti y Roig (inédito). Las especies más conspicuas son la calandria de tres colas (Mimus trurus), el pepitero chico (Saltatricula multicolor), la diuca (Diuca diuca), el vistoso gallito de monte (Rhynocrypta lanceolada), la monterita canela (Poospiza ornata), el titirití (Serpophaga griseiceps), el chingolo (Zonotrichia capensis), el curutié (Certhiaxis pyrrohophia), el comesebo andino ( Phrygilus gayi), el tontilo gris ( Empidonomus cristatus), el crestudo (Coryphistera aluadina) y muchos otros Passeriformes, algunos endémicos de esta región. Antes de dejar la nómina de las aves hay que hacer mención de algunas especies no passeriformes. Entre esta son comunes de observar varios carpinteros, entre los que se encuentra el carpintero de los cardones (Melanerpes cactorum); lechuzas como el gran ñacurutú o búho (Bubo virginianus), palomas como  la picazuró o paloma picaza (Columba picazuro); y rapaces como el gavilán mixto (Parabuteo unicinctus) y el águila mora (Geranoaetus melanoleucus), también hay tres especies de tinámidos y pocas especies de ambientes acuáticos.
El último grupo a desarrollar es el de los mamíferos, de los que censaron para la reserva 32 especies ( 2 exóticas). En primer lugar se menciona la presencia de la mara (Dolichotis patagonum) por tratarse de un mamífero con estatus de Vulnerable , lo mismo que el pichiciego menor ( Chlamyphorus truncatus) que reviste el mismo rango de amenaza. Y, una tercera especie de mamífero de Ñacuñán que se considera Vulnerable, es la rata de los salares o rata vizcacha colorada (Tympanoctomys barrerae) que es exclusiva de los salitrales del oeste de Mendoza y La Pampa (Chebez, 1994) y se conoce poco se su biología por su escasez y por la dificultad de entramparla. Son abundantes los roedores como los cuises (Microcavia australis) y (Galea musteloides), el tuco tuco (Ctenomys eremophilus), varios ratones de la familia Muridae, la viscacha (Lagostomus maximus). Los carnívoros están representados por el puma (Puma concolor), el gato montés (Oncyfelis geoffroyi), el gato pajero o de pajonal (Lynchailurus pajeros), el yaguarundí (Herpailurus yaguaroundi) cuya distribución ocupa gran parte del noreste de la Argentina y sigue hacia en sur siguiendo aproximadamente la extensión de la bio-región del Monte – su estatus lo considera Riego bajo- . Los cánidos están sólo presentes con el zorro gris (Lycalopex gymnocercus) y de los Dasypodidos – piches, mulitas, peludos- se observan tres especies en unidad de conservación incluyendo la mencionada en los primeros párrafos. Finalizamos la mención de la mastofauna del área protegida analizada haciendo referencia de la presencia   de dos especies de marsupiales, seis de murciélagos y dos especies exóticas : el jabalí europeo (Sus scrofa) y la liebre de la misma procedencia (Lepus europaeus).

Recursos culturales

Los primitivos habitantes

Aunque aún permanecen dudas sobre algunos aspectos de los habitantes prehispánicos de la zona de Cuyo, se puede afirmar con suficiente certeza que ya al comienzo del Holoceno el territorio estaba poblado. En este período bandas de cazadores y recolectores no especializados recorrían el actual territorio mendocino. Su instrumental, constituido por un corto número de artefactos  muy diferenciados, era fabricado sobre lascas y núcleos y no conocían las hachas de mano ni las puntas de flecha (Rodríguez,D, 1976). Las excavaciones realizadas por el arqueólogo Lagiglia  en los valles de los ríos  Diamante y Atuel  sirvieron de testimonio para conocer que más tardíamente en la zona indicada ya se utilizaba el hacha y puntas de proyectil bifaciales (estas fueron posteriores al empleo del hacha). Más tarde aún, hacia el 2.000 a.C., fecha establecida por registro con carbono 14, se determina la presencia de un grupo distinto a los anteriores y utilizan la llamada Gruta del Indio para fines ceremoniales o funerarios y presumiblemente vendrían de los Andes del sur peruano y de  el actual territorio de Chile. Hay  estudios que hacen referencia a otras culturas prehispánicas que en distintos períodos ocuparon la zona del territorio mendocino; en el sector sur por ejemplo, más recientemente, la influencia de la cultura e idioma araucanos ha sido intensa ( Serrano, 2000).
En el período hispánico los aborígenes que ocupaban la zona de cuyo fueron los Huarpes. Estaban divididos en dos grupos con características distintas. Los huarpes de San Juan hablaban una lengua llamada allentiac y los mendocinos un codialecto llamado millcayac (Canals Frau, 1986).El idioma de los huarpes es hoy  conocido gracias a los textos elaborados por el Padre Valdivia y a grandes rasgos se puede referir que los del sector occidental, o sea que ocupaban en territorio del la Reserva El Diamante eran agricultores en escaso grado pero utilizaban irrigación artificial, como armas usaban el arco y la flecha y no fueron un pueblo guerrero. En cuanto a la vestimenta según dice el  Padre Ovalle que vestían con buenas prendas y los hombres utilizaban como distinción de su sexo una vestimenta similar a lo que hoy conocemos como camiseta. Las mantas y las prendas tejidas también componían su indumentaria.

Expansión incaica

El ingreso de los incas al actual territorio argentino tuvo lugar a mediados del siglo XV, produciéndose por el noroeste y llegando, en su extremo austral, aproximadamente hasta en territorio mendocino. En los primeros momentos esta expansión no parece haber tenido como objetivo preponderante intereses económicos o estratégicos definidos, sino a un conjunto de motivaciones corporativas de sectores dominantes de la sociedad cuzqueña (Tarragó, 2000). Esta ocupación abarcó menos de un siglo, de acuerdo con la cronología aceptada. Sin embargo en este breve período la impronta sociocultural del Imperio Inca fue significativa. En primer lugar el legado de la lengua quichua que se impuso en vastas zonas del noroeste argentino, una cerámica de excelente factura y fina terminación, en zona andina se percibió el empleo del bronce de cobre y estaño en lugar del de cobre y arsénico utilizado previamente, amén de  sistemas innovadores de cultivo y caza, entre otros muchas cosas.

Epopeya emancipadora

Sin lugar a dudas, uno de los mayores valores culturales – al menos desde el punto de vista de la historia contemporánea – que tiene la zona de los Altos Andes próxima al área de la Reserva Provincial prospectada es el cruce del cordón montañoso más largo del mundo por parte del ejército argentino al mando del General José de San Martín a mediados de enero de 1817. Prestigiosos estrategas militares consideran a este emprendimiento como una proeza desde el punto de vista estratégico y humano, por cuando en algunos sectores tuvieron que transitar por los 3.000 m.s.n.m, como fue el caso del ala del ejército que condujo el General Juan Gregorio de Las Heras a través del paso de Uspallata, donde la resistencia física y en temple del espíritu tuvieron que ser óptimos para sobrellevar las inclemencias del tiempo, el aire con menos oxígeno, una cuantiosa carga de artillería, víveres y enseres de todo tipo y cerca de 20 días de marcha por caminos sumamente dificultosos. El General José Francisco de San Martín cruzó por el Paso de los Patos, algo menos accidentado pero más largo que el antes mencionado, y el 12 de febrero del mencionado año triunfaba en la batalla de Chacabuco contra el ejército realista. Simultáneamente ese día tres escuadrones más que cruzaron por pasos distintos tomaban exitosamente poblados de Chile ocupados por los españoles. Con éstas operaciones ya se había avanzado enormemente en la liberación de Chile.

Alternativas turísticas

La Reserva Ecológica y de la Biosfera Ñacuñán no está programada para la explotación turística, sino que prevalece el uso como estación experimental para estudios biológicos y la visitas requieren de una autorización previa, exceptuando al personal del Instituto Argentino de Investigación de las Zonas Áridas. De todas formas,en términos generales las posibilidades turísticas que ofrece la provincia de Mendoza son excelentes. Desde la visita a su Capital, que fue sede del gobierno de cuyo y es la ciudad más importante de todo el oeste argentino. Cuenta por demás con todo lo que ofrece una gran metrópoli: espectáculos, cines, shoping, casino, una excelente gastronomía junto a hoteles de muy buen nivel, museos, un zoológico y el paisaje muy cercano al casco urbano en el Cerro de la Gloria, donde se erigió un monumento al general San Martín y desde cuya cima se aprecia una hermosa panorámica de la ciudad, el Parque General San Martín considerado uno de los parques urbanos más bonitos del país. El los alrededores de esta gran ciudad se ubican varias bodegas, en las que , generalmente, pueden realizarse visitas guiadas donde se puede apreciar los detalles de la elaboración de  uno de los vinos más prestigiosos a nivel mundial. Las excursiones más demandadas que parten de la ciudad de Mendoza son las que van al Cristo Redentor, a Uspallata, a las termas de Villavicencio, al Valle de Calingasta, al Valle de Uco. Al sur de la Capital, se encuentran los Departamentos San Carlos, Tunuyán y Tupungato, todos con paisajes montañosos, campos de cultivos de frutales y se puede llegar a Potrerillos, otro hito turístico mendocino. Yendo hacia el Cristo Redentor se pasa previamente por Puente del Inca, otra zona protegida por su incalculable valor histórico y escénico y  por Las Cuevas, última localidad en territorio argentino. La zona sur de la Provincia cobró gran auge en los últimos tiempos con las construcción del famoso centro de esquí Las Leñas en Malargüe.
Esta apretada reseña sólo pretende mostrar que la gama de posibilidades turísticas de Mendoza es muy amplia, y hacerlo en detalle llevaría largas páginas que escapan al tenor de este trabajo.

Cómo llegar

Se toma como punto de partida para acceder al área protegida la ciudad de Mendoza, capital provincial. Por tal motivo se indican en primer término o lo itinerarios para llegar a la misma desde distintos puntos del país, para luego indicar cómo llegar desde esta ciudad  a la unidad de conservación.

Desde Córdoba se arriba a la ciudad de Mendosa por la Ruta Nacional Nº 20 que luego de la localidad de Luján – San Luis- empalma con la R.N. 146. Por esta última se continúa hasta su intersección con la R.N. 7 en los alrededores de San Luis  capital , y por la mencionada ruta nacional se llega a la ciudad de Mendoza.

Desde Buenos Aires hay dos alternativas: la Ruta Nacional 7 directamente o la 188 – también nacional- hasta San Rafael y desde aquí se toma R.N. 143 que se fusiona con la 40 hasta llegar a la capital provincial .
Desde la capital pampeana, San Rosa, lugar de referencia para los que provienen de las provincias patagónicas, se toma la RN 35 hacia el norte hasta su empalme con la RN 7, muy próximo a la localidad de Vicuña Mackenna. En este sitio habrá que girar a la izquierda (oeste) hasta que la nombrada ruta ingresa a la ciudad de Mendoza.
Desde la ciudad de San Juan nos lleva la RN 40.
Partiendo de San Miguel de Tucumán, de San Fernando del Valle de Catamarca  o desde La Rioja nos conduce la RN 38.
La Mesopotamia está conectada con la ciudad de Córdoba a través de la  RN 19 que se inicia en la ciudad de Santa Fe. Esta última se comunica con la entrerriana Paraná por medio del Túnel Subfluvial Hernandarias. Desde Córdoba ya se señaló el recorrido precedentemente.
Partiendo de la ciudad de Mendoza se deberá transitar por la RN 7 con rumbo sureste hasta su intersección con la RP 153. En este lugar de gira a la derecha (hacia el sur) y la misma ruta 153 pasa por un sector de la Reserva Ñacuñán .

Problemas de conservación

La Reserva Ñacuñán cuenta con una atención permanente por parte del personal del IADIZA y está circunvalada por alambre de cinco hilos – 2 lisos y tres de púas – con postes de algarrobo cada 10 m. El total de su perímetro asciende a 96 km. La  Reserva cuenta con una estación biológica con vivienda, radio transmisor y electricidad proveniente del pueblo de Ñacuñán y de su propio generador.
Las autoridades del IADIZA realizan tareas de educación ambiental entre los pobladores de la región y especialmente con las escuelas, a través del Programa Escuela del Desierto. Así los alumnos de primer nivel, secundarios y terciarios realizan visitas guiadas por los senderos habilitados para tal fin.
La zonificación del área se realizó según los criterios impartidos por el programa de Reservas de Biosfera de la UNESCO. Así se demarcó una Zona Núcleo, Zona Norte de Conservación, Zona Sur de Conservación, Zonas de Amortiguación Norte y Sur, Zona de Transición, dentro de las cual hay dos subzonas.
En cuanto a los riegos que sufra la integridad del bioma, puede mencionarse el fuego por la gran aridez de la zona (aunque hubo muy pocos en los más de treinta años de clausura). El riesgo de caza y extracción de leña furtiva está bastante controlado. Aunque cabe hacer mención que hace muchos años el predio que hoy ocupa la Reserva sufrió una extracción significativa de leña (algarrobo especialmente) y sobrepastoreo. Prueba de ello es que no se encuentran ejemplares de algarrobo muy añejos e incluso aún se ven gruesos troncos que afloran de la superficie como vestigio de una tala intensiva. Esto indica que es un bosque de lento crecimiento y baja regeneración natural, circunstancia que debe tenerse muy en cuenta al momento de pensar en uso sustentable del monte.
La presencia de dos especies de mamíferos exóticos como la liebre europea (Lepus europaeus) y del jabalí (Sus scrofa) es un hecho negativo para la buena conservación del área.

Bibliografía

- Abraham, E.M. 2001. Geomorfología y Suelos. En:  El Desierto del Monte: La Reserva de Biosfera de Ñacuñán. Coord. Por Boshoven,J. y Tognelli, M. . IADIZA- MAB- UNESCO-. Córdoba.

- Abraham, E,M.,  y C. Wuilloud. 1988. Segunda propuesta para la inclusión de la Reserva Ecológica de Ñacuñán en la Red Mundial de Reservas de Biosfera. Informe IADIZA presentado al Comité MAB. Mendoza. Inédito.

- Boshoven, J.  y  M. Tognelli (coordiación). 2001. El  desierto del Monte: La Reserva de Biosfera de Ñacuñán- IADIZA-MAB-UNESCO. Córdoba.

- Burkart, R,, Bárbaro N.O.,Sánchez, R.O., y D.A. Gómez. 1999 . Eco-Regiones de la Argentina. Administración de Parques Nacionales y Secretaría de Medio Ambiente de la Nación dentro del programa PRODIA. Buenos Aires.

- Cabrera, A.L., 1976. Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería. Fascículo 1. Regiones Fitogeográficas Argentinas, Acme, Buenos Aires.
- Cabrera, A.L. y A. Willik, 1980. Biogeografía de América Latina. Organización de los Estados Americanos. Washington, D.C.
- Canals Frau, S. 1986. Las poblaciones indígenas de la Argentina, Hyspamérica, Buenos Aires.
- Contreras, J.R. 1979. Lista faunística preliminar de los vertebrados de la Reserva Ecológica de Ñacuñán. Cuaderno Técnico IADIZA i : 39-47. Mendoza.
- Correa, A.J. 1999. Flora y Fauna de Mendoza. Publicaciones Fundación Cullunche, Mendoza.
- Estrella, H., Boshoven, J  y M. Tognelli.  2001. Características del clima regional y de la Reserva de Ñacuñán. En :  La Reserva de Biosfera de Ñacuñán. IADIZA-MAB-UNESCO. Córdoba.
- Erize, F. 1993. El gran libro de la Naturaleza Argentina. Atlántida. Buenos Aires.
 - Erize, F. 1993 Los Parques Nacionales de la Argentina y otras de sus áreas naturales. El Ateneo. Madrid.
- Espizúa, L. 1993. Glaciaciones Cuaternarias. XII Congreso Geológico Argentino(Mendoza 1993). Geología y Recursos Naturales de Mendoza, V.A.Ramos Ed. Mendoza.
- FUCEMA, 1997. Libro Rojo de Mamíferos y Aves Amenazadas de la Argentina. FUCEMA-APN. Buenos Aires.
- Gambier, M. 1993. Instalación Humana Prehispánica en la Región de Cuyo.  II AM y Univ. Nacional de San juan. Pub. Nº9. San Juan.
- González Bonorino, F. 1958 . Orografía . En :  La Argentina, Suma de Geografías. Editorial Peuser. V. III. Buenos Aires.
- LA NACIÓN. 2003. Gran Atlas de la Argentina y del Mundo. Derechos cedidos por Ed. Planeta e Instituto Geográfico De Agostini, Buenos Aires.
- Lorenzini, H.N. y R.R. Balmaceda. 1993. Geografía de la Argentina. AZ EDITORA. Buenos Aires.
- Manssur,A, Gonnet, J.M. y F. Soria. 2004. Red de Áreas Naturales Protegidas de la Provincia de Mendoza. Dirección de Recursos Naturales Renovables. Mendoza.

- Martínez Carretero, E.,Borghi, C.,Dalmasso, A. Y R. Candia. 1999. Evaluación del impacto ambiental, propuesta metodológica expeditiva y estudio de caso en la Reserva Altoandina Laguna del Diamante, Argentina. IADIZA. Mendoza.
- Marzo, M y J. InchaUSPE, 1969. Geografía de Mendoza. Editorial Spadoni. Mendoza.

- Narosky,T. y D. Izurieta, 2003. Aves de Argentina y Uruguay. Guía para su identificación. Vazquez Manzini, Buenos Aires.
- Ojeda, R.A. 1988. La Reserva del Ñacuñán. Un laboratorio del desierto. Serie Científica 7:7.
- Ojeda. R.A. 1989. Small mammal responses to FIRE in the Monte desert, Argentina.  Journal of Mammology 70 (2) : 416-420.
- Parera, A. 2002. Los mamíferos de la Argentina y la región austral de Sudamérica. El Ateneo. Buenos Aires.
- Pescetti, E.  y V.G. Roig. Las aves de la Reserva de Biosfera de Ñacuñán.  Gobierno de la Provincia de Mendoza. Inédito.
- Pianka. E.R. 1986. Ecology and natural history of desert lizards. Analyses of the ecological niche and  community structure.  Princenton University Press.  New Jersey. USA.
-  Roig, V. 1965. Elenco sistemático de mamíferos y aves de la Provincia de Mendoza. Notas sobre su distribución geográfica. Boletín de Estudios Geográficos 49 (XII), : 175-227. Buenos Aires.
- Roig, F. A. 1971. Flora de la Reserva Forestal de Ñacuñán. Dederta 1:  21-239.
- Roig, F.A. y Tanquilevich, R.F. 1974. La Carta de Vegetación de la Reserva Ecológica de Ñacuñán. IADIZA. Inédito.
- Roig, F.A.  1980. Flora de la Reserva Ecológica de Ñacuñán, Cuaderno Técnico IADIZA 3 : 5-176. Mendoza.
- Rossi, B. E. Inédito.   Flora y vegetación de la Reserva de Biosfera de Ñacuñán después de 25 años de clausura. Tesis doctoral.
- Ruthsatz, B. 1974. Los arbustos de las estepas andinas del noroeste argentino. Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica. XVI (1-2): 27-45. Buenos Aires.
- Serrano, A. 2000. Los aborígenes argentinos. Paideia. Córdoba.
-Tarragó, M.N. 2000. Nueva Historia Argentina. Los pueblos originarios y la conquista. Madrid.

- UICN. 1993. Parques y Progreso. Áreas protegidas y desarrollo económico en América Latina y el Caribe .Valerie Barzetti ed., Cambridge, Reino Unido.
- Varios, 1990. Áreas Naturales Protegidas: Un seguro de vida para la naturaleza. Dirección de Recursos Naturales Renovables de Mendoza.
- Videla, F., M. Rosi, S. Puig y M. Cona. 1997. Vertebrados de Mendoza y sus Adaptaciones al Ambiente Árido. Unión Ecológica Animal, IADIZA. Mendoza.

Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodríguez


Volver a HOMECopyright © Patrimonionatural.com
Prohibida su reproducción por cualquier medio para fines comerciales, sin la autorización expresa del editor.
Las fotografías son propiedad de sus autores. Prohibida su reproducción por cualquier medio sin autorización expresa de los mismos.

Volver a HOME