Riacho Teuquito

Reserva de Biosfera - Formosa
 

Fauna

El Chaco, junto con la Selva de las Yungas y la Selva Misionera, conforman los tres biomas de más alta diversidad biológica del territorio argentino. Tanto las zonas secas como humedales, alberga una fauna muy diversa donde están representado un alto porcentaje de las especies de la fauna argentina.

Se conocen para la provincia de Formosa, es decir, de ambientes dependientes o relacionados con los ríos Paraguay, Pilcomayo y el Bermejo, 143 especies de peces (Menni, 2004). De esta significativa cifra es lógico suponer que sólo un porcentaje es la que habita las aguas del Bermejo, que es el principal curso de agua que posee la Reserva de la Biosfera prospectada. Entre los que predominan se debe mencionar la boga (Leporinus obtusidens), el dientudo (Oligosarchus jenynsi), la piraña (Serrasalmus spilopleura), el dorado (Salminus maxillosus), varias mojarras de los géneros Astyanax, Briconomericus, Cheirodon, el sábalo (Prochilodus platensis), varios bagres (Pimelodus spp.), viejas del agua (Otocinclus vittatus, Loricariichthys maculatus, Hypostomus spp.), los orilleros (Jenynsia lineata, Gambusia affinis, Cnesterodon decenmaculatus), el pejerrey (Odontesthes bonariensis), la anguila (Synbranchus marmoratus), la palometa (Cichlasoma facetum) y otros más.

Los anfibios del Chaco incluyen 49 especies (Cei, 1980), la mayoría de ellas relacionadas con humedales, aunque un cierto número puede vivir en ambientes terrestres (Bucher, 1982).

Respecto a los reptiles del área que se analiza, para su desarrollo se tomará como base el trabajo de Chebez et al. (2004) sobre “Los Reptiles de los Parques Nacionales de la Argentina”, basándonos en que la Reserva Natural Formosa (de ámbito nacional) se solapa en su sector oriental con la Reserva de la Biosfera Teuquito.

El yacaré ñato u overo (Caiman latirostris), está presente en el área y se trata de una especies con estatus de Vulnerable e integra el apéndice I de la CITES. De las tortugas se encuentra la terrestre común (Chelonoidis chilensis), especie seriamente amenazada – Vulnerable-, siendo una de sus mayores predadores el hombre que la comercializa intensamente como mascota. Están también presentes el falso camaleón (Polychrus acutirostris)- con estatus de conservación Vulnerable-; la lagartija chaqueña (Liolaemus chacoensis); el lagartijo real (Stenocercus doellojuradoi): el lagarto trepador chaqueño (Tropidurus etheridgei); el lagarto trepador espinoso (Tropidurus spinulosus); el geko salamanca (Homonota fasciata); la lagartija parda o negra chaqueña (Pantodectylus schribersi); el teyú-hoví (Ameiva ameiva). Aumentan la nómina el teyú chaqueño (Teius teyiu), el lagarto colorado o caraguay (Tupinambis rufescens), la mabuya listada (Cabuya dorsivittata), la cabuya lisa (Cabuya frenata) y el lagarto ciego de cabeza blanca (Amphisbaena bolivica) y algunas especies más dentro de los que comúnmente llamamos lagartos y lagartijas.

Del grupo de los ofidios están en el área prospectada la falsa coral ocelada o de rombos (Oxyrhopus rhombifer); la conspicua culebra chaqueña (Philodryas mattagrossensis); la culebra campera o ratonera (Philodryas patagoniensis); la culebra parda listada (Psomophis genimaculatus); la culebra ocrácea chaqueña (Thamnodynastes chaquensis); la falsa yarará común o culebra sapera (Waglerophis merremi); la yarará grande o víbora de la cruz (Bothrops alternatus); la yarará chica (Bothrops neuwiedi) y la casacabel (Crotalus durissus), dentro de otras especies más que pueden registrarse día a día.

El grupo vertebrado con mayor cantidad de especies en Reserva de la Biosfera Riacho Teuquito, es el de las aves. El número supera las 200 especies, tomando las menciones que realiza Chebez, el al. (1998) para la Reserva Natural Formosa. En este caso nos encontramos con la presencia de la laguna Yema, un gran espejo de agua del que no se detectó bibliografía específica sobre las aves que la pueblan. Pero, que sin lugar a dudas, hace más significativo en número de especies acuáticas presentes en la unidad de conservación.

Las especies más características en los ambientes acuáticos, del propio río Bermejo del Teuquito, de las lagunas, esteros y madrejones son las garzas: la garza mora (Ardea cocoi), la garza blanca (Casmerodius albus), la garcita blanca (Egretta thula), la garcita azulada (Butorides striatus), el chiflón (Syrigma sibilatrix), la garza bruja (Nycticorax nycticorax), el hocó colorado (Tigrisoma lineatum). También se encuentran las tres cigüeñas que se observan en territorio argentino: la cigüeña americana (Euxenura maguari), el jabirú (Jabiru mycteria) y el tuyuyú (Mycteria americana) y las bandurrias mora (Harpiprion caerulescens) y boreal (Theristicus caudatus), además del cuervillo de cañada (Plegadis chihi) y de la espátula rosada (Ajaia ajaja). El chajá (Chauna torquata) frecuenta tanto ambientes acuáticos de aguas someras como pastizales, al igual que la africana garcita bueyera (Bubulcus ibis), adaptada a convivir con los grandes ungulados, en nuestro caso, el ganado doméstico. Son numerosas también las especies de patos, destacándose entre ellos el pato real (Cairina moschata), los sirirí, con tres especies (Dendrocygna spp.), el pato cutirí (Amazonetta brasiliensis) y el pato de collar (Callonetta leucophrys). El carau (Aramus guarauna) frecuenta los ambientes lénticos en busca de los grandes caracoles de agua dulce que constituyen su dieta. Entre los rálidos, la gallineta común (Pardirallus sanguinolentus) permanece bastante oculta, aunque suele salir a los caminos y senderos para cruzar de un bañado a otro, mientras el burrito común (Laterallus melanophaius) es mucho más sigiloso.

Son comunes también el tero real (Himantopus melanurus), la jacana (Jacana jacana) y los pitotoy (Tringa spp.), el biguá (Phalacrocorax brasilianus) y la aninga (Anhinga anhinga). Algunos playeros y chorlos recorren las playas del río Teuco: el chorlito de collar (Charadrius collaris), el playerito unicolor (Calidris bairdii), el playerito pectoral (Calidris melanotos). Las rapaces están muy bien representadas en esta área. Del Orden Accipitriformes encontramos cuatro jotes: el de cabeza negra (Coragyps atratus), el de cabeza colorada (Cathartes aura), el de cabeza amarilla chico (Cathartes burrovianus) y el hermoso jote real (Sarcoramphus papa). Se trata de aves comedoras de carroña que se congregan junto a los cadáveres de grandes animales (ganado doméstico), acompañados por el carancho (Polyborus plancus), el águila negra (Buteogallus urubitinga), de gran porte, el milano de corbata (Harpagus diodon), el aguilucho colorado (Buteogallus meridionalis), el aguilucho pampa (Busarellus nigricollis), el milano boreal (Ictinia mississippiensis) y el gavilán patas largas (Geranospiza caerulescens). En espacios con vegetación más densa se destacan al esparvero común (Accipiter erythronemius), el taguató común (Buteo magnirostris), al esparvero variado (Accipiter bicolor), al halconcito colorado (Falco sparverius) y al halconcito gris (Spiziapteryx circumcinctus).

De las aves de hábitos terrícolas vemos el ñandú (Rhea americana), martineta chaqueña (Eudromia formosa), el tataupá común (Crypturellus tataupa), el inambú montaraz (Nothoprocta cinerascens), la chuña patas negras (Chunga burmeisteri), más fácil de oír que de ver. Las palomas están bien representadas con la colorada (Columbina talpacoti), la picazuro (Columba picazuro), la paloma colorada (Columba cayennensis), la torcaza (Zenaida auriculata), las torcacitas común (Columbina picui), la paloma manchada (Columba maculosa) y la yerutí común (Leptotila verreauxi). Del grupo de los loros cabe mencionar el conocido loro hablador (Amazona aestiva), que tiene en esta zona su lugar de nidificación y se ejecuta un proyecto para su conservación, al calancate común (Aratinga acuticaudata), la cotorra (Myiopsitta monachus), la catita chirirí (Brotogeris versicolurus).

Entre los habitantes crepusculares y nocturnos también cabe mencionar el alilicucú común (Otus choliba), la lechuza bataraz chaqueña (Strix chacoensis) el imponente ñacurutú (Bubo virginianus), el atajacaminos ñañarca (Caprimulgus longirostris), el atajacaminos chico (Caprimulgus parvulus), el atajacaminos tijereta común (Hydropsalis torquata) y el mítico urutaú (Nyctibius griseus), con su extraño grito quejoso. En las márgenes de los cursos de agua se observa al martín pescador grande (Megacery1e torquata), el mediano (Chloroceryle amazona) y el chico (Chloroceryle americana). Varios pájaros carpinteros hacen oír su ruido al intentar perforar las cortezas de los árboles como el carpinterito común (Picumnus cirratus), el carpinterito de los cardones (Melanerpes cactorum), el carpintero lomo blanco (Campephilus leucopogon), el carpintero bataraz chico (Picoides mixtus), el carpintero real (Colaptes melanolaimus) y el campestre (Colaptes campestris). Son abundantes los trepadores como el chinchero grande (Drymornis bridgesii), el trepador gigante (Xiphocolaptes major), el picapalo colorado (Campylorhamphus trochilirostris), el tarefero (Sittasomus griseicapillus) y el trepador chico (Lepidocolaptes angustirostris).

Entre los pájaros -Orden Passeriformes- son muchísimas las especies que pueblan este lugar tan especial por su riqueza biológica, por lo se nombraran algunas especies comunes o, por el contrario, raras. Están el hornero copetón (Furnarius cristatus), el coludito copetón (Leptasthenura platensis), el canastero coludo (Asthenes pyrrholeuca), los espineros (Phacellodomus spp.), el cacholote castaño (Pseudoseisura lophotes) y el curutié blanco (Cranioleuca pyrrhophia), el crestudo (Coryphistera alaudina), el gallito copetón (Rhinocrypta lanceolata), el chororó (Taraba major), la choca listada (Thamnophilus doliatus), la choca común (Thamnophilus caerulescens) y el batará estriado (Myrmorchilus strigilatus). Otras especies son el anambé verdoso (Pachyramphus viridis), la pulcra monjita blanca (Xolmis irupero), el benteveo rayado (Myiodynastes maculatus), la cardenilla (Paroaria capitata), el pitanguá (Megarhynchus pitangua) y la tijereta (Tyrannus savana), el cabecita negra común (Carduelis magellanica), el jilguero dorado (Sicalis flaveola), al tangará común (Euphonia chlorotica), el naranjero (Thraupis bonariensis), el pepitero de collar (Saltator aurantiirostris), el cardenal común (Paroaria coronata), la reina mora grande (Cyanocompsa brissonii), la urraca común (Cyanocorax chrysops) y el boyero ala amarilla (Cacicus chrysopterus)

La nómina pormenorizada de todos los mamíferos presentes en el área sería muy extensa y excedería la intención de este trabajo. A continuación se citan las especies con cierto grado de amenaza, las más conspicuas y en algunos casos sólo indicando las familias representadas.

Entre los mamíferos amenazados se destacan en tatú carreta (Priodontes maximus), considerado en Peligro Crítico (SAREM, 2000) y ocupa el Apéndice I de la CITES. Es el mayor representante viviente de la familia Dasypodidae y es exclusivamente sudamericano. El la Argentina es típico habitante de montes xerófilos de la región chaqueña y fue declarado Monumento Natural para la provincia de Chaco. Solamente estaría protegido en la Argentina por los Parques Nacionales Copo y la Reserva Natural Formosa, cuya porción oriental está dentro de la Reserva de Biosfera Riacho Teuquito. Otro mamífero emblemático y muy escaso que encontramos en el área analizada es el oso hormiguero o yurumí (Myrmecophaga tridactyla), también considerado En Peligro (no crítico) (SAREM, 2000) y ocupando el Apéndice II de la CITES. Como la especie anterior es casi exclusivo de Sudamérica, dado que si bien ocupaba la parte sur de América Central hoy ya es muy raro ahí (Parera, 2002). Si dieta al ser muy específica, basada en termitas y hormigas, agrava su situación. Sus únicos predadores son el yaguareté y el puma. En chancho quimilero o pecarí del chaco (llamado así por su afición a comer de la cactácea llamada quimil), es catalogado por la SAREM (2000) como especie Vulnerable e integra el apéndice I de la CITES. Es el mayor de los pecaríes, posee hábitos gregarios y es típico habitante de la región chaqueña, estando su distribución restringida al norte de Santiago del Estero, occidente del Chaco y Formosa y este de Salta.

Otra especie rara es el colicorto gris o chaqueño (Monodelphis domestica), de tamaño grande en comparación con sus congéneres dado que puede llegar como medida extrema a medir el cuerpo y la cabeza 27 centímetros y la cola unos 18 cm más (Massoia, et al, 2000). El rango de amenaza que ostenta es el de Potencialmente Vulnerable y en la Argentina está exclusivamente en la región chaqueña con escasas citas, una de las cuales es en la Reserva Natural Formosa, que, como ya se dijo, es en parte integrante de la reserva de la Biosfera prospectada.

Otras especies que integran el Libro Rojo de los mamíferos con estatus comprometido son: el tatú-piche (Cabassous chacoensis)-Vulnerable; el yaguareté (Leo onça)- En Peligro, que ha sido citado para el Departamento Bermejo, pero hace años que se encuentra extinguido en esta zona.

Los marsupiales dan su presente con la comadreja picaza u overa (Didelphis albiventris), posiblemente la colorada (Lutreolina crassicaudata), las marmosas (Thylamys sp.) y el ya nombrado colicorto chaqueño.

Entre los quirópteros habitan aquí numerosas especies, entre ellos el moloso pigmeo (Molossops temminckii); el murciélago tostado mediano (Eptesicus furinalis), hábil cazador de insectos; el murciélago pescador grande (Noctilio leporinus), observado en vuelos rasantes sobre los madrejones en captura peces; el moloso orejón gris (Eumops bonariensis; el vampiro común (Desmodus rotundus); y los molosos castaños (Molossus spp.) y los murciélagos oreja de ratón (Myotis spp.) crepusculares y bastante comunes. De los Dasipódidos se debe nombrar al mataco o tatú-bola (Tolypeutes matacus)- (NT *)-; de hábitos marcadamente cavícolas y difícil de ver; tatú-poyú (Euphractus sexcinctus); al piche llorón (Chaetophractus vellerosus), cuyo grito semeja el llanto de un niño; mulita grande (Dasypus novemcinctus); al tamanduá-íu u oso melero (Tamandua tetradactyla)- NT-, está citado par la Reserva Natural Formosa (Heinonen y Chebez, 1997); el lobito de río (Lontra longicaudis), con estatus En Peligro; el tapir o anta (Tapirus terrestris) – En Peligro-.

Los roedores es el Orden de mamíferos que reúne la mayor cantidad de especies en el mundo, lo se transponla a la Argentina. Se destacan la familia Muridae con la mayor cantidad de roedores, en la que se agrupan todos los conocidos vulgarmente como ratas, colilargos, ratones y pericotes. Se destaca la presencia del pericote amarillento o común (Graomys griseoflavus chacoensis); el colilargo chaqueño (Oligoryzomys chacoensis), entre una cantidad de especies más.

Otros roedores presentes son la vizcacha (Lagostomus maximus); el cuis moro (Galea musteloides) y el conejo de los palos (Pediolagus salinicola), poco común, el conspicuo coypo (Myocastor coypus) y el carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris) frecuentan las orillas de los ríos, arroyos y madrejones y con el tapití o tapetí (Sylvilagus brasiliensis) que semeja una liebre juvenil pero tiene orejas cortas y redondeadas, finalizamos la nómina del Orden Rodentia.

Dentro del Orden Carnivora están presentes el zorro de monte o aguará-chahí (Cerdocyon thous)-NT-; zorro gris chico (Lycalopex gymnocercus); mayuato, aguará popé u osito lavador (Procyon cancrivorus), animal nocturno y arborícola que vive cerca de las corrientes de agua; coatí (Nasua nasua); hurón menor (Galictis cuja)-NT-; zorrino (Conepatus chinga); el puma (Puma concolor)-NT-, yaguarundí o gato moro (Felis yagouaroundi)-NT-, de color casi negro; y gato montés (Oncifelis geoffroyi)-NT-. Del Orden de los artiodáctilos hay que mencionar al pecarí de collar o morito (Pecari tajacu)-NT-, pecarí labiado o majano (Tayassu pecari) y el guazuncho (Mazama gouazoubira) –NT-.

Los mamíferos exóticos presentes en la Reserva son la vaca cimarrona (Bos taurus) y el jabalí (Sus scrofa).

(*)Las letras NT indican el estatus de Potencialmente Vulnerable, considerado un riego menor por lo cual no se los incluyó en el párrafo inicial donde se nombre las especies amenazadas.

Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez


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