EDICION
PROVISORIA
- EN PROCESO
DE DIAGRAMACION
Área
Natural
Protegida
Las
Piedras
Categoría
De acuerdo
a lo establecido
en la
Ley N†
8.967
de la
Provincia
de Entre
Ríos,
la categoría
Paisaje
Protegido,
que es
la asignada
al área
natural
prospectada,
es definida
como “aquellas
zonas
naturales
o modificadas,
que presentan
panoramas
atractivos,
aprovechados
por el
hombre
para esparcimiento
y turismo
(cotas
de ríos,
de rutas,
zonas
periurbanas)
o aquellos
paisajes
que por
ser el
resultado
de la
interacción
del hombre
y de la
naturaleza
reflejan
manifestaciones
culturales
específicas”.
Probablemente,
dado que
aún
no finalizó
el trámite
administrativo
por el
cual se
la incluya
definitivamente
dentro
de la
nómina
oficial
de áreas
protegidas
de la
Provincia
en la
misma
figura
“en
trámite”-
, cabe
la posibilidad
de rever
la categoría
porque
la misma
no brinda
la necesaria
protección
a este
relicto
de flora
y fauna
en el
que debería
privilegiarse
la salvaguarda
de estos
recursos,
sin que
ello vaya
es desmedro
del uso
para recreación
y turismo
que menciona
en texto
de la
ley.
Ubicación
La reserva
natural
Las Piedras
está
ubicada
en el
sudeste
entrerriano,
dentro
del Departamento
Gualeguaychú,
a sólo
unos l8
kilómetros
de la
ciudad
de este
mismo
nombre.
Su sector
este está
limitado
por el
río
Gualeguaychú,
el oeste
por el
camino
de tierra
que da
acceso
al lugar,
el norte
por tierras
pertenecientes
al Instituto
Agrotécnico
y el lado
sur por
campos
privados.
Está
a sólo
3 kilómetros
del cruce
de las
rutas
nacional
14 y provincial
20, siendo
sus coordenadas
32† 29'
Lat S.
y 58†
40' Long.O
Superficie
Para indicar
la superficie
de la
reserva
analizada
debemos
explicar
como se
componen
los espacios
dentro
de las
312 hectáreas
que se
le asignan
en la
lista
de áreas
naturales
protegidas
que confeccionó
el Gobierno
de la
Provincia.
Hay una
superficie
de algo
más
de 46
hectáreas
compuesta,
desde
los comienzos,
por montes
y selvas
en galería
en buen
estado
de conservación.
Unas 85
hectáreas
se agregaron
hace tiempo
cuando
se suprimió
un autódromo
con circuito
de tierra,
las que
se están
recuperando
óptimamente
(ver ítem
Flora).
Y el espacio
de parque
donde
está
la vivienda
del guardaparque
y las
antiguas
construcciones
del establecimiento
agrícola
que yacía
en el
lugar,
ocupa
unas 5
hectáreas
aproximadamente.
El resto
de la
superficie
de estas
tierras
fiscales
(unas
175 ha.)
está
cedido
por el
Municipio
de Gualeguaychú
a la mencionada
Escuela
Agrícola
para que
lo utilice
como campo
de experimentación
para sus
alumnos.
La situación
en la
práctica
es que
del total
de hectáreas
dadas
en usufructo
al Establecimiento
Educativo,
éste
sólo
utiliza
una parte
y el resto
es un
monte
con vegetación
autóctona
en estado
prístino,
por lo
que se
iniciaron
conversaciones
tendientes
a que
el Instituto
Agrotécnico
ceda esas
tierras
no utilizadas
y se incorporen
a la Reserva.
O sea
que la
superficie
real que
funciona
como área
protegida
son unas
137 ha.
Fecha
e instrumento
legal
de creación
La historia
de la
reserva
Las Piedras
comienza
en el
año
1989 cuando
el Gobierno
Provincial
cede al
Municipio
las 312
hectáreas
que eran
de su
propiedad.
El Municipio
a su vez
divide
el campo
en tres
parcelas,
una como
Reserva,
otra para
la Escuela
Agrícola
y una
tercera
a la Comisión
creada
para instrumentar
un precario
autódromo.
El 26
de junio
de 1995
el Consejo
Deliberante
de la
Municipalidad
de Gualeguaychú
sanciona
la Ordenanza
N† 10.112/95
"Expediente
N† 9695/95
del H.C.D.-
la cual
dice en
su artículo
primero:
"Declarase
Zona de
Protección
de la
Fauna
y Flora,
en el
predio
conocido
como "Las
Piedras".
El segundo
artículo
prohíbe
la extracción
de cualquier
especie
árborea
como así
también
la caza
de cualquier
especie
animal.
Y, es
importante
señalar,
en relación
a lo comentado
en el
ítem
precedente,
que el
apartado
4 de la
mencionada
Ordenanza
hace expresa
referencia
a que
se notifique
a las
autoridades
de la
Cooperativa
Escolar
de Enseñanza
Agropecuaria
de Gualeguaychú,
a la que
por medio
de las
Ordenanza
N† 9396/90
se le
diera
en concesión
el predio
que ocupa
en el
mencionado
paraje,
para que
acaten
lo dispuesto
en los
artículos
anteriores,
siendo
pasibles,
por su
no cumplimiento,
de sanciones
que podrían
llegar
hasta
la cancelación
de la
concesión.
De acuerdo
a los
términos
del artículo
4 de la
Ordenanza
N† 10.112
podría
interpretarse
que a
partir
de la
sanción
de la
misma
no debería
talarse
más
árboles
en el
espacio
destinado
al nombrado
Establecimiento
de Enseñanza
Agrícola
y por
ende,
de alguna
manera,
se lo
declara
área
protegida.
Evidentemente
las partes
interesadas
deberán
establecer
un diálogo
constructivo
del cual
surja
una compatibilidad
entre
ambos
intereses.
Relieve
La provincia
de Entre
Ríos
es una
llanura
ondulada
surcada
por cientos
de cursos
de agua
cuya unidad
se interrumpe
en dos
sectores:
al sur
donde
las pequeñas
elevaciones
finalizan
repentinamente
cambiando
el ambiente
semielevado
por una
zona deprimida
y anegadiza
que no
alcanza
a drenar
lo suficiente
por la
gran cantidad
de arroyos
que vierten
sus aguas
hacia
el río
Paraná
y hacia
el Uruguay.
Al noroeste
ocurre
algo similar
al bajar
el nivel
del suelo
hacia
lo que
se conoce
como el
Bajo del
Yacaré.
Se puede
referir
una tercera
alteración
geomorfológica,
menos
insinuada
que las
anteriores,
que son
las terrazas
fluviales
del sector
norte
del río
Uruguay,
hoy poco
visibles
por efecto
de la
represa
de Salto
Grande.
El plegamiento
andino
tuvo influencia
en el
territorio
de Entre
Ríos
creando
líneas
de falla
y reactivó
otras
por donde
corren
los ríos
de disposición
longitudinal
como el
Gualeguaychú,
el Gualeguay
y el arroyo
Nogoyá.
Así
la zona
quedó
fracturada
en bloques
marcados
por las
lomadas
Grande
y de Montiel
que se
extienden
de norte
a sur
la primera
y de noreste
a sureste
la segunda,
ocupando
los espacios
entre
los mencionados
ríos
de curso
longitudinal.
Poco más
al norte
del paralelo
32† S.
la Lomada
Grande
se bifurca,
continuando
en forma
paralela
su recorrido
hacia
el sur,
llegando
el ala
este hasta
aproximadamente
el paralelo
33† S.
y ocupa
el espacio
que media
entre
el río
Gualeguaychú
y el Uruguay.
El extremo
sur de
esta suave
lomada
llega
a la zona
de la
Reserva
La Piedras.
De acuerdo
a la clasificación
en órdenes
de suelos
realizada
por Tasi,
H. (1981)
la zona
sur de
Entre
Ríos
posee
tres tipos:
Molisoles
en los
departamentos
Victoria
y Gualeguay,
una combinación
de Entisoles
e Inceptisoles
en las
zonas
deltaicas
del departamento
Islas
de Ibicuy
y Vertisoles
en el
departamento
Gualiguaychú,
donde
ubicamos
la unidad
de conservación
en estudio.
Estos
últimos
son los
que ocupan
mayor
parte
del territorio
provincial
y a grandes
rasgos
pueden
distinguirse
por tener
un alto
contenido
de arcilla,
su color
es negro
oscuro,
con tendencia
a dilatarse
o contraerse
por la
humedad,
característica
que permite
verlos
agrietados
en períodos
secos.
Son también
suelos
suficientemente
ricos
en nutrientes.
La superficie
que ocupa
la Reserva
es relativamente
plana,
sólo
presenta
leves
elevaciones
del terreno
en sectores
pequeños,
produciéndose
la lógica
depresión
a medida
que nos
acercamos
a los
cursos
de agua.
La altura
media
sobre
el nivel
del mar
es de
22 m.s.n.m.
(Galli,
in litt.).
Hidrografía
El río
Uruguay
es colector
del Gualeguaychú,
que bordea
la Reserva
Las Piedras
en su
límite
este,
por lo
que el
pulso
de las
aguas,
la ictiofauna
y otros
caracteres
que distinguen
a las
aguas
están
altamente
influenciados
por aquel
gran río.
Su cuenca
imbrífera
alcanza
los 440.000
km2 de
los cuales
más
de 70.000
pertenecen
al territorio
argentino
y la longitud
llega
a los
1612 km.
transportando
un volumen
medio
de unos
4.700
m3 por
segundo.
Su nombre
deriva
de la
lengua
guaraní
y significa
río
de los
pájaros
( aunque
hay otras
versiones).
Nace en
el Brasil
en las
Sierras
Do Mar
y Geral
a menos
de 100
km. del
Atlántico
y junto
al río
Paraná,
en su
desembocadura,
forman
el Río
de La
Plata.
Enseguida
de ingresar
al territorio
argentino,
en la
provincia
de Misiones,
forma
los famosos
Saltos
de Moconá
y muchos
arroyos
que parten
de las
sierras
de Misiones
y del
Imán
vierten
sus aguas,
aumentando
así
su caudal.
En su
paso por
la provincia
de Corrientes
recibe
el aporte
de importantes
ríos
como el
Aguapey,
Miriñay
y Mocoretá
y en su
paso por
Entre
Ríos
forma
un salto
conocido
con el
nombre
de „Salto
Grande‰
que dio
origen
a la construcción
de la
gran represa
del mismo
nombre,
una obra
de ingeniería
seriamente
cuestionada
por su
impacto
ecológico
negativo.
Luego,
en su
recorrido
hacia
el sur,
va aumentado
su ancho
hasta
alcanzar
los 2.800
metros
en Concepción
del Uruguay,
aunque
el máximo
de su
recorrido
llega
a los
5.000
metros.
El nivel
aumenta
en los
meses
de mayo
a octubre
descendiendo
notoriamente
entre
noviembre
y abril.
El río
Gualeguaychú
nace en
el departamento
Colón,
en la
Lomada
Grande,
y discurre
hacia
el sur
recorriendo
unos 120
kilómetros,
en un
cauce
sinuoso
típico
de los
ríos
de llanura.
Sus afluentes
principales
son los
arroyos
del Sauce,
Capilla,
Santa
Rosa,
Gená,
Las Piedras
y Gualeyán,
entre
otros.
El caudal
del Gualeguaychú
depende
en gran
medida
de las
lluvias,
de la
altitud
del río
Uruguay
y de los
vientos
del sudeste
que hacen
crecer
notoriamente
su nivel.
En las
grandes
crecientes
el área
estudiada
es afectada
por inundaciones
a través
del arroyo
La Piedras,
que la
atraviesa
en sentido
este-oeste,
y del
propio
río
Gualeguaychú.
Clima
La provincia
de Entre
Ríos
puede
dividirse
en dos
grandes
regiones
climáticas
según
Daus y
García
Gache.
Un sector
Norte
con clima
subtropical
sin estación
seca y
otro,
que afecta
al resto
de la
provincia,
con clima
templado
pampeano.
En la
zona centro-oeste
de la
Argentina
se forma
un núcleo
de bajas
presiones
que atrae
los vientos
del Atlántico
de origen
cálido,
provenientes
del noreste
y del
este.
A esto
hay que
agregar
que la
barrera
orográfica
de los
Andes
frena
el anticiclón
del Pacífico
que aporta
aire frío.
Por otra
parte,
al sur
del país
sucede
un fenómeno
casi opuesto:
ingresan
vientos
provenientes
del oeste,
originados
por el
anticiclón
del Pacífico,
que se
dirigen
al norte
y se enfrentan
con el
aire caliente
de ese
sector
formando
un frente
subtropical.
De las
variables
que se
susciten
entre
estos
fenómenos
depende
todo el
clima
del norte
argentino
a partir
del río
Colorado.
De lo
antedicho
surge
que el
régimen
de vientos
de la
Provincia
de Entre
Ríos
se caracteriza
por un
marcado
predominio
de los
que provienen
del sector
Norte,
siguiéndole
en frecuencia
los del
Nordeste
y en tercer
lugar
se ubican
los vientos
de Sur,
seguidos
por los
del Sudeste.
O sea,
que del
sector
oeste
en su
conjunto
soplan
muy pocos
vientos,
y cuando
lo hacen
es en
las estaciones
de invierno
y otoño.
Esto trae
como consecuencia
que hay
una influencia
de corrientes
cálidas
con escasas
incursiones
de vientos
frescos.
La temperatura
media
anual
disminuye
de norte
a sur,
el mes
más
cálido
corresponde
a enero
y el más
frío
es julio.
Las precipitaciones
disminuyen
del noreste
al sudoeste
entre
los 1.200
y los
900 mm.
anuales
aproximadamente
entre
ambos
sectores.
La estación
más
lluviosa
es el
otoño,
con un
porcentaje
cercano
al 31
% de las
lluvias,
seguido
del verano
con sólo
un punto
menos
del porcentual
que corresponde
al otoño;
la estación
más
seca es
el invierno.
Los registros
para la
ciudad
de Gualeguaychú
a tan
sólo
18 kilómetros
del área
prospectada
señalan
ˆ
para el
período
1981-1990
- como
el mes
más
cálido
a Enero,
con una
máxima
media
de 32,2†
C y una
mínima
media
de 19.0†
C, seguido
por Febrero
y Diciembre
con temperaturas
muy similares.
El mes
más
frío
fue Julio
con una
máxima
media
16.6†
C. y la
mínima
media
ascendió
a 10.6†
de igual
escala.
Le siguió
Junio
con registros
muy similares
y con
temperaturas
algo más
elevadas
el mes
de Agosto.
La temperatura
media
promedio
del decenio
1981-1990
ascendió
a 17.8
†C.
En cuanto
a las
precipitaciones
el record,
siempre
considerando
el mismo
período,
lo tiene
el mes
de febrero
con 157,6
mm. y,
en segundo
lugar,
noviembre
con 121.9
mm., siendo
el promedio
anual
del decenio
1.060.8
mm.
Flora
Un territorio
suficientemente
extenso
como para
diversificarse
en más
de un
tipo de
ambiente
físico
mostrará
también
más
una clase
de comunidad
florística.
Tal es
el caso
de la
provincia
de Entre
Ríos
que cuenta
con 78.781
kilómetros
cuadrados.
Distintos
especialistas
han realizado
divisiones
en regiones
fitogeográficas
al Territorio
Argentino.
Así,
una de
las clasificaciones
más
aceptada
por la
comunidad
científica
es la
señalada
por Cabrera
(1976)
y anteriormente
(1953
y 1958)
había
confeccionado
otra ˆ
tal vez
más
precisa
para Entre
Ríos-
según
la cual
la su
superficie
tendría
tres provincias
fitogeográficas
distintas.
Aproximadamente
la mitad
sur y
una franja
que penetra
por el
este hasta
el extremo
norte
de la
provincia
estaría
ocupada
por la
fitoregión
que denomina
provincia
Pampeana.
El resto
del territorio
lo ocupa
la provincia
del Espinal
y la tercera
categorización
es la
zona que
bordea
los dos
colosos
ríos,
el Paraná
y el Uruguay,
y muchos
de sus
tributarios,
donde
se forman
las llamadas
selvas
en galería
que el
citado
autor
denomina
provincia
Subtropical
Oriental
(diferenciándola
así
de la
selva
tucumano-boliviana).
Otra de
las clasificaciones,
en este
caso exclusiva
para Entre
Ríos,
es la
efectuada
por Jozami
y Muñoz
(1982)
que refleja
la realidad
de la
zona con
más
detalle.
Los autores,
no diferenciándose
mucho
de la
sistematización
mencionada
en primer
término,
consideran
tres distritos:
el de
Montiel
que ocupa
los departamentos
de La
Paz, Feliciano,
Federal,
gran parte
de Villaguay,
norte
de Nogoyá
y el este
de Paraná;
el de
la Pradera
Pampeana
que ocupa
el resto
de la
Provincia
exceptuando
las márgenes
de todos
los cursos
de los
grandes
ríos
y una
vasta
superficie
en el
extremo
sur que
se incluyen
en el
distrito
de Bosques
en Galería.
El sector
montielero
está
ocupado
preponderantemente
por monte
semixerófilo
con especies
como el
algarrobo
negro
(Prosopis
nigra),
ñandubay
(Prosopis
affinis),
el espinillo
(Acacia
caven),
el quebracho
blanco
(Aspidosperma
quebracho-blanco)
y la palma
caranday
(Trithrinax
campestris),
entre
otros.
La pradera
pampeana
está
ocupada
por una
abundante
variedad
de especies
herbáceas
y los
bosques
o selvas
en galería
son el
distrito
que afecta
en gran
parte
al área
prospectada,
con incursiones
del distrito
de Montiel.
El área
protegida
Las Piedras
posee
un núcleo,
de unas
50 hectáreas,
en donde
se da
la mayor
densidad
de vegetación,
cuya forma
es similar
a la de
un triángulo
rectángulo.
Lo que
sería
el cateto
mayor
de ese
triángulo
imaginario
está
recostado
sobre
el río
Gualeguaychú
y en la
mitad
de ese
lado corre
en sentido
perpendicular
el arroyo
Las Piedras,
por lo
que el
sector
está
compuesto
en gran
parte
por selvas
en galería
que bordean
ambos
cursos
de agua.
Se puede
citar
como especies
arbóreas
predominantes
al mata
ojo (Pouteria
salicifolia)
que crece
bien cerca
del agua
y su extraño
nombre
vulgar
se debe
a que
el humo
de su
madera
ardiendo
es lagrimoso,
el curupí
(Sapium
haematospermun)
con la
corteza
con tajos
y poseedor
de un
látex
utilizado
como pegamento
casero,
el palo
San Antonio,
el (Myrsine
laetevirens)
también
llamado
canelón
morotí
(Montefinale,
2003)
y antes
se lo
incluía
en el
género
Rapanea
, con
un gran
parecido
con Myrsine
parvula
(Haene
y Aparicio,
2001),
el chal-chal
(Allophylus
edulis),
también
conocido
como cocú
en lengua
guaraní,
cuyo fruto
es muy
apetecido
por las
aves como
el zorzal
chalchalero
que lleva
su nombre
por su
afición
a este
árbol,
el ceibo
(Erithryna
crista-galli)
con la
vistosa
flor nacional,
el palo
amarillo(
Terminalia
australis),
el palo
cruz (Guettarda
uruguensis)
muy típico
de las
selvas
del río
Uruguay
y el timbó
(Enterolobium
contortisilicum)
también
llamado
pacará
u oreja
de negro-
haciendo
referencia
al formato
y color
de su
fruto-,
con ejemplares
que desarrollan
hasta
42 metros
de alto
y casi
seis de
circunferencia
como el
que se
encuentra
en reserva
privada
„Timbó
Grande‰
en Misiones.
También
crecen
bordeando
los cursos
de agua
el molle
o incienso
(Schinus
longifolius),
el viraró
(Ruprechtia
laxiflora)
cuya fama
la ganó
por la
calidad
de su
madera
para confeccionar
pisos
y en Misiones
se lo
denomina
marmelero.
Todas
estas
especies
arbóreas
están
acompañadas
de numerosas
lianas
y enredaderas
herbáceas
que forman
una intrincada
red vegetal
que es
complementada
por epifitas
del género
Tillandsia
y otros,
que crecen
sobre
las ramas.
En las
aguas
someras
se pueden
ver juncos
del género
Scirpus
o totorales
de Typha
latifolia
por sólo
citar
las especies
más
comunes.
En las
partes
más
elevadas
cercanas
al agua
y en el
resto
del área
predominan
los árboles
espinosos
como el
tala (Celtis
tala),
el quebrachillo
(Acanthosyris
spinescens)
muy común
junto
al ñandubay
(Prosopis
affinis),
árbol
que no
sólo
los vemos
en la
Reserva
Las Piedras
sino que
es casi
emblemático
de la
provincia
de Entre
Ríos
por su
abundancia,
el espinillo
(Acacia
caven)
también
muy conspicuo
y vistoso
cuando
está
florecido,
el chañar
(Geoffroea
decorticans)
con una
amplia
distribución
que ocupa
gran parte
del centro
y norte
de Argentina,
algarrobo
negro
(Prosopis
nigra)
y varias
especies
más.
Dentro
de los
arbustos
se destacan
el cedrón
del monte
(Aloysia
gratissima
) que
recibe
muchos
nombres
vulgares
como cuna
de niño,
azahar
del monte
y otros
más,
la congorosa
o quebrachillo
(Maytenus
ilicifolia)
generalmente
se lo
ve cerca
de los
cursos
de agua,
Barberis
ruscifolia
que recibe
variados
nombres
vulgares
como espina
amarilla,
calafate,
quina,
entre
otros,
el ivirá
o vira-vira
(Daphopsis
racemosa)
habita
el sotobosque
o lugares
sombreados
en general.
Las Cactáceas
no están
ausentes
en la
reserva
Las Piedras
siendo
una de
las más
conspicuas
Opuntia
salagria
, sin
nombre
vulgar
más
o menos
homogéneo.
Entre
la flora
exótica
hay que
destacar
enormes
eucalyptus
(Eucalyptus
sp.) que
bordean
en largo
tramo
al camino
de ingreso
que continúa
más
allá
de los
que fue
el viejo
casco
de las
estancia
que funcionada
en el
predio.
La superficie
que ocupaba
el viejo
autódromo,
incorporada
a la reserva
con una
extensión
de 85
hectáreas,
está
siendo
colonizada
vigorosamente
- etapa
seral
- por
varias
especies
de arbustos
y árboles,
predominado
los renovales
de espinillo(Acacia
caven)
y chañar
(Geoffroea
decorticans).
Fauna
La fauna
de esta
pequeña
reserva
natural
es suficientemente
variada
y cuenta
con la
presencia
de algunas
especies
amenazas
o no comunes
para la
zona que
hacen
imperiosa
la necesidad
de celar
por su
supervivencia
y por
el incremento
o retorno
de especies
a través
de la
recuperación
y ampliación
del ambiente
natural;
teniendo
siempre
presente
que lo
que más
diezmó
a nuestras
especies
amenazadas
es la
destrucción
de sus
hábitats,
generalmente
por su
reemplazo
por campos
de pastoreo
y siembra.
No se
han realizado
estudios
pormenorizados
en la
Reserva
sobre
las poblaciones
de los
distintos
grupos
de vertebrados,
lo que
hace que
la información
disponible
es la
trasmitida
verbalmente
por el
personal
afectado
al área,
por informes
o comentarios
hechos
a través
de escritos
y por
referencias
de muchos
investigadores
o profesionales
que han
pasado
por el
lugar
con algún
fin específico
y han
hecho
referencia
a determinado
avistaje.
De la
avifauna
hay listados
confeccionados
por Guardafaunas
honorarios
capacitados
por la
Provincia.
En la
actualidad
gente
de la
Universidad
de La
Plata
está
concurriendo
asiduamente
para relevar
la ornitofauna,
el grupo
vertebrado
más
representado
en la
unidad
de conservación.
La ictiofauna
es la
que habita
la inmensa
subcuenca
del río
Uruguay
que cuenta
con una
gran cantidad
de especies,
muchas
de los
cuales,
se acercan
a aguas
menos
profundas
que las
del cauce
principal
e ingresan
a los
afluentes
y subafluentes.
En cuanto
a la avifauna
se refiere
hay una
lista
con avistajes
fehacientes
que supera
las ochenta
especies
(Galli,
com. per.).
Pero se
estima,
por las
características
ambientales,
que el
número
de aves
existentes
en el
área
y sus
alrededores
debe ser
significativamente
mayor.
La Familia
Emberizidae
- incluye
aves conocidas
vulgarmente
como cardenales,
corbatitas,
chingolos,
monteritas
y muchos
más
ˆ
es una
de las
que presenta
más
especies
como el
pepitero
de collar
(Saltador
aurantiirostris),
el popular
chingolo
(Zonotrichia
capensis),
el cardenal
común
(Paroaria
coronata),
el jilguero
común
o dorado
(Sicalis
flaveola),
la monterita
cabeza
negra
(Poospiza
melanoleuca)
entre
otras
especies.
De la
familia
Parulidae
se observa
el pitiayumí
(Parula
pitiayumi),
típico
de zonas
de vegetación
densa,
de la
Familia
Vireonidae
que posee
sólo
tres especies
que habitan
nuestro
territorio,
está
presente
el Juan
chiviro
(Cyclarhis
gujanensis)
habitante
de selvas
y bosques,
dentro
de los
dendrocoláptidos
se ubica
al chinchero
chico
(Lepidocolaptes
angustirostris)
y lo furnáridos
presentan
varias
especies
como el
conspicuo
hornero
(Furnarius
rufus)
y el cacholote
(Pseudoseisura
lophotes)
Los tiránidos
comprende
una gran
familia
exclusivamente
americana
con unas
380 especies
de las
cuales
más
de 110
habitan
en Argentina.
En la
reserva
Las Piedras
hay varias
especies
de este
taxón
como el
benteveo
(Pitangus
sluphuratus),
la monjita
blanca
(Xolmis
irupeo),
el suirirí
real (Tyrannus
melancholicus)
y el picabuey
(Machetornis
rixosus).
Otros
familias
con representantes
conspicuos
en el
área
son Picidae,
Psittacidae
sólo
representada
con poblaciones
permanentes
de Myiopsitta
monachus
ˆ
cotorra
común-,
Sylviidae,
Cuclulidae,
Troglodytidae,
Trochilidae,
Columbidae,
siendo
muy abundante
la población
de Columba
maculosa-
paloma
de ala
manchada-,
Alcedinidae,
Hirundinidae
con dos
especies
más
conspicuas:
la golondrina
barranquera
(Notiochelidon
cyanoleuca)
y la golondrina
doméstica
(Progne
chalybea).
Además
dentro
de las
aves vinculadas
con el
medio
acuático
hay especies
de las
familias
Ardeidae,
Anatidae,
Phalacrocoracidae
sólo
con el
biguá
(Phalacrocorax
olivaceus)
y Rallidae
entre
las que
cuentan
con presencias
más
asiduas.
Dentro
de las
rapaces
se observa
al caracolero
(Rostrhamos
sociabilis),
el chimango
(Milvago
chimango),
el carancho
(Polyborus
plancus),
el halconcito
colorado
(Falco
sparverius)
y algunas
especies
de la
Familia
Accipitridae.
El valor
ornitológico
más
importante
de esta
unidad
de conservación
es el
haber
albergado
durante
un año
a una
pareja
de urutaú
(Nyctibius
griseus),
habiéndose
reproducido
con éxito
(Galli,
com. per.).
También
hemos
podido
observar
una excelente
filmación
del urutaú
efectuada
por el
Guardafauna
Ricardo
Rivollier.
Esta cita
se convertiría
en la
más
austral
de Argentina
para la
especie.
Desde
hace un
tiempo
no se
escucha
más
el canto
del urutaú
por lo
que podría
suponerse
que abandonó
el área
(Galli,
com. per.).
Es significativo
destacar
que Bird
Life Internacional,
la organización
mundial
más
importante
dedicada
al estudio
y la conservación
de las
aves,
ha implantado
un Programa
de Áreas
Importantes
para la
Conservación
de las
Aves (AICAS).
Argentina,
a través
de la
institución
Aves Argentinas,
participa
de este
proyecto
y se identificaron
cerca
de 200
lugares
ubicados
en la
zona pampeana
y una
franja
que bordea
al río
Uruguay
desde
su desembocadura
en el
Plata
hasta
el norte
de Corrientes,
por lo
que la
Reserva
Las Piedras
está
dentro
del área
donde
se ubican
dichos
lugares
y está
también
dentro
del área
de distribución
del muy
amenazado
tordo
amarillo
(Xanthopsar
flavus),
cuyos
avistajes
están
mermando
en forma
notoria.
La mastofauna
presenta
algunas
especies
del orden
Chiroptera
(murciélagos)
y dentro
de los
roedores
pequeños
están
presentes
especies
de las
Familias
Caviidae
(cuises)
y Muridae
(ratas
y ratones).
La comadreja
overa
o mora
(Didelphys
albiventris),
el zorrino
(Conepatus
chinga)
y el coipo
(Myocastor
coypus)
pueden
considerarse
los mamíferos
más
conspicuos
del área
prospectada
y es destacable
la presencia
del lobito
de río
(Lontra
longicaudis)
ˆ
declarado
Monumento
Natural
por la
Provincia
de Corrientes
- que
integra
el apéndice
I de CITES
y su estatus
en el
ámbito
nacional
es En
Peligro
(Libro
Rojo de
la S.A.R.E.M.,
2000).
Aunque
en esta
misma
obra también
se comenta
que “está
en franca
expansión
numérica
y geográfica”
(Chebez.J.C).
El zorro
gris (Dusicyon
gymnocercus)
también
llamado
zorro
de campo
o aguarachaí
en lengua
guaraní,
es el
único
cánido
observado
en el
lugar
y el carpincho
(Hydrochoerus
hydrochaeris)
es el
animal
más
codiciado
por los
cazadores
de la
región,
por lo
tanto
es lo
que más
moviliza
al personal
de vigilancia
en horas
nocturnas
especialmente
(Galli,
com. per.).
El elenco
de los
mamíferos
presentes
en la
Reserva
Las Piedras,
al menos
de los
registrados
hasta
el presente,
finaliza
con la
mulita
pampeana
(Dasypus
hybridus)
cuyo estatus
nacional
la considera
Potencialmente
vulnerable.
La herpetofauna
del área
está
constituida
por el
lagarto
overo
(Tupinambis
teguixin),
tortuga
de agua
o de arroyo
(Phrynops
hilarii)
y varios
ofidios
como la
yarará
(Bothrops
alternatus),
también
llamada
crucera,
la musurana
(Clelia
clelia),
la denominada
falsa
yarará
(Liophis
anomalus),
habiendo
otras
especies
que se
las denomina
vulgarmente
con el
mismo
nombre,
la coral
(Micrurus
frontalis
mesopotamicus)
y la falsa
coral
(Lystrophis
dorbignyi).
Respecto
a la batracofauna
aún
no se
ha efectuado
un relevamiento
detallado.
Recursos
culturales
Recién
en el
siglo
XVIII,
con la
obra monumental
de los
padres
Pauke
y Dobrizhoffer,
se accede
a información
precisa
y completa
sobre
una parte
del universo
aborigen
del Nordeste
Argentino
(Ceruti,
2000).
Después,
con informaciones
parciales
y aisladas
tomadas
de las
crónicas,
se armó
un mapa
de tribus
y subtribus,
resultando
un tapiz
colorido
y estático
que aún
suele
utilizarse,
contribuyendo
a crear
una imagen
estereotipada
y confusa
de nuestra
raíz
indígena
(Ceruti,
2000).
En la
zona mesopotámica
hubo dos
modalidades
culturales
bien diferenciadas:
los pueblos
horticultores,
provenientes
del Amazonas,
que se
desplazaban
a lo largo
de los
grandes
ríos
y los
que ocupaban
las tierras
interiores
sin contacto
con los
cursos
de agua.
Al primer
grupo
pertenecieron
los guaraníes
cuya distribución
más
austral
fueron
las islas
del delta
entrerriano
y los
que conformaban
el segundo
grupo
fueron
los charrúas
que inicialmente
sentaron
base en
el actual
territorio
de la
República
Oriental
del Uruguay
y luego
expandieron
su hábitat
al sur
de Entre
Ríos
(Rex González
y Pérez,
1993).
Ya en
la primera
mitad
del siglo
XVII los
documentos
señalan
charrúas
en las
inmediaciones
de la
Bajada
(Paraná),
pero la
arqueología
no prueba
que estos
territorios
hayan
sido habitados
por ellos
(Serrano,
2000).
Respecto
de las
viviendas
que utilizaban
dice el
padre
Xarque(1687)
que „sus
casas
constan
de unas
esteras,
hechas
de cierto
género
de paja
larga
y ancha
a modo
de espadaña.
Fijan
unas estacas
sobre
la tierra,
y allí
atan las
esteras,
unas por
paredes
y otras
por techo∑‰
La economía
estaba
basada
esencialmente
de lo
producido
por la
caza.
De los
datos
que se
dispone,
especialmente
por los
hallazgos
en los
yacimientos
arqueológicos,
se comprueba
que los
charrúas
conocían
la alfarería.
Eran polígamos
y la mujer
estaba
inmersa
en una
situación
de semiesclavitud.
Creían
en un
espíritu
del mal
que, al
igual
que los
pampas,
llamaban
gualicho
y gracias
un valioso
escrito
de Villaderbó
que recién
se dio
a conocer
en 1937,
hoy conocemos
algo de
su lengua
(unas
sesenta
voces).
Las poblaciones
charrúas
se ubicaban
en albardones
altos
o en cerros
que ellos
mismos
formaban
para protegerse
de las
inundaciones
(Almeida,
1983).
Hay un
lugar
no muy
alejado
de la
Reserva
La Piedras,
denominado
precisamente
Cerros
Indios,
donde
se encontraron
abundantes
restos
arqueológicos
que hasta
no hace
muchos
años
se continuaban
encontrando
a nivel
del suelo.
Alternativas
turísticas
Como toda
área
natural
ofrece
al visitante
la posibilidad
de contemplar
la naturaleza
en su
máxima
expresión.
Gran cantidad
de flora,
fauna
y escenarios
naturales
de gran
belleza
como las
márgenes
del río
Gualeguaychú
y del
arroyo
Las Piedras
con sus
selvas
marginales,
conformando
un ámbito
donde
la observación
está
acompañada
de sonoridad
proveniente
de variadísimos
trinos,
del crepitar
de la
brisa
sobre
el follaje
y el sonido
de algún
pez que
salta
en el
agua o
la simple
caída
sobre
la misma
de una
ramita
o un fruto
ya maduro,
que pretende
que el
río
traslade
sus fértiles
semillas.
Provistos
de una
cámara
fotográfica,
y mejor
aún
si se
posee
una lente
de mayor
longitud
focal
que las
estándares,
las posibilidades
de obtener
bellísimas
imágenes
son muchas.
Luego
de realizar
la visita
a la Reserva
puede
dirigirse
a la ciudad
de Gualeguaychú
poseedora
de una
interesante
oferta
turística.
Hoteles
de distintas
categorías,
restaurantes,
pizzerías
y confiterías
en su
mayoría
ubicados
sobre
la pintoresca
costanera
ofrecen
la posibilidad
de comer
un buen
plato
y escuchar
música
en donde
ofrecen
espectáculos
musicales
simultáneamente
con la
comida.
El casino
con toda
la variedad
de juegos
que suelen
ofrecer
estas
salas
es otra
alternativa
para culminar
bien la
noche.
Y si estamos
en los
meses
de enero
o febrero
es recomendable
no perderse
el Carnaval
del País,
que todos
los años
colma
el moderno
corsódromo
de público
ávido
de observar
el mejor
espectáculo
que se
ofrece
en ese
género
dentro
de Argentina.
También
hay múltiples
balnearios,
ya sea
sobre
el río
Gualeguaychú
o sobre
el Uruguay,
con buenas
instalaciones.
Hay también
una interesante
oferta
de museos,
recorridos
en lancha,
excursiones
de pesca
guiadas
por expertos
de la
zona,
la practica
del senderismo
que va
tomado
auge día
a día
y, recientemente,
se organizaron
visitas
guiadas
al importante
Parque
Industrial
que posee
la ciudad.
El Parque
Saturnino
Unzué
que está
casi lindando
con el
casco
urbano,
lo separa
de éste
el río
Gualeguaychú
que es
atravesado
por el
pintoresco
puente
de hierro
que se
ve comúnmente
en las
fotos
de la
ciudad,
es uno
de los
espacios
verdes
urbanos
más
bellos
que posee
el país
y mejor
dotado
de infraestructura
para la
práctica
de deportes,
aerobismo,
ciclismo,
actividades
ecuestres
y una
gran cantidad
de mesas
con su
correspondiente
parrilla
diseminadas
sobre
las 110
hectáreas
que ocupa
el predio.
Es de
destacar
el orden
y la limpieza,
cualidades
que son
difíciles
de encontrar
ˆlamentablemente-
en nuestros
espacios
públicos.
Cómo
llegar
A la ciudad
de Gualeguaychú
se arriba
desde
el norte
de la
Mesopotamia
- ciudades
de Puerto
Iguazú,
Posadas,
Corrientes,
Resistencia
y Paraná
- por
la ruta
nacional
N† 12
hasta
la ciudad
de Nogoyá
y desde
esta se
continúa
por la
ruta nacional
131 hasta
la localidad
de Basavilbaso,
donde
cruza
la ruta
provincial
N† 20
que desemboca
en Gualeguaychú.
Los que
provengan
del oeste
del país
deben
tener
como primera
meta la
ciudad
de Santa
Fe, y
desde
aquí
se cruza
el túnel
subfluvial
Hernandarias
que la
une con
Paraná,
siguiendo
luego
el recorrido
indicado
en el
párrafo
anterior.
Desde
el sur
deberán
llegar
primero
a Buenos
Aires
y desde
esta ciudad
se circula
por la
autopista
Panamericana
hasta
la localidad
de Zárate,
donde
se cruza
el Complejo
Ferrovial
Unión
Nacional
(más
conocido
por Zárate-Brazo
Largo)
y se toma
la ruta
12 hasta
que se
desvía
hacia
Gualeguay-
Ceibas
se llama
la población-
y en ese
mismo
sitio
continúa
el asfalto
transformándose
en ruta
nacional
14.
Una vez
situados
en Gualeguaychú
se debe
transitar
por la
avenida
Rocamora
-1† Junta
ˆ
característica
por su
bulevar
central
con enormes
palmeras
ˆ
hacia
el norte
y cuando
comienzan
a dispersarse
las casas
se angosta
y se transforma
en la
ruta provincial
N† 20
que, luego
de recorrer
unos 12
kilómetros
aparece
un cartel
que señala
„Balneario.
Los Pinos‰
y sale
un camino
de tierra
hacia
la derecha.
Recorriendo
aproximadamente
4 kilómetros
el camino
es interrumpido
por otro
y ahí
se debe
doblar
a la izquierda
y a menos
de un
kilómetro
aparece
la entrada
a la Reserva
con un
cartel
grande
que la
señala.
El tramo
de tierra
en caso
de lluvias
se hace
dificultoso
transitarlo
en algunos
sectores.
Problemas
de conservación
La Reserva
Natural
Las Piedras
tiene
algunos
problemas
de conservación
que son
comunes
a la gran
mayoría
de las
áreas
naturales
protegidas
y otros
propios
de la
misma.
Comenzaremos
haciendo
referencia
a los
mencionados
en primer
término.
La caza
furtiva
es un
verdadero
flagelo
de gran
parte
de las
reservas
o parques
naturales,
lo mismo
que la
extracción
de leña.
En la
reserva
analizada
la mayor
presión
cinegética
furtiva
proviene
de cazadores
embarcados
que buscan
principalmente
al carpincho
(ver ítem
fauna),
para lo
cual navegan
de noche
el río
Gualeguaychú
en la
zona de
la reserva
porque
es el
lugar
donde
hay mayor
probabilidad
de encontrarlos.
La extracción
de madera
es un
problema
menos
acuciante
porque
aún
en la
región
existen
muchos
lugares
con montes
de ñandubay,
ya sean
fiscales
o privados,
y se recurre
a ellos
donde
hay menos
riesgo
de tener
problemas
que en
un lugar
protegido.
De todas
formas
es llamativa
la desaprensión
con que
cada invierno,
ya sea
los particulares
o revendedores,
hacen
uso del
recurso
sin tener
la conciencia
de que
deberían
hacerlo
con mesura
y en forma
organizada-
por sectores
cada año,
por ejemplo-
porque
puede
llegar
el día
en el
que el
recurso
de agote.
En los
últimos
años
con la
llegada
del gas
natural
a la región
puede
ser que
la extracción
de madera
para calefacción
merme.
Continuando
con el
área
prospectada
debemos
señalar
que el
problema
que más
atenta
contra
su sustentabilidad
en el
tiempo
es la
pequeña
superficie
que ocupa,
fenómeno
que se
vincula
con el
tipo de
ambiente
que circunde
al área.
Es decir,
si los
campos
vecinos
son zonas
de cultivo,
la reserva
queda
como una
ínfima
islita
ˆ
de ahí
el nombre
de efecto
de insularidad
ˆ
donde
no se
produce
el mínimo
e imprescindible
intercambio
genético
entre
las poblaciones
animales,
principalmente.
Amén
de esto,
la presión
de la
actividad
antrópica
de los
alrededores
termina
por „asfixiar‰
la zona
prístina
por un
lento
y letal
avance
de la
misma
sobre
al área.
Por lo
expuesto
resulta
absolutamente
prioritario
anexar
las partes
contiguas
que todavía
se conservan
más
o menos
en buen
estado
tal como
se comenta
en el
ítem
dedicado
a la superficie.
Otro elemento
que perturba
el tan
mentado
equilibrio
ecológico
es la
presencia
del exótico
ciervo
axis (Axis
axis).
Si bien
es cierto
que la
zona antes
estaba
poblada
por ciervos
autóctonos,
también
lo es
que aquellos
contaban
con los
grandes
felinos
como predadores
que hoy
tampoco
están.
El problema
particular
del la
Reserva
Las Piedras
es la
falta
de conciencia
colectiva
- que
incluye
a las
autoridades
- sobre
qué
es un
área
protegida
y la importancia
que tiene.
En términos
generales
en Gualeguaychú
sólo
se ve
el usufructo
turístico
que se
puede
dar al
predio
y lo relativo
a la conservación
se soslaya.
Son las
organizaciones
no gubernamentales
las que
tienen
que alertar
sobre
el particular,
así
como lo
profesionales
del área
y dependencias
oficiales
que se
ocupan
del medio
ambiente.
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Investigación
y Textos:
Gabriel
Omar Rodríguez
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