EDICION
PROVISORIA
- EN PROCESO
DE DIAGRAMACION
Categoría
Reserva
natural
turística
Ubicación
El área
natural
protegida
que se
analiza
está
ubicada
en la
Península
de Valdés,
sobre
la costa
este del
Golfo
Nuevo,
a sólo
tres kilómetros
de la
localidad
de Puerto
Pirámides
. Con
más
precisión
se puede
decir
que se
encuentra
al sudeste
de la
línea
imaginaria
con rumbo
sur 49°
30’
este,
que pasa
por el
cerro
Chingolo
en el
área
de Punta
Pirámides,
resultando
sus límites
al oeste
, sudoeste
y sur
el Golfo
Nuevo
y al noroeste
la línea
antes
mencionada,
de la
jurisdicción
municipal
de Puerto
Pirámides,
departamento
de Viedma.
Sus coordenadas
son 42°
35’
Lat. S
y 64°
19’
Long.
O.
Superficie
La Reserva
Punta
Pirámides
cuenta
con 132
hectáreas.
Fecha
e instrumento
legal
de creación
Fue creada
el 22
de febrero
de 1974
mediante
la sanción
de una
resolución
–
la N°
9 –
de la
entonces
Dirección
General
de Turismo.
El Municipio
de Puerto
Pirámides
en 1973
había
cedido
los terrenos
a la Provincia.
Relieve
La zona
que ocupa
la Reserva
Punta
Pirámides
presenta
acantilados
no muy
altos
que se
desarrollan
en forma
sinuosa,
alternados
con pequeñas
playitas
de rodados
y el suelo
esta formado,
principalmente,
por areniscas,
elementos
arcillosos,
fósiles
y rodados
tehuelches.
El paisaje
presenta
la típica
vegetación
achaparrada
que se
señaló
en la
descripción
de las
otras
áreas
protegidas
que se
encuentran
dentro
de la
Península
Valdés.
Desde
una mirada
geológica
se puede
decir
que el
territorio
chubutense
esta asentado
sobre
el cratógeno
de Patagonia,
que aflora
en algunos
lugares,
y que
fue modelado
por una
serie
de fenómenos
geológicos
de complicada
trama.
Hubo movimientos
epirogénicos
de ascenso
y descenso
con posteriores
avances
y regresiones
marinas
que dejaron
abundante
sedimentación
alternada
con estratos
continentales.
Junto
con la
actividad
volcánica,
a fines
de la
era Secundaria,
se levantó
el plegamiento
de los
Patagónides,
formado
en un
geosinclinal
al oeste
de la
Provincia,
que sería
precursor
del movimiento
más
importante
de la
región:
el plegamiento
andino
del Terciario
que no
sucedió
de la
misma
forma
en toda
la cordillera.
En la
parte
correspondiente
a la provincia
del Chubut-
y más
allá
de ese
límite-
se produjeron
fracturas,
elevaciones
y descensos
diferenciados,
dislocamientos,
hundimientos
en cuyas
depresiones,
más
tarde,
se formaron
grandes
masas
de hielo
durante
la glaciación
pleistocénica
que ocupó
gran parte
de la
cordillera
y que
al retirarse
dejó
formados
grandes
lagos.
Estos
procesos
dejaron
configurado
un relieve
típicamente
patagónico:
mesetas
y sierras,
alternadas
con bajos
y cuencas
lacustres
a lo que
habría
que agregar
las escotaduras
de bordes
redondeados
que forman
los golfos
del litoral
atlántico
(Bernades,A.,1982).
A los
fenómenos
tectónicos
se sumaron
como elementos
modeladores
los que
ocasionó
la acción
fluvial-
valles
y cañadones-
y eólica
al formar
lo que
se denomina
lagunas
de deflación.
Luego,
sobre
este relieve,
durante
el Terciario,
se extendieron
coladas
de basalto
continuando
el proceso
de avance
y retroceso
marino.
Trataremos
someramente
las grandes
unidades
morfológicas
que dejó
plasmado
en el
relieve
esta serie
de complejos
procesos
geológicos.
En primer
término
corresponde
mencionar
la Cordillera
de los
Andes
que no
forma
una línea
continua,
sino que
incluye
cordones
trasversales
y sierras
bajas.
Estos
cordones
se hallan
separados
por valles
trasversales
que tiene
orientación
este-oeste
donde
se formaron
lagos
glaciarios
y valles
fluviales.
Los cerros
de esta
parte
de la
cordillera
son, en
compasión,
de escasa
altura,
con cumbres
de aristas
y con
nieve
a partir
de los
2.000
metros
sobre
el nivel
del mar.
Los cerros
más
altos
de la
Provincia
del Chubut
son el
Dos Picos
con 2515
m.s.n.m.(el
más
alto),
el Co.
Mineral
con 2014,
el Steffen
con 2108,
el Barros
Arana
con 2289,
el Alto
Nevado
con 2255
y muchísimos
más
cuyas
alturas
oscilan
entre
los 1000
y 2000
metros.
Otra formación
destacable
del relieve
son las
elevaciones
correspondientes
al sistema
Patagónides,
cuya característica
más
destacable
es la
escasa
altura
de los
cerros
que promedian
los 300
metros
sobre
el nivel
del mar.
Se desarrollan
de norte
a sur
y están
separados
de los
Andes
por lo
valles
de los
ríos
Senguer,
Genoa,
Langiñeo
y los
ríos
Chico-Chubut
y aparecen
algunas
elevaciones
en las
mesetas.
Estas
últimas
constituyen
otro elemento
destacable
del relieve
y van
formando
“peldaños”
que ascienden
de este
a oeste
y algunas
tiene
amplias
superficies
planas
–
llamadas
pampas
–
, mientras
que otras
poseen
pequeños
cerros
o lomas.
Por último
vemos
valles
o los
bajos
descienden
los cañadones,
valles
generalmente
secos
que corresponden
a afluentes
temporarios
o a ríos
hoy desaparecidos
(Bernades,
A., 1982).
Los bajos
están
formados
por lagunas,
mayormente
temporarias,
siendo
el Sarmiento
el de
mayor
tamaño
y en él
se formaron
dos grandes
lagos
como lo
son el
Musters
y el Colhué
Huapí.
Las vertientes
de los
principales
ríos
vierten
hacia
el Atlántico
donde
termina
una costa
abrupta
que forma
acantilados
de más
de 150
metros
de altura,
alternándose
con sectores
de playa.
Hidrografía
Es oportuno
señalar
en este
rubro
algunas
características
del océano
Atlántico
en estas
latitudes,
a pesar
de que
la Reserva
Punta
Pirámides,
al estar
en un
golfo
bastante
profundo
algunos
caracteres
comentados
pueden
no aplicarse
cabalmente
a sus
costas.
Las amplitudes
de mareas
presentan
grandes
oscilaciones
tendiendo
a ser
mayores
hacia
el sur,
en la
Provincia
de Santa
Cruz.
En la
zona de
Puerto
Madryn,
en momento
de sicigia,
la amplitud
llega
a unos
6 metros
aproximadamente
y la salinidad
al 34%.
La zona
de contacto
entre
el mar
y el continente
se prolonga
por debajo
del nivel
de las
aguas
a los
largo
de una
zona más
o menos
extensa
cuyas
características
están
vinculadas
con el
relieve
sobre
el nivel
marino.
Esta zona,
cuya profundidad
se acerca
a los
200 metros,
es lo
que se
conoce
como plataforma
continental.
La morfología
litoral
y submarina
tiene
un rol
muy importante
en la
determinación
de los
ambientes
marinos,
ya que
ello influye
en la
temperatura,
salinidad
y turbidez
de las
aguas
y en su
cantidad
de nutrientes
que permiten
el desarrollo
de la
vida.
La zona
litoral,
es decir
la que
ocupa
el espacio
donde
transcurre
la bajamar
y la pleamar,
es adecuada
para aquellas
formas
de vida
adaptadas
a vivir
temporariamente
en forma
subacuática.
Por debajo
del nivel
de la
bajamar
se observan
dos zonas
características:
el nerítico
(la parte
que ocupa
la plataforma
continental
) y el
oceánico
que juntos
forman
la zona
pelágica,
en cuya
superficie
o debajo
de esta
tiene
lugar
el proceso
de la
fotosíntesis.
Mas allá
de esta
zona ya
comienza
el sector
afótico,
es decir,
donde
no llega
la luz.
El sistema
de los
cursos
de agua
es consecuencia
directa
del relieve,
por lo
que la
red hidrográfica
y lacustre
de la
Provincia
del Chubut
se desarrolla
con mayor
importancia
en los
valles
intermontanos
que forjó
la historia
geológica
del lugar.
Desde
la cordillera
bajan
cursos
de agua
que sólo
reciben
tributarios
en su
tramo
superior
y muchos
finalizan
su desarrollo
en las
zonas
áridas
de la
meseta
patagónica.
En esta
parte
de los
Andes
se da
la paradoja
de que
muchos
ríos
que nacen
al este
de la
misma,
desembocan
en el
Pacífico,
circunstancia
que dificulta
la aplicación
del “divortium
acquarum
“
para la
fijación
del límite
con Chile.
En este
sector
cordillerano
encontramos
una serie
de lagos
que de
norte
a sur,
los más
importante
son: Puelo,
Epuyén,
Cholila,
Lezama,
Rivadavia,
Menéndez,
Futalaufquen,
Situación,
Laguna
Rosario,
Gral.
Vintter
y La Plata,
entre
muchos
otros
de tamaño
pequeño
en relación
a los
nombrados.
El Futaleufú
es uno
de los
ríos
de mayor
caudal
de la
región
con unos
300 m3.
por segundo.
El sistema
del Carrenleufú,
que nace
en el
Lago Vintter,
corre
de sur
a norte
y luego
de recorrer
territorio
argentino
va a morir
al Pacífico.
Sus avances
hacia
el este
llegan
a zonas
áridas
y se pone
en contacto
con algunos
tributarios
del Atlántico.
Esta cuenca
está
integrada
principalmente
por el
río
Chubut
y sus
tributario
el Senguer,
que nace
en los
Lagos
La Plata
–Fontana,
y el Chico,
que lo
hace del
Lago Colhué
Huapi.
Todos
los ríos
de la
Provincia
tienen
sus caudales
sujetos
al régimen
de lluvias
invernales
y del
deshielo
en primavera.
Chubut
cuenta
con dos
represas:
el embalse
sobre
el río
Futaleufú,
que forma
el espejo
de agua
denominado
Amutui
Quimei
y sobre
el río
Chico-Chubut
que forma
el embalse
Florentino
Ameghino.
Clima
La provincia
del Chubut
presenta
dos sectores
climáticos
bien diferenciados
y un tercero
no tan
distinto
al de
la zona
oriental.
Por un
lado tiene
un clima
húmedo
y frío
al oeste
de los
picos
más
elevados
de la
cordillera
y hacia
el oriente
de los
mismos
el clima
es árido
y con
temperaturas
más
elevadas.
El sector
mencionado
en primer
término
está
muy influenciado
por el
Anticiclón
del Pacífico,
que provoca
el choque
de sus
fuertes
vientos
contra
las mayores
elevaciones
que al
ascender
inducen
la formación
de abundantes
precipitaciones
y nevadas,
con registros
que oscilan
entre
los 700
y 2000
mm anuales.
Esto hace
que encontremos
zonas
con bosques
bastante
abundantes
en especies
vegetales
que contrastan
notoriamente
con la
superficie
del resto
de la
Provincia.
Dada la
alta humedad
ambiente
del sector
occidental
las amplitudes
térmicas
son poco
marcadas
y al ascender,
lógicamente,
el frío
aumenta
y hace
que haya
picos
con nieves
eternas.
El panorama
en la
región
extraandina
presenta
una vegetación
esteparia
con precipitaciones
que rondan
los 200
mm anuales
y las
temperaturas
oscilan
entre
medias
anuales
inferiores
a los
8°C
y superiores
a los
10°C
en la
zonas
más
bajas
y próximas
al mar,
que pueden
definir
al clima
como templado
y con
grandes
amplitudes
térmicas
diarias.
El viento
predominante
es el
del oeste-
que permanece
en forma
constante-
y la proximidad
marítima
no llega
a modelar
demasiado
el clima
debido
a la altura
de sus
costas
con acantilados
que sobrepasan
los 150
metros.
Un tercer
tipo de
clima
de Chubut
afecta
el ángulo
noreste
de la
provincia
y la Península
Valdés,
con veranos
cálidos
y breves
e inviernos
fríos
. Podría
definírselo
como de
transición
entre
los climas
templados
del centro
del país,
con mayores
precipitaciones
en los
meses
cálidos,
y los
climas
fríos
y con
lluvias
invernales,
típicos
de la
patagonia
. Dentro
de las
zonas
afectadas
por este
último
tipo de
clima
se encuentra
la Reserva
Natural
Punta
Pirámides.
Flora
Según
la clasificación
propuesta
por Burkart,
et al.(1999)
elaborada
para el
Programa
de Desarrollo
Institucional
Ambiental,
coordinado
por la
Secretaría
de Recursos
Naturales
de la
Nación
y la Administración
de Parques
Nacionales,
en la
provincia
del Chubut
se sitúan
tres biorregiones
bastante
bien diferenciadas.
Una angosta
franja
al este
que corre
de norte
a sur
ocupa
la biorregión
de los
bosques
patagónicos;
luego
un espacio
semejante
a un rectángulo,
que ocupa
menos
de un
cuarto
del territorio,
en el
extremo
noreste,
corresponde
a la biorregión
del monte
de llanuras
y mesetas
y el resto
de la
Provincia-
un alto
porcentaje
de su
territorio-
se incluye
en la
biorregión
estepa
patagónica.
La primera
de las
regiones
mencionadas
está
compuesta
por bosques
densos
pero con
poca variedad
de especies,
las que
varían
según
las regiones.
En el
norte
crecen
bosques
de pehuén
o araucaria
(Araucaria
araucana)
que puede
superar
los 40
m de altura
y se sitúan
entre
los 900
y los
1.800
m.s.n.m.
El maitén(
Maytenus
boaria)
y el ciprés
de la
cordillera
( Austrocedrus
chilencis)
ocupan
zonas
más
secas
del norte
y crecen
en la
transición
con la
estepa
patagónica.
En el
parte
más
oriental
de la
cordillera
se desarrollan
los bosques
de cipreses
y de otros
árboles
caducifolios,
y la lenga
(Nothofagus
pumilio)
y el ñire
(Nothofagus
antarctica)
son conspicuos.
Donde
el clima
es más
húmedo
hace su
aparición
el coihue
(Nothofagus
dombeyi).
En los
lugares
con mucha
humedad
crece
el alerce
(Fitzroya
cupressoides)
y en muchos
lugares
estos
árboles
están
acompañados
por gran
cantidad
de arbustos,
enredaderas,
líquenes
y musgos
que le
otorgan
en verdadero
aspecto
selvático.
La zona
que ocupa
la biorregión
estepa
patagónica,
está
compuesta
por vegetación
que posee
adaptaciones
para sobrevivir
con fuertes
vientos
y escasez
de agua.
Estas
consisten
en ser
arbustos
bajos,
en el
crecimiento
en forma
de cojines,
hojas
pequeñas
y, en
general,
estructuras
que hacen
más
soportable
el intenso
viento
que azota
a toda
la patagonia
en general.
Así
vemos
al neneo
(Mulinum
spinosus),arbusto
común
es la
estepa,
con hojas
muy pequeñas,
lo mismo
que el
coirón
(Stipa
sp. o
Festuca
sp.),
nombre
que se
le da
a varias
especies
de gramíneas
que tienen
en común
la característica
de desarrollarse
en matas
bajas,
muy juntas
entre
sí,
mayormente
con hojas
enrolladas
y provistas
de puntas
agudas.
En la
Provincia
del Chubut
predomina
una vegetación
muy rala
y baja,
con grandes
superficies
de suelo
desnudo.
Las vegas
o mallines,
esas depresiones
que conservan
siempre
un poco
de agua,
se ven
siempre
verdes
con hierbas
de distintas
especies
denominadas
comúnmente
junquillos.
Decíamos
que una
superficie
de forma
de rectángulo
ubicada
en el
nordeste
de la
Provincia,
se clasificada
como ecorregión
del monte.
La vegetación
de esta
región
esta caracterizada
por la
presencia
de las
jarillas
de varias
especies
(Larrea
divaricata,
Larrea
ameghinoi,
Larrea
nitida)
como uno
de los
componentes
más
conspicuos
dentro
del estrato
arbustivo.
A estas
las suelen
acompañar
especies
como la
chilladora
(Chuquiraga
hystrix),
el quilembay
o quilimbay
(Chuquiraga
avellanedae),
el caballo
del diablo,
barba
de chivo
o manca
caballo,
entre
otros
nombre
que se
le asignan
(Prosopidastrum
globosum),el
yaollín
o yoahín
(Lycium
chilense),
el piquillín
(Condalia
microphylla),
la llamada
en algunos
lugares
monte
negro
(Bouganvillea
spinosa)
y el alpataco
(Prosopis
alpataco).
También
algunas
gramíneas
similares
a las
que aparecen
en la
zona esteparia
como los
denominados
coirones
.
En Punta
Pirámides
concurren
especies
típicas
de la
eco-región
de la
Estepa
patagónica.
La pedregosidad
y los
suelos
son predominantemente
ardisoles,
en correspondencia
con el
clima
árido
y la salinidad,
son rasgos
frecuentes
El paisaje
está
dominado
por el
quilembai
(Chuquiraga
avellanedae)
un arbusto
muy conspicuo
de esta
zona que
se caracteriza
por tener
hojas
que terminan
en punta
y por
su flor
amarillento-anaranjada
de tamaño
relativamente
grande,
el colapiche
(Nassauvia
glomarulosa)
y el coirón
amargo
(Stipa
humilis)
que crece
en matas
como elemento
de protección
contra
el viento
constante
y el frío
y que
es endémico
de esta
región.
Cerca
de la
costa
marina,
donde
hay más
humedad
se observa
una mayor
cobertura
vegetal
como el
renombrado
calafate
(Berberis
heterophylla)
y en mallines
o vegas
crece
el pasto
salado
y el junquillo,
que involucran
bajo ese
nombre
a varias
especies.
La vegetación
es pobre
en especies
de la
eco-región
del Monte
de Sierras
y Bolsones,
la que
tendría
en el
área
de la
reserva
prospectada
su parte
más
austral
dentro
del territorio
chubutense.
Faltan
los cardonales,
desaparecen
los algarrobales,
y, en
general,
se reduce
la diversidad
de especies
de algunas
familias
botánicas
como Cactáceas
y Zigofiláceas.
El jarillal
predomina
tanto
en las
mesetas
como en
los taludes
de las
terrazas
fluviales
y en las
planicies
bajas.
Aunque
no abunda
en Punta
Pirámides.
Fauna
La Provincia
del Chubut
posee
verdaderos
relictos
de fauna
vertebrada,
especialmente
en lo
que se
refiere
a la fauna
costera.
Numerosas
colonias
de lobos
marinos
de un
pelo (Otaria
flavescens),
del de
dos pelos
(Artocephalus
australis)
y la más
importante
del territorio
argentino
de elefantes
marinos
(Mirounga
leonina),
siendo
estas
especies
residentes
permanentes
de las
costas
chubutenses.
Hay otros
pinnípedos
cuya presencia
es ocasional
como ocurre
con el
leopardo
marino
(Hydrurga
leptonyx),
la foca
cangrejera
(Lobodon
carcinophagus),
la foca
de Weddel
(Leptonychotes
weddelli),
algunas
de estas
especies
tienen
distribución
cosmopolita
y otras
son de
regiones
más
meridionales,
Antártica
por ejemplo,
y circunstancialmente
puede
producirse
algún
avistaje
de las
mismas.
Del grupo
de las
ballenas
se destaca
significativamente
la presencia
en un
período
del año
- los
machos,
las hembras
lo hacen
cada tres-
de la
ballena
franca
austral
(Eubalaena
australis).
En el
año
1984 se
sanciona
la Ley
Nacional
N°
23.094
por la
cual se
declara
a la mencionada
especie
Monumento
Natural
Nacional,
con los
que se
garantiza
su protección
absoluta,
sólo
permitiéndose
visitas
explicativas
o la investigación
científica.
De la
misma
forma
que ocurría
con los
pinnípedos,
en las
ballenas
también
encontramos
especies
conspicuas
como la
ballena
franca
austral
y otras
que pueden
ocasionalmente
acercarse
a las
costas
chubutenses.
Ellas
son :
la ballena
Bryde
(Balaenoptera
edeni),
la ballena
minke
(Balaenoptera
acutorostrata),
la ballena
azul (Balaenoptera
musculus)
el mamífero
más
grande
entre
los sobrevivientes,
el rorcual
común
(Balaenoptera
physalus)
y la ballena
jorobada
(Magaptera
novaengliae),
estando
las tres
últimas
especies
nombradas
con estatus
de Vulnerables,
según
la UICN(1996).
La ballena
franca
pigmea
(Caparea
marginata)
es de
muy rara
aparición.
Dentro
de Orden
Cetacea
habría
un total
de 22
especies,
cuya probabilidad
de acercarse
a las
costas
patagónicas,
muchas
de ellas,
es remota
(orcas,
delfines,
toninas
zifios,
marsopas
y cachalotes).
Hay una
pequeña
población
de orcas
(Orcinus
orca)
que se
observa
desde
las costas
del sur
de la
provincia
de Buenos
Aires
hasta
el norte
de Chubut,
pero no
lo es
en forma
habitual.
La lista
de mamíferos
continúa
con especies
de hábitos
continentales,
entre
las que
son más
numerosos
los roedores.
Sólo
se hará
mención
de las
especies
más
conspicuas
o por
el contrario,
cuyas
poblaciones
son escasas
u ostentan
algún
grado
de amenaza
como ocurre
con la
comadrejita
patagónica
(Lestodelphis
halli),
el moloso
gris de
orejas
anchas
o común
(Tadarida
brasiliensis),
el zorrino
patagónico
(Conepatus
humboldtii),
la mara
(Dolichotis
patagonum)-Vulnerable-,
el guanaco
(Lama
guanicoe),
considerado
Potencialmente
vulnerable
(Canevari
y Balboa,
2003).
Otras
especies
que están
en le
territorio
chubutense
son el
gato del
pajonal
(Lynchailurus
pajeros)-
Vulnerable-,
el gato
montés
común
(Oncifelis
geoffroyi),
el puma
(Puma
concolor)
,el zorro
colorado
o zorro
patagónico
(Dusicyon
gymnocercus),
el zorro
gris (Dusicyon
gymnocercus)
y el hurón
menor
(Galictis
cuja).Especies
más
típicas
de la
zona del
bosque
andino
son el
gato huiña
(Oncifelis
guigna),
el huillín
(Lontra
provocax)
cuyo estatus
nacional
lo considera
En peligro,
la rata-topo
valdiviana
(Geoxus
valdivianus),
el murciélago
patagónico
(Myotis
chiloensis),
el pudú
(Pudu
puda)
considerado
Vulnerable
en el
ámbito
nacional
y el huemul
(Hippocamelus
bisulcus),
con estatus
nacional
de Amenazado
y es otra
especie
declarada
Monumento
Natural
Nacional,
el monito
del monte
o kongoy
(Dromiciops
australis),
y algunas
especies
más
que habitan
algunas
en la
Selva
Valdiviana,
como la
denominan
en buena
parte
de su
extensión,
o en la
región
esteparia.
La aves
se constituyen
en el
segundo
atractivo,
detrás
de la
ballena
franca,
y especialmente
los pingüinos
de Magallanes
(Spheniscus
magellanicus)
con colonias
que son
muy numerosas.
Accidentalmente
pueden
arrimarse
a las
costas
marinas
de Chubut
el pingüino
rey (Aptenodytes
patagonicus),
el pingüino
de penacho
amarillo
(Eudytes
chrysocome)
y el pingüino
de pico
rojo (Pygoscelis
papua).
Las especies
que se
enuncian
a continuación
fueron
extraídas
del anexo
7, tabla
1, de
mencionado
Plan de
Manejo,
y sólo
se hará
mención
de algunas
que en
dicho
trabajo
figuran
como residentes
en la
región.
En esta
situación
se encuentran,
entre
otras,
el macá
grande
(Podiceps
mayor),
el macá
plateado
(Podiceps
occipitalis)
el cormorán
roquero
(Phalacrocorax
magellanicus),
el cormorán
imperial
(Phalacrocorax
atriceps),
once especies
de patos
son residentes
permanentes
como el
pato crestón
( Lophonetta
specularioides),
pato cuchara
(Anas
platelea),
pato zambullidor
chico
(Axyura
vittata).
De las
familias
Laridae
y Sternidae,
nidifican
en la
Provincia
la gaviota
cocinera
(Larus
dominicanus),
gaviota
capucho
de café
( Larus
maculipenis),
gaviotín
golondrina
grande
( Sterna
hirundinacea)
y el gaviotín
real (
Sterna
maxima).
Entre
las rapaces
se citan
como habituales
al águila
mora (Geranoatus
melanoleucus),
el gavilán
ceniciento
(Circus
cinereus),
el aguilucho
cabeza
negra
(Buteo
albicaudatus),
el halcón
peregrino
(Falco
peregrinus)
y entre
los chorlos
que, muchos
son migradores
desde
el hemisferio
norte,
encontramos
al chorlo
pampa
(Pluvialis
dominica),
chorlito
vuelve
piedras
(Arenaria
interpres),
chorlito
de doble
collar
(Charadrius
falklandicus),
el chorlo
trinador
(Numenius
phaeopus),
el chorlito
unicolor
(Calidris
bairdii),
el chorlito
enano
(Calidris
pusilla)
y el de
patas
amarillas
(Tringa
flavipes),
entre
varias
especies
más.
La presencia
de tantos
Charadriformes
en distintas
zonas
de Chubut,
con mayor
énfasis
en la
Península
de Valdés,
hace de
la misma
un sitio
excepcionalmente
valioso
desde
el punto
de vista
ornitológico
y para
la conservación
en general.
El orden
de los
Passeriformes
no es
menos
numeroso,
presentando,
como los
No Passeriformes,
especies
que son
típicas
de la
zona de
la Selva
Andinopatagónica,
de la
zona esteparia
y de las
costas
marítimas.
El carpintero
araucano
(Picoides
lignarius),
el carpinatero
patagónico
(Campephilus
magellanicus),
la remolinea
araucana
(Cinclodes
patagonicus),
el rayadito
(Aphrastura
spinicauda),
el chucao
(Scelorchilus
rubecula),
el siete
colores
patagónico
(Phrygilus
patagonicus),
el zorzal
patagónico
(Turdus
falccklandii),
la cachaña
(Enicoghnatus
ferrugineus)
son algunas
de las
muchas
especies
que habitan
la selva
surandina.
Saliendo
de este
ámbito
y entrando
en la
estepa
son conspicuos
el gaucho
pardo
(Agriornis
murina),
el choique
o ñandú
petiso
(Pterocnemia
pennata)
y la martineta
común
(Eudromia
elegans),
la dormilona
común
(Muscisaxicola
macloviana),
el canastero
de garganta
negra
(Thripophaga
patagonica),
la monjita
castaña
(Neoxolmis
rufiventris),
el torito
pico negro
(Anairetes
parulus),
la diuca
común
(Diuca
diuca),
el cabecita
negra
de corbata
( Spinus
barbatos
o Carduelis
barbatos
según
los autores),
el pecho
colorado
grande
(Sturnella
loyca)
y el yal
amarillo
( Phrygilus
carbonarus),
entre
muchas
otras
especies.
La culebra
andina
(Tachymenis
peruviana),
la yarará
ñata
(Bothrops
ammodytoides)
y en la
zona de
la estepa
patagónica
los lagartos
y lagartijas
como el
geko patagónico
(Homonata
darwinii),
la lagartija
(Liolaemus
fitzingeri),
el matuasto
o chelko
(Diplolaemus
darwini),
son algunos
integrantes
de la
herpetofauna
de Chubut.
Entre
la batracofauna
se destaca
el sapo
andino
(Bufo
spinolosus),
la no
hace mucho
descubierta
por la
ciencia
rana gárgola
(Alsohdes
gárgola),
la ranita
de Darwin
(Rhinoderma
darwini),
la rana
verde
austral
(Hylorina
sylvatica),
el sapito
cuatro
ojos (Pleurodema
thaud),
el sapo
del bosque
(Bufo
variegatus).
En la
Reserva
Punta
Pirámides
las “vedette”
dentro
de la
fauna
son los
lobos
marinos
de un
pelo (Otaria
flavescens).
Este pinnípedo
se lo
encuentra
sólo
en América
del Sur
y algunas
islas
próximas
como Juan
Fernández
y Las
Galápagos.
En general,
el límite
norte
sobre
la costa
Atlántica
es en
la latitud
donde
se encuentra
Río
de Janeiro
y sobre
el Pacífico
llega
al norte
del Perú.
Es un
lobo marino
de gran
porte
en el
caso de
los machos
que puede
medir
hasta
3,5 metros
y la hembra
suele
ser significativamente
menor
y por
lo general
de color
bayo,
mientras
que el
macho
es pardo
amarillento
o pardo
rojizo,
viéndose
muy oscuros,
casi negros,
cuando
tienen
el pelo
mojado.
Algunas
características
peculiares
de su
anatomía
y fisiología
son poseer
un cuerpo
aerodinámico,
muy apto
para la
natación;
los miembros
anteriores
y posteriores
transformados;
el desarrollo
de una
gruesa
capa de
grasa
subcutánea
o de una
cobertura
pilosa
aislante
para conservar
el calor;
la invaginación
de los
órganos
sexuales;
gran capacidad
para concentrar
hemoglobina
en sangre
y de mioglobina
en los
músculos
para poder
permanecer
largo
tiempo
sin respirar
al efectuar
sus inmersiones.
Se reproducen
en tierra
o hielo
y los
machos
llegan
al área
de reproducción
antes
que las
hembras.
Estos
se aparean
con más
de una
hembra
y forman
un harén.
Las hembras
alcanzan
la madurez
sexual
antes
que los
machos
y poseen
un mecanismo
de implantación
demorada
del embrión,
que les
permite
concebir
las crías
a intervalos
anuales
regulares
para adaptar
las parisiones
a las
mejores
condiciones
climáticas.
En los
otáridos
la gestación
dura de
4 a 12
meses,
según
las especies,
alternado
períodos
de lactancia
con viajes
en busca
de alimento
al mar.
También
se pueden
observar
varias
especies
de aves
costeras
como los
gaviotines
–
F. Sternidae-
siendo
la especie
más
conspicua
el gaviotín
sudamericano
(Sterna
hirundinacea),
gaviotas
–F.
Laridae-
como gaviota
cocinera
(Larus
dominicanus),
la gaviota
gris (Leucophaeus
scoresbii
o género
Larus
para otros)
que se
caracterizan
por su
amplio
rango
alimenticio
- desde
piscívoras
a carroñeras-
y por
hacer
comunidades
mixtas
con otras
especies
de gaviotas
e incluso
aves de
otras
familias.
El ostrero
común
(Haematopus
palliatus
o H .
ostralegus,
anteriormente),
que forma
parte
de la
familia
Haematopodidae,
también
tiene
colonias
en la
zona lo
mismo
que la
garza
blanca
(Egretta
alba).
Hay colonias
del cormorán
de cuello
negro
(Phalacrocórax
magellanicus),
de gaviotín
de cola
larga
(Sterna
hirundinacea),
de la
paloma
antártica
(Chionis
alba)
y alguna
otras
especies
que no
son de
presencia
permanente.
Es de
destacar
que en
la Reserva
Punta
Pirámide
suelen
observarse
ejemplares
de ballena
franca
austral(
Bubalaena
australis)
que es
motivo
de gran
atracción
por parte
del público.
Alternativas
turísticas
La Reserva
Punta
Pirámides
atrae
mucho
público
–
estimado
en unas
40.000
personas
al año-
que se
congregan
para observar
desde
un sitio
especial
la gran
colonia
de lobos
marinos
de un
pelo (calculada
entre
15.000
y 20.000
ejemplares),
las aves
marinas
cuyas
especies
colonizan
en el
lugar
y la ballena
franca
austral.
La observación
del entorno
donde
se pueden
ver con
cierta
frecuencia
manadas
de guanacos
(Lama
guanicoe)
y choiques
o ñandú
petiso
(Pteronecmia
pannata)
y muchas
especies
más,
más
difíciles
de observar
que los
citadas
precedentemente.
El lugar
permite
obtener
excelentes
fotografías
y filmaciones
y el espectáculo
no es
sólo
visual
sino también
sonoro
por el
permanente
sonido
que imiten
los lobos
marinos
y las
aves costeras.Una
geografía
privilegiada,
conformada
por montañas,
bosques
andinos,
lagos,
playas,
costas
acantiladas
y una
gran península
muy peculiar,
hacen
de Chubut
una provincia
sumamente
atractiva
que se
enriquece
aún
más
con una
historia
apasionante,
como lo
fue la
colonización
galesa
y los
restos
paleontológicos
y arqueológicos,
constituidos
como importantes
atractivos
turísticos.
Dos hermosos
Parques
Nacionales
amparan
un sector
relictual
de los
bosques
andinopatagónicos
y sus
majestuosos
lagos;
ubicado
en el
extremo
noroeste
está
Lago Puelo
y un poco
más
al sur
Los Alerces
con paisajes
de ensueño
y muchas
posibilidades
de recorrerlos
en excursiones
lacustres,
por caminos
vehiculares,
a caballo
y simplemente
caminado
por numerosas
sendas
habilitadas
para tal
fin. Ambas
áreas
protegidas
cuentan
con infraestructura
necesaria
como para
satisfacer
al turista
más
exigente.
La practica
de la
pesca
con mosca
de trucha
arco iris
y el salmón
está
permitida
y en andinismo
también
es una
posibilidad,
aunque
más
restringida.
Y en el
Parque
Nacional
Lago Puelo,
gracias
a que
posee
un microclima
cuyas
máximas
de verano
pueden
llegar
a 35°C
–
registrando
el agua
el agua
con esa
temperatura
externa
unos 20°
C –
se puede
bañar
en sus
aguas
en el
sector
que justamente
llaman
“La
Playita”.
La localidad
más
importante
próxima
al Parque
Puelo
es El
Bolsón
-16 km-
y Esquel,
a 35 km,
lo es
al Parque
Los Alerces.
Rawson,
la capital
provincial,
ofrece
algunos
puntos
de interés
como el
Museo
Regional
Bon Bosco
y Sarmiento,
que restos
paleontológicos,
elementos
de la
conquista
del desierto
y el Parque
Recreativo
General
San Martín,
sobre
el río
Chubut,
posee
un jardín
zoológico,
acuario,
una casa
de té
típica
de la
zona o
otras
atracciones.
La ciudad
de Trelew
es otra
importante
urbe de
la Provincia
de Chubut
como,
mucho
más
al sur,
lo es
Comodoro
Rivadavia,
con características
de ciudad
grande.
La práctica
de las
pesca
deportiva
en la
costa
marítima
es una
posibilidad
que se
puede
concretar
en gran
parte
del territorio
provincial.
En cuanto
a Reservas
Naturales
se refiere,
los chubutenses
supieron
aprovechar
muy bien
este recurso,
creando
varias
áreas
provinciales
donde,
generalmente,
existen
apostaderos
de lobos
marinos,
elefantes
marinos,
pingüineras
con varios
miles
de ejemplares,
la Isla
de los
Pájaros
es una
de las
más
importantes
donde
además
de colonias
de pingüinos
de Magallanes
tienen
asentamiento
varis
especies
más
como cormoranes,
gaviotas,
garzas
brujas
y algunas
especies
de patos.
Y Puerto
Madryn,
ubicada
en la
costa
del Golfo
Nuevo,
formado
por la
parte
sur de
la Península
de Valdés,
ya famosa
por la
proximidad
al lugar
donde
se produce
el avistaje
de la
ballena
franca
austral,
fenómeno
que congrega
cientos
de miles
de turistas
todos
los años
en la
época
propicia,
entre
mayo y
octubre
aproximadamente,
en que
estos
cetáceos
pueden
verse
a corta
distancia
con las
embarcaciones
autorizadas
para tal
fin.
Puerto
Madryn
y Pueto
Pirámides
son dos
lugares
donde
se puede
practicar
buceo
por las
óptimas
condiciones
de las
aguas
del Golfo
Nuevo,
contando
con prestadores
de ese
servicio
con experiencia
y seriedad,
máxime
cuando
se trata
del tan
ansiado
“bautismo
submarino”.
El rafting
es otra
actividad
que puede
desarrollarse
en los
rápidos
del río
Corcovado,
cuyo nivel
de dificultad
tiene
categoría
internacional
3, con
la que
puede
iniciarse
sin inconvenientes
un novato.
Los prestadores
de este
servicio
proveen
de todos
los elementos
necesarios
para la
este deporte,
incluyendo
la vestimenta.
La temporada
de rafting
comienza
en noviembre,
cuando
el río
aumenta
su caudal
por los
deshielos,
y finaliza
en marzo.
El esquí
tiene
su lugar
predilecto
en el
Centro
de Actividades
de Montaña
La Hoya,
un complejo
invernal
ubicado
muy cerca
de la
ciudad
de Esquel.
La infraestructura
moderna
con que
cuenta
este centro
de esquí
lo convierte
en uno
de los
mejores
de Argentina.
Una de
las curiosidades
que provoca
más
interés
en los
visitantes
es el
famoso
tren “La
Trochita”,
llamado
así
por sus
escasos
75 centímetros
entre
ambas
vías
y que
se considera
el único
en el
mundo
de estas
características
que aún
funciona;
hoy con
fines
turísticos
exclusivamente.
Parte
de Esquel
y termina
el recorrido
en la
localidad
de El
Maitén,
aunque
se puede
optar
por recorridos
más
breves.
Dentro
de estás
extensas
costas
se encuentran
otras
áreas
protegidas
para diferentes
especies
de mamíferos
o aves
marinos.
Los lugares
más
destacados
donde
puede
observarse
fauna
con suficiente
cercanía
y, provistos
de un
buen teleobjetivo,
también
llevarnos
el recuerdo
a través
de una
buena
fotografía
son :
Punta
Pirámides
con una
gran lobería,
Caleta
Valdés
que concentra
una población
de elefantes
marinos
y la posibilidad
de ver
alguna
orca,
Punta
Norte
–
a 90 kilómetros
de Puerto
Pirámides-
es un
lugar
donde
se concentran
lobos
y elefantes
marinos.
En la
parte
central
de la
península
también
pueden
observarse
variada
fauna
como guanacos,
choiques,
zorros
y maras
por sólo
nombrar
los más
comunes.
Otra área
protegida
interesante
es ell
Bosque
Petrificado
Sarmiento
(antes
llamado
José
Ormachea)
que presenta
esta rareza
tan particular
como lo
es ver
verdaderos
árboles
que se
transformaron
en piedras
tras el
transcurso
de millones
de años.
Es decir,
algo que
parece
casi inverosímil,
que los
leemos
en los
libros
de geología
pero no
parece
realidad
hasta
que estamos
ahí
y vemos
que nuestra
vista
no nos
engaña.
Es una
cuestión
de sensibilidad
el dejar
que nuestra
mente
perciba
que lo
que está
ante nuestra
vista
es producto
de una
gran cantidad
de factores
químicos,
físicos,
climáticos
y otros,
que pacientemente,
durante
larguísimos
períodos
de tiempo,
han producido
esa transformación;
tan lejana
que cuesta
a nuestra
mente
imaginarla.
Como puede
deducirse
de este
brevísimo
recorrido
por los
principales
atractivos
de la
Provincia
del Chubut,
es un
lugar
que bien
merece
ser visitado,
pudiendo
ver cosas
que son
únicas
en el
mundo
como los
apostadores
de elefantes
marinos.
Recursos
culturales
Tal vez,
el principal
recurso
cultural
de una
región
lo constituya
la historia
del asentamiento
humano
en la
misma.
Se ha
escrito
mucha
bibliografía
sobre
los primitivos
habitantes
de la
patagonia,
de uno
y otro
lado de
los Andes,
por lo
que no
resulta
fácil
sintetizar
en pocas
líneas
todo ese
bagaje
cultural
de los
períodos
pre y
posthispánico.
Pero intentaremos
dejar
sentados
algunos
lineamientos
generales.
Las primeras
aldeas
en los
Andes
del sur
se instalaron
entre
los siglos
X y VI
antes
de Cristo
y su estilo
de vida
perduró
por más
de 2.000
años
(Albeck,
2000).
Respecto
a la denominación
de las
distintas
culturas
en necesario
esclarecer
sobre
los nombres
que se
daban
entre
sí
o los
que luego
le asignó
el conquistador
y los
sitios
que ocuparon.
Para ello
seguiremos
lo explicitado
en el
capítulo”
Los pueblos
originarios”
de la
obra El
gran libro
de la
Patagonia:
Pehuenches
: le les
llamó
a los
grupos
habitantes
de los
Andes
entre
los 37°
de Lat.
S y el
Lago Huechulafquen
y zonas
en Ñorquín
y Nahuel
Huapi.
Chiquillanes:
los habitantes
ubicados
al norte
de los
nombrados
en primer
término.
Puelches
o Guénaken:
eran los
asentados
entre
los ríos
Negro,
Limay
y Chubut
y la costa
atlántica.
Che-het:
fueron
los aborígenes
de la
costa
marina
del Salado
al Chubut,
formando
con los
anteriores
la nación
de lengua
pampa
conocidos
con Serranos.
Pampas
primitivos:
habitaban
al norte
del río
Negro
(divididos
en taluhet
y dihuihet)
Patagones,
Chóneka
o Tehulches,
ubicados
al sur
del río
Chubut.
Respecto
al período
más
remoto
de la
vida de
los habitantes
de estas
latitudes
lo que
se conoce
es gracias
al importante
aporte
del estadounidense
Junius
Bird que
recorrió
minuciosamente
la Patagonia
en su
extremo
austral.
Luego
sus estudios
fueron
enriquecidos
por el
trabajo
del matrimonio
francés
Laming-Emperaire,
muy coincidente
en sus
conclusiones
con el
anterior.
Bird realizó
un importante
hallazgo
en el
que había
conjuntamente
restos
de un
grupo
humano,
de megafauna
del Cuaternario,
entre
los que
cabe hacer
mención
de un
tipo de
caballo,
Junto
a estos
restos
había
utensilios
de piedra
y de hueso.
A grandes
rasgos,
se puede
decir
que la
economía
de estos
grupos
era esencialmente
cazadora,
y su tecnología,
por lo
tanto,
adaptada
a este
tipo de
vida y
debieron
llevar
un tipo
de vida
nomádico
(Rex Gonzáles,
1993).
Sólo
unos pocos
siglos
antes
de la
conquista
debió
introducirse
la alfarería,
pero aún
así,
es un
elemento
que no
abunda
demasiado(Rex
González,
1993).
En cuanto
a los
chóneca
que ocuparon
desde
el río
Chubut
hasta
la Provincia
de Tierra
del Fuego,
donde
se vincularon
con los
onas,.
Los patagones
o chónecas
formaban
una infinidad
de tribus
nómades,
independientes
unas de
otras,
pero que
constituín
grupos
geográficos
quizás
con desigaciones
especiales.
Hay una
enorme
dificultad
en rehacer
el contenido
cultural
de los
chónecas
(Serrano,2000).
Los testimonios
dejados
por Pigafetta,
tienen
un interés
particular,
por ser
las primeras
crónicas
y porque
los chónecas
aún
no habían
sufrido
influencia
de los
puelches
o guénaken
que habitaban
del río
Chubut
hacia
el norte.
Respecto
de las
viviendas,
dice el
nombrado
cronista,
que consistían
en un
gran toldo
formado
por cueros
de guanaco
cosidos
entre
sí
y colocados
sobre
una serie
de palos
verticales.
Su vestido
era un
manto
rectangular
formado
por pieles
de guanacos
y otros
animales,
presumiblemente
zorros
y maras.
Su estatura
era, muy
probablemente,
la mayor
del resto
de los
aborígenes
del territorio
argentino,
pero no
obstante
ha habido
exageración
en las
apreciaciones
en este
sentido
por parte
de los
conquistadores.
Se sabe
que utilizaban
la boleadora,
aunque
este elemento
lo habrían
heredado
de las
tribus
ubicadas
al norte.
La lengua
de los
patagones
o chónecas
tendría
tres dialectos
y se conocen
muchas
pinturas
rupestres
en el
territorio
por donde
se desplazaban
(Serrano,
2000).
Respecto
a los
guénaken
o puelches,
que como
ya se
señaló,
ocupaban
la parte
septentrional
de la
patagonia
tenían
una economía
basada
esencialmente
en la
caza como
las de
las otras
culturas
que habitaron
la región.
La vivienda
es el
toldo,
tan generalizado
entre
las tribus
pampas,
siendo
diferentes
en su
formato,
dado que
algunos
eran cuadrangulares,
cupuliniformes
o piramidales.
Según
testomonios
de Sánchez
Labrador
en el
siglo
XVIII
ya se
veía
el uso
de cuero
de caballo
en las
tolderías.
Testimonios
de distinta
épocas
coinciden
en que
se pintaban
el cuerpo
y la cara
y que
a semejanza
de los
patagones
su vestimenta
estaba
compuesta
por una
manta
cuadrangular
hecha
con cuero
de guanaco.
Algunas
referencias
históricas
dicen
que las
tribus
del actual
territorio
Río
Negro
conocían
la alfarería.
Tomaron
de los
araucanos
la costumbre
de fumar
y hacían
una bebida
fermentada,
pero supuestamente
no conocían
sustancias
narcotizantes.
Araucanización
Los araucanos
–
llamados
a si mismos
mapuches-
son el
último
asentamiento
indígena
que se
produce
en territorio
argentino.
Provenientes
de Chile,
su inmigración
ha sido
relativamente
reciente
y ha ocasionado
grandes
cambios
culturales
en los
pueblos
que habitaban
las llanuras
pampeanas,
partes
de las
patagónicas
( noroeste)
y también
un amplio
sector
ocupado
por los
Andes,
teniendo,
aproximadamente,
como límite
sur el
norte
de la
actual
provincia
de Santa
Cruz.
Al pasar
al este
de los
andes
los araucanos
abandonaron
el hábito
del cultivo
y se dedicaron
a la caza,
la recolección
y a la
rapiña
(Canals
Frau,
1986).
Sus armas
fueron
las boleadoras,
un especie
de honda
y lanzas
muy largas.
La alfarería
estaba
poco desarrollada
y las
mujeres
practicaban
el tejido.
La lengua
fue la
misma
que se
utilizaba
al oste
de la
cordillera
y es muy
empleada
en la
toponimia
de Argentina
como de
Chile.
La zona
donde
está
la Reserva
Punta
Pirámide
tiene
su propia
historia
una vez
instalado
el hombre
blanco.
Esta,
está
muy vinculada
con la
explotación
indiscriminada
que durante
décadas
se realizó
sobre
la poblaciones
de lobos
marinos
y otros
pinnípedos,
en las
que sin
control
alguno
se faenaban
decenas
de miles
de ejemplares
hasta
no hace
mucho
tiempo
atrás.
En 1898
don Félix
de Olazábal
inició
la colonización
de la
Península
de Valdés
con la
cría
de ovinos.
Luego
se radicó
la Empresa
Salinera
(de Piaggio
y Ferro),
instalando
el Puerto
Pirámides
como lugar
de embarque
de sus
productos.
Unos 20
años
más
tarde,
la empresa
salinera
dejó
de funcionar
por no
poder
competir
con sus
precios
y nuevamente
se instalaron
establecimientos
de cría
de ovinos.
Más
tarde
el crecimiento
de Puerto
Madryn
fue opacando
al de
Puerto
Pirámides.
A mediados
de la
década
de 1960
hasta
a la fecha,
la actividad
turística
se fue
poniendo
en marcha,
aumentando
gradualmente
su importancia
con el
transcurso
del tiempo.
Cómo
llegar
Tomando
como punto
de referencia
la ciudad
de Rawson
se indican
a continuación
los itinerarios
para llegar
a la capital
chubutense.
Desde
las ciudades
ubicadas
más
al sur
sobre
la costa
atlántica
o próximas
a ella
la RN
N°
3 es la
más
adecuada
para acercarse
al lugar
propuesto.
La RN
N°
25 une
el sector
noroeste
de Chubut
–
Esquel,
El Maitén,
Leleque,
Tecka,
José
de San
Martín,
entre
otras-
con la
ciudad
capital.
Desde
todas
las provincias
litoraleñas
deberán
aproximarse
primero
a la Ciudad
Autónoma
de Buenos
Aires
y desde
ésta
parte
le mencionada
RN N°3,
que nos
lleva
al destino
luego
de recorrer
1.490
km.
Desde
la ciudad
de San
Juan habrá
que pasar
previamente
por la
capital
mendozina
a la que
la comunica
la RN
N°
40. De
Mendoza
hay que
tomar
la RN
N°
143 hasta
su intersección,
ya en
territorio
pampeano,
con la
RP N°
13 hasta
Bahía
Blanca
y luego
seguir
por la
RN N°3,
que se
ha dicho
es camino
obligado
para buena
parte
de los
que provengan
del este
de Argentina.
Desde
las ciudades
de San
Luis,
Córdoba,
La Rioja,
Santiago
del Estero
y otras
localidades
próximas
a las
mismas,
deberán
pasar
previamente
por Santa
Rosa,
la capital
de La
Pampa,
y dirigirse
hacia
el sur
por la
RN N°35
hasta
la ciudad
de Bahía
Blanca
desde
donde
ya se
indicó
como arribar
a Rawson.
Desde
la ciudad
de Rawson
se llega
a la Reserva
Puerto
Pirámides
tomando
la RN
N°
3 ( o
la provincial
N°1
) hacia
el norte
hasta
Puerto
Madryn
. Desde
esta ciudad
se circula
por la
ruta provincial
N°
2, asfaltada
en su
primer
tramo,
que luego
de atravesar
el Istmo
Ameghino,
habrá
que dirigirse
hacia
el sur
y los
carteles
indican
la proximidad
del área
protegida.
Problemas
de conservación
A semejanza
de lo
que ocurre
en otras
áreas
protegidas
del sector,
la aproximación
desmedida
de las
embarcaciones
en un
momento
fue un
serio
problema
para el
Área
dado el
perjuicio
que ocasiona
a las
poblaciones
de lobos
marinos.
No todas
las especies
responden
igual,
pero hay
algunas
que son
muy sensibles
a este
tipo de
intromisiones.
En la
actualidad
esto ha
mejorado,
pero siempre
hay que
estar
muy alerta
porque
es permanente
la posibilidad
que las
embarcaciones
se aproximen
más
de los
debido.
La Reserva
, por
su proximidad
con la
ciudad
de Puerto
Pirámides
y Puerto
Madryn,
recibe
una carga
turística
que supera
la capacidad
receptiva.
Por parte
del mar,
como ya
se señaló
para otras
áreas,
se recibe
un impacto
ambiental
negativo
por la
permanente
la actividad
de embarcaciones.
También
las aguas
están
sufriendo
contaminación
por desagües,
sobre
el Golfo
Nuevo,
de las
nombradas
localidades
y por
la planta
de la
empresa
Aluar,
productora
de aluminio,
que genera
residuos
sólidos.
Como también
se comentó
en el
desarrollo
de otras
áreas
ubicadas
en la
Península
de Valdés,
Punta
Pirámides
tiene
el permanente
riesgo
de la
actividad
petrolera
cuyos
barcos
descargan
sus centinas
al mar
sin buscar
una forma
alternativa
que no
perjudique
la pureza
de las
aguas.
El control,
por parte
de los
guardafaunas,
debe ser
constante
y el máximo
posible
por la
fragilidad
de la
Reserva.
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