EDICION
PROVISORIA
- EN PROCESO
DE DIAGRAMACION
Categoría
A la unidad
de conservación
analizada
se le
asignó
la categoría
de reserva
natural
turística.
Ubicación
La Reserva
Natural
Turística
Caleta
Valdés
está
situada
en el
noreste
de la
Península
de Valdés
–
Provincia
del Chubut
–
en las
coordenadas
geográficas
de los
42°
46’
de Lat.
S. y 63°
38’
de Long.
O. Los
límites
del área,
según
la Ley
de creación
son :
“
de la
marea
alta media
de su
borde
interno
oeste,
salvo
lo involucrado
por las
instalaciones
de esquila
de la
Estancia
Valdés
Creek,
que se
exceptúan
con máximo
de quinientos
(500)
metros
lineales
de litoral.
Se exceptúan
las tierras
propiedad
del Estado
Nacional
Argentino
(Armada
Argentina)
ubicadas
en el
faro de
Punta
Delgada
con una
superficie
de 550
hectáreas
del lote
N°
96; los
lotes
Nos. 21,22
y 23 (Punta
Buenos
Aires)
con una
superficie
de 395
ha., y
la fracción
del lote
41 (Ruinas
Históricas
del Fuerte
San José)
con una
superficie
aproximada
de 4 ha.
Dista
a unos
75 kilómetros
de la
localidad
de Puerto
Pirámide.
Superficie
El área
natural
protegida
que se
analiza
cuenta
con 10.000
hectáreas.
Fecha
e instrumento
legal
de creación
El 11
de marzo
de 1983
se sanciona
la Ley
N°
2.161
que pone
en funcionamiento
el Sistema
Provincial
de Conservación
del Patrimonio
Turístico
y crea
e incorpora
varias
áreas
al mencionado
Sistema
entre
la que
cuenta
Caleta
Valdés.
Relieve
Una formación
muy particular
que presenta
la Península
de Valdés
en su
borde
externo
(este)
es la
Caleta
Valdés.
Esta consiste
en una
larga
lonja
de tierra
que se
extiende
en sentido
norte-sur
y está
unida
al continente
en su
extremo
norte.
Posee
unos 30
kilómetros
de largo
y un ancho
variable
que va
desde
un centenar
de metros
hasta
los 2000
en la
parte
más
ancha
(norte).
Por otra
parte
está
la cala,
o sea
la intrusión
marina
que se
produjo
entre
el continente
y la porción
de tierra
paralela
a la costa,
que tiene
un ancho
menor
que oscila
entre
los 100
y 300
metros,
medida
que varía
también
de acuerdo
a las
mareas.
En la
parte
norte,
esta espiga
de tierra,
presenta
lagunas
temporarias
que, con
el agua
de lluvia
que reciben,
ofrecen
ese vital
elemento
a la fauna
terrestre
que deambula
en esta
zona.
También
hay pequeñas
islas
donde
todos
los indicios
hacen
suponer
que nunca
hubo ganado
ovino
ni de
otro tipo,
situación
que no
se da
en otro
lugar
de la
Península
Valdés.
Desde
una mirada
geológica
se puede
decir
que el
territorio
chubutense
esta asentado
sobre
el cratógeno
de Patagonia,
que aflora
en algunos
lugares,
y que
fue modelado
por una
serie
de fenómenos
geológicos
de complicada
trama.
Hubo movimientos
epirogénicos
de ascenso
y descenso
con posteriores
avances
y regresiones
marinas
que dejaron
abundante
sedimentación
alternada
con estratos
continentales.
Junto
con la
actividad
volcánica,
a fines
de la
era Secundaria,
se levantó
el plegamiento
de los
Patagónides,
formado
en un
geosinclinal
al oeste
de la
Provincia,
que sería
precursor
del movimiento
más
importante
de la
región:
el plegamiento
andino
del Terciario
que no
sucedió
de la
misma
forma
en toda
la cordillera.
En la
parte
correspondiente
a la provincia
del Chubut-
y más
allá
de ese
límite-
se produjeron
fracturas,
elevaciones
y descensos
diferenciados,
dislocamientos,
hundimientos
en cuyas
depresiones,
más
tarde,
se formaron
grandes
masas
de hielo
durante
la glaciación
pleistocénica
que ocupó
gran parte
de la
cordillera
y que
al retirarse
dejó
formados
grandes
lagos.
Estos
procesos
dejaron
configurado
un relieve
típicamente
patagónico:
mesetas
y sierras,
alternadas
con bajos
y cuencas
lacustres
a lo que
habría
que agregar
las escotaduras
de bordes
redondeados
que forman
los golfos
del litoral
atlántico
(Bernades,A.,1982).
A los
fenómenos
tectónicos
se sumaron
como elementos
modeladores
los que
ocasionó
la acción
fluvial-
valles
y cañadones-
y eólica
al formar
lo que
se denomina
lagunas
de deflación.
Luego,
sobre
este relieve,
durante
el Terciario,
se extendieron
coladas
de basalto
continuando
el proceso
de avance
y retroceso
marino.
Trataremos
someramente
las grandes
unidades
morfológicas
que dejó
plasmado
en el
relieve
esta serie
de complejos
procesos
geológicos.
En primer
término
corresponde
mencionar
la Cordillera
de los
Andes
que no
forma
una línea
continua,
sino que
incluye
cordones
trasversales
y sierras
bajas.
Estos
cordones
se hallan
separados
por valles
trasversales
que tiene
orientación
este-oeste
donde
se formaron
lagos
glaciarios
y valles
fluviales.
Los cerros
de esta
parte
de la
cordillera
son, en
compasión,
de escasa
altura,
con cumbres
de aristas
y con
nieve
a partir
de los
2.000
metros
sobre
el nivel
del mar.
Los cerros
más
altos
de la
Provincia
del Chubut
son el
Dos Picos
con 2515
m.s.n.m.(el
más
alto),
el Co.
Mineral
con 2014,
el Steffen
con 2108,
el Barros
Arana
con 2289,
el Alto
Nevado
con 2255
y muchísimos
más
cuyas
alturas
oscilan
entre
los 1000
y 2000
metros.
Otra formación
destacable
del relieve
son las
elevaciones
correspondientes
al sistema
Patagónides,
cuya característica
más
destacable
es la
escasa
altura
de los
cerros
que promedian
los 300
metros
sobre
el nivel
del mar.
Se desarrollan
de norte
a sur
y están
separados
de los
Andes
por lo
valles
de los
ríos
Senguer,
Genoa,
Langiñeo
y los
ríos
Chico-Chubut
y aparecen
algunas
elevaciones
en las
mesetas.
Estas
últimas
constituyen
otro elemento
destacable
del relieve
y van
formando
“peldaños”
que ascienden
de este
a oeste
y algunas
tiene
amplias
superficies
planas
–
llamadas
pampas
–
, mientras
que otras
poseen
pequeños
cerros
o lomas.
Por último
vemos
valles
o los
bajos
descienden
los cañadones,
valles
generalmente
secos
que corresponden
a afluentes
temporarios
o a ríos
hoy desaparecidos
(Bernades,
A., 1982).
Los bajos
están
formados
por lagunas,
mayormente
temporarias,
siendo
el Sarmiento
el de
mayor
tamaño
y en él
se formaron
dos grandes
lagos
como lo
son el
Musters
y el Colhué
Huapí.
Las vertientes
de los
principales
ríos
vierten
hacia
el Atlántico
donde
termina
una costa
abrupta
que forma
acantilados
de más
de 150
metros
de altura,
alternándose
con sectores
de playa.
Hidrografía
En la
zona de
la Reserva
Natural
Turística
Caleta
Valdés
es oportuno
señalar
algunas
características
del océano
Atlántico.
Las amplitudes
de mareas
presentan
grandes
oscilaciones
tendiendo
a ser
mayores
hacia
el sur,
en la
Provincia
de Santa
Cruz.
En la
zona de
Puerto
Madryn
por ejemplo,
en momento
de sicigia,
la amplitud
llega
a unos
6 metros
aproximadamente
y la salinidad
al 34%.
La zona
de contacto
entre
el mar
y el continente
se prolonga
por debajo
del nivel
de las
aguas
a los
largo
de una
zona más
o menos
extensa
cuyas
características
están
vinculadas
con el
relieve
sobre
el nivel
marino.
Esta zona,
cuya profundidad
se acerca
a los
200 metros,
es lo
que se
conoce
como plataforma
continental.
La morfología
litoral
y submarina
tiene
un rol
muy importante
en la
determinación
de los
ambientes
marinos,
ya que
ello influye
en la
temperatura,
salinidad
y turbidez
de las
aguas
y en su
cantidad
de nutrientes
que permiten
el desarrollo
de la
vida.
La zona
litoral,
es decir
la que
ocupa
el espacio
donde
transcurre
la bajamar
y la pleamar,
es adecuada
para aquellas
formas
de vida
adaptadas
a vivir
temporariamente
en forma
subacuática.
Por debajo
del nivel
de la
bajamar
se observan
dos zonas
características:
el nerítico(la
parte
que ocupa
la plataforma
continental
) y el
oceánico
que juntos
forman
la zona
pelágica,
en cuya
superficie
o debajo
de esta
tiene
lugar
el proceso
de la
fotosíntesis.
Mas allá
de esta
zona ya
comienza
el sector
afótico,
es decir,
donde
no llega
la luz.
El sistema
de los
cursos
de agua
es consecuencia
directa
del relieve,
por lo
que la
red hidrográfica
y lacustre
de la
Provincia
del Chubut
se desarrolla
con mayor
importancia
en los
valles
intermontanos
que forjó
la historia
geológica
del lugar.
Desde
la cordillera
bajan
cursos
de agua
que sólo
reciben
tributarios
en su
tramo
superior
y muchos
finalizan
su desarrollo
en las
zonas
áridas
de la
meseta
patagónica.
En esta
parte
de los
Andes
se da
la paradoja
de que
muchos
ríos
que nacen
al este
de la
misma,
desembocan
en el
Pacífico,
circunstancia
que dificulta
la aplicación
del “divortium
acquarum
“
para la
fijación
del límite
con Chile.
En este
sector
cordillerano
encontramos
una serie
de lagos
que de
norte
a sur,
los más
importante
son: Puelo,
Epuyén,
Cholila,
Lezama,
Rivadavia,
Menéndez,
Futalaufquen,
Situación,
Laguna
Rosario,
Gral.
Vintter
y La Plata,
entre
muchos
otros
de tamaño
pequeño
en relación
a los
nombrados.
El Futaleufú
es uno
de los
ríos
de mayor
caudal
de la
región
con unos
300 m3.
por segundo.
El sistema
del Carrenleufú,
que nace
en el
Lago Vintter,
corre
de sur
a norte
y luego
de recorrer
territorio
argentino
va a morir
al Pacífico.
Sus avances
hacia
el este
llegan
a zonas
áridas
y se pone
en contacto
con algunos
tributarios
del Atlántico.
Esta cuenca
está
integrada
principalmente
por el
río
Chubut
y sus
tributario
el Senguer,
que nace
en los
Lagos
La Plata
–Fontana,
y el Chico,
que lo
hace del
Lago Colhué
Huapi.
Todos
los ríos
de la
Provincia
tienen
sus caudales
sujetos
al régimen
de lluvias
invernales
y del
deshielo
en primavera.
Chubut
cuenta
con dos
represas:
el embalse
sobre
el río
Futaleufú,
que forma
el espejo
de agua
denominado
Amutui
Quimei
y sobre
el río
Chico-Chubut
que forma
el embalse
Florentino
Ameghino.
Clima
La provincia
del Chubut
presenta
dos sectores
climáticos
bien diferenciados
y un tercero
no tan
distinto
al de
la zona
oriental.
Por un
lado tiene
un clima
húmedo
y frío
al oeste
de los
picos
más
elevados
de la
cordillera
y hacia
el oriente
de los
mismos
el clima
es árido
y con
temperaturas
más
elevadas.
El sector
mencionado
en primer
término
está
muy influenciado
por el
Anticiclón
del Pacífico,
que provoca
el choque
de sus
fuertes
vientos
contra
las mayores
elevaciones
que al
ascender
inducen
la formación
de abundantes
precipitaciones
y nevadas,
con registros
que oscilan
entre
los 700
y 2000
mm anuales.
Esto hace
que encontremos
zonas
con bosques
bastante
abundantes
en especies
vegetales
que contrastan
notoriamente
con la
superficie
del resto
de la
Provincia.
Dada la
alta humedad
ambiente
del sector
occidental
las amplitudes
térmicas
son poco
marcadas
y al ascender,
lógicamente,
el frío
aumenta
y hace
que haya
picos
con nieves
eternas.
El panorama
en la
región
extraandina
presenta
una vegetación
esteparia
con precipitaciones
que rondan
los 200
mm anuales
y las
temperaturas
oscilan
entre
medias
anuales
inferiores
a los
8°C
y superiores
a los
10°C
en la
zonas
más
bajas
y próximas
al mar,
que pueden
definir
al clima
como templado
y con
grandes
amplitudes
térmicas
diarias.
El viento
predominante
es el
del oeste-
que permanece
en forma
constante-
y la proximidad
marítima
no llega
a modelar
demasiado
el clima
debido
a la altura
de sus
costas
con acantilados
que sobrepasan
los 150
metros.
Un tercer
tipo de
clima
de Chubut
afecta
el ángulo
noreste
de la
provincia
y la Península
Valdés,
con veranos
cálidos
y breves
e inviernos
fríos
. Podría
definírselo
como de
transición
entre
los climas
templados
del centro
del país,
con mayores
precipitaciones
en los
meses
cálidos,
y los
climas
fríos
y con
lluvias
invernales,
típicos
de la
patagonia
. Esta
tercera
categorización
climática
afecta
a la Reserva
Natural
Caleta
Valdés.
Flora
Según
la clasificación
propuesta
por Burkart,
et al.(1999)
elaborada
para el
Programa
de Desarrollo
Institucional
Ambiental,
coordinado
por la
Secretaría
de Recursos
Naturales
de la
Nación
y la Administración
de Parques
Nacionales,
en la
provincia
del Chubut
se sitúan
tres biorregiones
bastante
bien diferenciadas.
Una angosta
franja
al este
que corre
de norte
a sur
ocupa
la biorregión
de los
bosques
patagónicos;
luego
un espacio
semejante
a un rectángulo,
que ocupa
menos
de un
cuarto
del territorio,
en el
extremo
noreste,
corresponde
a la biorregión
del monte
de llanuras
y mesetas
y el resto
de la
Provincia-
un alto
porcentaje
de su
territorio-
se incluye
en la
biorregión
estepa
patagónica.
La primera
de las
regiones
mencionadas
está
compuesta
por bosques
densos
pero con
poca variedad
de especies,
las que
varían
según
las regiones.
En el
norte
crecen
bosques
de pehuén
o araucaria
(Araucaria
araucana)
que puede
superar
los 40
m de altura
y se sitúan
entre
los 900
y los
1.800
m.s.n.m.
El maitén(
Maytenus
boaria)
y el ciprés
de la
cordillera
( Austrocedrus
chilencis)
ocupan
zonas
más
secas
del norte
y crecen
en la
transición
con la
estepa
patagónica.
En el
parte
más
oriental
de la
cordillera
se desarrollan
los bosques
de cipreses
y de otros
árboles
caducifolios,
y la lenga
(Nothofagus
pumilio)
y el ñire
(Nothofagus
antarctica)
son conspicuos.
Donde
el clima
es más
húmedo
hace su
aparición
el coihue
(Nothofagus
dombeyi).
En los
lugares
con mucha
humedad
crece
el alerce
(Fitzroya
cupressoides)
y en muchos
lugares
estos
árboles
están
acompañados
por gran
cantidad
de arbustos,
enredaderas,
líquenes
y musgos
que le
otorgan
en verdadero
aspecto
selvático.
La zona
que ocupa
la biorregión
estepa
patagónica,
está
compuesta
por vegetación
que posee
adaptaciones
para sobrevivir
con fuertes
vientos
y escasez
de agua.
Estas
consisten
en ser
arbustos
bajos,
en el
crecimiento
en forma
de cojines,
hojas
pequeñas
y, en
general,
estructuras
que hacen
más
soportable
el intenso
viento
que azota
a toda
la patagonia
en general.
Así
vemos
al neneo
(Mulinum
spinosus),arbusto
común
es la
estepa,
con hojas
muy pequeñas,
lo mismo
que el
coirón
(Stipa
sp. o
Festuca
sp.),
nombre
que se
le da
a varias
especies
de gramíneas
que tienen
en común
la característica
de desarrollarse
en matas
bajas,
muy juntas
entre
sí,
mayormente
con hojas
enrolladas
y provistas
de puntas
agudas.
En la
Provincia
del Chubut
predomina
una vegetación
muy rala
y baja,
con grandes
superficies
de suelo
desnudo.
Las vegas
o mallines,
esas depresiones
que conservan
siempre
un poco
de agua,
se ven
siempre
verdes
con hierbas
de distintas
especies
denominadas
comúnmente
junquillos.
Decíamos
que una
superficie
de forma
de rectángulo
ubicada
en el
nordeste
de la
Provincia,
se clasificada
como ecorregión
del monte.
La vegetación
de esta
región
esta caracterizada
por la
presencia
de las
jarillas
de varias
especies
(Larrea
divaricata,
Larrea
ameghinoi,
Larrea
nitida)
como uno
de los
componentes
más
conspicuos
dentro
del estrato
arbustivo.
A estas
las suelen
acompañar
especies
como la
chilladora
(Chuquiraga
hystrix),
el quilembay
o quilimbay
(Chuquiraga
avellanedae),
el caballo
del diablo,
barba
de chivo
o manca
caballo,
entre
otros
nombre
que se
le asignan
(Prosopidastrum
globosum),el
yaollín
o yoahín
(Lycium
chilense),
el piquillín
(Condalia
microphylla),
la llamada
en algunos
lugares
monte
negro
(Bouganvillea
spinosa)
y el alpataco
(Prosopis
alpataco).
También
algunas
gramíneas
similares
a las
que aparecen
en la
zona esteparia
como los
denominados
coirones
.
En el
área
que ocupa
la Caleta
Valdés
si bien
la vegetación
no difiere
de la
señalada
para el
resto
de zona
esteparia
patagónica,
se puede
señalar
la presencia
de algunas
especies
conspicuas.
Predominan
el piquillín
(Lycium
chilensi)
y el molle
(Schinus
polygamus),
arbusto
portador
de grandes
y abundantes
espinas
con las
que evita
el ramoneo
de herbívoros
como podría
ser el
guanaco.
En el
estrato
herbáceo
son comunes
la flechilla
fina (Stipa
tenuis),
el coirónes
amargos
(Stipa
neaei,
Stipa
speciosa
y S. humilis),
el coirón
poa (Poa
ligularis),
el pasto
que en
algunos
lugares
llaman
peludilla
(Plantago
patagonica).
También
son comunes
el zampa
(Atriplex
sagittifolium),
el Ephedra
achreata,
el ardegras
(Chuquiraga
erinacea),
el jume
(Suaeda
divaricata)
que crece
más
cerca
del mar,
y algunos
cuyos
nombres
comunes
se desconocen
o son
muy variados
como Cyclopedis
genistoides
, entre
otras.
En la
caleta
se observan
grandes
espacios
libres
de vegetación-
puede
estimarse
en un
60%- y
la existente
adopta
el característico
desarrollo
en cojines
hemisféricos
que disminuyen
el efecto
adverso
del incesante
viento
y les
ayuda
a conservar
la humedad.
El quilembai
mismo
(Chuquiraga
avellanedae)
- la especie
más
común-
que puede
alcanzar
casi el
metro
de altura
también
se desarrolla
en matas
redondeadas.
Es importante
para la
conservación
la circunstancia
que el
extremo
de la
caleta
presente
indicios
de no
haber
sufrido
la presión
del ganado
ovino,
dado que
permitiría,
como casi
ningún
otro lugar
en la
Patagonia,
conocer
un relicto
de estepa
patagónica
prístina.
Fauna
Comenzando
con la
ictiofauna
marina,
esta es
muy numerosa
y rica
en especies
de valor
especial
por ser
utilizadas
como alimento
por el
hombre
o por
su condición
de presas
importantes
para el
pescador
deportivo.
En las
aguas
más
o menos
próximas
a las
costas
pueden
observarse
ejemplares
de mero
( Acanthistius
brasilianus),
el róbalo
(Eleginops
maclovinus),
la merluza
común
(Merluccius
hubssi),
el lenguado-
tres especies
reciben
este nombre-
Oncopterus
darwini,
Paralichthys
isósceles,
Paralichthys
patagonicus,
la liza
(Mugil
platamus),
el pejerrey
panzón
(Odontesthes
platensis),
el pez
palo (Percophis
brasiliensis),
anchoa
de banco
(Pomatomus
saltador),
el salmón
de mar
(Pseudopercis
semifasciata),
la caballa
(Scomber
japonicus),
el savorín
(Seriolella
porosa)
muy codiciado
por el
sabor
de su
carne,
el besugo
(Sparus
pagrus),
la brótola
(Urophycis
brasilensis)
y el tiburón
gatopardo
(Notorhynchus
cepedianus)
entre
muchísimas
especies
más.
La culebra
andina
(Tachymenis
peruviana),
la yarará
ñata
(Bothrops
ammodytoides)
y en la
zona de
la estepa
patagónica
los lagartos
y lagartijas
como el
geko patagónico
(Homonata
darwinii),
la lagartija
(Liolaemus
fitzingeri),
el matuasto
o chelko
(Diplolaemus
darwini),
son algunos
integrantes
de la
herpetofauna
de Chubut.
Entre
la batracofauna
se destaca
el sapo
andino
(Bufo
spinolosus),
la no
hace mucho
descubierta
por la
ciencia
rana gárgola
(Alsohdes
gárgola),
la ranita
de Darwin
(Rhinoderma
darwini),
la rana
verde
austral
(Hylorina
sylvatica),
el sapito
cuatro
ojos (Pleurodema
thaud),
el sapo
del bosque
(Bufo
variegatus).
La Provincia
del Chubut
posee
verdaderos
relictos
de fauna
vertebrada,
especialmente
en lo
que se
refiere
a la fauna
costera.
Numerosas
colonias
de lobos
marinos
de un
pelo (Otaria
flavescens),
del de
dos pelos
(Artocephalus
australis)
y la más
importante
del territorio
argentino
de elefantes
marinos
(Mirounga
leonina),
siendo
estas
especies
residentes
permanentes
de las
costas
chubutenses.
Hay otros
pinnípedos
cuya presencia
es ocasional
como ocurre
con el
leopardo
marino
(Hydrurga
leptonyx),
la foca
cangrejera
(Lobodon
carcinophagus),
la foca
de Weddel
(Leptonychotes
weddelli),
algunas
de estas
especies
tienen
distribución
cosmopolita
y otras
son de
regiones
más
meridionales,
Antártica
por ejemplo,
y circunstancialmente
puede
producirse
algún
avistaje
de las
mismas.
Del grupo
de las
ballenas
se destaca
significativamente
la presencia
en un
período
del año
- los
machos,
las hembras
lo hacen
cada tres-
de la
ballena
franca
austral
(Eubalaena
australis).
En el
año
1984 se
sanciona
la Ley
Nacional
N°
23.094
por la
cual se
declara
a la mencionada
especie
Monumento
Natural
Nacional,
con los
que se
garantiza
su protección
absoluta,
sólo
permitiéndose
visitas
explicativas
o la investigación
científica.
De la
misma
forma
que ocurría
con los
pinnípedos,
en las
ballenas
también
encontramos
especies
conspicuas
como la
ballena
franca
austral
y otras
que pueden
ocasionalmente
acercarse
a las
costas
chubutenses.
Ellas
son :
la ballena
Bryde
(Balaenoptera
edeni),
la ballena
minke
(Balaenoptera
acutorostrata),
la ballena
azul (Balaenoptera
musculus)
el mamífero
más
grande
entre
los sobrevivientes,
el rorcual
común
(Balaenoptera
physalus)
y la ballena
jorobada
(Magaptera
novaengliae),
estando
las tres
últimas
especies
nombradas
con estatus
de Vulnerables,
según
la UICN(1996).
La ballena
franca
pigmea
(Caparea
marginata)
es de
muy rara
aparición.
Dentro
de Orden
Cetacea
habría
un total
de 22
especies,
cuya probabilidad
de acercarse
a las
costas
patagónicas,
muchas
de ellas,
es remota
(orcas,
delfines,
toninas
zifios,
marsopas
y cachalotes).
Hay una
pequeña
población
de orcas
(Orcinus
orca)
que se
observa
desde
las costas
del sur
de la
provincia
de Buenos
Aires
hasta
el norte
de Chubut,
pero no
lo es
en forma
habitual.
La lista
de mamíferos
continúa
con especies
de hábitos
continentales,
entre
las que
son más
numerosos
los roedores.
Sólo
se hará
mención
de las
especies
más
conspicuas
o por
el contrario,
cuyas
poblaciones
son escasas
u ostentan
algún
grado
de amenaza
como ocurre
con la
comadrejita
patagónica
(Lestodelphis
halli),
el moloso
gris de
orejas
anchas
o común
(Tadarida
brasiliensis),
el zorrino
patagónico
(Conepatus
humboldtii),
la mara
(Dolichotis
patagonum)-Vulnerable-,
el guanaco
(Lama
guanicoe),
considerado
Potencialmente
vulnerable
(Canevari
y Balboa,
2003).
Otras
especies
que están
en le
territorio
chubutense
son el
gato del
pajonal
(Lynchailurus
pajeros)-
Vulnerable-,
el gato
montés
común
(Oncifelis
geoffroyi),
el puma
(Puma
concolor)
,el zorro
colorado
o zorro
patagónico
(Dusicyon
gymnocercus),
el zorro
gris (Dusicyon
gymnocercus)
y el hurón
menor
(Galictis
cuja).
Especies
más
típicas
de la
zona del
bosque
andino
son el
gato huiña
(Oncifelis
guigna),
el huillín
(Lontra
provocax)
cuyo estatus
nacional
lo considera
En peligro,
la rata-topo
valdiviana
(Geoxus
valdivianus),
el murciélago
patagónico
(Myotis
chiloensis),
el pudú
(Pudu
puda)
considerado
Vulnerable
en el
ámbito
nacional
y el huemul
(Hippocamelus
bisulcus),
con estatus
nacional
de Amenazado
y es otra
especie
declarada
Monumento
Natural
Nacional,
el monito
del monte
o kongoy
(Dromiciops
australis),
y algunas
especies
más
que habitan
algunas
en la
Selva
Valdiviana,
como la
denominan
en buena
parte
de su
extensión,
o en la
región
esteparia.
La aves
se constituyen
en el
segundo
atractivo,
detrás
de la
ballena
franca,
y especialmente
los pingüinos
de Magallanes
(Spheniscus
magellanicus)
con colonias
que son
muy numerosas.
Accidentalmente
pueden
arrimarse
a las
costas
marinas
de Chubut
el pingüino
rey (Aptenodytes
patagonicus),
el pingüino
de penacho
amarillo
(Eudytes
chrysocome)
y el pingüino
de pico
rojo (Pygoscelis
papua).
Las especies
que se
enuncian
a continuación
fueron
extraídas
del anexo
7, tabla
1, de
mencionado
Plan de
Manejo,
y sólo
se hará
mención
de algunas
que en
dicho
trabajo
figuran
como residentes
en la
región.
En esta
situación
se encuentran,
entre
otras,
el macá
grande
(Podiceps
mayor),
el macá
plateado
(Podiceps
occipitalis)
el cormorán
roquero
(Phalacrocorax
magellanicus),
el cormorán
imperial
(Phalacrocorax
atriceps),
once especies
de patos
son residentes
permanentes
como el
pato crestón
( Lophonetta
specularioides),
pato cuchara
(Anas
platelea),
pato zambullidor
chico
(Axyura
vittata).
De las
familias
Laridae
y Sternidae,
nidifican
en la
Provincia
la gaviota
cocinera
(Larus
dominicanus),
gaviota
capucho
de café
( Larus
maculipenis),
gaviotín
golondrina
grande
( Sterna
hirundinacea)
y el gaviotín
real (
Sterna
maxima).
Entre
las rapaces
se citan
como habituales
al águila
mora (Geranoatus
melanoleucus),
el gavilán
ceniciento
(Circus
cinereus),
el aguilucho
cabeza
negra
(Buteo
albicaudatus),
el halcón
peregrino
(Falco
peregrinus)
y entre
los chorlos
que, muchos
son migradores
desde
el hemisferio
norte,
encontramos
al chorlo
pampa
(Pluvialis
dominica),
chorlito
vuelve
piedras
(Arenaria
interpres),
chorlito
de doble
collar
(Charadrius
falklandicus),
el chorlo
trinador
(Numenius
phaeopus),
el chorlito
unicolor
(Calidris
bairdii),
el chorlito
enano
(Calidris
pusilla)
y el de
patas
amarillas
(Tringa
flavipes),
entre
varias
especies
más.
La presencia
de tantos
Charadriformes
en distintas
zonas
de Chubut,
con mayor
énfasis
en la
Península
de Valdés,
hace de
la misma
un sitio
excepcionalmente
valioso
desde
el punto
de vista
ornitológico
y para
la conservación
en general.
El orden
de los
Passeriformes
no es
menos
numeroso,
presentando,
como los
No Passeriformes,
especies
que son
típicas
de la
zona de
la Selva
Andinopatagónica,
de la
zona esteparia
y de las
costas
marítimas.
El carpintero
araucano
(Picoides
lignarius),
el carpinatero
patagónico
(Campephilus
magellanicus),
la remolinea
araucana
(Cinclodes
patagonicus),
el rayadito
(Aphrastura
spinicauda),
el chucao
(Scelorchilus
rubecula),
el siete
colores
patagónico
(Phrygilus
patagonicus),
el zorzal
patagónico
(Turdus
falccklandii),
la cachaña
(Enicoghnatus
ferrugineus)
son algunas
de las
muchas
especies
que habitan
la selva
surandina.
Saliendo
de este
ámbito
y entrando
en la
estepa
son conspicuos
el gaucho
pardo
(Agriornis
murina),
el choique
o ñandú
petiso
(Pterocnemia
pennata)
y la martineta
común
(Eudromia
elegans),
la dormilona
común
(Muscisaxicola
macloviana),
el canastero
de garganta
negra
(Thripophaga
patagonica),
la monjita
castaña
(Neoxolmis
rufiventris),
el torito
pico negro
(Anairetes
parulus),
la diuca
común
(Diuca
diuca),
el cabecita
negra
de corbata
( Spinus
barbatos
o Carduelis
barbatos
según
los autores),
el pecho
colorado
grande
(Sturnella
loyca)
y el yal
amarillo
( Phrygilus
carbonarus),
entre
muchas
otras
especies.
La
Reserva
Natural
Turística
Caleta
Valdés
posee
una interesante
variedad
de fauna
que incluye
mamíferos
marinos,
aves marinas
y costeras
y algunas
especies
típicas
de la
estepa
patagónica.
La fauna
de este
último
bioma
está
compuesta,
principalmente,
por grupos
de guanacos
(Lama
guanicoe),
el zorro
patagónico
o gris
(Dusicyon
gymnocercus),
maras
( (Dolichotis
patagonum)
y aves
como el
choique
(Pterocnemia
pennata),
entre
otras.
En una
de las
islas
pequeñas
que acompañan
en su
contorno
a la caleta
vemos
nidificar
en primavera
a la garza
bruja
(Nycticorax
nycticorax),
al pato
vapor
o quetro
cabeza
blanca
( Tachyeres
leucocephalus),
al chimango
(Milvago
chimango)
y algunas
especies
más.
Respecto
a la fauna
vinculada
con el
medio
acuático
marino
se destacan
un colonia
de pingüinos
de Magallanes
(Spheniscus
magellanicus),en
una pequeña
isla denominada
Pingüino
que alberga
la concentración
de mayor
tamaño
de la
especie
y en otros
dos sitios
hay sendas
colonias
de la
especie
pero de
menos
cantidad
de ejemplares.
En algunas
de las
isletas
y el la
costa
exterior
de la
caleta
se forman
asentamientos
de elefantes
marinos
del sur
(Mirounga
leonina)
y también
los hay
de lobos
marinos
(Arctocephalus
australis).
Estas
colonias
de cría
de pinnípedos
le otorgan
un valor
especial
a la reserva
prospectada.
Alternativas
turísticas
La mayor
atracción
de la
Reserva
Caleta
Valdés
las constituye
la observación
de los
elefantes
marinos
que según
la época
del año
de que
se trate
podrá
verse
distintos
aspectos
de su
comportamiento.
En la
costa
externa
de la
caleta
a veces
se pueden
observar
ballenas
francas
y orcas.
Hay una
zona específicamente
preparada
para ver
los elefantes
marinos
, con
escaleras
y barandas
que nos
indican
perfectamente
por donde
podemos
andar.
Es de
suma importancia
respetar
las normas
respecto
a los
lugares
donde
no se
puede
concurrir
porque
estos
animales
son sensibles,
al menos
más
en ciertos
momentos
de su
ciclo
vital,
a las
molestias
que puedan
ocasionarle
las personas.
Como todas
la reservas
de la
Península
de Valdés
ofrece
también
la posibilidad
de deleitarse
con las
gran cantidad
de aves
de distintas
especies
que recalan
en distintas
partes
de la
caleta.Una
geografía
privilegiada,
conformada
por montañas,
bosques
andinos,
lagos,
playas,
costas
acantiladas
y una
gran península
muy peculiar,
hacen
de Chubut
una provincia
sumamente
atractiva
que se
enriquece
aún
más
con una
historia
apasionante,
como lo
fue la
colonización
galesa
y los
restos
paleontológicos
y arqueológicos,
constituidos
como importantes
atractivos
turísticos.
Dos hermosos
Parques
Nacionales
amparan
un sector
relictual
de los
bosques
andinopatagónicos
y sus
majestuosos
lagos;
ubicado
en el
extremo
noroeste
está
Lago Puelo
y un poco
más
al sur
Los Alerces
con paisajes
de ensueño
y muchas
posibilidades
de recorrerlos
en excursiones
lacustres,
por caminos
vehiculares,
a caballo
y simplemente
caminado
por numerosas
sendas
habilitadas
para tal
fin. Ambas
áreas
protegidas
cuentan
con infraestructura
necesaria
como para
satisfacer
al turista
más
exigente.
La practica
de la
pesca
con mosca
de trucha
arco iris
y el salmón
está
permitida
y en andinismo
también
es una
posibilidad,
aunque
más
restringida.
Y en el
Parque
Nacional
Lago Puelo,
gracias
a que
posee
un microclima
cuyas
máximas
de verano
pueden
llegar
a 35°C
–
registrando
el agua
el agua
con esa
temperatura
externa
unos 20°
C –
se puede
bañar
en sus
aguas
en el
sector
que justamente
llaman
“La
Playita”.
La localidad
más
importante
próxima
al Parque
Puelo
es El
Bolsón
-16 km-
y Esquel,
a 35 km,
lo es
al Parque
Los Alerces.
Rawson,
la capital
provincial,
ofrece
algunos
puntos
de interés
como el
Museo
Regional
Bon Bosco
y Sarmiento,
que restos
paleontológicos,
elementos
de la
conquista
del desierto
y el Parque
Recreativo
General
San Martín,
sobre
el río
Chubut,
posee
un jardín
zoológico,
acuario,
una casa
de té
típica
de la
zona o
otras
atracciones.
La ciudad
de Trelew
es otra
importante
urbe de
la Provincia
de Chubut
como,
mucho
más
al sur,
lo es
Comodoro
Rivadavia,
con características
de ciudad
grande.
La práctica
de las
pesca
deportiva
en la
costa
marítima
es una
posibilidad
que se
puede
concretar
en gran
parte
del territorio
provincial.
En cuanto
a Reservas
Naturales
se refiere,
los chubutenses
supieron
aprovechar
muy bien
este recurso,
creando
varias
áreas
provinciales
donde,
generalmente,
existen
apostaderos
de lobos
marinos,
elefantes
marinos,
pingüineras
con varios
miles
de ejemplares,
la Isla
de los
Pájaros
es una
de las
más
importantes
donde
además
de colonias
de pingüinos
de Magallanes
tienen
asentamiento
varis
especies
más
como cormoranes,
gaviotas,
garzas
brujas
y algunas
especies
de patos.
Y Puerto
Madryn,
ubicada
en la
costa
del Golfo
Nuevo,
formado
por la
parte
sur de
la Península
de Valdés,
ya famosa
por la
proximidad
al lugar
donde
se produce
el avistaje
de la
ballena
franca
austral,
fenómeno
que congrega
cientos
de miles
de turistas
todos
los años
en la
época
propicia,
entre
mayo y
octubre
aproximadamente,
en que
estos
cetáceos
pueden
verse
a corta
distancia
con las
embarcaciones
autorizadas
para tal
fin.
Puerto
Madryn
y Pueto
Pirámides
son dos
lugares
donde
se puede
practicar
buceo
por las
óptimas
condiciones
de las
aguas
del Golfo
Nuevo,
contando
con prestadores
de ese
servicio
con experiencia
y seriedad,
máxime
cuando
se trata
del tan
ansiado
“bautismo
submarino”.
El rafting
es otra
actividad
que puede
desarrollarse
en los
rápidos
del río
Corcovado,
cuyo nivel
de dificultad
tiene
categoría
internacional
3, con
la que
puede
iniciarse
sin inconvenientes
un novato.
Los prestadores
de este
servicio
proveen
de todos
los elementos
necesarios
para la
este deporte,
incluyendo
la vestimenta.
La temporada
de rafting
comienza
en noviembre,
cuando
el río
aumenta
su caudal
por los
deshielos,
y finaliza
en marzo.
El esquí
tiene
su lugar
predilecto
en el
Centro
de Actividades
de Montaña
La Hoya,
un complejo
invernal
ubicado
muy cerca
de la
ciudad
de Esquel.
La infraestructura
moderna
con que
cuenta
este centro
de esquí
lo convierte
en uno
de los
mejores
de Argentina.
Una de
las curiosidades
que provoca
más
interés
en los
visitantes
es el
famoso
tren “La
Trochita”,
llamado
así
por sus
escasos
75 centímetros
entre
ambas
vías
y que
se considera
el único
en el
mundo
de estas
características
que aún
funciona;
hoy con
fines
turísticos
exclusivamente.
Parte
de Esquel
y termina
el recorrido
en la
localidad
de El
Maitén,
aunque
se puede
optar
por recorridos
más
breves.
Dentro
de estás
extensas
costas
se encuentran
otras
áreas
protegidas
para diferentes
especies
de mamíferos
o aves
marinos.
Los lugares
más
destacados
donde
puede
observarse
fauna
con suficiente
cercanía
y, provistos
de un
buen teleobjetivo,
también
llevarnos
el recuerdo
a través
de una
buena
fotografía
son :
Punta
Pirámides
con una
gran lobería,
Caleta
Valdés
que concentra
una población
de elefantes
marinos
y la posibilidad
de ver
alguna
orca,
Punta
Norte
–
a 90 kilómetros
de Puerto
Pirámides-
es un
lugar
donde
se concentran
lobos
y elefantes
marinos.
En la
parte
central
de la
península
también
pueden
observarse
variada
fauna
como guanacos,
choiques,
zorros
y maras
por sólo
nombrar
los más
comunes.
Otra área
protegida
interesante
es ell
Bosque
Petrificado
Sarmiento
(antes
llamado
José
Ormachea)
que presenta
esta rareza
tan particular
como lo
es ver
verdaderos
árboles
que se
transformaron
en piedras
tras el
transcurso
de millones
de años.
Es decir,
algo que
parece
casi inverosímil,
que los
leemos
en los
libros
de geología
pero no
parece
realidad
hasta
que estamos
ahí
y vemos
que nuestra
vista
no nos
engaña.
Es una
cuestión
de sensibilidad
el dejar
que nuestra
mente
perciba
que lo
que está
ante nuestra
vista
es producto
de una
gran cantidad
de factores
químicos,
físicos,
climáticos
y otros,
que pacientemente,
durante
larguísimos
períodos
de tiempo,
han producido
esa transformación;
tan lejana
que cuesta
a nuestra
mente
imaginarla.
Como puede
deducirse
de este
brevísimo
recorrido
por los
principales
atractivos
de la
Provincia
del Chubut,
es un
lugar
que bien
merece
ser visitado,
pudiendo
ver cosas
que son
únicas
en el
mundo
como los
apostadores
de elefantes
marinos.
Recursos
culturales
Tal vez,
el principal
recurso
cultural
de una
región
lo constituya
la historia
del asentamiento
humano
en la
misma.
Se ha
escrito
mucha
bibliografía
sobre
los primitivos
habitantes
de la
patagonia,
de uno
y otro
lado de
los Andes,
por lo
que no
resulta
fácil
sintetizar
en pocas
líneas
todo ese
bagaje
cultural
de los
períodos
pre y
posthispánico.
Pero intentaremos
dejar
sentados
algunos
lineamientos
generales.
Las primeras
aldeas
en los
Andes
del sur
se instalaron
entre
los siglos
X y VI
antes
de Cristo
y su estilo
de vida
perduró
por más
de 2.000
años
(Albeck,
2000).
Respecto
a la denominación
de las
distintas
culturas
en necesario
esclarecer
sobre
los nombres
que se
daban
entre
sí
o los
que luego
le asignó
el conquistador
y los
sitios
que ocuparon.
Para ello
seguiremos
lo explicitado
en el
capítulo”
Los pueblos
originarios”
de la
obra El
gran libro
de la
Patagonia:
Pehuenches
: le les
llamó
a los
grupos
habitantes
de los
Andes
entre
los 37°
de Lat.
S y el
Lago Huechulafquen
y zonas
en Ñorquín
y Nahuel
Huapi.
Chiquillanes:
los habitantes
ubicados
al norte
de los
nombrados
en primer
término.
Puelches
o Guénaken:
eran los
asentados
entre
los ríos
Negro,
Limay
y Chubut
y la costa
atlántica.
Che-het:
fueron
los aborígenes
de la
costa
marina
del Salado
al Chubut,
formando
con los
anteriores
la nación
de lengua
pampa
conocidos
con Serranos.
Pampas
primitivos:
habitaban
al norte
del río
Negro
(divididos
en taluhet
y dihuihet)
Patagones,
Chóneka
o Tehulches,
ubicados
al sur
del río
Chubut.
Respecto
al período
más
remoto
de la
vida de
los habitantes
de estas
latitudes
lo que
se conoce
es gracias
al importante
aporte
del estadounidense
Junius
Bird que
recorrió
minuciosamente
la Patagonia
en su
extremo
austral.
Luego
sus estudios
fueron
enriquecidos
por el
trabajo
del matrimonio
francés
Laming-Emperaire,
muy coincidente
en sus
conclusiones
con el
anterior.
Bird realizó
un importante
hallazgo
en el
que había
conjuntamente
restos
de un
grupo
humano,
de megafauna
del Cuaternario,
entre
los que
cabe hacer
mención
de un
tipo de
caballo,
Junto
a estos
restos
había
utensilios
de piedra
y de hueso.
A grandes
rasgos,
se puede
decir
que la
economía
de estos
grupos
era esencialmente
cazadora,
y su tecnología,
por lo
tanto,
adaptada
a este
tipo de
vida y
debieron
llevar
un tipo
de vida
nomádico
(Rex Gonzáles,
1993).
Sólo
unos pocos
siglos
antes
de la
conquista
debió
introducirse
la alfarería,
pero aún
así,
es un
elemento
que no
abunda
demasiado(Rex
González,
1993).
En cuanto
a los
chóneca
que ocuparon
desde
el río
Chubut
hasta
la Provincia
de Tierra
del Fuego,
donde
se vincularon
con los
onas,.
Los patagones
o chónecas
formaban
una infinidad
de tribus
nómades,
independientes
unas de
otras,
pero que
constituín
grupos
geográficos
quizás
con desigaciones
especiales.
Hay una
enorme
dificultad
en rehacer
el contenido
cultural
de los
chónecas
(Serrano,2000).
Los testimonios
dejados
por Pigafetta,
tienen
un interés
particular,
por ser
las primeras
crónicas
y porque
los chónecas
aún
no habían
sufrido
influencia
de los
puelches
o guénaken
que habitaban
del río
Chubut
hacia
el norte.
Respecto
de las
viviendas,
dice el
nombrado
cronista,
que consistían
en un
gran toldo
formado
por cueros
de guanaco
cosidos
entre
sí
y colocados
sobre
una serie
de palos
verticales.
Su vestido
era un
manto
rectangular
formado
por pieles
de guanacos
y otros
animales,
presumiblemente
zorros
y maras.
Su estatura
era, muy
probablemente,
la mayor
del resto
de los
aborígenes
del territorio
argentino,
pero no
obstante
ha habido
exageración
en las
apreciaciones
en este
sentido
por parte
de los
conquistadores.
Se sabe
que utilizaban
la boleadora,
aunque
este elemento
lo habrían
heredado
de las
tribus
ubicadas
al norte.
La lengua
de los
patagones
o chónecas
tendría
tres dialectos
y se conocen
muchas
pinturas
rupestres
en el
territorio
por donde
se desplazaban
(Serrano,
2000).
Respecto
a los
guénaken
o puelches,
que como
ya se
señaló,
ocupaban
la parte
septentrional
de la
patagonia
tenían
una economía
basada
esencialmente
en la
caza como
las de
las otras
culturas
que habitaron
la región.
La vivienda
es el
toldo,
tan generalizado
entre
las tribus
pampas,
siendo
diferentes
en su
formato,
dado que
algunos
eran cuadrangulares,
cupuliniformes
o piramidales.
Según
testimonios
de Sánchez
Labrador
en el
siglo
XVIII
ya se
veía
el uso
de cuero
de caballo
en las
tolderías.
Testimonios
de distinta
épocas
coinciden
en que
se pintaban
el cuerpo
y la cara
y que
a semejanza
de los
patagones
su vestimenta
estaba
compuesta
por una
manta
cuadrangular
hecha
con cuero
de guanaco.
Algunas
referencias
históricas
dicen
que las
tribus
del actual
territorio
Río
Negro
conocían
la alfarería.
Tomaron
de los
araucanos
la costumbre
de fumar
y hacían
una bebida
fermentada,
pero supuestamente
no conocían
sustancias
narcotizantes.
Araucanización
Los araucanos
–
llamados
a si mismos
mapuches-
son el
último
asentamiento
indígena
que se
produce
en territorio
argentino.
Provenientes
de Chile,
su inmigración
ha sido
relativamente
reciente
y ha ocasionado
grandes
cambios
culturales
en los
pueblos
que habitaban
las llanuras
pampeanas,
partes
de las
patagónicas
( noroeste)
y también
un amplio
sector
ocupado
por los
Andes,
teniendo,
aproximadamente,
como límite
sur el
norte
de la
actual
provincia
de Santa
Cruz.
Al pasar
al este
de los
andes
los araucanos
abandonaron
el hábito
del cultivo
y se dedicaron
a la caza,
la recolección
y a la
rapiña
(Canals
Frau,
1986).
Sus armas
fueron
las boleadoras,
un especie
de honda
y lanzas
muy largas.
La alfarería
estaba
poco desarrollada
y las
mujeres
practicaban
el tejido.
La lengua
fue la
misma
que se
utilizaba
al oste
de la
cordillera
y es muy
empleada
en la
toponimia
de Argentina
como de
Chile.
Cómo
llegar
Tomando
como punto
de referencia
la ciudad
de Rawson
se indican
a continuación
los itinerarios
para llegar
a la capital
chubutense.
Desde
las ciudades
ubicadas
más
al sur
sobre
la costa
atlántica
o próximas
a ella
la RN
N°
3 es la
más
adecuada
para acercarse
al lugar
propuesto.
La RN
N°
25 une
el sector
noroeste
de Chubut
–
Esquel,
El Maitén,
Leleque,
Tecka,
José
de San
Martín,
entre
otras-
con la
ciudad
capital.
Desde
todas
las provincias
litoraleñas
deberán
aproximarse
primero
a la Ciudad
Autónoma
de Buenos
Aires
y desde
ésta
parte
le mencionada
RN N°3,
que nos
lleva
al destino
luego
de recorrer
1.490
km.
Desde
la ciudad
de San
Juan habrá
que pasar
previamente
por la
capital
mendozina
a la que
la comunica
la RN
N°
40. De
Mendoza
hay que
tomar
la RN
N°
143 hasta
su intersección,
ya en
territorio
pampeano,
con la
RP N°
13 hasta
Bahía
Blanca
y luego
seguir
por la
RN N°3,
que se
ha dicho
es camino
obligado
para buena
parte
de los
que provengan
del este
de Argentina.
Desde
las ciudades
de San
Luis,
Córdoba,
La Rioja,
Santiago
del Estero
y otras
localidades
próximas
a las
mismas,
deberán
pasar
previamente
por Santa
Rosa,
la capital
de La
Pampa,
y dirigirse
hacia
el sur
por la
RN N°35
hasta
la ciudad
de Bahía
Blanca
desde
donde
ya se
indicó
como arribar
a Rawson.
Desde
la ciudad
de Rawson
se llega
a la Reserva
Caleta
Valdés
tomando
la RN
N°
3 ( o
la provincial
N°1
) hacia
el norte
hasta
Puerto
Madryn
. Desde
esta ciudad
se circula
por la
ruta provincial
N°
2, asfaltada
en su
primer
tramo,
que luego
de atravesar
el Istmo
Ameghino,
habrá
que circularla
hasta
su empalme
con la
RP 3 y
girar
por esta
hacia
en norte
hasta
que es
interceptada
por RP
52. A
su vez
esta es
interceptada
por la
RP 47
que yendo
hacia
el norte
no acerca
a la entrada
de la
Caleta
Valdés.
De Rawson
la reserva
analizada
está
a algo
más
de 200
kilómetros.
Problemas
de conservación
Decíamos
en oportunidad
de analizar
otra área
protegida
de la
Península
de Valdés
que preservación
de la
colonias
de elefantes
marinos
que yacen
en la
misma,
se cumplió
con bastante
éxito
al punto
que se
la considera
la única
colonia
de la
especie,
en el
mundo,
que está
en expansión.
La cantidad
de ejemplares
de elefantes
marinos
que habitan
las colonias
de la
Península
llega
a unos
45.000,
que durante
el transcurso
de los
años
de 1982
a 1997
aumentó
en un
41% (Parera,
2002).
También
aumentó
en este
período
el tamaño
medio
de los
harenes
(Parera,
2002).
Debe tenerse
en cuenta
, para
justipreciar
el celo
puesto
en el
cuidado
de estos
pinnípedos,
que hubo
otras
colonias
en zonas
próximas
de la
costa
atlántica
desde
el sur
de la
provincia
de Buenos
Aires
hasta
Tierra
del Fuego
que desaparecieron
lo mismo
que ocurrió
con otras
de lugares
remotos
como Tasmania,
las Islas
King y
Juan Fernández.
Ahora
el panorama
puede
cambiar
si no
se adoptan
medidas
para resolver
el serio
problema
de la
gente
que a
lo largo
de la
Caleta,
se la
ve en
épocas
de temporada
alta,
recorriendo
por cualquier
lado las
playas
con la
intención
de acercarse
lo más
posible
a los
pinnípedos.
Esta irresponsable
actitud,
producto
de la
ignorancia,
puede
poner
en serio
peligro
la permanencia
de las
colonias
en el
lugar.
Como ya
se señalara
en el
análisis
de los
problemas
de conservación
de otras
áreas
de la
región,
la actividad
petrolera,
principalmente
por el
lavado
y vaciado
del remanente
de las
cestinas
de los
buques,
contamina
las aguas
próximas
a las
playas
y ya se
verificó
en, varios
siniestros
de distintas
partes
del mundo,
el efecto
letal
del “oro
negro”
sobre
las poblaciones
de animales
costeros
y marinos.
O sea,
como primera
medida
habría
que aumentar
el número
de guardafaunas
al menor
en la
época
de mayor
afluencia
de público
e incluso
experimentar
un sistema
de “pasantías”
de quienes
cursen
distintas
escuelas
de guardaparques,
sea la
de ámbito
nacional
o provinciales
o un sistema
de voluntariado
que obtenga
algún
beneficio
que no
implique
erogación
monetaria.
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