Reserva
Natural
Punta
Lara
Provincia
de Buenos
Aires
Es
un verdadero
relicto
de la
formación
florística
denominada
selva
en galería-
el más
austral-
con una
variada
representatividad
de especies
provenientes
de Misiones
a través
de las
aguas
las del
río
Uruguay
en mayor
medida
–
y también
del Paraná
–
que son
excelentes
transportes
de semillas
o partes
vegetales
que permitieron
la existencia
de esta
pequeña
selva
en la
provincia
de Buenos
Aires.
Además
de una
veintena
de especies
de porte
arbóreo
se pueden
apreciar
lianas,
enredaderas,
una epífita
y arbustos
de muchas
especies
que en
conjunto
dan un
aspecto
verdaderamente
selvático.
La fauna
tetrápoda
que se
destaca
por su
diversidad
son las
aves.
Categoría
Reserva
Natural
Integral
(Equivalente
UICN:
Reserva
Natural
Estricta).Ubicación
El área
protegida
tratada
está
ubicada
a pocos
kilómetros
al norte
de la
ciudad
de La
Plata,
sobre
la margen
del Río
de la
Plata.
Sus coordenadas
son 34†
48’
Lat. S
y 58†
00’
Long.
O. La
otra localidad
cercana
es Ensenada
que está
a unos
15 kilómetros.
Superficie
La superficie
del Área
Protegida
Punta
Lara asciende
a 31 hectáreas.
Luego,
distintas
normativas,
crearon
áreas
protegidas
contiguas
o que
abarcaban
a la original,
con las
que el
conjunto
asciende
a las
3.000
hectáreas
(Selva
Marginal
de Hudson,
del Parque
Provincial
Pereyra
Iraola
y la R.N.I.
Punta
Lara).
El objetivo
general
de creación
de esta
unidad
de conservación
fue preservar
sus características
naturales
específicas
y propender
al incentivo
de la
investigación.
La finalidad
más
específica
para establecer
el área
protegida
fue salvaguardar
la representatividad
–
en escala
mucho
más
sencilla-
esta muestra
de selva
misionera.
Fecha
e instrumento
legal
de creación
El Decreto
18529
del año
1949 es
el primer
instrumento
legal
que ampara
esta área
protegida.
Luego
ratifican
y modifican
algunos
aspectos,
el Decreto
N† 5421
del año
1958 y
las Leyes
Provinciales
N† 11.544
y 12.814.
Relieve
El territorio
bonaerense
está
comprendido
en gran
parte
de su
superficie
a la región
pampeana,
cuya característica
principal
es presentar
una gran
llanura
formada
por acumulación,
predominantemente
de sedimentos
de origen
continental.
De origen
marino,
sólo
se presenta
una franja
costera
litoral,
con una
variedad
de ambientes
que le
otorgan
gran riqueza
en su
biodiversidad.
Tales
fisonomías
son grandes
extensiones
de playas
que se
extienden
por cientos
de kilómetros,
una zona
de cangrejales
que ocupa
un gran
sector
de la
Bahía
del Samborombón
y la albúfera
de Mar
Chiquita
que está
rodeada
por cordones
medanosos
y de conchillas.
El manto
sedimentario,
generalmente
recubierto
por una
capa de
loess.
Es de
espesor
variable
y se apoya
sobre
un basamento
rígido
que yace
a diferentes
profundidades,
ya que
se fracturó
en bloques
de comportamiento
diferencial
(Chiozza,
et al.)
1982).
Esto dio
lugar
a la formación
de la
depresión
tectónica
que originó
el Río
Salado,
conocida
como Pampa
Deprimida,
que cubre
un amplio
sector
del noreste
provincial
que en
la parte
oriental,
en la
desembocadura
del mencionado
río
en la
Bahía
del Samborombón,
donde
la ya
mencionada
línea
de dunas
y elevaciones
de conchillas
obran
como contenedoras
del agua
que circula
hacia
la costa
rioplatense
y favorecen
la formación
de lagunas.
Otra
región
se denomina
Pampa
Ondulada
y se trata
de un
bloque
levantado
que se
extiende
al noreste
del Salado
cayendo
con suave
pendiente
hasta
el borde
de la
escarpada
barranca
que enmarca
el valle
del Paraná.
El nombre
deriva
de una
serie
de ondulaciones
resultantes
del modelo
impreso
por la
gran cantidad
de ríos
y arroyos
que excavaron
en el
pasado
amplios
valles
aterrazados
por lo
que escurren
zigzagueantes
y, a causa
del movimiento
de ascenso
de la
zona,
entallando
sus cauces
en la
terraza
baja,
sobre
la que
desbordan
en ocasión
de lluvias
excepcionales
(Chiozza,
et al,
1982).
La zona
noroeste
de la
provincia
es una
llanura
medanosa
con gran
cantidad
de lagunas
y bañados
que se
sitúan
en zonas
circundadas
por médanos.
Al estar
el sustrato
impermeable
muy próximo
a la superficie
se dificulta
la infiltración
y estos
espejos
de agua
pueden
desaparecer
por evaporación
–
al ser
muy llana
la región-
o en caso
de grandes
lluvias
provocar
inundaciones.
Otra región
fisonómica
es la
planicie
elevada
o interserrana
que se
extiende
hacia
el oeste
y sur
de las
anteriores
y como
su nombre
los señala
se caracteriza
por una
gradual
elevación
del terreno
hasta
formar
serranías,
pocos
cursos
de agua,
presencia
de lagunas
salitrosas
y de dunas.
Al noreste
de esta
región
se ubica
el sistema
de Tandilla
que, con
rumbo
noroeste-sureste,
se extiende
desde
la depresión
del Vallimanca
hasta
la costa
atlántica.
Se trata
de un
sistema
muy antiguo,
de cerros
bajos,
aplanados
en sus
cimas.
Al suroeste
del territorio
provincial
hay otra
formación
orográfica,
de mayor
altura
que la
anterior,
con el
Cerro
Tres Picos
de 1.243
m.s.n.m.
y denotan
ser de
la era
Paleozoica.
El Sistema
de Ventania,
tal el
nombre
que lleva
esta formación,
se constituye
en un
elemento
dispersor
de aguas
y las
que descienden
por sus
laderas
llenan
cubetas
alojadas
a lo largo
de una
línea
de falla,
que cuando
ocurren
muchas
precipitaciones
se encadenan
entre
sí
y alimentan
a las
lagunas
de Guaminí
y el caudal
del arroyo
Vallimanca.
La zona
de la
Reserva
de Punta
Lara está
ubicada
sobre
un albardón
de algo
menos
de 100
a 500
metros
de ancho
que separa
los terrenos
bajos
e inundables
del Río
de la
Plata.
En general,
encontramos
un suelo
arcilloso-limoso
muy húmedo
y con
poco contenido
de humus
y los
albardones
son calcáreos,
formados
por conchillas
subfósiles.
Hidrografía
La Reserva
Natural
Punta
Lara está
sobre
la vera
del río
más
importante
de la
provincia
de Buenos
Aires,
que es
el Río
de La
Plata,
y está
atravesada
por un
arroyo
denominado
Las Cañas.
En efecto,
la provincia
tiene
gran parte
del norte
de su
litoral
bañado
por las
aguas
del Río
de Plata,
receptor
de una
gran cuenca
fluvial
y debe
considerárselo
como una
continuidad
morfológica
e hidrológica
del Paraná
y también
recibe
las aguas
del río
Uruguay.
Geológicamente,
su lecho
tiene
una historia
de ingresiones
y regresiones
marinas.
En un
primer
momento
penetraron
las aguas
del Atlántico
formando
un golfo
marino
que comprende
actualmente
parte
del Delta
del Río
Paraná
y todo
el Río
de la
Plata.
En el
fondo
de este
golfo,
de poca
profundidad,
desemboca
un estuario
de aguas
salobres,
del Paraná
Belgranense,
cuyos
sedimentos
afloran
a los
largo
de la
margen
derecha
del río
Paraná
(Castellanos,
1975).
Con posterioridad
a este
acontecimiento
- Pampeano
Superior-
los depósitos
continentales
avanzaron
sobre
este golfo
y se formó
el actual
Delta
del Paraná
y su prolongación
en el
Río
de la
Plata.
Y un tercer
episodio
geológico
fue una
trasgresión
marina,
denominada
Querandina,
que invadió
el Delta
del Río
de la
Plata,
arrastrando
las islas
y dejando
la configuración
que vemos
en la
actualidad.
La gran
cantidad
de bancos
que hay
en su
lecho
frenan
el desplazamiento
del agua
y facilitan
el depósito
de sedimentos.
En sus
comienzo
tiene
un ancho
que se
aproxima
a los
40 kilómetros
y llegando
aguas
abajo
supera
los 180,
entre
la punta
Norte
del Cabo
San Antonio
y Cabo
Santa
María
en la
República
Oriental
del Uruguay
(Castellanos,
1975).
Los afluentes
que recibe
desde
la provincia
de Buenos
Aires
son los
ríos
Luján,
Matanza,
Samborombón
y el Salado
del Sur.
Su caudal
está
muy influenciado
por los
vientos,
es decir
cuando
sopla
viento
del oeste
–
pampero-
las aguas
de desplazan
hacia
las costas
uruguayas
y con
el viento
del sudeste
invaden
las costas
bonaerenses.
Al sur
de la
Bahía
del Samborombón
llegan
al océano
Atlántico
ríos
y arroyos
cortos,
originados
en las
Sierras
de Tandil
y de la
Ventana
como el
Napaleofú,
Quequén,
Claromecó
y Sauce
Grande.
Clima
La Reserva
de Punta
Lara posee
un clima
templado-
cálido
debido
a una
acción
atenuante
de las
bajas
temperaturas
que se
produce
en el
estuario
del Río
de la
Plata.
Las temperaturas
extremas
de excepción
se sitúan
en unos
42† C
la máxima
y 4† C
bajo cero
la mínima,
siendo
la media
de 16†
C. Las
heladas
son escasas
y se producen
en los
meses
de junio
y julio.
Las precipitaciones
superan
levemente
los 1.000
mm anuales.
La provincia
de Buenos
Aires,
en su
conjunto,
tiene
como principal
influencia
las corrientes
que recibe
por parte
del anticiclón
del Atlántico
Sur y
su carácter
de gran
llanura
permite
también
la injerencia
de otros
vientos
como el
proveniente
del oeste
- conocido
como pampero-
que es
fresco
y seco,
y del
polar
del sector
sur.
Flora
Distintos
autores
durante
mucho
tiempo
han esbozado
clasificaciones
fitogeográficas
del territorio
argentino.
Entre
las principales
se puede
mencionar
a la de
Hauman
(1920,1931),
Frenguelli
(1941),
Castellanos
y Pérez
Moreau
(1945),
Parodi
(en 1945
y 1964),
Cabrera
(desde
la primera
en 1951
hasta
1976)
y últimamente
se elaboró
en el
ámbito
de la
Secretaría
de Medio
Ambiente
y la Administración
de Parques
Nacionales,
un trabajo
de clasificación
en Eco-regiones
elaborado
por Burkart,
et al.
(1999),
que es
bastante
coincidente
con el
de Cabrera,
pero tiene
algunas
subdivisiones
de las
provincias
que señala
aquel
autor.
En estas
páginas,
en la
mayoría
de las
monografías
realizadas,
se optó
por esta
última
categorización.
Hay bastante
coincidencia
entre
todas
estas
clasificaciones,
en incluir
la mayor
parte
del territorio
de la
Provincia
de Buenos
Aires
en el
ámbito
de una
región
que llaman
“pampa”
o “pradera
pampeana”.
Este vocablo
viene
del quichua
y significa
algo así
como “gran
llanura”
y por
extensión,
se aplicó
también
en otras
zonas
del país
para señalar
espacios
con esas
características.
Siguiendo
la clasificación
de Burkart,
et al.(1999)
además
de la
Eco-región
Pampa,
el extremo
sur se
ubica
en la
Eco-región
del Espinal
y el extremo
noreste,
en un
angosta
franja
se desarrolla
la Eco-región
del Delta
e Islas
del Paraná.
Lo más
destacable
que posee
la Reserva
Natural
de Punta
Lara es
albergar
el exponente
más
austral
de las
"selvas
en galería"
que bordean
los ríos
Paraná
y Uruguay,
con vegetación
subtropical
que llega
al lugar
por semillas
- e incluso
porciones
de vegetales
- transportadas
por los
ríos
Paraná
y Uruguay
que luego
se diluyen
en las
aguas
del Río
de la
Plata.
Este fenómeno
es muy
común
que suceda
y es uno
de los
medios
de traslación
o dispersión
que utilizan
las semillas
vegetales.
La zona
presenta
la típica
característica
de selva,
con grandes
árboles
que mantienen
la humedad
de la
atmósfera
y del
suelo,
favoreciendo
el desarrollo
de vegetales
inferiores
y en el
ambiente
predomina
la escasa
luz. Hay
cerca
de veinte
especies
de árboles,
muchos
de los
cuales
provienen
de la
selva
misionera
siendo
el río
Uruguay
más
transportador
de semillas
que el
Paraná.
Se observa
más
especies
características
de las
selvas
en galería
del primero
que de
este último.
Las especies
de porte
arbóreo
más
abundante
son el
laurel
blanco
(Ocotea
acutifolia),
una laurácea
que es
el árbol
de mayor
porte
de esta
comunidad,
el chal-chal
(Allophyllus
edulis),
con unos
pequeños
frutos
rojos
comestibles,
el mata
ojo (Pauteria
glomerata)
llamada
así
por la
molestia
en la
vista
que produce
el humo
de la
combustión
de su
madera,
el lecherón
(Sebastiana
brasiliensis),
la llamada
yerba
del bugre
en el
norte
(Lochocarpus
nitidus),
de vistosas
flores
azuladas
y a veces
de otros
tonos,
el seibo
(Eritryna
crista-galli),
la espina
de bañado
(Citharexylum
montevidensi),
el canelón
(Rapanea
loretziana),
el arrayán
de las
islas
(Blepharocalyx
salicifolius),
el palo
amarillo
o guayaibí
(Terminalia
australis)
con vistosas
floración
dispuesta
en capítulo
y cuyas
hojas
en época
otoñal
tienen
una tonalidad
amarilla
vistosa,
el curupí
( Sapium
haematospermun),
el saúco
común
( Sambucus
australis)
y el exótico
ligustro
(Ligustrum
lucidum)
que tanto
daño
hace a
la flora
nativa,
y otras
especie
más
con las
que se
llegaría
a las
veinte
mencionadas
al principio.
La profusión
de enredaderas,
liliáceas
y epífitas
contribuyen
a crear
ese clima
selvático,
entre
las que
se observan
la uña
de gato
(Macfadyena
unguis-cati),
la dama
de monte
o de noche
(Clytostoma
callistegioides),
la camandá
guazú
(Canavalia
bonariensis)
y el llamativo
tala gateador
(Celtis
iguanea),
arbolito
o arbusto
de hasta
10 metros
con hojas
más
grandes
que el
tala común
y fruto
bien amarillo.
Hay exóticas
que se
han aclimatado
muy bien
como la
zarzamora
(Rubís
ulmifolius)
y la madreselva
(Lonicera
japónica).
A nivel
arbustivo
de destacan
la malvácea
Pavonea
sepium
o P. malvacea,
el duraznillo
negro
(Cestrum
euanthes)
con fruto
negro,
la tacuara
brava
(Guadua
trinii),
el sen
de campo
(Casia
corymbosa),
el sarandí
colorado
(Cephalantus
glabratus),
la enredadera
(Cardiospermun
grandiflorum),
la violácea
Anchietea
parviflora,
las llamadas
vulgarmente
uvas Cissus
striata
y C.palmata,
la epífita
Microgramma
vacciniifolia
y el cacto
Rhipsalis
lumbricoiedes.
En zonas
anegadizas
se observan
cortaderas,
juncos
y totorales
y también
se presenta
un sector
con pajonales
de paja
brava
(Scirpus
giganteus)
En nómina
sólo
pretende
mostrar
la diversidad
florística
del lugar
y su valor
como muestra
de lo
que era
la ribera
platense
en épocas
muy remotas.
Fauna
La variedad
de ambientes
contribuye,
como es
fácil
deducir,
a que
sea también
diversa
la fauna.
Esta variedad
se expresa
mayormente
en las
aves,
dada la
facilidad
de traslado
de las
mismas
respecto
a la fauna
terrestre
que ve
interrumpidos
sus desplazamientos
por una
gran variedad
de obstáculos
interpuestos
por el
hombre.
En este
aspecto,
la avifauna
se ve
algo menos
afectada
por el
llamado
efecto
de insularidad,
es decir,
el aislamiento
de un
área
protegida
respecto
de otras
zonas
naturales
no alteradas
para que
se produzca
el mínimo
intercambio
genético
entre
las especies
que haga
posible
su supervivencia.
La ictiofauna
del río
de la
Plata
es también
muy variada
y se debe
considerar
para esta
evaluación
la diferencia
que existe
entre
otros
estuarios
tropicales
o subtropicales
y el Platense.
Éste
último
difiere
de los
otros
por la
carencia
de manglares
y lechos
de fanerógamas
marinas
(Menni,
2004).
Una lista
efectuada
de peces
de agua
dulce
y anfibióticas
que habita
en Río
de la
Plata,
según
Ringuelet
et al.
(1976)
y Nion
(1998)
- con
algunas
modificaciones-
arroja
un total
de 167
especies
( publicada
por Menni,
2004).
Los batracios
están
representados
por varias
especies,
siendo
conspicuo
el sapo
común
(Bufo
arenarum),
la rana
criolla
(Leptodactylus
ocellatus),
el escuercito
(Odontophrynus
americanus),
varias
ranitas
del género
Hyla,
entre
otras.
También
los reptiles
están
presentes
con especies
como el
lagarto
overo
(Tupinambis
teguxin),
la tortuga
de arroyo
((Phrynops
hillarii),
la falsa
yarará
ñata
(Lystrophis
dorbignyi),
la falsa
coral
(Oxyrhopus
rhombifer)
y muchas
culebras
más.
Siguiendo
el orden
taxonómico
corresponde
mencionar
algunas
especies
de aves
de las
más
de doscientas
que se
han registrado
a lo largo
del tiempo
en el
área
y sus
inmediaciones.
Se observan
algunas
especies
que no
son comunes
en esta
latitud
o que
es el
límite
sur de
su dispersión.
El frutero
negro
(Tachyphonus
rufus)
especie
que se
distribuye
por gran
parte
del noreste
y su distribución
más
austral
estaría
en esta
zona,
el boyerito
( Icterus
cayanensis),
que está
en condiciones
similares
a la especie
anterior,
el pijuí
frente
gris (Synallaxis
frontalis),
el vistoso
naranjero
(Thraupis
bonariensis)
con un
área
de dispersión
mucho
más
austral
que los
anteriores,
el raro
pijuí
plomizo
(Synallaxis
cinerascens),
la pajonalera
de pico
curvo
( Limnornis
curvirostris),
el juan
chiviro
(Cyclarhis
gujanensis),
la mosquetita
común
(Phylloscartes
ventralis),
el arañero
cara negra
(Geothlypis
aequinoctialis),
el pitiayumí
(Parula
pitiayumi),
el chalcahlero
(Turdus
amaurochalinus),
el pecho
amarillo
común
(Pseudoleistes
virescens).
Entre
las rapaces
se observan
al gavilán
(Circus
bofoni),
el carancho
(Polyborus
plancus),
el gavilán
blanco
(Elanus
leucurus),
el taguató
común
(Buteo
magnirostris)
y el chimango
(Polyborus
chimango),
entre
otras
muchas
especies
como ya
se enunciara.
Los mamíferos
que se
registran
en el
área
son el
coipo
(Myocastor
coypus),
la comadreja
overa
(Didelphys
albiventris),
el hurón
menor
(Galictis
cuja),
el zorrino
(Conepatus
chinga),
el colilargo
chico
(Oligoryzomys
flavescens),
el cuis
(Cavia
pamparum)
y otras
especies
de micromamíferos.
Recursos
culturales
Se comentó
ya, en
otras
áreas
protegidas
bonaerenses,
que en
el amplio
territorio
de la
provincia
de Buenos
Aires
tuvieron
lugar
muchos
acontecimientos
históricos
vinculados
con su
propio
pasado
y con
hechos
que involucraron
al Virreinato
del Río
de la
Plata
en su
conjunto.
Hacer
una detallada
relación
de los
mismos
ocuparía
extensas
páginas,
máxime
teniendo
en cuenta
su protagonismo
en la
gesta
de la
nación
Argentina.
Sí
nos parece
oportuno
extendernos
en los
aspectos
vinculados
a los
primeros
habitantes
de este
territorio,
que formaron
parte
de medio
ambiente
general
de una
forma
más
estrecha
que la
que se
establece
con el
hombre
moderno
y su entorno.
Los habitantes
originarios
de las
llanuras
pampeanas
estaban
formados
por distintas
parcialidades,
conocidos
genéricamente
como pampas
en virtud
de ocupar
los territorios
que por
su característica
de gran
llanura
de denomina
de esa
manera.
Hacia
mediados
del sighlo
XVI estos
habitantes
fueron
influidos
por lo
araucanos,
pueblo
que prevenía
de la
región
andipatagónica,
y extendió
sus territorios
hasta
el territorio
bonaerense.
Los que
se instalaron
en la
zona más
septentrional
son los
llamados
pehuenches
y en la
parte
sur estuvieron
los guénaken,
culturas
a las
que se
hace referencia
más
en extenso
en el
mismo
ítem
de la
Provincia
del Neuquén.
Pero
los grandes
desplazamientos
humanos
se produjeron
en los
siglos
posteriores
cuando
el extraordinario
desarrollo
del ganado
cimarrón
en las
pampas,
atrajo
hacia
ellas
núcleos
importantes
de indígenas
que poco
a poco,
por alianzas
militares,
matrimonios
y simples
intereses
comunes
cambiaron
el panorama
ético
del territorio.
Los mencionados
pampas,
con el
correr
del tiempo
sufrieron
el fenómeno
conocido
como araucanización,
es decir,
la gran
expansión
de los
araucanos
y su cultura
logra
el amalgamiento
y posterior
casi desaparición
de los
pampas.
La ocupación
de esos
pueblos
sureños
fue el
factor
decisivo
de la
confusión
en el
estudio
étnico
de estas
tribus
como también
en la
nomenclatura
de la
parcialidades.
No obstante
durante
mucho
tiempo
los pobladores
del su
Córdoba,
San Luis
y Buenos
Aires
siguieron
utilizando
el nombre
de pampas
para referirse
a los
habitantes
de estas
comarcas.
Respecto
a la forma
de vida
de los
llamados
pampas
se puede
comentar
que como
medio
de subsistencia
utilizaron
la a la
caza del
ciervo
de las
pampas
o venado,
que se
practicaba
a pie
mediante
corridas
y luego
eran ultimados
con arcos
y flecha
y las
boleadores,
elementos
que también
formaban
parte
de sus
armas
bélicas.
Con el
cuero
de estos
aniamles
construían
sus viviendas
y su indumentaria,
de la
que formaba
parte
el conocido
quillango
que cumplia
la función
de abrigo.
Trabajaron
la piedra
con la
que confeccionaban
sus puntas
de flechas
y raspadores
para el
preparado
de las
pieles
y también
se encontaron
elemntos
que se
presume
eran utilizados
como martillos
y también
cuchillos.
Conocieron
la alfarería
probablemente
asimilada
de los
querandíes,
que ocupaban
oriental.
Estos
últimos
ocuparon
el territorio
comprendido
entre
el río
Carcarañá,
Santa
Fe, y
los ríos
Salado
y Saladillo
–
ya en
territorio
bonaerense-.
Y por
el este
se expandieron
hasta
las costas
de Paraná,
donde
ya se
ubicaban
los guaraníes
en su
dispersión
más
austral.
También
practicaban
una economía
de subsistencia
consistente
fundamentalmente
en la
caza y
la pesca
y sus
viviendas,
supuestamente
por los
vestigios
encontrados
por los
españoles,
era de
cueros
de coipo.
Estban
divididos
en tribus
mandadas
por un
cacique
y capitanejos
secundarios.
Se desconocen
sus creencias
religiosos
y costumbres
funerarias.
Respecto
a las
investigaciones
arqueológicas,
la provincia
de Buenos
Aires
hizo importantes
aportes
a través
de numerosos
yacimientos
encontrados
en distintas
localidades.
Entre
éstas
se destacan
Miramar,
Monte
Hermoso-
localidaes
estudiadas
por el
célebre
científico
don Florentino
Ameghino-,
Tandil
y otras
de menor
importancia.
Alternativas
turísticas
La Reserva
Natural
Punta
Lara es
un área
de escasa
superficie
como para
poder
practicar
actividades
turísticas
intensivas
sin que
impactaran
en forma
negativa
sobre
el ambiente.
Sí
cumple
un rol,
no menos
importante,
que el
permitir
visitas
escolares
con fines
didácticos
y propiciar
los estudios
de campo
en general.
También
posee
un centro
de interpretación
que lleva
a cabo
visitas
guiadas
con un
recorrido
de sólo
20 minutos.
La proximidad
con la
ciudad
de La
Plata
debe servir
para que
el visitante
ocasional
continúe
su periplo
recorriendo
la capital
provincial
y sus
alrededores.
Entre
los muchos
atractivos
que posee
esta moderna
ciudad
se menciona
la Catedral,
construída
en estilo
neogótico
francés
luce como
un joya
arquitectónica,
con sus
famosos
pisos
brillantes
que contienen
granito
traído
de Olavarría,
de San
Luis y
también
de Córdoba.
Los vitrales
se realizaron
en Munich
un su
mayoría
y otros
son de
procedencia
francesa.
Tiene
cinco
naves,
puede
albergar
unas 12.000
personas
y sus
bóvedas
son de
hormigón
armado
y acero.
Otros
edificios
de gran
impacto
por su
detallada
arquitectura
son el
Pasaje
Dardo
Rocha
que fue
la antigua
estación
de ferrocarril
hecha
por un
destacado
arquitecto
italiano,
el Edificio
de la
Legislatura
para cuya
construcción
se convocó
a un concurso
internacional,
La Casa
de Gobierno,
la Casa
Central
del Banco
de la
Provincia
de Buenos
Aires
y otros
edificios
que son
testimonio
de la
pujanza
de la
Argentina
de principios
del S.
XX. Sus
diagramación
con muchas
diagonales
es una
de las
características
más
destacables,
como también
lo es
la gran
cantidad
de plazas
y jardines,
y el Paseo
del Bosque
donde
está
la Universidad
de gran
prestigio
a la par
del Museo
de Ciencias
Naturales,
por donde
pasaron
las máximas
celebridades
del campo
de las
ciencias,
y el Jardín
Zoológico.
En los
alrededores
bien vale
una visita
la Ciudad
de los
Niños
y la Estación
de Cría
de Animales
Salvajes.
Cómo
llegar
Tomando
como punto
de referencia
la ciudad
de La
Plata,
capital
provincial
se arriba
desde
las principales
ciudades
del país
por las
rutas
que se
indican
a continuación:
1) Desde
el sur
del país,
las capitales
de las
provincias
de Tierra
del Fuego,
Santa
Cruz,
Chubut
y Río
Negro
la ruta
de acceso
directo
es la
RN N†
3, hasta
Cañuelas,
donde
girando
a nuestra
derecha-
este-
tomamos
la RP
6 hasta
La Plata.
2) Desde
Neuquén
una de
las opciones
es circular
por la
RN 22
hasta
bahía
Blanca
y desde
ésta
continuar
por la
RN 3.
3) Desde
Mendoza
debemos
tomar
la RN
7 y luego
de ingresar
a la Capital
Federal
se circula
por la
Autopista
6, que
se continúa
al final
de su
recorrido
con la
que va
a la ciudad
de La
Plata.
4) Partiendo
de cualquiera
de las
siguientes
ciudades
: San
Salvador
de Jujuy,
Salta,
San Miguel
del Tucumán,
Santiago
del Estero
y Córdoba,
la RN
N† 9 nos
conduce
en forma
directa
a la Avenida
general
Paz, límite
de la
Capital
Federal
y la provincia
de Buenos
Aires,
la que
a su vez
tomándola
hacia
el sur
en poco
recorrido
los carteles
no marcan
el acceso
a la Autopista
Urbana
6, que
se continúa
en la
que une
Buenos
Aires
con La
Plata,
como ya
se indicó
precedentemente.
5) Desde
las provincias
litoraleñas-
ciudades
de Posadas,
Resistencia-Corrientes
y Paraná
la RN
12 arriba
en la
proximidad
de la
ciudad
de Zárate
a la RN
N† 9 y
desde
ahí
se sigue
como se
indica
en el
apartado
anterior.
Desde
la Plaza
Moreno
del centro
de la
ciudad
de La
Plata
se sigue
por la
Diagonal
74 hacia
el norte
que luego
se transforma
en la
Ruta Provincial
N† 11
que nos
lleva
a Punta
Lara.
Problemas
de conservación
La Provincia
de Buenos
Aires
tiene
un alto
porcentaje
de su
superficie
alterada
por la
implementación
de campos
de cultivos
y ganadería
-vacuna
principalmente-
con las
modalidades
de actividad
intensiva
y extensiva.
Los espacios
que conservan
su ambiente
natural
son relictuales
y de escasa
superficie
.Éstos
se encuentran
principalmente
en algunos
lugares
del Delta
del Paraná,
zona de
las Sierras
de la
Ventana,
sector
costero
de la
Bahía
del Samborombón
y el extremo
sur, esa
pequeña
prolongación
que presenta
el territorio
provincial
que incursiona
en la
estepa
patagónica.
La erosión
del suelo
es muy
alta.
Uno de
los principales
fenómenos
que la
provocan
son las
inundaciones
periódicas,
combinadas
con la
roturación
de los
campos,
los cuales
no se
deja descansar
suficientemente
para la
recuperación
de su
fertilidad.
La presión
económica
obliga
a los
propietarios
a descuidar
las condiciones
de su
recurso
natural,
lo cual
acentúa
el deterioro
futuro
de los
suelos.
Esta conducta
realizada
por miles
de propietarios
individuales
ha transformado
toda la
región
constituyéndose
en un
nuevo
ambiente
agro-ecológico,
sobre
el cual
existen
opiniones
controvertidas
sobre
su sustentabilidad
en el
largo
plazo.
Sobre
lo cual
las opiniones
son coincidentes
es que
este nuevo
ambiente
antropizado
exige
la aplicación
de importantes
cantidades
de energía
para que
mantenga
su productividad
económica,
habiéndose
perdido
ya gran
parte
de la
biodiversidad
original.
Por otra
parte
queda
claro
que desde
la década
de los
80 hubo
un aumento
gradual
en las
precipitaciones
que facilitó
la agriculturización
de gran
parte
del oeste
pampeano,
con la
inclusión
de grandes
inundaciones,
donde
la manifestación
más
palpable
continúa
con el
incremento
de nivel
de la
Laguna
La Picaza,
la cual
corta
la Ruta
Nacional
N† 7 en
el noroeste
provincial.
La medida
inmediata
para paliar
el efecto
de estas
inundaciones
fue la
construcción
de gran
cantidad
de canales,
los cuales
no siguieron
una coherente
red para
el desagote
de las
aguas
en épocas
de exceso
y una
acumulación
o reserva
para épocas
de escasez.
La acción
eólica,
es otro
factor
muy degradante
de los
suelos,
sobre
todo cuando
quedan
al descubierto
en momentos
que se
está
realizando
la roturación
y preparación
para los
cultivos.
La capa
superficial
de materia
orgánica
es la
primera
que se
vuela,
empobreciendo
rápidamente
la tierra.
En los
últimos
años
se ha
venido
trabajando
con una
nueva
modalidad
denominada
"labranza
cero"
donde
se ha
tenido
mucho
más
cuidado
en la
cobertura
del suelo,
dando
como resultado
una menor
erosión.
Pero a
pesar
de estas
previsiones
no se
ha logrado
revertir
la tendencia.
La introducción
de especies
exóticas
como la
liebre
europea
(Lepus
europaeus)
y del
jabalí
(Sus scrofa),
entre
los más
perjudiciales
–
hay varias
más-,
también
contribuyeron
a al estado
de alteración
ambiental.
A todo
lo planteado
se suma
que es
la zona
más
poblada
del país
y como
consecuencia
de ello,
la más
antropizada
(Bertonatti
y Corcuera,
2000),
con lo
que la
exposición
al riego
de continuar
la alteraciones
es permanente.
La Reserva
Natural
Punta
Lara tiene
la vegetación
muy alterada
por la
especies
introducidas
por el
hombre.
Tal es
el caso
del ligustro
y la zarzamora
principalmente,
por el
grado
de daño
que provocan.
En tan
sólo
una semana
se encuentran
muchos
nuevos
brotes
de esa
especie-
ligustro-
(Klimaitis,
com. per.).
En los
alrededores
del área,
especialmente
los fines
de semana,
se concentra
gran cantidad
de público
que por
desconocimiento
absoluto
de lo
que significa
un área
protegida
cometen
todo tipo
de alteraciones,
como dejar
desperdicios,
cortar
leña,
poner
equipos
de audio
a alto
volumen
compitiendo
con el
que vecino
para ver
quien
impone
su música
o emisora
preferida,
y otras
alteraciones
del ambiente.
Si bien
estos
males
señalados
precedentemente
responden
a problemas
de “fondo”
como lo
es la
educación,
es probable
que con
suficientes
carteles
que indiquen
que es
un lugar
“especial”
y con
personal
preparado
para tal
fin (obviamente,
también
la presencia
policial
es imprescindible)
que trate
de explicar
a la gente
que debe
cambiar
de hábitos,
se produciría
gradualmente
un alejamiento
del “no
adaptado”
y una
permanencia,
con mayor
disfrute,
del que
entienda
razones
de urbanidad
y respeto
al prójimo.
Investigación
y Textos:
Gabriel
Omar Rodríguez
Fotos:
Archivo
Patrimonionatural.com
Permitida
su reproducción
total
o parcial
para fines
educativos
mencionando
la fuente,
previa
comunicación
de su
uso a:
director@patrimonionatural.com
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