CONCLUYÓ EL RELEVAMIENTO 2005
DEL HUILLÍN EN EL PARQUE NACIONAL NAHUEL HUAPI

 

Concluyó satisfactoriamente el relevamiento 2005 de la distribución del huillín en el Parque Nacional, que se realizó entre Enero y Mayo de este año.

El huillín o lobito de río patagónico (su nombre científico es Lontra provocax) es un mamífero acuático que vive exclusivamente en la región patagónica argentina y chilena, y está categorizado –tanto nacional como internacionalmente- “En peligro de extinción”. Mide hasta 1,20 m de largo y está muy especializado para la vida acuática y costera; en la región de Nahuel Huapi se alimenta principalmente de crustáceos acuáticos (cangrejo o “pancora”, y langostino), con un porcentaje minoritario de peces. El huillín tiene 3 requerimientos básicos: agua en buen estado – alimento en el agua – franja de vegetación y ambiente costero en buen estado.
La Administración de Parques Nacionales (a través de la Delegación Regional Patagonia y la Intendencia del Parque Nacional) viene realizando seguimiento y monitoreo de la población de huillines de Nahuel Huapi –la más importante detectada en Argentina- desde hace 22 años. Se han realizado desde entonces 4 relevamientos de todo el Parque: 1983 – 1995 – 2000 – 2005. Se planea continuarlos como mínimo con frecuencia quinquenal.

Este verano, y gracias a una cooperación con otras instituciones (Organización PROFAUNA, Universidad de Buenos Aires, CONICET y WildCRU ) y la financiación de la ‘Iniciativa Darwin’, el relevamiento formó parte de un proyecto a mayor escala que se desarrolló en toda la región andino-patagónica . A continuación se resumen los resultados obtenidos en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Las campañas de este verano fueron llevadas adelante por personal de guardaparques del Parque Nacional Nahuel Huapi y personal profesional de la Delegación Regional Patagonia de la APN.

Para realizar este relevamiento se recorrieron sistemáticamente sectores de costas pre-determinados, de los principales lagos, lagunas y ríos del Parque Nacional, en busca de signos o rastros de la presencia de huillín. Se visitaron 189 sitios, siendo positivos (con presencia de signos) 72. También se relevó el Lago Moreno –Municipio de San Carlos de Bariloche- en colaboración con personal de la Dirección de Medio Ambiente municipal.

Se coleccionaron muestras biológicas de la especie que permitirán, dentro del marco de cooperación antes mencionado, realizar análisis de ADN, que aportará valiosa información sobre la relación de los huillines de Nahuel Huapi con los de otras localidades (como Limay abajo, Chile, Tierra del Fuego).

Desde 1983, se sigue manteniendo la misma distribución general en las cuencas del Parque: el huillín vive en forma estable y continuada en la cuenca del Limay –en la que abundan los crustáceos- (Lagos Nahuel Huapi, Moreno, Espejo, Correntoso, Traful, Villarino, Falkner, Río Limay, y otros lagos, lagunas, ríos y arroyos conectados), pero nunca hemos encontrado signos de su presencia en la cuenca del Río Manso –en la que los crustáceos están ausentes o en muy baja abundancia- (Lagos Mascardi, Guillelmo, Steffen, Roca, Hess, Fonck, Río Manso).

En la cuenca del Limay, el porcentaje de sitios positivos es de 45 %; en 2000 fueron positivos el 52 %, en 1995 el 45 % y en 1983 el 40 %. Las variaciones de porcentaje de sitios positivos posiblemente se deberían a las oscilaciones propias de las poblaciones silvestres, no siendo estadísticamente significativas. De todos modos, es preciso seguir atentos a las mismas, y mantener una cuidadosa regulación de las actividades humanas en estos ambientes acuáticos y sus costas, ya que se trata de una población singular de alta importancia de conservación.

Una interesante y alentadora novedad del relevamiento de este año fue el hallazgo de signos de huillines en el Río Limay, por primera vez desde que se comenzó este monitoreo en 1983. Fueron positivos 6 de los 8 sitios allí recorridos, distribuidos desde la boca del Limay hasta Confluencia.

También se encontraron signos de huillín en costas de los municipios de Bariloche y Villa la Angostura. Esto reafirma la necesidad de la acción mancomunada de Parques Nacionales y los municipios, para asegurar la protección –antes que sea tarde- de la integridad de la vegetación y ambiente costero, que necesita el huillín para sobrevivir y que también es clave para la salud de los ambientes acuáticos.